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Sánchez da oxígeno a la coalición con el póker de apoyos de PP, Cs, PNV y ERC
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EL CAMBIANTE ESCENARIO DE LA LEGISLATURA

Sánchez da oxígeno a la coalición con el póker de apoyos de PP, Cs, PNV y ERC

El presidente cierra una semana en "positivo" con el sí de Casado al decreto de nueva normalidad. En el Gobierno ven cada vez más factible la aproximación de Cs y no descartan su apoyo a los PGE

Foto: Pedro Sánchez, el pasado 14 de junio, durante su comparecencia en la Moncloa ante los medios. (Reuters)
Pedro Sánchez, el pasado 14 de junio, durante su comparecencia en la Moncloa ante los medios. (Reuters)

En aquellas horas que mediaron entre el 19 y el 20 de mayo, el Gobierno y el PSOE sintieron que el precipicio podía abrirse a sus pies si no amarraban rápido los apoyos para sacar adelante la quinta prórroga del estado de alarma. Con PNV y Ciudadanos teóricamente bastaba, pero ERC había dado portazo, otras pequeñas fuerzas se sentían molestas, y los números iban muy justos, más si el naranja Marcos de Quinto se separaba de la disciplina de su grupo y arrastraba a otros parlamentarios de su partido con él. Pedro Sánchez y la dirección de su partido se abrazaron a EH Bildu, un movimiento que desconcertó e irritó a parte del PSOE.

Para la sexta y última ampliación de la alarma, el 3 de junio, Ejecutivo sumó a ERC y mantuvo a Cs y PNV.

Y para la convalidación del decreto ley de nueva normalidad, ERC regresó a la casilla del no, con Bildu, mientras al frente del sí de nacionalistas vascos y naranjas se incorporaba el PP.

Sánchez había logrado, aparentemente, cuadrar el círculo. Pactar a izquierda y derecha, desde el PP hasta ERC. Hacer compatibles a Unidas Podemos y Cs, su viejo sueño de 2016. Póker. El presidente cerraba este sábado, la primera semana completa ya sin alarma, un arranque durísimo de legislatura dominado por el combate contra el covid-19 pero con más apoyos que con los que echó a andar la coalición, en el tiempo casi prehistórico que supone echar la vista atrás hasta enero de 2020.

Acostumbrados en la Moncloa a encadenar semanas en negativo, agravadas por los tiros en el pie del Ejecutivo —o del partido—, en el equipo de Sánchez respiraban aliviados. Con la sensación de que la prueba, por el momento, está superada. Lo verbalizó sin tapujos el director de Gabinete del líder socialista, el todopoderoso Iván Redondo, el pasado jueves en el Senado: "Con la información disponible, es difícil hacerlo mejor". Un sentimiento que podría sonar "pretencioso" de puertas para fuera, en opinión de un ministro, pero que recoge el latido del Gobierno. Las encuestas, al menos por ahora, no recogen un gran desgaste del PSOE, el socio mayoritario, el que continúa en primera posición aunque con un PP en un cierto ascenso. Sánchez se siente reforzado y su coalición no está en riesgo, como él mismo afirma este domingo en una entrevista en 'La Vanguardia', la primera desde el estado de alarma, en la que descarta toda "remodelación" de su Gabinete.

El Gobierno cree que ha superado la prueba sin cometer "grandes errores". Y presume del diálogo social o de la candidatura de Calviño


"Esta ha sido una semana muy positiva. Por los apoyos parlamentarios, por el acuerdo con patronal y sindicatos para prorrogar los ERTE hasta el 30 de septiembre, por la candidatura de Nadia Calviño a la presidencia del Eurogrupo y el respaldo explícito de Angela Merkel, las tensiones en el mundo independentista y la ruptura en el PDeCAT...", valora un alto cargo de la Moncloa.

Foto: Los diputados del PP Cuca Gamarra, Ana Pastor, Guillermo Mariscal y Cayetana Álvarez de Toledo, el jueves en el Congreso. (EFE)

"La sociedad quiere diálogo"

¿Pero qué hay de espejismo y qué hay de tendencia? Ahí está la clave. "Seamos prudentes, pero creo que poco a poco se están concienciando de que la sociedad quiere diálogo. No es que lo quiera, es que es imprescindible. Al final, todos se subirán al sentido común", asegura un ministro. "Tenemos que esperar, porque no hay nada definitivo en nadie. Sí diría que Ciudadanos ha encontrado su sitio, y quiere ser un partido de centro, útil, rentabilizar sus diez diputados en el Congreso. Con este Cs sí hay una nueva etapa", sentencian fuentes del Ejecutivo al corriente de las conversaciones que se dan con todos los grupos.

