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Del Bosque: "A Pedro Sánchez le quité las ganas de ofrecerme un cargo tras hablar"
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Entrevista al histórico seleccionador

Del Bosque: "A Pedro Sánchez le quité las ganas de ofrecerme un cargo tras hablar"

El entrenador con el que España conquistó su único Mundial repasa su carrera. Desde que dejó Salamanca con 17 años hasta que tocó el cielo con la Selección en dos ocasiones

Foto: Entrevista a Vicente del Bosque. (Ana Beltrán)
Entrevista a Vicente del Bosque. (Ana Beltrán)

Determinados personajes proyectan una imagen que no coincide con la realidad. No es el caso de Vicente del Bosque (Salamanca, 1950). Basta un rato de conversación con él para percatarse de que su figura pública no es histriónica. Todo lo contrario. Es un tipo afable, cordial y educado.

Su historia comenzó en su Salamanca natal, aunque el destino lo vinculó de por vida a Madrid. Su vocación de educador, que luego satisfizo cuando estuvo en la cantera blanca, lo llevó a estudiar Magisterio. Una carrera que, sin embargo, no acabó. Es lo único que le ha quedado pendiente en la vida: ser profesor.

Tuvo claro, tras una conversación con Molowny (entrenador del Real Madrid), que su lugar era la capital. Y que su tiempo lo pasaría con los chavales. Se encargó de que entendieran bien cuál era la idiosincrasia madridista y los valores del club. A pesar de que nunca se lo había planteado, entrenó a los mayores. En el primer equipo, ganó dos Copas de Europa, dos Ligas, una Supercopa de España, otra de Europa y una Intercontinental. Luego Florentino y Valdano prescindieron de él porque "sus métodos estaban anticuados". En la Selección, sin embargo, demostró que estaban equivocados porque ganó un Mundial y una Eurocopa. Del Bosque abre las puertas de su casa a El Confidencial.

*****

PREGUNTA. ¿Tenía claro a qué quería dedicarse cuando fuera mayor?

RESPUESTA. No. Cuando terminé el Bachillerato, me matriculé en Magisterio. Mi destino era ser profesor, una profesión que no es mala.

P. ¿Terminó la carrera?

R. Solo hice primero. Con 17 años, me mudé a Madrid y la abandoné.

P. ¿Se arrepintió de no haberla acabado?

R. Claro. Aunque no hubiera ejercido como profesor por el recorrido de mi vida, me hubiera gustado terminar la carrera.

P. ¿Cómo se produjo el fichaje por el Madrid?

R. Había un ojeador por la zona de Salamanca y León que me vio en un partido en Ciudad Rodrigo (Salamanca). Fue una eliminatoria en el Campeonato de España juvenil, cuando yo militaba en el Salamanca, en la que nos enfrentamos al Real Madrid.

P. ¿Qué valores se pregonaban en aquel Madrid?

R. Nos tenían bien atendidos. Ellos estaban obligados a darnos la mejor educación y formación en lo personal y en lo futbolístico. Y cumplieron sobradamente. Estoy muy contento por cómo nos cuidó el personal que integraba aquel departamento. Nos cuidaron en todos los sentidos, no solo para que llegáramos al primer equipo. Mis padres tenían contacto permanente con ellos a través de cartas.

P. Cuando usted trabajó en las categorías inferiores del Madrid, ¿se preocupó de desarrollar el trabajo de la misma forma?

R. Sin duda. Nos volcamos con aquellos jugadores cuyo comportamiento no era el mejor por circunstancias del pasado o de la niñez. No sé si lo conseguimos, pero sí que nos preocupamos más de los chavales cuya conducta no era adecuada. En esos años, nos sentíamos imprescindibles, aunque luego vinieran otros que han desempeñado el trabajo igual o mejor. Para nosotros, la cantera era importantísima.

placeholder Vicente del Bosque. (A. B.)
Vicente del Bosque. (A. B.)

