Los ecologistas temen que la UE sacrifique la naturaleza por las energías renovables
Aumentan las maniobras, dentro y fuera de las instituciones europeas, para cambiar las leyes que velan por la protección de la biodiversidad y dar pista libre a los grandes proyectos eólicos y fotovoltaicos
El Consejo de Energía de la UE quiere imponer un nuevo marco normativo para acelerar el necesario despliegue de las energías renovables, un cambio con el que se lograrían eludir las restricciones impuestas por la Directiva Hábitats, la de Aves Silvestres, la Directiva Marco del Agua y la de Evaluación de Impacto Ambiental. Algo que, a juicio de las principales organizaciones ecologistas, supondría “un paso atrás sin precedentes que pondría en riesgo la conservación de la naturaleza en la UE”.
Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF han emitido un comunicado conjunto mediante el que se oponen a que, con la excusa de acelerar el necesario despliegue de las renovables, se modifiquen las leyes básicas que velan por la conservación de la naturaleza. En su opinión, es imprescindible que las políticas de lucha contra el cambio climático y de pérdida de biodiversidad vayan de la mano, alertando del grave error de enfrentar ambos intereses.
Las oenegés ecologistas manifiestan su total apoyo al desarrollo de las energías renovables, pero piden que se lleve a cabo desde el respeto al entorno, en beneficio de las comunidades locales y mediante procesos participativos, afirmando que se puede y se debe impulsar un nuevo modelo energético más limpio y sostenible sin generar impactos críticos en los ecosistemas ni afectar a la biodiversidad que albergan.
Para las entidades sociales que trabajan por el cuidado del medio ambiente y el desarrollo sostenible, los intentos de imponer este tipo de cambios en las normativas (no es el primer intento, ni será el último) suponen una clara maniobra de desregulación ambiental que abre la puerta a otras actuaciones contrarias a la conservación de la naturaleza, además de generar inseguridad jurídica al entrar en clara contradicción con lo que dispone el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE).
Por todo ello, los ecologistas anuncian que iniciarán las medidas legales y emprenderán las movilizaciones sociales necesarias para evitar la ejecución de las medidas regresivas en la protección de la biodiversidad que se planteen desde el Consejo Europeo.
En su lugar, solicitan que se impulsen las medidas de reducción del consumo energético basadas en el ahorro y la eficiencia, una mayor participación ciudadana en el sistema eléctrico con estímulos al autoconsumo, las comunidades energéticas y la generación distribuida y una política energética más seria, que no entre en conflicto con la ambiental, basada en los objetivos de reducción de emisiones de GEI propuestos por la ciencia y refrendados por el Parlamento Europeo.
En contradicción con la cumbre de biodiversidad
Las organizaciones ecologistas denuncian que este tipo de ardides legales para superar las normativas de conservación de la naturaleza en defensa de otros intereses entran en contradicción con las posturas que la UE defiende a nivel internacional, como la cumbre de biodiversidad que se está celebrando estos días en Montreal, Canadá, donde la delegación europea apoya medidas como la protección del 30% de la superficie terrestre y de los océanos para 2030 mientras el Consejo va en dirección opuesta.
Reducir los estándares de protección de la naturaleza es el peor mensaje que la UE podría transmitir al mundo en plena cumbre de biodiversidad, donde en los próximos días líderes empresariales y financieros de todo el mundo van a presentar nuevas iniciativas para favorecer un desarrollo económico sostenible, que no tan solo evite el deterioro de la naturaleza, sino que logre revertirlo.
El Consejo de Energía de la UE quiere imponer un nuevo marco normativo para acelerar el necesario despliegue de las energías renovables, un cambio con el que se lograrían eludir las restricciones impuestas por la Directiva Hábitats, la de Aves Silvestres, la Directiva Marco del Agua y la de Evaluación de Impacto Ambiental. Algo que, a juicio de las principales organizaciones ecologistas, supondría “un paso atrás sin precedentes que pondría en riesgo la conservación de la naturaleza en la UE”.
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