Este almeriense trabajó en la élite de Silicon Valley y huyó a los tres años: "España es mejor"

Tres años después de subirse a un avión con su mujer rumbo a Silicon Valley, Javier Vidal publicaba un mensaje a modo de cierre de una etapa que describe como "profundamente decepcionante". "Pronto descubrí que aquí había pocos europeos. Casi todos se vuelven. Hoy me toca a mí". Vidal había logrado algo con lo que muchos sueñan y que pocos consiguen, trabajar en la sede de una de las big tech estadounidenses, en su caso Meta (Facebook), cobrar unos 400.000 dólares al año y codearse con los mejores profesionales técnicos a nivel mundial. Sin embargo, nunca pensó que acabaría diciendo esto. "No es que vivir en España sea mejor. Es que es infinitamente mejor".

Vidal (34 años) habla ahora desde su casa de Almería junto al mar a la que acaba de mudarse, a casi 10.000 kilómetros de distancia de donde vivía, en Menlo Park. "Aquí es donde me voy a quedar los próximos años, a hacer crecer mi familia [tiene un hijo de dos años y una niña en camino], con el apoyo de las abuelas, los primos, los amigos... Si algún día nos cansamos de esto, de volver a EEUU me volvería a Hawái, a coger olas y disfrutar de la vida", explica en conversación con El Confidencial.

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Por sus palabras, uno podría pensar que le han echado de Meta en la última oleada de despidos masivos, o que ha acabado quemado trabajando de sol a sol en el juguete de Mark Zuckerberg. Nada más lejos. Continúa en plantilla como ingeniero senior de software de Meta en remoto desde Almería, aunque aún no ha acordado las condiciones y no sabe si le acabarán permitiendo semejante cambio. "Siempre digo que soy el segundo Javier en hacer algo así, pero aún no está la cosa clara", dice en broma, en referencia al oscense Javier Oliván, el número dos de Meta, que a comienzos de año se mudó de vuelta España con un sueldo base anual cercano al millón de dólares.

En caso de que Meta no aceptara que siguiera en plantilla desde España, a Vidal le lloverían las ofertas, pero tampoco las necesita. En sus ratos libres, ha creado dos proyectos que ya le generan lo suficiente para vivir sin preocupaciones. Con Estela.co, un sistema de geoposicionamiento de barcos de vela, tiene de clientes a la Copa del Rey de Vela o al Real Club Náutico de Sanxenxo ("sí, el del Rey emérito", se ríe). Y Cognition.run, que permite a investigadores hacer pruebas en remoto con pacientes, lo usan las universidades de Harvard, Stanford o MIT. Pase lo que pase con Meta, Vidal ahora mismo tiene una cosa clara: jamás volvería a Silicon Valley, el lugar en el que podría haberse labrado una carrera de oro.

"En España, bajas a la panadería o al bar de la esquina a tomar una caña y hablas con la gente. Hay comunidad. Eso no existe en EEUU"

Llegó a esta conclusión no por su trabajo, "me encanta lo que hago", sino por todo lo que supone vivir allí, aunque eso no lo descubriría hasta bien entrado el primer año. "Mi mujer es científica y consiguió un proyecto de investigación por tres años en el Stanford Research Institute, en Menlo Park. Yo vine sin nada, así que envié mi CV a Microsoft, Google, Amazon y Facebook. En Google no me cogieron, pero las otras tres me hicieron una oferta. Acepté la de Meta, era un sueño entrar en esta empresa", explica. Y acertó.

"Mucha gente cree que en Meta solo te dedicas a algo de redes sociales, pero hay muchas cosas más. Yo desarrollo un software que vendemos a las operadoras de telecomunicaciones de todo el mundo para entender en qué zonas hay mejor y peor conexión. Puedes saber, por ejemplo, cuánto tardas en descargar o subir un vídeo. Eso les ayuda a ajustar mejor sus ofertas de fibra. Trabajo unas siete horas de media al día, libro los fines de semana y tengo muy buenas condiciones", explica Vidal, quien no confirma su sueldo exacto, pero señala cifras de mercado de entre 300.000 y 400.000 dólares al año. A eso hay que añadir un holgado paquete de acciones que crece año a año.

Su aterrizaje en Meta no fue sencillo. Llegó en enero de 2020, justo antes de la pandemia. Meses después, el mundo entero se sumió en una sucesión de confinamientos. "Decidimos irnos a Hawái, a teletrabajar desde allí. Cuando empezó el covid, las calles se vaciaron, pensamos que sería por eso. Pero casi un año después, regresamos y las calles seguían igual, desiertas. Nos empezamos a dar cuenta de que siempre era así. El modelo de urbanismo que tienen, barrios enormes, todo carretera y cemento, hace que la gente no se vea. Tienes que coger el coche para todo. Se les llena la boca de la palabra comunidad, pero no hay socialización. