Menos de 5.000 personas acuden a la última llamada de Más Madrid en defensa de Sánchez

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"¡Por amor a la democracia!". Ese fue el romántico lema que eligieron los miles de personas que se manifestaron en el centro de la capital para, entre otras cosas, rogar a Pedro Sánchez que no dimita. La emotividad de la carta a la ciudadanía emitida el pasado miércoles quedó plasmada en el sentir de quienes ascendían por el Paseo del Prado. "No te rindas", "Sánchez, sigue", decían las pancartas de papel. Amor y melancolía horas antes de conocer la decisión del presidente.

Marcharon tranquilos, con el Canto a la libertad de fondo y con la intención de convencer al líder socialista de que "sí merece la pena". Fue un grito ahogado; con pocos aullidos de rabia; una manifestación en bajito como un paseo de domingo al sol. El recorrido se inició en Atocha a las 19 de la tarde y llegó al Congreso de los diputados una hora después. El reloj de carrillón del edificio Plus Ultra fue lo único que animaba a unos protestantes poco eufóricos; ni siquiera Quevedo y su "Quéeeeedate" consiguió revolver a la masa. La Delegación del Gobierno cifra la participación en menos de 5.000 personas.

La concentración fue convocada por el colectivo La Plaza, un grupo de jóvenes vinculado a Más Madrid. ¿La intención? Hacer un llamamiento a todos los "progresistas" de España para acabar con el "lawfare de la derecha". Uno de sus portavoces explicó a El Confidencial que la cita de este domingo no iba de partidos, sino de defender la democracia. Pero, ¿en qué se está degradando el sistema? "Bueno, lo hemos visto ya con Mónica Oltra, con Manuela Carmena y con Pablo Iglesias e Irene Montero", señalan.

La cita se difundió especialmente en redes sociales. Desde La Plaza explicaron que este era el medio de difusión con el que contaban actualmente. De hecho, fue este colectivo el que convocó, también, las últimas concentraciones en Génova contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Hay que tener en cuenta que la organización cuentan con poco más de 2.000 followers en X (antes twitter) y unos 300 en su canal de Telegram, por lo que han reunido en la calle al doble de sus seguidores en redes sociales. Sin embargo, la cifra de participación es escasa si se compara con las de este sábado en Ferraz. Allí, frente a la sede del PSOE, se congregaron en torno a 12.500 personas. Un número también a la baja si se tiene en cuenta la estimación policial del día anterior. Los cuerpos de seguridad preveían la llegada de hasta 40.000 personas.

Ninguno de los presentes quiere que Sánchez dimita, pero pocos confían en que continúe en el cargo. Cristina es una mujer socialista de Fuenlabrada, tiene 48 años, y su posición es firme: "Tiene un contrato y tiene que cumplir con quienes le hemos votado", señala. Se muestra un tanto decepcionada por la escasa participación de población joven. La realidad es que el porcentaje de chavales en la veintena es muy superior al de este sábado en Ferraz, pero los ciudadanos de mediana edad continúan siendo mayoritarios. Respecto a esto reflexiona Gonzalo, de 38 años. "Mi madre con 20 años estaba aquí, en la calle. Nosotros no. Es una putada, pero la sociedad está dormida. Vienes aquí [a la concentración] y ves que la mayoría son militantes socialistas de toda la vida", explica.

Carolina, de 39 años, defiende que cuando Sánchez "da un paso atrás, es para coger carrerilla". Y si decide irse y se convocan elecciones, cogerá "el pasaporte" y se irá. Los participantes en la marcha argumentan que "cuando gana la izquierda, parece que son trampas" y que "la derecha no quiere construir un país". "Lo vemos con la educación, con la sanidad, con la universidad, con la judicatura"... reseña una mujer de avanzada edad.

Lidia y José, por su parte, reconocen que esperaban una mayor movilización. Recuerdan otras manifestaciones donde el grito de la calle era feroz y piensan que lo de este domingo no ha cumplido las expectativas. En cualquier caso, se desplazaron hasta el centro de la ciudad porque, para ellos, "esto es la gota que ha colmado el vaso". Se refieren al modus operandi de la actividad política de los últimos tiempos. Mónica García, ministra de Sanidad, declaró que la oposición del gobierno utiliza una "estrategia de deshumanización" contra el presidente. Tras las ocho exclusivas publicadas por El Confidencial, la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, emitió una carta al periódico para solicitar la modificación de uno de los titulares, pero no del contenido de la noticia, sin llegar a negar la información publicada.

La ministra fue una de las figuras de la esfera pública que se dejaron ver en la protesta. También lo hicieron Iñigo Errejón, Eduardo Rubiño y Elizabeth Duval. Allí también se ondearon banderas republicanas, socialistas y palestinas. En menos de 24 horas, se conocerá la decisión de Pedro Sánchez. "Espero que durante estos días haya descansado y reflexionado. La mentira, el bulo y las acusaciones infundadas las pone la derecha encima de la mesa. Esperemos a ver qué ocurre mañana, pero la agenda de transformación de este país sigue adelante", declaró García a los medios de comunicación.

El día de hoy pone fin a una semana de controversia, sorpresa y movilización. Tras la decisión de Sánchez de cancelar su agenda durante cinco días, el partido socialista trató de animar a sus militantes a salir a la calle. Así lo hicieron este sábado en Ferraz, donde decenas de autobuses de delegaciones de todo el país acudieron para manifestarse. La de este domingo, en cambio, alentó a la población "progresista" a la movilización, sin especificar públicamente sus siglas políticas. El objetivo, a toda costa, era convencer al líder socialista de que no abandone la presidencia del Gobierno. Este lunes se desvelará si algo de todo esto ha hecho efecto.