P. ¿Satisfizo usted el interés que tenía por ser educador cuando trabajó en la cantera?

R. Posiblemente. Cuando estaba en mis últimos años como jugador, manifesté mi interés en continuar en el club como entrenador formativo. El trato del Madrid fue excelente y desempeñé esa tarea. Un poco antes de retirarme, Molowny me dijo: "Vicente, si quieres seguir jugando, tienes que irte a otro lado. Si te quieres quedar aquí, que sepas que contamos contigo". Me cuidaron y me prepararon como entrenador. De hecho, me formé junto a Molowny y Juan Santiesteban, que era el técnico del Castilla. Ambos fueron los que influyeron en mí como entrenador.

"Molowny y Juan Santiesteban influyeron en mí como entrenador"

P. ¿Cuándo se dio cuenta usted de que quería ser entrenador de cantera y no de primer nivel?

R. Mientras estuve en activo tuve muy buenos entrenadores y magníficas influencias: Miljanic, Boskov, Molowny… Yo me volqué en la formación de jugadores y en la captación del mejor talento que había. En aquella época no viajábamos, por ejemplo, a Brasil. Principalmente, fichábamos a los chavales de Madrid, que eran vitales para nosotros. Cuando fichábamos a alguien de fuera, había que acertar porque era un gasto importante. Y el dinero no se podía gastar innecesariamente.

P. Ha mencionado antes a los chavales problemáticos. ¿De qué manera actuaba con ellos?

R. Desde ponerle profesores particulares hasta cuidarlos al más mínimo detalle. Éramos responsables de lo que hacían en Madrid. No teníamos una vigilancia excesiva, pero sí estábamos al cuidado para que nadie se confundiese.

P. Dicen que ahora hay más formación y menos educación y que antes era a la inversa. ¿Está de acuerdo?

R. Nosotros les intentamos dar la mejor formación posible.

P. Me refiero en general, no a los chavales que están en las canteras.

R. Queríamos que fueran buenos jugadores y también grandes personas. Eso no debe cambiar porque los educadores son responsables ante los padres de su comportamiento. Tuvimos algunos casos que nos animaron a ser entrenadores. Una de las grandes tareas del técnico es fomentar una buena convivencia dentro del grupo; que haya un clima laboral sano. En eso fuimos cuidadosos. En el Madrid, era fácil ganar casi todos los partidos. Incluso vencer por goleada. Cuando eso ocurría, le quitábamos valor. Les hacíamos ver que no era todo tan fácil. Tampoco nos gustaba, en esos casos, que se abrazaran mucho en los goles porque había que tener un cierto respeto hacia el rival. Por ejemplo, yo estaba en contra de que el entrenador saliera a abrazar a los niños.

P. Hay algunas canteras en las que, cuando ya ganan por diez goles, dejan de atacar al rival. No sé si usted implantó alguna medida parecida.

R. No, eso no. Nosotros éramos conscientes de que las grandes goleadas no tenían ningún mérito porque eran superelegidos. Jugábamos frente a los equipos de barrio de Madrid que tenían sus limitaciones. Tampoco éramos nadie para coartarles la libertad, pero sí que intentamos conducirlos por lo que creíamos que era el buen camino.

P. ¿Qué es educar bien?

R. Tener unos buenos hábitos y comportamientos. Conducir a una persona no para que sea ejemplar, pero sí para que tenga una buena conducta.

P. ¿Cuáles son los buenos entrenadores?

R. El que influye positivamente en el grupo para conseguir resultados. No solo ganando, también en la forma de jugar. Es algo en lo que deben insistir los entrenadores. Y que los jugadores los crean. El discurso concreto y claro es el más válido. Si es demasiado largo, pierde fuerza.

placeholder Del Bosque. (A. B.)
Del Bosque. (A. B.)

P. ¿Cómo persuadía usted a sus jugadores?

R. Intentaba que me creyesen. Normalmente, los futbolistas escarban para encontrar tus limitaciones. Como entrenador, no debes dar la impresión de que sabes mucho ni de que tienes muchas limitaciones. No hay que ser dogmático como técnico. Hay palabras que son contundentes. Por ejemplo: ¿qué os parece? Esa inspiración es una fortaleza porque los jugadores reafirman tu tesis.

