Vacaciones al volante: ¿es más barato viajar en un eléctrico que en coches de combustión?
Hemos calculado cuánto nos puede costar un viaje de 1.000 kilómetros usando coches dotados de diferentes tipos de mecánica, y, aunque el eléctrico partía como favorito, el resultado no está tan claro
Llegan las ansiadas vacaciones y millones de españoles se disponen a emprender el viaje a su destino veraniego. Tren, autocar, avión… o coche, ese medio de transporte denostado por tantos en los últimos tiempos, pero que resulta insuperable en algunos aspectos, como su capacidad de traslado puerta a puerta, que nos permite unir cualquier punto A con cualquier punto B, en el momento que elijamos y sin necesidad de otros medios complementarios. Por no hablar del factor económico, pues, si viajamos en familia o como parte de un grupo de amigos, nada hay tan rentable como moverse en coche… si ya tenemos uno.
¿Pero cuánto nos cuesta viajar durante el verano en un vehículo particular? La respuesta a esa pregunta no es fácil, porque el número de variables es enorme, aunque en El Confidencial hemos echado las cuentas básicas sobre un ejemplo hipotético: un itinerario de 1.000 kilómetros entre ida y vuelta, de los que 800 correspondan a autovía y 200 a carreteras convencionales. Como decimos, un mero ejemplo, porque habrá familias que regresen a casa tras el descanso estival con 2.000 o 3.000 kilómetros más en la instrumentación de su coche, y otras ni se acercarán a ese hipotético millar de kilómetros.
Uno de los factores que influyen en las cuentas finales es el tipo de propulsión del coche: diésel y gasolina formaban la disyuntiva clásica, pero después se sumaron los híbridos y los de gas, y en fechas más recientes las posibilidades de elección aumentaron con la llegada de los enchufables: los híbridos PHEV y los eléctricos puros. Y, por supuesto, ya hay gente que plantea su desplazamiento estival incluso con los coches de batería.
Por ello hemos recurrido a cinco modelos de reciente lanzamiento, cada uno con un tipo de tecnología diferente y probados en los últimos meses, lo que nos ha permitido realizar los cálculos de gasto a partir de cifras reales de consumo en autovía y en carretera. Coches todos de tamaño medio, pues tres de ellos (Ford Focus, MG4 y Opel Astra) corresponden al llamado segmento C, y los otros dos son alternativas también compactas y de estilo familiar o polivalente: el Dacia Jogger y el Renault Kangoo. Como decimos, meros ejemplos, representando a cinco hipotéticos usuarios que este verano recorran 1.000 kilómetros de asfalto.
Dato clave en nuestras cuentas es el precio del combustible o, usando un término más genérico, de la energía que emplea cada uno. Y, aunque las facturas varían continuamente, tomaremos como referencia los precios medios en España el miércoles 28 de junio: 1,60 euros por litro en la gasolina de 95 octanos, 1,44 euros el litro de gasóleo A y 0,92 euros por litro en el caso del GLP (gas licuado del petróleo).
¿Y la electricidad? Pues ahí la cosa se complica, pues, al contrario de lo que ocurre con los carburantes, con diferencias entre el mínimo y el máximo por litro relativamente moderadas, la energía eléctrica tiene un coste con distancias abismales entre el mínimo y el máximo. Eso es así si hablamos de carga doméstica, donde el precio de cada kWh, en función de tarifas y horarios, suele moverse entre tres y 20 céntimos (si nuestro hogar dispone de producción solar, nos puede salir más barato o hasta gratis); pero también ocurre cuando nos referimos a recargas en estaciones de uso público, pues influye la compañía, la potencia de carga del punto, si somos o no somos abonados de ese servicio… Por no hablar de puntos de carga en destino, como algunos hoteles o restaurantes, donde a veces nos regalan recargas lentas. Pero, como hablamos de viajes, hemos priorizado la rapidez de carga, y en estaciones de alta potencia el precio medio habitual ronda los 0,60 euros por kWh. Los hay más caros y los hay más baratos, y también podemos ahorrar cargando en puntos de baja potencia, pero el viaje entonces se alargará.
Empezamos con la gasolina
Así las cosas, ya tenemos muchos ingredientes con los que calcular el coste de ese viaje veraniego de ida y vuelta de 1.000 kilómetros. Y podemos empezar con el combustible más clásico: la gasolina. Para ello hemos tomado como ejemplo el Ford Focus 1.0 EcoBoost de 125 CV, en el que podemos elegir entre dos versiones, de precios casi idénticos: la normal, con etiqueta C, y la que lleva sistema de hibridación suave MHEV, beneficiada por la etiqueta Eco, con una factura básica de 31.034 euros y que es la probada en nuestro caso: 5,6 l/100 km de media real en autovía, a 120 km/h, y 4,7 l/100 km de media real en carretera, a 90 km/h como máximo. Y en este ejemplo, con 800 kilómetros de autovía y 200 de carretera, el presupuesto en gasolina se nos iría a 86,72 euros.
Pasemos ahora al motor diésel, porque uno de nuestros hipotéticos usuarios ha elegido un Renault Kangoo dCi de 95 CV para cubrir esos 1.000 kilómetros. Y está de enhorabuena, porque el gasóleo se ha abaratado bastante en las últimas semanas, hasta esos 1,44 euros de media, 16 céntimos menos que la gasolina. Como a ese Kangoo diésel, que arranca en 28.979 euros, le medimos 5,2 l/100 km de consumo real en autovía y 4,7 litros en carretera, el viaje veraniego se pondría finalmente en 73,44 euros.
Y ahora vayamos con el representante del GLP, un Dacia Jogger 1.0 Eco-G de 100 CV, que puede funcionar indistintamente con gasolina o con GLP, pero que en nuestros cálculos usaremos solo con gas, pues sale más barato y este tipo de carburante es fácil de conseguir gracias a las más de 800 estaciones españolas donde se vende. Tenemos etiqueta ambiental Eco y el precio de partida es muy asequible, 18.040 euros, y en nuestro test le medimos un gasto real de GLP de 7,7 l/100 km en autovía y de 6,9 l/100 km en carretera. Teniendo en cuenta que el litro de gas licuado cuesta ahora 0,92 euros, los 1.000 kilómetros nos saldrían por solo 69,37 euros; la cifra más baja hasta el momento. Pero nos quedan las dos alternativas más electrificadas del quinteto.
Híbrido enchufable y eléctrico
En representación de los híbridos enchufables, que en la mayoría de los casos combinan un propulsor de gasolina con uno o dos motores eléctricos, hemos elegido el Opel Astra Hybrid 180, dotado de una batería de 12,4 kWh y que homologa 67 kilómetros de autonomía eléctrica media, aunque en viajes largos, una vez se agota la batería, pasa a funcionar como un híbrido convencional en el que casi todo el protagonismo corresponde a su motor 1.6 Turbo de 150 CV.
Para el ejemplo del Astra Hybrid 180, cuyo precio arranca en 40.400 euros (mucho menos si podemos acogernos a las ayudas del plan Moves III), imaginamos que el usuario parte en su viaje con la batería cargada en casa: como decíamos, tarifas entre tres y 20 céntimos por kWh, pero elegimos un término medio, 10 céntimos, de manera que esa electricidad de partida supone 1,24 euros. En autovía, sin embargo, el Astra Hybrid 180 no hace más de 50 kilómetros en modo eléctrico (le medimos un consumo de 18,0 kWh/100 km a 120 km/h), de manera que los siguientes 950 kilómetros, salvo que paremos a cargar de nuevo (no tiene mucho sentido en pleno viaje con un PHEV), los haremos con gasolina. Y en esa situación le hemos medido 6,5 l/100 km en autovía y 5,8 l/100 km en carretera, lo que lleva el coste total de los 1.000 kilómetros a 97,80 euros: 96,56 en gasolina y 1,24 de electricidad. Por ahora, el híbrido enchufable cae a la cola en nuestra clasificación de ruteros económicos. Pero queda el eléctrico puro…
Y tanto se ha hablado de eficiencia y ahorro en el caso de los eléctricos que muchos pueden pensar en una victoria sobre el resto de soluciones de propulsión. En representación de los coches de batería, elegimos el MG4, que es uno de los eléctricos más vendidos en España en lo que va de año, y concretamente su versión de 204 CV con batería de 64 kWh, con precios a partir de 33.980 euros que podemos bajar mucho acogiéndonos al Moves III.
