Puntos de recarga eléctrica en España: más que el número, importa la calidad

El VIII Observatorio del Foro de Movilidad de Nissan contó, como en anteriores ediciones, con la participación de diferentes expertos en electrificación, tanto del sector público como del privado, y en esta ocasión se repitió constantemente una frase que se ha convertido en habitual en el sector del automóvil: “la electromovilidad no despega en nuestro país”. ¿Las causas? Una excesiva burocracia para instalar puntos de carga públicos, la falta de agilidad de los planes de ayuda, una fiscalidad que podría ser más favorable para el coche eléctrico e, incluso, el desconocimiento por esta tecnología entre gran parte de la población.

Un punto de encuentro que, en primer lugar, puso en entredicho la necesidad de instalar en nuestro territorio un mínimo de 340.000 puntos públicos de recarga eléctrica antes de 2030, para cumplir así los objetivos del PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030). Haciendo un símil, “si España tiene un total aproximado de 70.000 surtidores de gasolina con 24 millones de turismos en circulación, ¿necesitamos tener más de 300.000 puntos de carga públicos”, se preguntaba Enrique Monasterio, del Ente Vasco de Energía.

Para ello, según varios de los ponentes, la solución pasa por apostar por una red de carga ultrarrápida, principalmente en la red de carreteras, que permita cargar con rapidez para cubrir largas distancias sin problemas. Un escenario imposible a día de hoy, pues a 31 de diciembre, solo el 1,4% de los puntos permiten cargar a 250 kW o más. De hecho, solo el 21% de los puntos públicos en España superan los 22 kW, según los datos del último Barómetro de la Electromovilidad de Anfac. Una solución que debe ir acompañada de una mayor potencia de carga en los coches, que deben admitir recargas rápidas para que se cumpla este binomio.

Además, el lento avance de la infraestructura de carga está marcado también en nuestro país por la excesiva burocracia y latosa legislación que tenemos, que hace tedioso instalar un punto. "El tiempo medio para la instalación de un punto de baja tensión es de un año, mientras que para los de tensión media oscila en un rango de 20 a 46 meses", apuntaba Daniel Pérez, CEO de Zunder.

Y en este despegue de los puntos de carga, el papel de las energéticas es vital. Presentes en este Foro de Movilidad de Nissan, también incidieron en las barreras legales actuales. Así lo explicaba Carlos Bermúdez, gerente de Desarrollo de Negocio de Movilidad Eléctrica de Repsol: “Tenemos 1.300 puntos de carga propios instalados en toda la península, de los cuales 600 están activos. Es decir, tenemos más de 700 que no están activados, una brecha que sigue en aumento, ya que ponemos dos cargadores al día en nuestro país”.

Por su parte, Jorge Muñoz, responsable de Carga Pública de Movilidad Eléctrica de Iberdrola, se mostró optimista, pero manteniendo el discurso de sus homólogos con el escenario actual de España: "Tenemos ocho veces más red que hace tres años, pero es prioritario agilizar los procesos para instalar un punto de carga. Mientras que la obra dura un mes, tenemos proyectos que se estiran en el tiempo hasta los dos años y medio", concluía.

Un MOVES directo

El ineficaz papel de las ayudas públicas para incentivar la compra del coche eléctrico fue otro de los puntos principales en el Foro de Movilidad de Nissan. Un tema que genera una única voz en el sector. "Ha habido muchos planes, como Pive, Movea o Renove, y en todos ellos hay dientes de sierra. Es decir, sale un plan al mercado, se desarrolla, y cuando acaban las ayudas, el parque cae. Necesitamos un plan de ayudas estable, para particulares y empresas, porque hemos agotado un modelo de ayudas que no ha dado resultados”, demandaba Francesc Corberó, director de Comunicación de Nissan para España y Portugal.

Un escenario preocupante para los ciudadanos y para el mercado. “Las ayudas a las compras tienen que ser un descuento directo en el momento de la compra. No tramitar la ayuda y esperar a recibir el dinero uno o dos años después. El modelo actual no estimula al usuario ni potencia una posible compra”, afirmaba Pérez.

Mientras, Arturo Pérez de Lucía, director general de Aedive, puso como ejemplo a nuestros vecinos: “En Portugal las ayudas están sobre el IVA y son inmediatas. Y la realidad es que las ventas de eléctricos están al alza en el país luso”. Por su parte, Arancha García, directora del área industrial y medio ambiente de ANFAC, también hacía hincapié en los incentivos: “Con una fiscalidad favorable para el vehículo eléctrico, permitiríamos unas ayudas más eficaces, como ya han hecho otros países europeos”.

Y todo este proceso concluía con un planteamiento más: educar a la ciudadanía. "Hay que vencer la resistencia al cambio y explicar la realidad del coche eléctrico. No es solo un tema de incentivos, de tecnología o de infraestructura, este impulso del vehículo eléctrico es la respuesta a la sensibilidad del medioambiente", apuntaba Ignacio Alday Ruiz, director del Área de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Bilbao.