"Preguntarle a los jugadores es una fortaleza porque reafirman tu tesis"

P. ¿Qué tal el cambio de Madrid a Salamanca a los 17 años?

R. Hay un abismo increíble entre los chavales de mi época y los de ahora. Cuando me marché de Salamanca era casi una aventura porque no había salido apenas de allí. De hecho, yo conocí el mar con 15 años para ver un partido del Salamanca en Asturias. Eran otros tiempos. No teníamos la soltura de ahora.

P. ¿Cómo era Santiago Bernabéu?

R. Un líder moral. Ese liderazgo, en mi opinión, es el mejor. Conocía a todos los chavales que éramos de fuera, nos preguntaba por nuestros padres, sabía nuestra vida… A todos nos impresionaba.

P. Él pregonaba valores como la austeridad y el respeto. ¿Se han perdido en el Madrid actual o siguen presentes?

R. Estamos en una época en la que siempre se dice que lo antiguo era mejor. Ahora estamos más expuestos y, por tanto, más pendientes de lo ocurre. Además, queremos dar imagen en todo. Antes había discreción y austeridad. Molowny, cuando viajaba al extranjero o a alguna ciudad de España a ver un partido, se comía un bocadillo para ahorrar. El objetivo era que el dinero del club no se malgastara. Era gente prudente, austera y que no hacía ostentaciones.

P. Usted estuvo cedido en el Córdoba y en el Castellón. A nivel futbolístico, ¿es lo más parecido a una mili?

R. Antes no había filial en el Madrid, solo estaba el Aficionados. Al poco tiempo de mudarme a la capital, el club creó el Castilla. Como en mi época no estaba, la función que hace ahora el filial la tuve que buscar. En primer lugar, me fui a Castellón porque el presidente era amigo de Bernabeú. En el segundo año, me marché al Córdoba junto a Fermín porque el Madrid fichó a Verdugo. El tercer año regresé al Castellón y luego alcancé el primer equipo.

P. En Castellón coincidió con Planelles. Usted dijo que es el mejor futbolista con el que ha jugado.

R. De esa época me parece el mejor. Yo era muy obediente y él era un poco más rebelde. No quiero decir que fuera malo.

P. Usted dijo que como jugador le hubiera gustado parecerse a Busquets. ¿Tenían alguna semejanza?

R. Intentaba interpretar el fútbol como él: aligerar el juego, no dar muchos toques, no conducir demasiado… Yo cumplía las tres funciones de un centrocampista: defender, destruir y atacar. A Busquets le achacan que no marca muchos goles, pero no los hace porque tiene un gran sentido de la responsabilidad y no quiere que se descomponga el equipo. Al igual que yo, él empezó de delantero y fue retrocediendo.

P. Integró un Madrid que fue la transición entre los 'yé-yé' y el de La Quinta del Buitre. ¿Qué le faltó a ese equipo para consagrarse en Europa?

R. Económicamente, fueron años de austeridad. La directiva tenía como objetivo evitar los gastos innecesarios. El desembolso más importante fue el fichaje de Cunnigham. A pesar de esa decisión de los dirigentes, mantuvimos el tono. Conseguimos cinco Ligas, cuatro Copas… Salimos adelante a nivel de títulos aunque no ganáramos una Copa de Europa.

P. Ustedes perdieron frente al Liverpool en la final de 1981 (1-0). ¿Qué falló aquel día?

R. Fue un partido muy igualado en el que estuvimos cerca del empate. No creo que ellos fueran mejores que nosotros. Era la época de los García: García Remón, García Navajas, García Cortes, Pérez García… El equipo lo integraban, en su mayoría, chavales de la cantera porque solo había dos extranjeros por equipo. En cuanto a los títulos, mantuvimos el nivel del club.

P. En su último año en activo irrumpió La Quinta. ¿Qué cambiaron?

R. Les llegaron a la afición. En aquella época, cuando el Castilla jugaba en el Bernabéu, iba más gente a verlos que a nosotros. Para los que pasamos por la cantera, fueron un ejemplo fantástico. Me sentí muy identificado con ellos.

placeholder Vicente del Bosque. (A. B.)
Vicente del Bosque. (A. B.)