Lógicamente, partiremos con la batería cargada a tope, pues la energía sale mucho más barata en el hogar que en estaciones de acceso público. En nuestro supuesto, calculando una tarifa media de 0,10 euros por kWh, salir de viaje con la batería al 100% nos habrá costado 6,18 euros; y, como su gasto real en autovía es de 20,6 kWh/100 km, podemos pensar en un máximo de 300 kilómetros hasta la primera parada, de modo que los siguientes 700 (500 de autovía y 200 de carretera) los haremos con energía pagada a precio de estación pública: 0,60 euros/kWh en nuestro ejemplo. Como el consumo real de electricidad en carretera del MG4 es de 15,5 kWh/100 km, el coste final de nuestros 1.000 kilómetros en un eléctrico se va a 86,58 euros. Es decir, el tercero más alto, prácticamente a la par del Focus de gasolina.
Como es lógico, podríamos bajar la factura de las recargas del coche eléctrico en estaciones públicas, pues, en los puntos con potencia en torno a 50 kW, la tarifa media ronda los 0,40 euros por kWh; y en ese caso, siguiendo con el ejemplo del MG4, el coste total en energía de los 1.000 kilómetros bajaría a 59,78 euros. Es decir, se convertiría en la alternativa más económica de las cinco.
Kilovatios a precio de oro
En resumen, el GLP aparece como una opción realmente económica en los viajes debido al bajo precio de ese gas, siempre por debajo del euro por litro, y le seguiría el diésel, pues ese tipo de motor gasta poco y el precio del gasóleo se ha moderado en fechas recientes. Un poco más caro sale viajar con gasolina, aunque proliferan ya los modelos que también consumen poco en carretera y autovía. Y más arriba, como solución menos eficiente en largos desplazamientos, encontraríamos los híbridos enchufables, pues son más pesados y funcionarán muchas veces sin su batería cargada.
En cuanto a los eléctricos puros, nuestro ejemplo demuestra que la clave está en el precio de las recargas: en primer lugar, porque las recargas domésticas son mucho más asequibles que las realizadas en estaciones rápidas; y, en segundo lugar, porque conviene estudiar muy bien en qué estaciones públicas pararemos en nuestros viajes, ya que una tarifa de 0,60 o 0,70 euros por kWh arruinará las teóricas ventajas en economía y eficiencia de estos vehículos, mientras que cargando a precios en torno a 0,40 euros por kWh, como máximo, nuestros desplazamientos sí serán más asequibles que los de cualquier otro tipo de vehículo.
Llegan las ansiadas vacaciones y millones de españoles se disponen a emprender el viaje a su destino veraniego. Tren, autocar, avión… o coche, ese medio de transporte denostado por tantos en los últimos tiempos, pero que resulta insuperable en algunos aspectos, como su capacidad de traslado puerta a puerta, que nos permite unir cualquier punto A con cualquier punto B, en el momento que elijamos y sin necesidad de otros medios complementarios. Por no hablar del factor económico, pues, si viajamos en familia o como parte de un grupo de amigos, nada hay tan rentable como moverse en coche… si ya tenemos uno.