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El amor y el divorcio explicado en un banquillo de fútbol: "La jerarquía de Valdano era de cara al público"
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El amor y el divorcio explicado en un banquillo de fútbol: "La jerarquía de Valdano era de cara al público"

La figura del segundo entrenador siempre ha sido objeto de discusión. Son una estirpe con patrones de comportamiento diferentes y que, en ocasiones, han derivado en luchas de egos

Foto: Toni Grande y Vicente del Bosque en el banquillo de España en la Eurocopa de 2016. (EFE/Kai Försterling)
Toni Grande y Vicente del Bosque en el banquillo de España en la Eurocopa de 2016. (EFE/Kai Försterling)

"Yo fui buen número dos porque nunca quise ser número uno". Esta frase fue una de las muchas impactantes que realizó Alfonso Guerra a lo largo de su vida. Personaje locuaz, fue fiel escudero de Felipe González en el PSOE y en el Gobierno. Pero aquello acabó como el rosario de la aurora, con la dicotomía entre felipistas y guerristas. La suya no fue la única relación que se rompió entre Quijotes y Sanchos Panza políticos. Adolfo Suárez y Fernando Abril Martorell, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón o José María Aznar y Rodrigo Rato fueron algunos binomios que pasaron del amor al divorcio.

Este desgaste también es extrapolable al fútbol. Johan Cruyff y Charly Rexach, Jorge Valdano y Ángel Cappa, Vicente del Bosque y Toni Grande, Pep Guardiola y Tito Villanova, el Cholo Simeone y el Mono Burgos, y Luis Enrique y Robert Moreno son algunos de los tándems que han ocupado los banquillos del fútbol español. Muchas relaciones sufrieron cortocircuitos, algunos pasaron del cariño a la frialdad del divorcio profesional, pero no todas acabaron mal. El abrazo entre el Cholo y el Mono al ganar la Liga del 2013/14 escenifica que antes de los momentos malos hubo buenos. Cappa, Carlos Ballesta y Grande analizan la figura del segundo entrenador en El Confidencial.

placeholder Ángel Cappa dirigiendo un partido desde la banda. (Getty)
Ángel Cappa dirigiendo un partido desde la banda. (Getty)

Es buen momento para confirmar o desmentir leyendas. Siempre se ha hablado de que el segundo entrenador es el poli bueno mientras que el primero es malo. Habla Grande, segundo de Del Bosque cuatro años en el Madrid y ocho en la Selección, histórico de los banquillos: "Hay algo de leyenda en que la aportación del segundo está fuera del ámbito del primero. Y es así porque normalmente incurren en esa faceta. Algunas veces le toca al segundo apagar fuegos y otras, criticar".

Los problemas del vestuario

"Es una leyenda completamente, porque depende del carácter y de la personalidad del segundo", explica por su parte Ballesta. Este pasó toda su carrera como futbolista en el Deportivo de La Coruña y allí coincidió con Arsenio Iglesias, que estaba en su segunda etapa en el banquillo coruñés. En la tercera, su expupilo fue su sombra en el banquillo. "El segundo tiene que estar al quite de la situación y adelantarse a los problemas que pueden venir. Tiene que ser una persona que actúe rápido para evitar los líos".

Ángel Cappa fue ayudante de César Luis Menotti y segundo entrenador de Valdano en el Tenerife y en el Real Madrid. O eso pensaban los aficionados. Lo cuenta Cappa: "Yo no cumplía el rol habitual del segundo entrenador. Cuando empezamos en el Tenerife, Valdano no tenía experiencia y yo sí. No había esa jerarquía, salvo públicamente". Los años acabaron por separarlos, tanto en lo profesional como en lo privado.

Foto: Toni Grande junto a Vicente del Bosque. (EFE/Alberto Lancia)

El caso de Ballesta es habitual en el fútbol. Se convierte en segundo un exjugador que fue pupilo del primer entrenador. En un vestuario queda claro quién da el perfil y quién no. "El técnico conoce al jugador, a la persona, sus comportamientos, sus inquietudes… Eso ayuda bastante en la elección, lógicamente. Aparte de su capacidad para desempeñar el puesto, quieres que el segundo tenga aproximación a ti, sea fiel… En el vestuario se define", explica Ballesta.

Unos binomios de cine

"Lo mío con Simeone es como los grandes dúos de Hollywood. Somos como De Niro y Pesci", dijo el Mono Burgos hace seis años sobre su relación con el Cholo. Tan argentinos como Pimpinela, el paralelismo es que ambos binomios acabaron separados, el futbolístico y el musical. De los entrevistados, solo hubo una ruptura sonada, la de Cappa y Valdano. "No hay ninguna regla para que no se desgaste la relación, porque son relaciones personales. Es como preguntar qué hay que hacer bien para llevarse con una novia", dice Cappa.