P. Ha hablado antes del cupo de extranjeros. ¿La Ley Bosman fue buena o mala para el fútbol?

R. Es bueno que no haya fronteras en el fútbol. Es importante que se promocionen los campeonatos nacionales y que lleguen jugadores extranjeros. A veces chirría un poco cuando en el Madrid o el Barça juega solo un español. No lo digo como una crítica, sino como una señal de que los tiempos han cambiado. Pero tampoco pueden ser todos de Chamartín o del Barrio del Pilar.

P. Aunque usted se mostró reticente al principio, acabó como entrenador del primer equipo del Madrid. ¿Por qué aceptó finalmente?

R. Ya había entrenado al equipo dos veces de manera transitoria anteriormente. Cuando echaron a Valdano, cogí al equipo y ganamos por goleada en Bilbao (0-5). Tras esa victoria, hablé con el presidente (Lorenzo Sanz) y le dije que tenían que fichar a un entrenador. Luego llegó Arsenio Iglesias. La tercera vez que cogí al equipo, tras la destitución de Toshack, le dije a los directivos que "si confiaban en mí perfecto". Si fichaban a alguien, no pasaba nada porque estaba muy a gusto en el club. De hecho, el día previo a la final de la Champions frente al Valencia, Lorenzo me dijo que continuaría en el club con independencia del resultado.

P. En aquella final frente al Valencia, el Madrid llegó tras haber finalizado quinto en Liga. ¿Cree que ha sido la única vez que los blancos no han sido favoritos en Europa?

R. No, aunque el Valencia tenía un equipazo y los pronósticos eran favorables a ellos. Nosotros jugamos muy bien y ganamos la Copa de Europa. Creo que estábamos en una etapa de éxito porque el Madrid logró 'La Séptima' dos años antes.

P. Usted ganó dos Champions tras quedar el Madrid quinto y tercero; a Zidane le ocurrió algo parecido. Da la sensación de que al equipo le va mejor en la Copa de Europa cuando es irregular en Liga.

R. En los cuatro años que estuvimos, fuimos dos veces finalistas y otros dos semifinalistas. Es decir, llegamos prácticamente hasta el final. Los dos años que llegamos hasta las semifinales, fuimos campeones de Liga.

P. En el año 2000, poco después de ganar la Champions, llegó Florentino Pérez. ¿Le parece el mejor presidente de la historia del club?

R. Estoy seguro de que durante todo este tiempo ha querido hacer lo mejor para el club.

P. Tras su llegada a la presidencia, fichó a 'Los Galácticos'. ¿Cómo se maneja un vestuario lleno de egos?

R. Con toda normalidad. Tuvimos muchísima suerte porque tuvimos a buenos jugadores, que además eran extraordinarios profesionales.

P. ¿Esos fichajes era peticiones suyas?

R. Esos fichajes se me consultaban y fueron estratégicos. Pirri, que era el director deportivo, conversaba mucho con nosotros. De hecho, fue prácticamente un miembro más del cuerpo técnico esos años. No en todos los sitios se llevan bien el secretario técnico y el entrenador. No tuvimos problemas con él ni con Valdano.

placeholder La réplica de la Copa del Mundo en casa de Del Bosque. (A. B.)
La réplica de la Copa del Mundo en casa de Del Bosque. (A. B.)

P. ¿Cómo se quedó cuando justificó su destitución en que "sus métodos estaban anticuados"?

R. Hay que aceptar todas las opiniones, aunque vengan de alguien que no conozca el fútbol. Aquella decisión no me causó trastornos. Hice lo que creía que teníamos que hacer tanto en la Selección como en el Madrid. Si no lo reconocen, es otro problema.

