La mitad de las empresas españolas ya usan al menos una solución alternativa al coche

Arval, la empresa dedicada a renting de vehículos de servicio completo y nuevos servicios de movilidad, ha realizado por medio del Arval Mobility Observatory un estudio europeo sobre las movilidad de los trabajadores, a partir de 2.905 entrevistas a otros tantos empleados de compañías grandes y medianas de seis países: Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y España.

Según sus autores, que han contado con la colaboración de Ipsos para su encuesta, la movilidad está viviendo un profundo cambio, y los procesos relacionados con ella se han acelerado tras la pandemia, un contexto al que no es ajena la movilidad corporativa, que también protagoniza una rápida transformación impulsada por tendencias sociales, factores medioambientales y cambios legislativos, entre otros.

Sería el caso, por ejemplo, de la implantación a partir de este año de los Planes de Movilidad Urbana Sostenibles (PMUS) y de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en todos los municipios con más de 50.000 habitantes, y que en el caso español son 149. Su aplicación, destinada a limitar la movilidad contaminante, supondrá restricciones a la movilidad de muchos trabajadores con vehículos sin etiqueta, pero también genera un reto para las flotas de reparto de última milla, que tienden cada vez más hacia la electrificación. A día de hoy, una veintena de ciudades han puesto en funcionamiento o tienen a punto de activar sus ZBE: Madrid, Barcelona, Pamplona, L'Hospitalet de Llobregat, Sant Cugat, Cornellá de Llobregat, Pontevedra, Sevilla, Córdona, Burgos, Talavera de la Reina, Ciudad Real, Algeciras, San Cristóbal de la Laguna, Melilla, Alcobendas, Coslada, Fuelabrada, Parla y Rivas-Vaciamadrid.

En este sentido, el 59% de las compañías ya veía en 2021 la movilidad de todos sus empleados como un factor estratégico de la empresa, y planeaban disponer de un plan de movilidad en los siguientes tres años, tratando de que los coches de empresa fueran más sostenibles, ofreciendo soluciones de trabajo flexible y facilitando el trabajo desde casa; e incluso trasladando las sedes corporativas al centro de las ciudades. "La nueva movilidad pasa de ser solo corporativa a afectar a todos los empleados de una empresa; y hay que dar una solución a la movilidad para todos los trabajadores, porque hay que pensar en la huella de carbono de toda la empresa en su conjunto", explica Manuel Orejas, director de marketing y desarrollo de negocio de Arval.

De hecho, y según esta compañía de renting, el 66% de las empresas ya tienen implementados planes de movilidad integrales destinados a reducir las emisiones generadas por sus empleados, y la mitad de las firmas españolas ya utilizan al menos una solución de movilidad alternativa al coche, cuando la media en la Unión Europea es del 59%. Una de estas fórmulas es el carsharing corporativo, que optimiza las flotas corporativas y da acceso a un vehículo a empleados que antes no lo tenían, de manera que el tamaño del parque móvil se racionaliza, se reduce la huella medioambiental, se logran ahorros en torno al 20% en coste de movilidad y se mejora la satisfacción de los empleados.

Más allá del coche

Pero la movilidad corporativa ya va más allá del coche, con fórmulas de micromovilidad, por ejemplo, con patinetes y bicis eléctricas, que también pueden integrarse en servicios multimodales. Arval estima que el uso de la bicicleta eléctrica, o e-bike, llegará a medio plazo al 5% de la movilidad in itinere, cuando actualmente no llega al 1% en nuestro país. Porque se trata de un medio de transporte barato, sostenible, individual y saludable, idóneo para las personas que viven en un radio cercano a sus lugares de trabajo; y con ventajas añadidas: mejora la calidad del aire de las ciudades, reduce la congestión del tráfico y libera plazas de estacionamiento, y además no requieren ningún tipo de carné y son más económicas.

Además, el teletrabajo se ha institucionalizado en muchas empresas, y eso está modificando el uso tradicional de la oficina, la organización de los empleados y la forma en que se mueven. Y, según Arval, las empresas se han adaptado a esa nueva realidad de cuatro formas diferentes: por ejemplo, creando oficinas satélite en ubicaciones alternativas y potencialmente más económicas, más cerca del transporte público y los hogares de los empleados, que acortan sus tiempos de desplazamiento. Otras compañías han optado por maximizar el teletrabajo, con contratos de renting de menor kilometraje y soluciones de movilidad alternativas. Un tercer escenario es una fórmula mixta, con áreas de trabajo compartidas y flexibilidad en el teletrabajo. Y el último escenario es una reanudación de la actividad convencional, tal y como era antes de la pandemia, con actividad siempre presencial.

