Bruno Mattucci: "Poner un punto de recarga en España lleva un año; en Francia, un mes"

Nissan es, tradicionalmente, una de las marcas imprescindibles en el Salón de Barcelona, y este año su presencia en Automobile, el evento organizado en el recinto de la Fira de Montjuic, giraba en torno a algunas de sus últimas novedades, como la gama de tecnología e-Power de sus modelos Qashqai y X-Trail, o el eléctrico Ariya. Precisamente junto a esos modelos expuestos nos encontramos con Bruno Mattucci, consejero director general de Nissan Iberia, para que nos cuente cómo ve la marcha del mercado y, en especial, el avance de un proceso de electrificación en el que la marca japonesa fue pionera hace más de una década.

Pregunta. En varias marcas presentes en Automobile nos han comentado que han detectado alegría en los concesionarios en este arranque del año, con mucho tráfico de potenciales compradores en las tiendas. ¿Es el caso de Nissan?

Respuesta. Es cierto que en los primeros tres meses del año hemos visto un dinamismo y una demanda importantes; pero en abril no, aunque lógicamente hubo los 10 días de Semana Santa que paran el país, a lo que se añaden muchas fiestas en el sur de España en la segunda parte del mes. Y en mayo vemos buenas señales, pero hay que esperar...

P. Los problemas logísticos de finales del pasado año, que retrasaron muchas entregas a concesionarios y a clientes, han inflado las matriculaciones en los primeros meses de este 2023 a nivel general, a medida que esos problemas se iban solucionando. ¿También ha ocurrido eso con Nissan?

R. Desde enero hemos empezado a mejorar mucho la lógística y asegurar el suministro, de manera que, en el caso de Nissan, hemos subido las ventas un 53% en el primer cuatrimestre, cuando el mercado ha subido un 33%. Está claro que hemos crecido más porque hemos solucionado ese problema logístico, aunque no al 100%. Pero yo creo que en los meses que vienen el mercado va a bajar, porque todos los fabricantes estamos utilizando una cartera que hemos construído durante el 2022, lo que tiene un efecto sobre la primera parte del año, pero en la segunda queda por ver qué ocurre. La previsión que ha hecho Anfac, que tiene contacto con todos los fabricantes, habla de una subida del mercado del 10% al final del año; pero es muy difícil hacer un pronóstico porque en los últimos dos años todo ha cambiado mucho: todos hemos subido precios, tenemos nuevos competidores que no estaban antes de la pandemia... Es decir, trabajamos en un contexto diferente, y habría que rediseñar el modelo de previsión para tener datos más exactos.

P. Pero con la llegada de las versiones X-Power y del nuevo X-Trail, imagino que esperáis un aumento de ventas frente al 2022...

R. El año pasado lo cerramos con una cuota de mercado del 2,5% y para este año queremos alcanzar una cuota del 3,5%, lo que supone una subida importante. Y eso es así porque tenemos una gama totalmente renovada cuyo potencial no habíamos podido explotar hasta ahora por la falta de suministro, como ocurrió al lanzar nuestra tecnología e-Power en 2022, mientras que ahora ya podremos ver el potencial de Nissan en España, por más que todavía debamos mejorar algo el asunto del suministro.

P. ¿Cómo está siendo la aceptación de esta tecnología e-Power de Nissan?

R. Muy buena, porque está disponible en Qashqai y X-trail, y uno de cada tres vehículos que vendemos es e-Power; y eso que se trata de una tecnología nueva que el cliente tiene que probar antes. Y veo que sigue subiendo, pese a que tiene un coste mayor que la tecnología Mild Hybrid que también ofrecemos, y eso lógicamente tiene un impacto. Pero estamos contentos, porque la tecnología e-Power es nuestra solución para gestionar la transición al mercado 100% eléctrico; la única que hoy permite a un cliente conducir un coche en modo eléctrico pero sin los problemas vinculados al enchufe.

P. Porque seguimos muy despacito con las ventas de eléctricos en España. La proporción en las ventas es idéntica en estos primeros cuatro meses a la de los primeros cuatro meses de 2022. O sea, una pista de despegue en la que avanzamos sin ganar velocidad; pero la pista se acabará...

R. Exactamente. El tema es que no hemos hecho nada diferente a lo que se puso en marcha hace dos o tres años. Nada. El Moves sigue siendo el Moves cuyos problemas ya hemos denunciado y no se han solucionado, la infraestructura de recarga no arranca y estamos a la cola de Europa, la burocracia para implementar más red de recarga sigue siendo una pesadilla... En España, el tiempo promedio para poner en marcha un punto de recarga es de un año, frente a un mes en Francia. Es increible. Y sobre el Moves, vale, es un incentivo, pero no es percibido como tal por los clientes porque no lo veo en el precio del vehículo, y necesito un año para recuperar ese dinero... Esto no ayuda. Y siempre digo que no tenemos que inventar nada nuevo, y que basta con mirar lo que están haciendo en Francia o en Alemania, donde han simplificado la manera de acceder a los incentivos, han invertido en infraestructura de recarga y están ya en 25% o 30% de ventas de eléctricos puros. Y en España, un 4% solo, que es nada. Además, esto impide a las marcas hacer planes ambiciosos, porque se lo enseñas al consumidor y te dice: "de acuerdo, un coche espectacular, pero si te lo compro, al día siguiente empiezo una vida de problemas". Con Anfac hemos hecho una propuesta clara al Gobierno, y no vemos ningún avance, cuando, además, se debería pensar ya en la movilidad de los españoles a cuatro o cinco años vista, incluso 10 años... Y las marcas del automóvil trabajaríamos en esa línea para ver lo que se necesita y alcanzar ese objetivo de movilidad. Y no hay un plan, cuando las multinacionales están acostumbradas a trabajar con planes de medio y largo plazo.

