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Entre el turismo y la industria: la gran batalla por el futuro de la energía en Europa
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Tras la crisis energética

Entre el turismo y la industria: la gran batalla por el futuro de la energía en Europa

La guerra de Ucrania impulsa a la UE a acelerar el cambio del gas natural a la energía eólica y solar, pero crece la oposición entre quienes dependen de los paisajes, los lugares culturales y el turismo de la región

Foto: Foto: EC Diseño.
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Los planes europeos para utilizar energía eólica y solar se están acelerando tras la invasión de Ucrania, que provocó una fuerte subida de los precios del gas natural. Se enfrentan a la oposición de residentes y funcionarios, que afirman que una oleada de nuevos proyectos perjudicará a los paisajes, los lugares culturales y la valiosa industria turística de la región.

En la campiña gallega del noroeste de España, María Martín y su marido abrieron hace seis años una posada que ofrece a los veraneantes un refugio tranquilo. El mar está a pocos kilómetros, y la Basílica de San Martiño de Mondoñedo, la catedral más antigua de España y una atracción para los peregrinos del famoso Camino de Santiago, se encuentra en el mismo valle.

Foto: Una válvula cerrada en una tubería de suministro de gas. (EFE/EPA/Maxim Shipenkov)

La pareja y otros vecinos están luchando contra una propuesta para construir un grupo de turbinas eólicas de 345 pies de altura cerca de la hospedería. Los aerogeneradores forman parte de los más de 200 con los que cuenta Alcoa, con sede en Pittsburgh, para volver a poner en marcha su enorme fundición de aluminio ubicada en San Ciprián, unos 22,5 kilómetros al oeste. Alcoa paralizó la fundición en 2021 debido a la subida de los precios de la electricidad cuando Rusia empezó a reducir el flujo de gas natural antes de su invasión de Ucrania.

La Xunta de Galicia aprobó el parque eólico en noviembre, a pesar de la oposición local, al designarlo proyecto de interés estratégico para el territorio. El parque también necesita la aprobación del Gobierno nacional de España debido a su gran tamaño. "Nadie puede vivir tan cerca de un parque eólico", afirma Martín. Según los críticos, las turbinas son una plaga para el paisaje, hacen ruido y proyectan sombras. "Mi negocio, mi modo de vida, probablemente desaparecerán", se lamenta Martín.

En los últimos años, los gobiernos de la Unión Europea han sustituido la electricidad generada con carbón por gas natural y energías renovables, como la eólica y la solar, para reducir las emisiones. Sin embargo, los obstáculos burocráticos y la oposición local hacen que los proyectos tarden años en completarse.

Foto: Este nuevo sistema de baterías tiene el respaldo de Jeff Bezos y Bill Gates y pretende "transformar el sector energético". (Form Energy)

En 2021, el brazo ejecutivo del bloque propuso una gran expansión de las energías renovables en la próxima década, de alrededor del 20% al 40% del consumo total de energía de la UE para 2030. La invasión rusa de Ucrania, que triplicó con creces los precios del gas natural el verano pasado en comparación con antes de la guerra, llevó a la UE a elevar ese objetivo al 45%.

Francia, Alemania, España y otros gobiernos europeos están aprobando leyes que declararían las energías renovables de interés público superior, eliminando los obstáculos que han frenado la inversión en energía eólica y solar y reduciendo el poder de los grupos de interés para retrasar o bloquear proyectos.

Los elevados precios de la energía ya han obligado a cerrar decenas de fábricas que forman la espina dorsal industrial de la región y dan empleo a decenas de miles de personas. Muchas más están en peligro, amenazando las cadenas de suministro de fabricantes de automóviles, empresas aeroespaciales y otros gigantes industriales. Los economistas de la Comisión Europea prevén que la economía de la UE se contraiga un 0,5% en el trimestre finalizado el 31 de diciembre y un 0,1% en el siguiente, a medida que las fábricas frenen su producción.

Los elevados precios de la energía ya han obligado a cerrar decenas de fábricas que forman la espina dorsal industrial de la región

"Si no se aprueban los parques eólicos, habrá problemas", afirma José Antonio Zan, dirigente sindical de la planta de Alcoa en San Ciprián. "En España, no tenemos petróleo ni gas, pero tenemos viento, y deberíamos aprovecharlo".

