Las redes eléctricas que aspiran a aumentar la energía sostenible en España

Encender la luz, cargar el teléfono móvil, calentar comida en el microondas, enviar un mail o escuchar música son algunos de los gestos cotidianos que realizamos cada día bajo un denominador común: la asistencia de un sistema eléctrico que respalde las necesidades eléctricas de todos los ciudadanos mientras se enfrenta a los retos europeos para mitigar los efectos y el avance del cambio climático.

Pero en este camino hacia la descarbonización de la economía, que pasa por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los países miembros de la UE en al menos un 55% de aquí a 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050, exige de una transformación de los sistemas eléctricos que permita un mayor aprovechamiento de recursos naturales e inagotables como el viento y el sol, para producir energía verde, con unas infraestructuras que incrementen su eficiencia y su sostenibilidad.

Las renovables, en máximos históricos

Nuestro país se encuentra en la senda para lograrlo, tal y como aseguran los datos de Red Eléctrica, la empresa de Redeia que gestiona el transporte y la operación de electricidad a nivel nacional. En 2023, las energías renovables representaron más del 50% del mix español, siendo el segundo país con mayor generación de energía eólica y solar, y tercero en producción con renovables, de acuerdo con los datos de Entso-E, la red europea que agrupa a los gestores de redes eléctricas.

Así, el sistema eléctrico español firmó uno de sus mejores años en 2023, tendencia que continúa en los primeros meses del 2024. Hasta el 21 de abril, la producción mensual renovable ya ha sido un 16,5% superior a la del mismo periodo del año anterior, y ocupa una cuota del 65,2% del total nacional.

La clave: reforzar las infraestructuras

Sin embargo, para poder integrar cada vez más energía producida con fuentes renovables, “es necesario dotar al sistema de las infraestructuras necesarias para garantizar su transporte desde las centrales de generación hasta las subestaciones de distribución para su posterior consumo”, afirman desde Redeia. Y, para ello, “hay que reforzar la red de transporte de alta tensión con nuevas inversiones”. Así lo indica a nivel global la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su informe Electricity Grids and Secure Energy Transitions, en el que aseguraba que es necesario duplicar la inversión en redes eléctricas a nivel global de aquí a 2040 para poder cumplir con los objetivos climáticos.

Pero la AIE no es la única: en el plano europeo, también la Comisión Europea ha dejado claro este impulso: según su Plan de Acción de Redes (Action Plan for Grids), son necesarios 584.000 millones de euros en inversiones para las redes eléctricas en esta década.

Según la UE, son necesarios 584.000 millones de euros en inversiones para las redes eléctricas

En España, la pauta para este refuerzo de las redes de transporte de electricidad la marca la Planificación eléctrica 2021-2026, un documento aprobado por el Consejo de Ministros, de carácter vinculante para Red Eléctrica, y que establece el desarrollo de infraestructuras necesarias para hacer frente a los nuevos retos de futuro. El pasado 16 de abril, se aprobaron modificaciones en esta Planificación vigente para incluir 73 actuaciones, con una inversión asociada de 489 millones de euros, destinadas a facilitar la materialización de proyectos estratégicos para la descarbonización de la industria, la producción de hidrógeno, la integración de energía renovable, o el apoyo a la cadena de materiales y tecnologías clave vinculadas a la transición ecológica.

Hasta la fecha, la inversión realizada por Red Eléctrica para ejecutar esta Planificación eléctrica con la que alcanzar una transformación del modelo energético supuso un incremento del 55% de sus inversiones en 2023 y, más concretamente, se traducen en el desarrollo del eje eléctrico Astillero-Cacicedo (en Cantabria) para reforzar la alimentación eléctrica de la bahía de Santander.

La inversión de Red Eléctrica para ejecutar esta Planificación eléctrica supuso un incremento del 55% de sus inversiones en 2023

También se han realizado los trabajos en la línea Güeñes-Itxaso en el País Vasco o en el eje Morella-La Plana de la Comunitat Valenciana, o la subestación eléctrica de Cerdà en Barcelona, de reciente puesta en servicio. Asimismo, en las islas se han ejecutado diversos desarrollos, como en el enlace submarino Ibiza-Formentera, que entró en servicio seis meses antes de lo estimado, y el de Tenerife-La Gomera, previsto para 2025. En los sistemas insulares también se trabaja intensamente en desplegar herramientas de almacenamiento energético que potencien la autonomía energética de los archipiélagos, como lo es el Salto de Chira, una central hidroeléctrica reversible cuya construcción es de carácter estratégico para Red Eléctrica.

En paralelo, la compañía continúa en el desarrollo de interconexiones internacionales, una con Francia por el Golfo de Bizkaia y otra con Portugal por el norte.

Según indica Red Eléctrica, “el desarrollo de estas nuevas infraestructuras eléctricas, que son la clave de la energía futura, debe realizarse en sintonía con el territorio”, o lo que es lo mismo, “apostando por la creación de valor social”. Por eso, en la compañía mantienen la máxima de “emplear criterios de sostenibilidad, con el diálogo y la estrecha colaboración de los agentes del entorno, impulsando además iniciativas de innovación social que van más allá de la simple Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o de la licencia social para operar porque solo a través de la de la sostenibilidad se puede pensar en un futuro descarbonizado”.