P. Hace unas semanas estuvo el líder de la oposición, Núñez Feijóo, en una reunión de la Junta de Anfac. ¿Percibistéis algún cambio de sensibilidad en comparación con la del Gobierno?

R. Él nos escuchó y luego valoró de manera positiva el plan de Anfac, de modo que parece que tiene ganas de ir en esa dirección. Pero creo que tenemos que convencer también a las comunidades autónomas, porque según estamos organizados en España, el Gobierno central puede tomar decisiones y después esas mismas decisiones se van a parar o a modificar, y esto es muy importante. Cuando son asuntos de interés nacional, habría que buscar la forma en que los ciudadanos de diferentes comunidades sean tratados de la misma manera. Yo soy italiano y estas cosas me parecen raras, porque hablamos de ciudadanos de una misma nación, y deberían tener los mismos derechos, las mismas oportunidades y las mismas ventajas. Y con esto no digo que el modelo a seguir sea el italiano, porque allí tampoco está funcionando, ya que tampoco invierten en infraestructura de recarga y así es muy difícil avanzar hacia un modelo de movilidad 100% eléctrico. En cambio, en Holanda ya están en un 50% de eléctricos, y no creo que un ciudadano español sea tan diferente. Lo que ocurre es que allí sí es una ventaja moverse en un coche eléctrico; y no hay que pensar que los pueblos del norte de Europa hacen eso por ser más ecológicos, pues cuando en alguno de esos países han cortado los incentivos, el mercado se ha parado.

P. Otra de las razones para no comprar un eléctrico es el precio, y no sé si la llegada en el futuro de coches eléctricos más baratos puede animar el mercado. El siguiente Nissan Micra será eléctrico, pero no sé si puedes contarme algo más.

R. No, todavía no podemos hablar de ese coche. Pero sí estamos optimizando todo el proceso de negocio para ajustar en lo posible el precio de nuestros eléctricos. Y la nueva generación de coches eléctricos, Micra incluido, emplea ya nuevas plataformas que son totalmente diferentes y tienen un coste optimizado; porque hoy usamos plataformas que podríamos llamar tradicionales, a las que dotamos de una batería, mientras que en el futuro la batería formará parte de la propia plataforma, lo que cambiará mucho los costes y nos permitirá bajar precios. Sin embargo, el verdadero cambio tecnológico, que tendrá un impacto brutal en el precio, es la batería de estado sólido, que nosotros ya estamos desarrollando. Porque los ingenieros nos dicen que permitirá reducir el coste de la batería un 65%, reducir un tercio el tiempo de carga y duplicar la autonomía. En nuestro caso, en 2026 empezaremos a utilizar este tipo de baterías, y para 2028 estará en todos los vehículos eléctricos de Nissan. Pero ahora toca gestionar el mercado hasta 2026 o 2028, un periodo de tres a cinco años en el que vamos a emplear la tecnología e-Power como transición. Después, nuestra tecnología permitirá que un eléctrico tenga el precio de un coche convencional, y al menos ese problema lo habremos solucionado. Otra cosa es la infraestructura, y por eso presionamos a las autoridades, porque tres o cinco años se pasan rápidamente.

P. Me hablabas de un 3,5% de cuota como objetivo en turismos para este 2023. ¿Pero cómo va Nissan en España con los vehículos comerciales?

R. El mercado español no está mostrando una subida importante. Pero también es verdad que en los vehículos comerciales la falta de suministro es mayor que en los turismos, de manera que ese problema todavía está impactando, porque tenemos una cartera importante pero no vemos que nuestra producción crezca de igual manera. Por lo tanto, para que se recupere el mercado de los vehículos comerciales se necesita más tiempo.

P. En sentido, ¿hay diferencia de suministro entre los productos que os llegan de Japón y los que se fabrican en Europa?

R. En nuestro caso no hay esa diferencia, porque muchos de los proveedores que trabajan con esas plantas son los mismos, y estos proveedores están recuperando su capacidad de producción. En eso no hay problema, y aunque no estamos al 100%, ya tenemos disponibilidad de producto. Pero atrás quedaron los problemas del año pasado, en los que había cambios cada semana, no podíamos ver más allá de una o dos semanas, y nunca sabías qué iba a ocurrir. El 2022 fue muy complicado, mientras que ahora ya tenemos visibilidad de la producción a dos o tres meses, y trabajamos, entre comillas, con más normalidad.