En Italia, los legisladores han limitado el poder del Ministerio de Cultura para impugnar proyectos de energías renovables en virtud de una nueva ley que ha reducido drásticamente los plazos de concesión de permisos para nuevos parques solares a menos de un año. Como consecuencia, se ha disparado el número de proyectos que desean conectarse a la red.

El Ministerio de Cultura, encargado de preservar un paisaje salpicado de ruinas antiguas, suele oponerse a los proyectos eólicos y solares por temor a que dañen las antigüedades o degraden la belleza del paisaje. Los funcionarios del ministerio encargados de la conservación presionan para que se impongan nuevas restricciones al desarrollo de proyectos para salvaguardar el paisaje italiano, que figura en la Constitución como bien protegido.

Foto: Ilustración: EC Diseño.
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Una propuesta prohibiría la instalación de grandes parques solares en más de 40.000 acres de campo en la región del Lazio, en torno a la cuenca del río Arrone, centro de la civilización etrusca, que dominó Italia antes del auge de Roma. La restricción propuesta provocó la protesta de ejecutivos de la industria solar y de algunos legisladores italianos, que afirman que docenas de parques solares previstos se retrasarían indefinidamente. Las autoridades responsables de la conservación cultural pospusieron la propuesta para nuevas consultas después de que el Gobierno regional de Lazio se opusiera.

"Con la guerra en Ucrania, el desarrollo de las energías renovables se ha vuelto fundamental para nuestro país", afirma Silvia Fregolent, legisladora italiana. "Pero todavía se oyen numerosas negativas".

Las empresas químicas, los productores de aluminio y otras industrias europeas ávidas de energía han surgido como una poderosa fuerza que impulsa la construcción de parques eólicos y solares. Se apresuran a firmar contratos a largo plazo con promotores de energías renovables que les suministren electricidad a precios asequibles y les protejan de las oscilaciones bruscas del precio del gas natural, que suele fijar el precio de la electricidad en los mercados europeos.

Foto: Imagen de archivo de un parque eólico. (EFE/Martin Schutt)

Antes, los promotores de energía eólica y solar tenían que vender sus proyectos a grandes empresas, sobre todo tecnológicas, para firmar contratos de compra de electricidad a largo plazo que les permitieran obtener financiación. Ahora, la situación se ha invertido y los promotores reciben un aluvión de solicitudes de fabricantes para firmar contratos de suministro de energía.

"Hay un apetito enorme por las renovables, sobre todo por parte de las empresas que consumen mucha energía, pero no hay suficientes proyectos", afirma Joop Hazenberg, director de políticas de Re-Source Platform, un grupo con sede en Bruselas que pone en contacto a compradores y vendedores de energías renovables.

En Galicia, uno de los rincones más borrascosos de Europa, el gGobierno regional está acelerando la construcción de parques eólicos para suministrar electricidad a las fábricas locales. Ha prometido agilizar la revisión de los proyectos que hayan firmado contratos con fabricantes gallegos por al menos el 50% de su producción.

"Hay un apetito enorme por las renovables, sobre todo por parte de las empresas que consumen mucha energía, pero no hay proyectos"

"Hay mucho apoyo a nivel regional para ayudar durante el proceso de solicitud de los permisos y poder poner en marcha estas instalaciones nuevas de energías renovables", cuenta Roy Harvey, director ejecutivo de Alcoa.

La empresa metalúrgica Ferroglobe está negociando acuerdos de suministro eléctrico con proveedores de energías renovables en España, después de cerrar el año pasado tres fábricas en el país que emplean a 400 personas.

La empresa química japonesa Showa Denko KK firmó un contrato de electricidad procedente de parques eólicos en desarrollo para sus operaciones en Galicia, incluida una nueva fábrica de producción de grafito para baterías de vehículos eléctricos. El fabricante chino de neumáticos Sentury Tire planea construir una fábrica cercana alimentada por energía eólica. También hay planes para una fábrica construida por las empresas españolas Reganosa y EDP Renováveis que utilizaría energía eólica para producir hidrógeno, un sustituto propuesto para el gas natural en muchos procesos industriales que produce casi cero emisiones de gases de efecto invernadero.

