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Huelva tendrá la mayor planta de biocombustibles 2G del sur de Europa
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Operativa en 2026

Huelva tendrá la mayor planta de biocombustibles 2G del sur de Europa

Se levantará por Cepsa y Bio-Oils en Palos de la Frontera, junto al Parque Energético La Rábida, y prevé una producción de 500.000 toneladas al año de combustible sostenible de aviación (SAF) y diésel renovable (HVO)

Foto: La planta de biocombustibles 2G se levantará junto al Parque Energético La Rábida. (Foto cortesía de Cepsa)
La planta de biocombustibles 2G se levantará junto al Parque Energético La Rábida. (Foto cortesía de Cepsa)

En febrero comenzaron las obras de la que será la mayor planta de biocombustibles de segunda generación (aquellos que proceden de residuos orgánicos, como aceites usados de cocina, desechos agrícolas o ganaderos o biomasa forestal, entre otros) del sur de Europa. Unas instalaciones que se levantarán en la localidad onubense de Palos de la Frontera, en Huelva, junto al Parque Energético La Rábida.

Sus precursores, Cepsa y Bio-Oils, prevén que la planta estará operativa a partir de 2026 y su capacidad de producción de biocombustibles 2G duplicará la que ambas compañías alcanzan actualmente en La Rábida. En concreto, estiman elaborar de forma anual y flexible más de 500.000 toneladas de combustible sostenible de aviación (SAF) y diésel renovable (HVO), que, sumadas a las cantidades actuales, colocarán al nuevo complejo con una producción de millón de toneladas de biocombustibles 2G al año.

En sus instalaciones también se producirá biogás y CO₂ biogénico, materias primas principales para la elaboración de hidrógeno verde y metanol verde, respectivamente. Dos biocombustibles clave en la descarbonización de la industria, en el caso del primero, y del transporte marítimo, en el segundo. “En comparación con los combustibles tradicionales, los desarrollados en este complejo evitarán la emisión de tres millones de toneladas de CO₂ anuales, lo que equivale al 4% de las emisiones del transporte por carretera en España”, explican desde Cepsa.

placeholder Cepsa y Bio-Oils estiman duplicar la producción actual de La Rábida con esta nueva planta. (Foto: cortesía)
Cepsa y Bio-Oils estiman duplicar la producción actual de La Rábida con esta nueva planta. (Foto: cortesía)

La empresa Apical será la encargada de suministrar los residuos orgánicos para la elaboración de los combustibles sostenibles. Estos serán principalmente desechos agrícolas y aceites usados de cocina que de otro modo acabarían en los vertederos. En palabras de la energética, “abordamos uno de los principales desafíos que afronta la industria: el acceso a la materia prima, al mismo tiempo que fomentamos la economía circular”.

También indican que “este proyecto se convertirá en una pieza clave en el ecosistema del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, que Cepsa está liderando, así como en el reposicionamiento de España y Andalucía en el panorama energético internacional”.

Una planta cero emisiones

La propia planta, que supondrá una inversión de 1.200 millones de euros, estará construida de forma que su impacto medioambiental sea el menor posible y con la intención de lograr las cero emisiones netas en el medio plazo. Desde Cepsa y Bio-Oils explican que emitirá un 75% menos de CO₂ que una fábrica de biocombustibles tradicional, “gracias al consumo de hidrógeno y electricidad 100% renovables y a diferentes sistemas de recuperación de calor y eficiencia energética”.

Asimismo, no consumirá agua dulce, sino que utilizará aguas recuperadas que serán tratadas en una planta ubicada en sus inmediaciones. Por último, esta instalación incorporará tecnologías basadas en la inteligencia artificial, el internet de las cosas (IoT) y el análisis de datos, lo que convertirá al complejo en nativo digital.

Más de 2.000 personas trabajarán de forma directa o indirecta en el proyecto, ya sea durante la fase de construcción o cuando la planta esté en funcionamiento. Los primeros trabajos se centrarán en el movimiento de tierras y mejoras del terreno, así como en la urbanización y la cimentación de la infraestructura o la obra marina en el muelle sur del Puerto de Huelva. Se instalarán más de 590 kilómetros de tuberías y unos 1.400 de cable, una distancia similar a la que hay entre la provincia onubense y París.

Hacia la descarbonización del transporte

Los biocombustibles 2G resultan una herramienta básica para acelerar la descarbonización del transporte por tierra, mar y aire, que actualmente supone el 15% de las emisiones globales de dióxido de carbono. De acuerdo con las estimaciones de la industria, podrían reducir hasta un 90% las emisiones netas de dióxido de carbono durante su ciclo de vida en comparación con los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón).

Consciente de ello, Cepsa, en el marco de su estrategia 2030, Positive Motion, se ha propuesto liderar la producción de bios 2G en España y Portugal. En este sentido, Maarten Wetselaar, CEO de la compañía, admite que “este proyecto estratégico para España y Andalucía nos permitirá ser un referente europeo en el campo de las moléculas verdes y facilitará la descarbonización inmediata de sectores no electrificables, como el transporte aéreo. Damos comienzo así a un proceso que generará empleo de calidad para esta región y que permitirá abrir una nueva etapa de reindustrialización”.

En febrero comenzaron las obras de la que será la mayor planta de biocombustibles de segunda generación (aquellos que proceden de residuos orgánicos, como aceites usados de cocina, desechos agrícolas o ganaderos o biomasa forestal, entre otros) del sur de Europa. Unas instalaciones que se levantarán en la localidad onubense de Palos de la Frontera, en Huelva, junto al Parque Energético La Rábida.

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