"¿Mi destitución? Hay que aceptar las opiniones, aunque vengan de alguien que no conozca el fútbol. No me causó trastornos"

P. ¿Usted nota que no le reconocen sus méritos en el Madrid?

R. No, no. Creo que me los han reconocido porque estuve cuatro años.

P. Me refiero a si no se los reconocen en la actualidad.

R. Ahora no sé porque no he preguntado. Si piensan así, ¿qué le vamos a hacer?

P. ¿Tuvo usted la sensación de que la llegada de 'Los Galácticos' implicó la pérdida de la clase media del equipo?

R. Es bueno para un entrenador tener jerarquizada la plantilla. Si mezclas demasiado, puedes sufrir más problemas. Los tiempos han cambiado. Ahora hay partidos prácticamente cada tres días, cuando nosotros solo jugábamos con esa asiduidad durante una parte de la temporada. Es posible que ahora la utilización de la plantilla sea más necesaria. No quiero decir que esa jerarquización dure todo el año, sino que los jugadores lo tengan claro.

P. ¿Qué opinión le merece que el calendario esté tan cargado?

R. Como espectador, estupendo porque siempre hay algún partido que ver (risas). Hay algunos que se quejan de que haya siempre fútbol, pero emiten otras cosas en el resto de los canales. Ha mejorado la organización de La Liga, porque han puesto orden en los clubes en cuanto al gasto. Eso se ha notado y es bueno para el fútbol. Antes el estado de algunos estadios era muy malo.

P. ¿Le parece buena la gestión de Tebas?

R. Me parece buena la gestión de La Liga. No tengo mucha amistad con Tebas, pero me llevo bien.

P. Toni Grande me dijo que Raúl es el mejor jugador español de la historia. ¿Lo suscribe?

R. Sí, porque era buenísimo. También he visto a otros grandes jugadores como Pirri, Hierro, Casillas… Casi siempre estoy de acuerdo con lo que diga Toni Grande (risas). Cuando estábamos en activo, sin embargo, discrepábamos mucho. Y esos son los buenos segundos.

Foto: Toni Grande junto a Vicente del Bosque. (EFE/Alberto Lancia)

P. ¿Tenían muchas discusiones?

R. Tenía que haberlas. Dicen que cuando dos opinan igual siempre ninguno vale. Es positivo que haya discrepancias.

P. En 2004, usted se marchó a Turquía tras 30 años ininterrumpidos en Madrid. ¿Qué tal la salida de la zona de confort?

R. Estuvimos en un club histórico de Turquía. Fue una experiencia muy agradable y enriquecedora para nosotros. Duramos diez meses porque no tuvieron mucha paciencia. Nos clasificamos para Europa, jugábamos bien… Lo más importante es que convivimos con turcos, turco-alemanes, egipcios, noruegos, argentinos, uruguayos… Era un vestuario excelente.

P. En la Selección parece que usted hizo lo contrario a nuestros políticos cuando llegan al cargo: no tocar lo que funcionaba.

R. Del 2008 al 2010 cambiamos al 30% de los jugadores. No creíamos que fuese conveniente hacer cambios porque la herencia era buena. Y solo teníamos que potenciarla o mantenerla. Con el grupo tuvimos un estilo de juego reconocido y buenas relaciones personales. Algo cambiamos porque Luis y yo entrenábamos cada uno a nuestra manera. No obstante, respetamos lo hecho. Entre ese 30% se quedaron fuera jugadores importantes como Marcos Senna. No tuvimos el ansia de borrar la huella del pasado y gestionamos la herencia como debe hacerse. En el Madrid, en cambio, gestionamos una herencia mala.

"En Sudáfrica, internamente, sentíamos que nos acompañaría la suerte"

P. La participación de España en los grandes torneos hasta el ciclo ganador se definía así: "Jugamos como nunca y perdimos como siempre". ¿Cuándo pensó que era posible ganar el Mundial?

R. Cuando llegamos a Sudáfrica, teníamos buenas sensaciones. Sin embargo, éramos cautos y comedidos. Los medios decían que éramos los favoritos, pero nosotros nunca nos manifestamos públicamente así. Internamente, sentíamos que estábamos en una inercia favorable; que nos acompañaría la suerte.

