SOS Pirineo: el cierre de las pistas de esquí amenaza el 7% del PIB de Aragón

Es una temporada de nieve teñida de negro. La decisión final de no abrir en lo que queda de año las puertas de las estaciones de esquí que dependen de Aramón, el 'holding' empresarial participado por el Gobierno de Aragón e Ibercaja Banco a partes iguales, ha sido un mazazo para los valles del Pirineo aragonés. Una ola de indignación colectiva ha recorrido los valles pirenaicos hasta generar una corriente de protestas, caceroladas y manifestaciones en cada rincón en torno al lema ‘SOS Pirineo’, que aglutina a casi todos los 45.000 habitantes de los valles del Pirineo aragonés. Y lo dicen con contundencia: El modelo económico sustentado en el deporte de invierno está en riesgo tras casi un año sin ingresos, sin ayudas y sin un apoyo público de las administraciones. Ni se decide abrir las estaciones de esquí de Aramón, ni se generan corredores seguros para garantizar el turismo como en Sierra Nevada o Baqueira.

En cualquier municipio de España, el peso de la industria de la automoción, del calzado o del aceite lo es todo. En los valles del Pirineo, su industria es la nieve, la cual representa el 12% del PIB de la provincia de Huesca. Y hasta un 7% del PIB aragonés. Aquí se mueven más de 200 millones de euros, generando 1.300 empleos directos y 12.000 indirectos al año. Aramón es propietario de las estaciones de Formigal-Panticosa, Cerler y Javalambre-Valdelinares.

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Todo un atractivo turístico de primera magnitud: un tercio de la oferta de nieve de España es aragonesa. Es por eso que la no apertura de Aramón hace que la crisis sea aún más cruda en los municipios que dependen casi en un 90% de la puesta en marcha de las estaciones de esquí. Y en un contexto sanitario en el que se mantiene el confinamiento de las tres provincias y el regional desde el 25 de octubre. Casi cuatro meses encerrados en una provincia que, a día de hoy, ostenta una de las más bajas incidencias de contagios.

Inviabilidad económica

Los valles del Pirineo aragonés han estado meses escuchando una retahíla de fechas que avanzaban el supuesto inicio de la temporada de esquí en las estaciones de Cerler en el valle de Benasque, y Formigal y Panticosa en el valle de Tena, dependientes de Aramón. En un inicio, se apuntó el puente de la Constitución, después se concretó que sería en Navidad y luego se dijo que después de Reyes. Ahora se ha anunciado que las pistas de esquí que dependen de Aramón no abrirán sus puertas, dando por perdida toda la temporada.

Es precisamente el 'holding' gestionado al 50% por el Gobierno aragonés junto a Ibercaja Banco quien tomó la decisión la semana pasada en su consejo de administración. Su postura es estrictamente económica, por considerar inviable la solvencia a futuro de la sociedad en caso de abrir las estaciones, según fuentes de la compañía.

En la votación del consejo de administración, solo hubo un voto discordante. El diputado del PP en las Cortes de Aragón Javier Campoy reconoció abiertamente en la reunión del consejo de Aramón que era un error no abrir las estaciones de esquí cuando otras comunidades están aplicando protocolos de seguridad sanitaria. Y no se han registrado brotes de contagios.

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“Había que haber abierto desde hace meses, como se planteó en Andalucía con Sierra Nevada o en Cataluña con Baqueira. El Gobierno de Aragón e Ibercaja deberían haber arriesgado, por el músculo que supone Aramón para el Pirineo y por el fin social que tienen estas dos entidades para la comunidad”, reconoce Campoy a este diario. “La postura de Aramón supone una decisión estrictamente política del Gobierno de Aragón”, sentencia.

Por su parte, fuentes de Aramón reconocen que el avanzado estado de la temporada de esquí, junto a las restricciones de movilidad aplicadas en Aragón, con cierre perimetral tanto autonómico como provincial, agravaría aún más la situación financiera del 'holding'. Ni es factible operativamente, ni llegaría a cubrir los costes de la apertura.

“Está en juego un modelo económico que hace de Aragón un atractivo en media España”, avisa la plataforma SOS Pirineo

Según fuentes no oficiales conocedoras de la situación financiera de Aramón, las pérdidas que cosecha el 'holding' superan ya los 20 millones de euros solo esta temporada. La decisión de abrir supondría otros cuatro millones más de coste a las arcas de la entidad para los poco más de dos meses de temporada que se prevén.

La situación de la entidad semipública se acentúa aún más por el ERTE en activo que tienen la totalidad de los trabajadores de Aramón, tanto fijos como discontinuos, desde hace ya más de tres meses. Por el momento, Aramón confía en preparar la campaña de verano, en caso de que se libere la movilidad, y seguir con los proyectos de inversión comprometidos.

“Somos 45.000 votos”

Una sensación de rabia, impotencia e indignación es lo que viven los aproximadamente 45.000 habitantes de los valles del Pirineo. Desde hace meses, los vecinos de los valles se han concentrado en la plataforma SOS Pirineo para intentar hacer algo de ruido que haga reaccionar al Gobierno aragonés. Y piden un plan de ayudas especiales para reconstruir la economía del Pirineo porque “está en juego un modelo económico que hace de Aragón un atractivo en media España”.

Una de sus portavoces, María José Mingarro, aclara a este diario que “una persona de Madrid o de Burgos puede esquiar en Baqueira o Sierra Nevada mostrando una reserva hotelera, la compra del 'forfait' o con la escritura de propiedad de una residencia, pero en Aragón no está permitido. Estamos sin soluciones salvo el cierre de Aramón, el cierre de la provincia y el cierre de la comunidad. Somos 45.000 votos. Nada más”.

“En Francia, se ayuda al comercio o a la hostelería con hasta 10.000 euros por los cierres obligados”, lamenta un alcalde del valle

En la misma línea, el alcalde de Sallent de Gallegó, Jesús Gericó (PP), reconoce que nunca había visto en su municipio a gente conocida pidiendo para comer. Este municipio cercano a las estaciones de Formigal y Panticosa tiene a pocos kilómetros la frontera francesa. Y Gericó lamenta el contraste en un lado y en otro de la frontera. “En Francia, se está ayudando al comercio o a la hostelería con hasta 10.000 euros por los cierres obligados”.

Es más, el alcalde de este municipio intentó una operación sin éxito con Aramón para aliviar las arcas del 'holding' al proponerle una condonación del pago anual —cerca de 200.000 euros— por la explotación de la estación.

El alcalde de Benasque, José Ignacio Abadías (Partido Aragonés), afirma que él hubiera abierto a pérdidas “por la función social que juega Aramón en los valles del Pirineo, al estar participada al 50% por el Gobierno aragonés”.

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“Estamos como el 90% del resto del Pirineo: sin ingresos, sin ayudas y viendo los días pasar”, afirma Marta del Cacho, propietaria de un hotel en el Valle de Tena, que lamenta el “encierro” que viven. Por su parte, Jorge Mayoral, copropietario del hotel de Los Llanos del Hospital, en el valle de Benasque, reconoce que “sin un pulmón tan grande como Zaragoza, estamos gravemente heridos. Y con la decisión de Aramón, estamos muertos”.

Por el momento, el Gobierno de Aragón ha anunciado un plan económico llamado Plan Remonta para los trabajadores sin recursos que permite a los ayuntamientos cercanos a una estación de esquí contratar a personas que habitualmente trabajan en la campaña invernal. Un plan que la propia consejera de Economía de Aragón y a su vez presidenta de Aramón, Marta Gastón, ha reconocido que “no es la panacea” para los problemas tan críticos que viven los valles del Pirineo.