Los resultados de la encuesta

En cuanto al tiempo de desplazamiento y la distancia al trabajo, los empleados españoles consultados viven en un 63% de los casos a menos de 20 kilómetros de su puesto de trabajo, y en un 37% a más de 20 kilómetros, cuando en la media de los seis países objeto del estudio, a menos de 20 kilómetros viven el 57%, y a más de esa distancia, el 43%. Y por eso también tardamos menos en llegar al trabajo: un 67% de los españoles emplea menos de media hora y un 33% supera ese tiempo, mientras que en Europa los porcentajes son, respectivamente, del 62% y el 38%.

También se preguntó por las consecuencias del Covid en los hábitos de transporte al trabajo, y el 45% respondieron que habían aumentado el número de días de trabajo desde casa o en remoto (47% en Europa), mientras que un 29% de los trabajadores españoles había cambiado el medio de transporte (23% en Europa), un 45% disminuyó la frecuencia de sus viajes de negocios (42% en Europa) y un 38% reconoce estar ahora más preocupado que antes de la pandemia por una movilidad respetuosa con el entorno (34% en Europa). Y abundando en el capítulo del teletrabajo, el promedio de días de trabajo a distancia por semana de los españoles encuestados es de 1,7, ligeramente por debajo de los 1,9 días de la media europea. Y si nos fijamos exclusivamente en los empleados que sí teletrabajan, el promedio de días a la semana que no acuden al centro de trabajo es de 3,3 días, frente a los 3,2 días en Europa.

En lo que se refiere al medio utilizado para trasladarse al trabajo, un 67% de los españoles apuesta por el vehículo privado (71% en Europa), un 28% utiliza el transporte público (22% en Europa), un 18% va a pie (13% es la media continental), un 16% acude con un vehículo de dos ruedas (21% en Europa) y un 11% comparte vehículo (10% en Europa). Suman más del 100%, pues algunos trabajadores emplean a veces un medio y a veces otro.

Y al preguntar por el medio de transporte más empleado en desplazamientos profesionales, un 49% de los trabajadores españoles recurre al vehículo privado (misma proporción que en Europa), un 32% utiliza el avión (26% en Europa), un 28% usa trenes de alta velocidad o larga distancia (30% en Europa), un 26% emplea vehículo compartido (22% en Europa) y un 13% prefiere vehículos de dos ruedas (mismo porcentaje que en Europa).

En este sentido, a la hora de elegir el medio de transporte para los trayectos diarios entre casa y el trabajo, en los españoles manda la rapidez (37%), seguida por la comodidad (33%), la facilidad de acceso desde el domicilio o desde el puesto de trabajo (31%), que sea el trayecto más directo (20%) o que se adapte mejor a sus horarios de trabajo (19%). Pero la sostenibilidad es un factor apenas mencionado.

La encuesta de Arval Mobility Observatory pregunta también por los servicios ofrecidos por las empresas a sus empleados en relación con el vehículo, y su grado de utilización. Por ejemplo, el 17% reconoce que su empresa contribuye en los gastos de combustible, pero solo el 12% utiliza esa posibilidad; el 15% responde que la empresa le proporciona una plaza de parking, pero solo el 12% dice utilizarla; al 13% la empresa le ofrece vehículo de compañía, que solo emplea el 8% de los encuestados; y el 9% dice que su empresa le ofrece una ayuda para gastos de transporte público, aunque solo el 4% utiliza esa posibilidad.

Como resultado, un 39% de los trabajadores españoles consultados se muestra muy satisfecho o simplemente satisfecho con la oferta de servicios de movilidad de su empresa (un 45% en el caso de Europa). Cuando se les pregunta por las ventajas de movilidad más atractivas a la hora de aceptar una nueva oferta de trabajo, un 49% explica que le gustaría tener un presupuesto de movilidad, concedido por la empresa para que el empleado pudiera elegir su medio de transporte preferido. Por su parte, un 42% valoraría muy positivamente un vehículo de empresa, y un 31% agradecería la existencia de un centro de movilidad en su empresa con múltiples opciones compartidas, como coche, bicicleta...

Y cuando se les pregunta por ayudas o servicios concretos ofrecidos por las empresas, una opción muy valorada, con un 75% de respuestas positivas, es que la compañía contribuya con los gastos de combustible o de energía eléctrica; mientras que al presupuesto de movilidad dicen que sí también el 75%, y a que la empresa contribuya con los gastos en transporte público, un 71%, el mismo porcentaje que valoraría bien que la compañía le ofreciera una plaza de aparcamiento.

Sin embargo, cuando se pregunta a los trabajadores si creen que hay muchas probabilidades de que la empresa aumente sus servicios de movilidad en los próximos cinco años, solo el 47% de los empleados españoles contestan afirmativamente, demostrando un pesimismo algo mayor que en el promedio europeo, donde el 51% se muestra esperanzado.