El Ejecutivo ve "nueva etapa" y "cambio de actitud" en Cs: "Ha encontrado su sitio, y quiere ser un partido de centro, útil, rentabilizar sus 10 escaños"

Esa percepción de que el giro de la formación de Inés Arrimadas es más consistente la tienen otros miembros del Consejo de Ministros. "En Cs sí se ve un cambio de actitud, porque es previo a las elecciones vascas y gallegas del 12 de julio y porque se nota ese intento de acercamiento en las conclusiones a la Comisión de Reconstrucción del Congreso, en las que han aparcado sus propuestas de máximos", apunta una ministra. En el Ejecutivo, por tanto, separan con rotundidad el apoyo, que creen más circunstancial, del PP, al que atisban como más estable de Cs.

De hecho, el Gobierno ha apremiado a Pablo Casado a que se defina. A que decida qué papel de oposición quiere jugar. Este viernes, la portavoz, María Jesús Montero, expresaba la "cautela" con la que el Gabinete acogía el sí del PP al decreto ley de nueva normalidad y manifestaba su deseo de que nazca de una "reflexión profunda", y no de las urgencias electorales. La "continuidad" de su comportamiento y la "honestidad" de sus actos determinarán si el cambio es algo duradero o coyuntural, subrayó. En el Gobierno tienden a pensar que será más lo segundo, porque Casado necesita "vestirse de moderado" de cara al 12-J. "Le interesa dar imagen de partido de Estado para las urnas", indica otro alto cargo.

Sánchez acusa al PP de haber intentado derrotar al Gobierno "por medio del virus"

La siguiente prueba de la sinceridad de las fuerzas parlamentarias, y también del Ejecutivo, será esta próxima semana, cuando se pacten las conclusiones de los cuatro grupos de trabajo en que se dividió la Comisión de Reconstrucción del Congreso —sanidad, reactivación económica, políticas sociales y Unión Europea—, para que luego ese dictamen sea discutido y votado por el pleno. PSOE y Unidas Podemos presentaron conjuntamente cuatro documentos que ahora serán enmendados. Pero los dos aliados del Gobierno aparcaron sus propuestas más ideológicas —como el impuesto a las grandes fortunas que perseguían los morados y que no aceptaban los socialistas, o la derogación de la reforma laboral— para propiciar los acuerdos.

Foto: Pedro Sánchez y el candidato del PSdeG a la Xunta, Gonzalo Caballero, este 27 de junio en Ourense. (EFE)

"Antipatriota de libro"

A su vez, Cs renunció a sus objetivos de máximos y asume que la pandemia conlleva un descomunal aumento del gasto que ha de ser compensado con una revisión fiscal. Ello explica que en la Moncloa se vea como factible la aproximación con los naranjas, ya que el borrador que registraron es "razonable" y está haciendo ver que "se está despegando del bloque de la derecha". Objetivamente, analizan en el equipo del presidente, "se abre un escenario alternativo", puesto que la estabilidad ya no depende de un socio tan voluble como ERC, sino que hay otro grupo, Cs, dispuesto a ayudar.

En la Moncloa esperan acuerdos en la Comisión de Reconstrucción y que pueda trenzarse un consenso con el PP en materia de sanidad y de la UE

"El PP, mientras, huye de radicalismos y ahora tiene una oportunidad. Con ellos podemos pactar las conclusiones en materia sanitaria, pero no solo. A nosotros nos interesa que haya pactos de verdad de reconstrucción. El documento del grupo de trabajo de la UE también debiera consensuarse y que fuera posible con el PP", afirman desde la Moncloa. En el Gobierno se han repetido los reproches contra Casado —el último, este sábado, y el propio presidente desde su primer mitin de campaña de este 12-J— por coquetear con los 'halcones' de la UE y exigir "condicionalidad" a las ayudas que lleguen de Bruselas, que son fundamentales para reanimar el tejido productivo y dinamizar la economía tras el parón de la primera ola del coronavirus. Los socialistas consideran "antipatriota de libro", "inadmisible" que el PP no vele por "los intereses de España".

