El carril bici que explica la política en Rivas Vaciamadrid, el gran bastión de la izquierda

Rivas Vaciamadrid, el gran bastión de la izquierda madrileña, gobernado por Izquierda Unida en coalición con el PSOE y Podemos, tiene abierta una guerra con Sol y busca mantenerse fuerte antes de las elecciones autonómicas y locales, fijadas en mayo. El PP parece adelantar por la derecha, y en caso de un desplome de Ciudadanos serían ellos quienes previsiblemente absorban esta fuente de votos. El anterior alcalde, Pedro del Cura, también de IU, dimitió hace tan solo un año y hoy es cercano a la plataforma Sumar, pilotada por la vicepresidenta Yolanda Díaz. Y ahora, un polémico carril bici ha levantado las alfombras del pulso en la izquierda de Rivas Vaciamadrid —y fuera de ella— por resistir al 28-M.

El contrato fue adjudicado el pasado septiembre. Para ofrecer alternativas a los vehículos de motor con la instauración de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en todos los municipios madrileños —Rivas es de los pocos que lo lograron este 2023, como dicta la Ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Energética— se contempló un proyecto para construir casi 21 kilómetros de carril bici, segregados en 26 rutas distintas por toda la ciudad. Esta infraestructura se financiaría con los 1,4 millones de euros que los fondos europeos, los Next Generation, facilitaron para garantizar la reducción de contaminación. Y fue la gota que colmó el vaso de una serie de decisiones urbanísticas que se tradujeron en descontento.

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En julio de 2021, un pleno del Ayuntamiento determinó la suspensión cautelar de todas las licencias en desarrollo en el barrio del Cristo de Rivas, cuyo suelo pertenece principalmente a la empresa Jarama. Esta compañía centra sus trabajos desde hace años en la ciudad de Rivas. Pero conscientes del crecimiento urbano que experimentan desde hace años –"estamos rozando los 100.000 empadronados", indicó el Consistorio, con casi 10.000 registrados solo en los últimos años–, el equipo de Gobierno decidió dar una auténtica vuelta de tuerca a su modelo urbanístico. Desde enlazar la barriada con la carretera M-50 o la apertura de un nuevo centro de salud hasta levantar otro colegio más. Pero, sobre todo, quieren potenciar su sostenibilidad. Es aquí donde entra en juego el kilométrico carril.

Se habló de construir más bancos en la calle, potenciar el pequeño comercio o impulsar la vía alternativa para bicis. El entonces alcalde Pedro del Cura, que casi un año después sería sustituido por Aida Callejo, convocó un referéndum popular que preguntaba si había que paralizarlas. En la consulta participaron casi el 19% de todos los mayores de 16 años censados, que optaron por el sí a la suspensión con un 82% de los votos. Todos estos cambios están sujetos a la disputa abierta entre el Gobierno municipal y la Comunidad de Madrid, con los primeros acusando a los segundos de no brindarles los recursos que necesitan y ralentizar su mejora.

Rivas Vaciamadrid ha decidido lanzarse a un nuevo modelo de ciudad. Incluso impulsó un informe de implicación ciudadana en materia urbanística. Pero luego está todo el asunto político. Con la primera cita en las urnas el 28 de mayo, los alcaldes de izquierdas en los Ayuntamientos de la Comunidad de Madrid se conjuran para revalidar sus resultados y no ceder un milímetro de terreno al PP de Ayuso. La presidenta madrileña lidera todos los sondeos para repetir una victoria en las próximas elecciones, y ahora lucha por lograr cuanta más independencia posible de Vox. Los de Rocío Monasterio han sido siempre buenos aliados de Sol, pero las relaciones se enturbiaron en los últimos meses hasta culminar con el no de estos a los presupuestos autonómicos, que por este motivo no salieron adelante.