P. ¿Cuán importante es la fortuna en esos torneos?

R. Bastante, pero eso no le quita valor a lo logrado por los jugadores o por nosotros. Nunca sabremos qué hubiera pasado si Cardozo hubiera marcado el penalti, si Robben hubiera marcado frente a Casillas… Es cierto que tuvimos esa pizca de suerte que todo equipo debe tener.

P. Frente a Suiza, sin embargo, la suerte no se alineó con España. No obstante, aquel día, al final del partido, se le vio muy tranquilo.

R. El día siguiente hicimos una rueda de prensa en la que recalcamos nuestra postura a pesar de la derrota. De ahí salimos reforzados. Más allá de lo que hablamos con los jugadores, fuimos coherentes entre las palabras y los hechos. En el segundo partido, sólo hicimos un cambio por decisión técnica: Torres por Silva. El otro fue Navas por Iniesta, que estaba lesionado.

P. Dio la sensación, por los resultados, de que se ganó apretado el Mundial.

R. Sí, sí, porque ganamos todos los partidos, salvo el de Honduras (2-0), por la mínima. Algo haríamos bien para que en todos los partidos tuviéramos una buena consistencia defensiva, un buen manejo del balón en el centro del campo… Quizá nos faltó algo de profundidad. Eso es un Mundial y las eliminatorias se disputan en un breve espacio de tiempo.

P. Todo el banquillo brincó tras el gol de Iniesta, pero usted se quedó serio.

R. No había nada premeditado. En aquel momento, me acordé del seleccionador croata. Tras la Eurocopa de 2008, fuimos a una reunión en la UEFA. Él reconoció que perdió en cuartos de ese torneo porque celebró efusivamente el gol de su equipo. Contó que, en lugar de haberse abrazado, tendría que haberles pedido cabeza en los escasos minutos que quedaban.

P. ¿Tiene la sensación de que usted fue capaz de unir a las dos Españas tras ganar el Mundial?

R. Siempre he tenido buenas palabras para todos. Nosotros convocábamos a los jugadores con independencia de dónde hubieran nacido. Me hubiera encantado jugar con normalidad en Cataluña y en el País Vasco. El fútbol debe atraer a la gente no separarla. No sé si nosotros logramos eso porque soy un poco descreído.

P. A pesar de que usted es de izquierdas, no se manifestó en ningún momento cuando estaba en el cargo.

R. No tenía por qué. Cuando salí de Salamanca con 17 años, mi padre solo me dijo una cosa: "Por favor, no te metas en política". Fui uno de los que estuvo en el escaparate porque estuve en las huelgas de jugadores de principios de los 80.

"Le quité las ganas a Sánchez de ofrecerme un cargo tras hablar con él"

P. ¿Lo tentaron alguna vez para entrar en política?

R. No. Es cierto que tuve una conversación con Pedro Sánchez cuando se presentó a las primarias. Él no me ofreció ningún cargo ni yo tampoco acepté nada. De hecho, creo que le quité las ganas tras aquella conversación. Aunque hay una corriente en contra de los políticos, no me caen mal. Hay gente buena y mala, como en todas las profesiones.

P. Usted también ganó la Eurocopa en 2012. ¿Cree que ha sido la superioridad más manifiesta de un equipo en un torneo?

R. Empezamos con muchas dificultades frente a Italia (1-1) y terminamos con un partido magnífico (4-0). En el primer encuentro, probamos a Cesc como falso nueve. Aunque no era delantero centro, entendía perfectamente la posición. Lo pusimos ahí porque Pirlo iniciaba mucho el juego de Italia. En ese torneo nos sentimos muy satisfechos porque hicimos lo mismo tanto en el primer partido como en la final.

P. El primero que colocó a Cesc como falso nueve fue Guardiola. ¿De qué manera le influyó Pep en esos años?

R. Nosotros probamos a Guti como falso nueve en el Madrid. Por eso lo repetimos con Cesc en la Selección. En los ocho años que estuvimos, tuvimos influencias del Liverpool, del Barcelona, del Valencia, del Madrid… porque había grupos de jugadores en esos equipos. Aquel estilo de juego más que del Barcelona era de España. Luego ha salido al extranjero.

placeholder Vicente del Bosque. (A. B.)
Vicente del Bosque. (A. B.)