Pedro Sánchez opone su gestión del covid-19 frente al "sálvese quien pueda" del PP

El PP interpreta que el Gobierno mostró esta semana voluntad real de pactar —la portavoz socialista, Adriana Lastra, y su dos, Rafael Simancas, junto al secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, y el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Antonio Montilla, se reunieron el miércoles con la exministra Ana Pastor y el diputado popular Guillermo Mariscal—, obligado por la presión de Europa. Para el Gobierno, la lectura es otra, que el PP ha despertado de su "sueño", que creyó que la pandemia "se llevaría por delante" a Sánchez. "Pero el primer embate ha pasado y aquí estamos. Y saben que cuando se pasan de frenada, nuestra gente se moviliza, y eso que no hay generales a la vista. Nadie medianamente normal echa al Gobierno la culpa del covid-19. Se nos vino encima. No hemos cometido grandes errores y nuestro proceso de desescalada ha funcionado bien", señalan fuentes del Ejecutivo.

El Congreso aprueba el decreto de nueva normalidad que suma a PP y Cs

En cualquier caso, a la aproximación han ayudado los negociadores, perfiles como los de Pastor o Bolaños, el hombre "eficiente, resolutivo y discreto, muy hormiguita y muy partido" en el que confía Sánchez, recuerdan en Ferraz. En la Moncloa niegan que el presidente busque al PP por necesitar proyectar una imagen de moderación en Bruselas, porque "nadie en la UE piensa que este sea un Gobierno bolivariano o socialcomunista". Ahora bien, reconocen que el aporte de los de Casado puede ayudar: "Si pactas con el PP, vamos con más fuerza, desde luego". España pugna por recibir 140.000 millones de euros, entre transferencias y préstamos, del fondo de reconstrucción europeo —Next Generation EU—, dotado con hasta 750.000 millones de euros. En el Ejecutivo creen que es tanto lo que se juega España (y las comunidades autónomas, cinco de las cuales están lideradas por el PP) que al final Casado admitirá que "se ha equivocado gravemente y dará marcha atrás", hasta alinearse con Sánchez en este punto.

Foto: Pedro Sánchez abandona el pasado 3 de junio el pleno del Congreso, que debatió y aprobó la sexta prórroga del estado de alarma. (Reuters)

Mesa de diálogo aún sin fecha

El líder socialista se desquitó este sábado tras semanas vistiendo traje institucional y evitando entrar en el cuerpo a cuerpo con la oposición. "El PP siguió el camino de la ultraderecha, de confrontar, crispar y dividir. Frente a un Gobierno que quería derrotar al virus por medio de la unidad, la derecha puso como objetivo derrotar al Gobierno por medio del virus. Se equivocaron de objetivo y han fracasado durante estos meses", aseguró desde Ourense, para proclamar que el Ejecutivo se había sentido "solo" en la lucha contra la pandemia. Pero ahora en las urnas, agregó, se ponen a prueba dos modelos, el del PSOE, que busca "no dejar a nadie atrás" y que se ha visto en la gestión de la emergencia sanitaria, y el del "sálvese quien pueda" del PP.

El Gobierno ve cada vez más complicada la relación con ERC por el horizonte electoral del otoño. Hay quienes ya apuntan a que los PGE saldrán por Cs

La legislatura pende de la decisión de Europa, y de ella dependerá el diseño de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021, en los que se juega la continuidad y la estabilidad del Gobierno. Unidas Podemos quiere sacarlos con el bloque que hizo posible la investidura, pero el PSOE y el presidente han lanzado señales sobradas de que quieren seguir manejando dos barajas, la de ERC y la de Cs. Este viernes, la portavoz asumió el alejamiento de los de Oriol Junqueras: "Quiero pensar que están en la mayoría".

A tantos meses vista, es imposible predecir qué puede ocurrir, pero en el corazón de la Moncloa son conscientes de que atraer a ERC será muy complicado hasta que no pasen las autonómicas, que se prevén para el otoño, ya que el 'president', Quim Torra, será presumiblemente inhabilitado por el Supremo en septiembre. "Deberán decidir si participan y colaboran en la gobernabilidad de España sacando rendimientos o miran a [Carles] Puigdemont. Por supuesto que estamos abiertos a hablar con ellos, y claro que hay leyes progresistas y sociales que tiene más sentido pactarlas con ERC. Pero los PGE son complejos. Ellos están al albur además de lo que decida Torra y de cuándo cree JxCAT que le conviene ir a elecciones, y están muy tensionados", indica una fuente del máximo nivel. Los republicanos ya han recalcado que no habrá Presupuestos si en la ecuación entra Cs (a la inversa ese veto existe también) y si no se reúne de nuevo la mesa de diálogo sobre Cataluña. El jefe del Ejecutivo está dispuesto a retomar la interlocución con el Govern en julio, pero aún no está fijada la fecha de la siguiente cita, que será la segunda y previsiblemente en Barcelona. "Oigo ruido electoral", opina el presidente en 'La Vanguardia'.

El Gobierno, "cien por cien disponible" para reunirse con el PP y acordar

La otra alternativa, si falla la bala de ERC, es Cs, un socio que incomoda a Unidas Podemos aunque hasta ahora no se ha opuesto ni se ha generado ninguna fisura adicional en el Gobierno. "También es verdad que no se ha pactado nada estridente con Arrimadas. Pero es un problema de equilibrio", constatan en la Moncloa. Sánchez ya ha hablado de "acuerdos transversales" —la geometría variable de José Luis Rodríguez Zapatero— y en su equipo han recordado que si hace falta hacer "renuncias" o "adaptar" el programa de la coalición para sacar adelante los PGE, se harán.

placeholder El portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal, y la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, el pasado 12 de junio durante su reunión en la Moncloa. (EFE)
El portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal, y la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, el pasado 12 de junio durante su reunión en la Moncloa. (EFE)

"Nadie gana con unas elecciones ya"

"Cs va a apoyar los Presupuestos seguro. Cada día lo veo más claro, aunque a la interna del Gobierno pueda traer sus problemas", anticipa una ministra. La razón de fondo, explica, es que Arrimadas necesita un par de años —el oxígeno que proporciona la aprobación de unas cuentas— para afianzarse, porque si hubiera elecciones pronto su partido se expone a la desaparición. "También a Casado le interesa tiempo para consolidarse. Y Podemos no tiene nada que hacer fuera del Ejecutivo. A quien no le aportan nada unos PGE es a ERC hasta que no haya elecciones en Cataluña y se ventile la hegemonía en el independentismo", añade este miembro del Gobierno.

Un miembro del Gabinete advierte de que lo de esta semana es una "anécdota", porque el PP no tenía más salida y porque no todo ha ido rodado

Según este análisis, a Gobierno y oposición le conviene una cierta estabilidad "de dos años, dos años y medio" antes de volver a medirse en unas urnas que nunca podrían llegar antes de noviembre, ya que la Constitución impone que las Cortes no se puedan disolver hasta pasado un año de la disolución anterior. "Nadie saldría ganando con unas elecciones ya", concluye esta fuente.

Iván Redondo: "Con la información disponible, es difícil hacerlo mejor"

Todo está en el aire y si algo ha demostrado el covid es que los planes se pueden autodestruir en apenas unas horas. De ahí que en el Consejo de Ministros adviertan de que lo ocurrido esta semana es "una anécdota", no algo aquilatado. Porque el PP no tenía exclusa para no apoyar la nueva normalidad y porque tampoco todo ha sido fetén, advierten, ya que el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, tuvo que enfrentarse a una dura reprobación parlamentaria impulsada por el PP y apoyada por Vox y Cs—y de la que salió airoso, eso sí, por el respaldo o abstención de los socios de investidura—, y porque Pablo Iglesias se halla bajo la lupa de la Justicia por el caso de su exasistente Dina Bousselham. La Fiscalía ha abierto una investigación por los mensajes en los que la abogada de Podemos, Marta Flor, aseguraba haber tenido acceso a información secreta del caso Villarejo a través de uno de los fiscales de Anticorrupción al que apodaba 'Ironman'.

"Esta ha sido una semana puente. El silencio ante lo que puede venir", avisa un miembro del Gabinete. La calma antes de una nueva tempestad o ante una travesía quizá tranquila durante un tiempo.

En aquellas horas que mediaron entre el 19 y el 20 de mayo, el Gobierno y el PSOE sintieron que el precipicio podía abrirse a sus pies si no amarraban rápido los apoyos para sacar adelante la quinta prórroga del estado de alarma. Con PNV y Ciudadanos teóricamente bastaba, pero ERC había dado portazo, otras pequeñas fuerzas se sentían molestas, y los números iban muy justos, más si el naranja Marcos de Quinto se separaba de la disciplina de su grupo y arrastraba a otros parlamentarios de su partido con él. Pedro Sánchez y la dirección de su partido se abrazaron a EH Bildu, un movimiento que desconcertó e irritó a parte del PSOE.

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