"Peter, por favor. Sin ti no soy capaz". Con esta frase, que tiene semejanzas con la canción de Amaral, resumió Brian Clough lo necesario que era su segundo, Peter Taylor, cuando se separaron a finales de los 70. Aquel divorcio solo duró 44 días y más tarde llevaron al Nottingam Forest a la cima de Europa en dos ocasiones. Luego, su relación estuvo cargada de idas y venidas y reproches. Ruido, mucho ruido, tanto que al final no escucharon el final, que diría Sabina.

Foto: Vicente del Bosque, en 2019 (EFE)

La gloria para el Deportivo llegó en 1995, cuando Arsenio guio al club al primer título de su historia, la Copa del Rey. Allí estuvo bien acompañado por Ballesta, que lo cuenta: "Hemos sido respetuosos con los roles de cada uno. Además, la educación y el saber estar de ambos fue fundamental. No había fórmulas para que no nos desgastásemos. Vivíamos el día a día con naturalidad".

El protagonismo del segundo

"Tienes que ser un ayudante que sirva, que note que eres importante para el equipo", explica Grande, que no solo acompañó a Del Bosque. También fue segundo de Fabio Capello y Jupp Heynckes en el Madrid. "El segundo debe ser beneficioso para el equipo y un amigo para el primero".

Hay algunos segundos cuyo protagonismo es superior al que, mediáticamente, les debería corresponder. El último ejemplo conocido es el de Éder Sarabia, acompañante de Quique Setién en el banquillo en Las Palmas, Betis y Barcelona, que acaparó las miradas por su personalidad y exceso a la hora de protestar o interactuar con jugadores y rivales desde la zona técnica. "El segundo no puede ensombrecer al primero, no tiene que ser protagonista en el día a día. Tiene que ayudarlo, no ocupar ese protagonismo", asegura Ballesta.

Foto: Cappa, en una imagen de archivo. (GETTY/Richard Rad)

"Nuestro papel no tiene que ser demasiado visto para la gente o para el periodismo", aclara Grande con rotundidad. Durante su estancia en los banquillos, optó por un perfil igual de bajo que Del Bosque. "Hay que quitarle trabajo al primero, no protagonismo, y defenderlo. Demasiado tiene el primero con elegir el lugar de pretemporada, los hoteles, elegir los días de entrenamiento y los de descanso…".

La confianza de los jugadores

La terapia es un tabú que poco a poco ha sido descorchado tanto a nivel social como en el fútbol. Antes de que los clubes incorporaran los psicólogos a sus cuerpos técnicos, el segundo era a menudo la persona a la que los jugadores les contaban sus problemas. "Depende mucho de cómo sea el segundo, de su personalidad y del afecto que le tengan los jugadores. El futbolista siempre tiene cierto reparo a hablar con el entrenador, porque al final es el que los alinea o no", cuenta Cappa.

Toni Grande entrenó a los niños en la cantera antes de pasar por el Madrid C y el Castilla, los escalones previos a convertirse en el segundo del primer equipo. Así explica la relación con los futbolistas: "Fui jugador de Primera y era conocido, así que eso influía en mi labor. Cuando estaba en los juveniles, me veían como alguien que había hecho algo en el fútbol. Luego, con los mayores, el respeto pasaba por mi forma de ser. Con los chavales, eres más duro e impones más tu carácter, pero con los profesionales optas por la mano izquierda y por mirar hacia otro lado".

Foto: Arsenio Iglesias, en el homenaje que le hicieron en 2016 en Riazor. (EFE/Cabalar)

"Eres, en parte, el primer filtro de los jugadores y quizás evites que los líos lleguen al entrenador", dice Ballesta. Aquel cuerpo técnico del Super-Dépor eran solo tres personas: primero, segundo y el preparador físico, muy lejos de los actuales, mucho más numerosos al contar con doctores, ayudantes, los analistas con las tablets"Hacíamos de todo, porque no había scouting y tampoco dirección deportiva".

Cappa, por su parte, está en contra de la tecnología en el fútbol y de los cuerpos técnicos de ahora. "No tienen sentido los ordenadores y tablets en el banquillo. Si eso significa dar trabajo a la gente, fenomenal. La tecnología no tiene nada que hacer en el fútbol, porque al único que le puede servir es al médico".

"La opinión de muchos no suele generar cosas, pero mientras aporten…", dice Grande. Ahora, el rol del segundo ha cambiado al ser más numerosos los cuerpos técnicos. Hay más caras a las que mirar. Pero no ha habido variaciones en esa lucha de protagonismo y divorcios entre los compañeros de banquillo. El ego, a veces, es imparable.

"Yo fui buen número dos porque nunca quise ser número uno". Esta frase fue una de las muchas impactantes que realizó Alfonso Guerra a lo largo de su vida. Personaje locuaz, fue fiel escudero de Felipe González en el PSOE y en el Gobierno. Pero aquello acabó como el rosario de la aurora, con la dicotomía entre felipistas y guerristas. La suya no fue la única relación que se rompió entre Quijotes y Sanchos Panza políticos. Adolfo Suárez y Fernando Abril Martorell, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón o José María Aznar y Rodrigo Rato fueron algunos binomios que pasaron del amor al divorcio.

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