P. Tras el éxito en la Eurocopa, llegó el fiasco en el Mundial de Brasil. ¿Se arrepiente de haber continuado tras aquella decepción?

R. No. Nunca sabes la frontera del antes y el después de los jugadores. A los jugadores que llevé a Brasil, no los convoqué porque tuviéramos dependencia hacia ellos, sino porque estaban jugando bien en sus equipos. No salió bien, pero fue una experiencia magnífica. En el tercer partido, frente a Australia (0-3) sin nada en juego, fuimos un buen equipo en todas las líneas. Los jugadores se portaron muy bien.

P. ¿Qué falló en ese Mundial?

R. No lo sé. El primer tiempo frente a Holanda (1-5) lo jugamos igual que en los dos torneos anteriores. Sin embargo, en el último minuto del primer tiempo van Persie marcó. Y eso lo acusamos. Fuimos inferiores a ellos y a Chile, que nos presionó y nos volvió locos. A pesar de los buenos partidos que disputamos ante Chile en los años anteriores, no fuimos capaces de ganarles aquel día.

P. Vamos ahora a la actualidad. Se compara a Pedri con Iniesta. ¿Ve acertado ese símil?

R. No es mala comparación. Andrés era imparable cuando recibía el balón cerca del área y encaraba. Él, sin embargo, quería ser más importante en el centro del campo. E intentamos darle ese protagonismo. Cuando Guardiola lo ponía como extremo, Iniesta era imparable. No sé si Pedri llegará ese nivel. Es un buen jugador, al igual que Gavi. Es una consecuencia de la crisis que atraviesa el Barcelona. Cuando esto ocurre, lo mejor es mirar a la cantera.

P. ¿Le parecía Iniesta más completo que Xavi?

R. Eran distintos. Ambos tenían mucho sentido del juego y necesitaban al resto, aunque eran capaces de desenvolverse solos. Ellos sabían qué tenían que hacer con el balón en cada momento. Eran jugadores que manejaban un equipo.

P. Dígame, por favor, cinco jugadores que serían titulares en la Selección.

R. No, no.

P. ¿Y tres jugadores?

R. Ni tres. Es una pregunta que le tocaría contestar a Luis Enrique. Él es el que manda y el que está al tanto de todo.

P. ¿Qué papel cree que hará España en Catar?

R. No lo sé, pero creo que España es candidata al título. Es una Selección que ha olvidado viejos complejos porque esta generación ya ha visto a otra ganar cosas. Es un equipo con buen orden, organización…

P. Si el Madrid solo gana la Liga, ¿sería buena la temporada?

R. El Madrid tiene mucha dependencia de la Copa de Europa. Cada vez que veo al equipo, en España o en Europa, pienso que ese partido no lo pierden. Están jugando bien y la gestión de Ancelotti me parece buena.

P. Le Superliga vuelve a estar encima de la mesa. ¿Qué opinión le merece el proyecto?

R. Me da miedo que las ligas domésticas no tengan la importancia que tienen ahora como consecuencia de buscar algo que solo les dará dinero. No quiero que se desvirtúe la competición. Los jugadores no nacen en el Madrid o el Barcelona, sino en equipos pequeños. No se puede perder la naturaleza de la competición doméstica.

P. ¿Qué supuso para usted el título de marqués?

R. Lo merecían todos los jugadores, pero lo focalizaron en mi figura.

P. ¿Se quedó con la espina de haber sido profesor en un colegio?

R. No he sentido ninguna nostalgia porque he estado en sitios en los que, de otra manera, me he dedicado a la enseñanza. Tampoco la tengo ahora de lo que ha sido hasta hace cuatro o cinco años mi vida.

Determinados personajes proyectan una imagen que no coincide con la realidad. No es el caso de Vicente del Bosque (Salamanca, 1950). Basta un rato de conversación con él para percatarse de que su figura pública no es histriónica. Todo lo contrario. Es un tipo afable, cordial y educado.

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