Foto: La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. (EFE/Javier Lizón)

España tiene ya una de las mayores capacidades de energía eólica del mundo, con más de 28.000 megavatios instalados en todo el país. La eólica fue su segunda fuente de electricidad en 2021, después del gas natural, con un 23% de la producción eléctrica, según la Agencia Internacional de la Energía. Los potentes vientos de Galicia han atraído gran parte de esa inversión: hay más de 4.000 aerogeneradores repartidos por una región ligeramente más pequeña que el estado de Maryland.

Según los críticos, las turbinas han estropeado las vistas naturales de Galicia, así como lugares de interés cultural que se remontan al Imperio romano. El turismo representa el 10% del PIB y el 11% del empleo total de la región, según datos de 2019.

Las turbinas pueden verse en muchos lugares del Camino de Santiago, una de las peregrinaciones más importantes de la cristiandad. Desde la Edad Media, los peregrinos recorren sus distintas rutas a través de Galicia hasta llegar a la catedral de Santiago de Compostela. Cuenta la leyenda que los huesos de Santiago fueron llevados allí tras ser decapitado en Jerusalén por el rey Herodes.

Foto: Los Reyes, cuando todavía eran Príncipes de Asturias, en el Camino de Santiago. (EFE/X. Rey)

Algunas rutas del camino pasan tan cerca de turbinas que los peregrinos dicen que pueden oír el silbido que hacen al girar. Priscilla White, que regenta una posada en una de las rutas, dice que las turbinas cambian el ambiente de la peregrinación. "Como recorremos un camino antiguo, nos gusta pensar que tiene el mismo aspecto de siempre, pero eso ya no es posible", cuenta Priscilla, que es vicepresidenta de la Hermandad de Santiago Apóstol, una organización británica que ayuda a los peregrinos.

Hay unos 270 proyectos eólicos que han solicitado la autorización de la Xunta de Galicia, lo que casi duplicaría la capacidad instalada de la región si se construyeran todos. Los primeros proyectos ocupaban terrenos en zonas más remotas, pero la nueva oleada está invadiendo pueblos y lugares de interés cultural.

Según Fernando de Abel Vilela, profesor de Derecho de la Universidad de Santiago de Compostela y miembro de la junta directiva de Adega, una organización ecologista gallega, los ganaderos gallegos afirman que las turbinas perturban a sus animales y el sector turístico está en peligro. Él y otros miembros de Adega viajaron a Bruselas en agosto para presentar una queja ante la Comisión Europea alegando que los procedimientos de Galicia para la revisión de los parques eólicos violan las normas de la UE sobre protección del medio ambiente y participación pública.

Foto: La turbina eólica 14-222 DD de Siemens Gamesa que acaba de batir el récord de producción. (Siemens Gamesa)

"El número masivo de proyectos ha puesto en peligro el modo de vida de mucha gente en el campo", se queja De Abel Vilela. En su opinión, los proyectos se están llevando a cabo demasiado deprisa, sin contar con participación suficiente del público y los grupos ecologistas. "Hace dos años, nadie tenía prisa. Ahora es una completa locura".

WindEurope, que representa a fabricantes de turbinas y empresas de energías renovables, afirma que el sonido de las turbinas a una distancia de 400 metros equivale al zumbido de un frigorífico, mucho menos que otras fuentes de ruido ambiental como el tráfico rodado. Además, los aerogeneradores proporcionan importantes ingresos a los agricultores y otros propietarios de las zonas rurales donde suelen construirse.

En 2021, el Gobierno español anunció la construcción de un parque eólico por Greenalia, un promotor local de energías renovables. El proyecto, denominado Borrasca, constaría de 15 turbinas gigantes en la ciudad de Foz y sus alrededores, en la costa norte de Galicia, donde se encuentra el hotel de María Martín. En un principio, la Xunta de Galicia se pronunció en contra del proyecto, indicando que no lo aprobaría porque las turbinas estarían fuera de la zona que Galicia había reservado para parques eólicos, en terrenos alejados de zonas pobladas. Los funcionarios revisaron su postura y aprobaron los planes cuando las turbinas fueron designadas para suministrar energía a Alcoa.

