Gijón será el centro del 'hub' del hidrógeno y España baraja almacenes en Cantabria y Euskadi

El corredor ibérico del hidrógeno va mucho más allá del famoso tubo que unirá Barcelona y Marsella, que en un primer momento se conoció como BarMar. El Gobierno presentó este jueves a Bruselas sus propuestas para los proyectos de interés común (PCI, por sus siglas en inglés), con el objetivo de que las nuevas infraestructuras energéticas obtengan financiación europea. Y hay algunas sorpresas.

El Ejecutivo dibuja dos grandes vías en España: una de sur (Huelva) a norte, con un recorrido similar al trazado de la Ruta de la Plata, y otro que unirá el Mediterráneo (Cartagena) y el Cantábrico. Ambas terminan (o empiezan) en Gijón, que será el centro del nuevo hub que plantea el Ejecutivo para convertir a nuestro país en una potencia mundial en este ámbito. Todas las localidades ya tienen actualmente puertos con plantas regasificadoras. Aunque la mayoría del hidrógeno renovable se producirá en el sur, gracias al gran potencial de energía solar, el Ejecutivo pedirá financiación a Bruselas para estudiar posibles almacenes en Cantabria y el País Vasco, más próximos a la salida hacia Europa, que tendrá en Barcelona su punto neurálgico.

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El primer corredor de hidrógeno renovable de la Unión Europea, el denominado H2Med, se presentó este jueves a las autoridades comunitarias. Este viernes, el Gobierno ha comunicado la letra pequeña que concreta lo acordado hace una semana en Alicante por los presidentes español, Pedro Sánchez; francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro portugués, António Costa.

Impulsado por los gobiernos de España, Portugal y Francia, el H2Med incluye dos infraestructuras transfronterizas, una entre Celorico da Beira (Portugal) y Zamora, y otra, submarina, entre Barcelona y Marsella (Francia), que están promovidas por los respectivos transportistas y gestores de los sistemas gasistas: Enagás por la parte española, REN por la portuguesa y GRTgaz y Terega por la francesa.

Estas empresas (TSO, por sus siglas en inglés) han trabajado coordinadamente para diseñar el H2Med y ayer presentaron su candidatura a la convocatoria de PCI de la Comisión Europea. En el caso de la conexión con Portugal, cada TSO se ha encargado de presentar la parte de la interconexión en su territorio; en el caso de la conexión con Francia, lo han hecho los tres TSO implicados conjuntamente.

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Marcos Lema

El proyecto H2Med tendrá un coste total de en torno a 2.850 millones de euros. De este importe, unos 2.500 millones de euros corresponderán al nuevo hidroducto submarino que se construirá entre Barcelona y Marsella y otros cerca de 350 millones de euros del tramo entre Celorico da Beira y Zamora. El objetivo de España, Francia y Portugal con la presentación a la convocatoria para proyectos de interés común es aspirar a captar fondos europeos para financiar hasta el 50% del coste.

España también ha presentado a la convocatoria de PCI los primeros ejes de la red troncal de hidrógeno verde, que conectará los principales centros de producción del hidrógeno con la demanda doméstica y, gracias a las dos interconexiones, con la demanda del resto de Europa. Uno de los ejes discurrirá por el Cantábrico, el nordeste y la costa mediterránea, y el otro por el oeste y el sur del país.

Dos almacenamientos subterráneos

Junto con los ejes, se presentan dos propuestas para analizar la viabilidad de dos almacenamientos subterráneos de hidrógeno ubicados en sendas cavidades salinas de Cantabria y el País Vasco, con el objetivo de aumentar la flexibilidad del nuevo sistema y garantizar la continuidad de suministro en todo el H2Med.

Los dos ejes se consideran un único candidato a PCI, mientras que cada almacén tiene una candidatura independiente, en la que podrían participar distintos promotores. Estos proyectos encajan en el marco de los PCI al considerarse reforzadores y facilitadores de las conexiones internacionales.

La base de diseño de estas infraestructuras es la denominada columna vertebral española del hidrógeno, que Enagás lleva diseñando varios años. Está prevista su ampliación y su desarrollo, según crezcan la producción y la demanda de hidrógeno obtenido con energías renovables.

La ejecución del proyecto convertirá España en el primer hub de hidrógeno renovable del mundo, destaca el ministerio en una nota de prensa, al incorporar los primeros ejes de la red troncal nacional que permitirán conectar los centros de producción de hidrógeno verde con la demanda doméstica y las dos interconexiones internacionales con Francia y con Portugal. Esa es la apuesta actual, una vez que el anteriormente conocido como BarMar no transportará gas: España ha renunciado a convertirse en la gran vía de entrada del hidrocarburo en Europa a medio plazo para centrarse en una energía que está llamada a tomar el testigo a largo plazo (como mínimo, a partir de 2030).