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El PSOE suplica a Sánchez que no tire por la borda el proyecto
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Posible dimisión

El PSOE suplica a Sánchez que no tire por la borda el proyecto

El partido empatiza con su situación personal pero le recuerda que otros socialistas lo han pasado mal. La agónica espera hasta mañana y su silencio empiezan a provocar recelos

Foto: Eneko Andueza (d), y María Chivite (i) en Ferraz. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Eneko Andueza (d), y María Chivite (i) en Ferraz. (EFE/Rodrigo Jiménez)
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Nadie quiere hablar de qué sucederá el lunes si Pedro Sánchez dimite, pero todos en el PSOE están pensando en ello. María Jesús Montero, quien por su condición de vicepresidenta del Gobierno, asumiría el relevo si el presidente firma mañana su renuncia, rechaza incluso comentarlo. Toda la concentración de estas últimas horas está puesta en convencerlo. ¿Qué decidirá? No lo saben. Han querido respetar su necesidad de "reflexión" y aunque responde a algunos mensajes, no emite señales en ningún sentido.

Pero, a pesar de que se ponen en su piel y comprenden su dolor porque -afirman- el nombre de su mujer, Begoña Gómez, ha sido utilizado por la oposición en el combate político, no acaban de creerse que pueda dejarles tirados con dos elecciones, las catalanas del 12 de mayo y las europeas del 9 de junio, en apenas unas semanas. Dentro y fuera de Ferraz lo que se escuchó fue un intenso "Pedro, quédate". En los corrillos y el trasfondo de algunas conversaciones lo que resuena también es "cómo nos puedes hacer esto".

Empatizan con él, porque son conscientes de que "se le ha venido todo emocionalmente encima", en referencia a los ataques personales que sufre de la oposición desde que llegó al Gobierno. Pero les cuesta digerir el modo en que ha gestionado esta retirada, con una carta a la ciudadanía, que no consultó previamente con nadie y que ha paralizado la política española y ha tenido un coste internacional.

Y tampoco asimilan la espera a la que está sometiendo al Gobierno y al PSOE. Si en su entorno no dan crédito de lo que está sucediendo, unos anillos más allá, en las organizaciones territoriales, más distanciadas del meollo político madrileño, les parece que la situación es "surrealista".

Esta crisis en el PSOE, se resuelva como se resuelva, con una dimisión o una decisión plebiscitaria en torno a Sánchez, no pasará en balde. Ayer se empezaron a percibir nuevos sonidos. Los que emitieron quienes recordaron que otros muchos en el partido también han sufrido.

El líder de los socialistas vascos, Eneko Andueza, pidió a Sánchez que piense "en todos los socialistas que perecieron en las cunetas, los que sufrieron la cárcel y el exilio y en los que cada mañana teníamos que mirar debajo del coche y no sabíamos si iba a volver".

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"Pedro tienes que seguir", afirmó."La historia del PSOE está llena de momentos terriblemente difíciles, pero cuando resistimos, ganamos". Andueza citó explícitamente la dictadura o las muertes y el padecimiento que ocasionó el terrorismo. Y le demandó que tenga en la cabeza este país y "lo que nos queda por hacer".

El ministro de Transportes, Óscar Puente, evocó la historia de su abuelo, a punto de ser fusilado "por rojo", que consiguió aguantar las palizas diarias en la cárcel y sacar adelante su vida. "No puedes rendirte, no puedes entregarle a la derecha lo que buscan", le transmitió a Sánchez.

La presidenta navarra, María Chivite, también aludió a su trayectoria personal: "Como presidenta también recibí insultos, odio y acoso hacia mí y mi familia. Cuando vienen a la puerta de mi casa o hacen pintadas y tiran huevos en la casa de mi madre".

Foto: Miles de personas en Ferraz. (A.F.)

E incluso el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, dijo comprender su dolor porque "he pasado por experiencias muy parecidas". Pero, señaló, "siempre he reaccionado con la determinación de no dejar una sola calumnia, una sola insidia, una sola mentira sin contestar. Hay que contestarlas".

Y esa sensación de que la vida a veces se pone complicada, para los que soportan la presión de la cima, pero también para los que sobreviven como pueden en el llano, se palpó también fuera. Entre los que ayer acudieron a las puertas de Ferraz, sobre todo había gente de mediana edad y personas mayores. Lo difícil era dar con alguien menor de cuarenta años. Ascensión, unas de las que se concentraron, sostuvo que Sánchez "no puede irse" en un momento como este.

A eso apelaban ayer algunos cargos del partido, a que muchos de los militantes han vivido la guerra civil y lo han pasado muy mal. Antes de venir a Ferraz, explicaba uno de ellos, daba por hecho que dimitiría, pero después de esto "creo que no puede hacerlo".

En la dirección confían en que la movilización a las puertas de Ferraz, aunque menor de lo esperada, "algo ayudará" a persuadirlo de que se quede. Lo intentaron incluso con una selección musical que en sí misma era un mensaje. Desde el Quédate de Quevedo a la Internacional. Aunque a Sánchez lo que le gusta es la música indie. Hasta el tono festivo, el baño de masas de María Jesús Montero y de otros ministros, resultó extraño. Una imagen fuera de sitio. Una celebración que en realidad sonó casi a despedida.

Nadie quiere hablar de qué sucederá el lunes si Pedro Sánchez dimite, pero todos en el PSOE están pensando en ello. María Jesús Montero, quien por su condición de vicepresidenta del Gobierno, asumiría el relevo si el presidente firma mañana su renuncia, rechaza incluso comentarlo. Toda la concentración de estas últimas horas está puesta en convencerlo. ¿Qué decidirá? No lo saben. Han querido respetar su necesidad de "reflexión" y aunque responde a algunos mensajes, no emite señales en ningún sentido.

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