"El número masivo de proyectos ha puesto en peligro el modo de vida de mucha gente"

María y su marido, Antonio Cubas, estaban entre los vecinos que se movilizaron contra el proyecto, organizando una protesta frente al ayuntamiento. El Ayuntamiento de Foz presentó sus objeciones a la Xunta de Galicia, alegando que las turbinas estarían demasiado cerca de las casas de la gente y superarían los límites de ruido. El turismo, un sector en auge en Foz, se vería perjudicado.

Al mismo tiempo, los trabajadores de la fábrica de Alcoa celebraban manifestaciones para conseguir que el Gobierno español interviniera para comprar la fábrica al gigante estadounidense del aluminio. Alcoa había estado intentando vender la fábrica sin éxito a medida que aumentaban las pérdidas por el incremento de los costes de la electricidad. La fundición es una de los mayores consumidores de electricidad de Europa: consume tanto como una ciudad pequeña. Los trabajadores temían su cierre.

Más de 600 puestos de trabajo y la vitalidad económica de la zona estaban en peligro. "Todos hemos estado preocupados, porque todos dependemos de ella", afirma Ana María Rolle, propietaria de un restaurante en San Ciprián.

Foto: Votación para el cierre de Alcoa. (EFE/Emilio Pérez Vázquez)

Más tarde, en 2021, los trabajadores y la empresa llegaron a un acuerdo: Alcoa pararía la fundición hasta enero de 2024, sin dejar de pagar a los empleados, y mientras tanto buscaría nuevas fuentes de electricidad para volver a poner en marcha la fundición. Meses después, Alcoa anunció que había llegado a un acuerdo con Greenalia para el suministro eléctrico de 29 parques eólicos que está desarrollando en toda Galicia, con casi un gigavatio de potencia. Uno de ellos es el parque eólico de Borrasca, en Foz.

Los promotores del proyecto podrían haber ubicado los aerogeneradores en cualquier lugar de España, ya que las turbinas no venderán directamente a la fundición, sino a la red eléctrica del país. Pero, según los responsables, construirlos lo más cerca posible de la planta ayuda a conseguir apoyos.

El público "entiende que esta energía renovable está apoyando a la industria local", explica Antonio Fernández-Montells, director financiero de Greenalia. "Tenemos más recursos, energía más barata, así que tenemos una industria más competitiva". Alcoa también tiene un contrato con la empresa energética española Endesa por otros 816 megavatios de capacidad eólica.

Foto: Central nuclear de Ascó (Tarragona). (EFE/Archivo/Jaume Sellart)

Como la energía eólica y la solar no se pueden producir cuando no sopla el viento o no brilla el sol, los proyectos necesitan un gran exceso de capacidad para cubrir las necesidades constantes de electricidad de las fábricas. Se necesitarán más de dos gigavatios de capacidad eólica para cubrir el consumo eléctrico de la fundición de Alcoa: 400 megavatios de potencia, las 24 horas del día, cuando la planta produce a pleno rendimiento.

La designación de Borrasca como parque eólico que abastecería a Alcoa le dio prioridad a la hora de ser examinado por la Xunta de Galicia, que se ha visto desbordada por el número de solicitudes de construcción de parques eólicos en la región. También contribuyó a aumentar el apoyo al proyecto en Foz, donde viven muchos trabajadores de Alcoa.

"La gente está un poco más a favor", afirma Fran Cajoto, alcalde de Foz. "Aunque tiene un impacto medioambiental negativo, es la energía más limpia que existe ahora mismo".

- Con la contribución de Michael Susin.

*Contenido con la licencia de The Wall Street Journal.

Los planes europeos para utilizar energía eólica y solar se están acelerando tras la invasión de Ucrania, que provocó una fuerte subida de los precios del gas natural. Se enfrentan a la oposición de residentes y funcionarios, que afirman que una oleada de nuevos proyectos perjudicará a los paisajes, los lugares culturales y la valiosa industria turística de la región.

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