En Rivas Vaciamadrid gobierna la izquierda desde principios de los 90. Es terreno conocido para Izquierda Unida, que en 2015 se alió en el municipio con Equo y ciertos miembros de Podemos bajo la marca Somos Rivas, con la que llegaron a la alcaldía. La gran mayoría de los morados, reagrupados con colectivos sociales y Anticapitalistas –que nace de otra escisión entre los de Ione Belarra–, quedaron segundos en aquellas elecciones como Rivas Puede. Aunque el liderazgo de IU es casi una excepción en Madrid, y sigue siendo el PSOE el que encabeza los Ayuntamientos en manos de la izquierda, con 24 mayorías tras los comicios de 2019 y un fuerte cinturón rojo con grandes núcleos como Móstoles, Leganés o Getafe.

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Ignacio S. Calleja

A cuatro meses para las elecciones, la cosa en Rivas se agita por el descontento con el carril bici. El pasado 17 de diciembre una plataforma municipal creada en defensa de la movilidad convocó una manifestación para incrementar el ruido y que el Ayuntamiento cediera a sus demandas. La infraestructura, situada al lado izquierdo de la vía, aumenta según ellos el tráfico, mientras que los partidarios del camino lo ven un medio más seguro y un avance para todos. Este mismo jueves, una sesión plenaria aprobó incluir a la localidad en la Red de Ciudades por la Bicicleta.

La Concejalía de Seguridad y Movilidad, que está en manos del socialista Luis Altares, lo defendió como una forma de contacto con otros municipios que apuesten por este medio de transporte. También permitirá acceder a un registro de propietarios de bicis, en el que la inscripción será voluntaria y servirá para localizar las suyas en caso de extravío o robo. Pero la respuesta entre la oposición fue apabullante. Aunque Ciudadanos se abstuvo en la votación, PP, Vox y no adscritos arremetieron contra la decisión y la tildaron de "blanqueamiento" para apaciguar las aguas tras la polémica por el carril, o de "un paso más para imponer la agenda 2030".

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En el Ayuntamiento de Rivas defienden el carril y sostienen que no habrá marcha atrás, como piden otros grupos. Sí estudian pequeñas modificaciones o mejoras, pero nada más. Sobre los atascos en hora punta, aseguran que ocurrió sobre todo al inicio de las obras, pues coincidían con la renovación del asfaltado en la misma zona. En el PP, en la oposición, no lo ven nada claro.

"Estamos repensando el futuro de la ciudad", concluyeron. Esto pasa por crear nuevas infraestructuras que se ajusten a los objetivos de sostenibilidad, y también por otras discutidas medidas como la paralización temporal de licencias. Cumplido un año desde la suspensión inicial en el Cristo de Rivas, el pleno municipal la levantó parcialmente en el tramo entre dos avenidas. El Consistorio también hizo público un informe técnico que encargó a un estudio arquitectónico para justificar una prolongación de la paralización por otro periodo anual más, solo en algunas zonas.

Pero este asunto entra en conflicto con la ley autonómica de suelo, que exige otros pasos previos como la aprobación inicial de un nuevo plan general de ordenación urbanística (PGOU). De hecho, el propio Ayuntamiento confirma que ya hay uno en marcha. Todavía están discutiendo sus líneas clave: "Es por eso que paralizamos todas las construcciones que aún no tenían licencia adjudicada. No queremos iniciar proyectos que en unos años no encajen con el modelo que queremos para Rivas Vaciamadrid".

Lo cierto es que el carril bici es solo la punta del iceberg. Tanto el Gobierno municipal como la oposición del PP coinciden en que el tráfico seguirá siendo un gran reto para la próxima legislatura. Los primeros, por su concentración y los segundos, por la mala gestión que atribuyen a las izquierdas en el poder. A nivel político, ganar esta y otras batallas electorales de cara a los escasos cuatro meses que quedan para el 28-M puede suponer grandes cambios para este municipio madrileño, históricamente coloreado en rojo. Los resultados de los populares en los comicios de 2019 no fueron buenos: obtuvo solo dos concejales, los mismos que Vox y tres menos que Ciudadanos (5). Pero si la descomposición de los naranjas también se traduce a nivel local, pueden ganar un buen impulso.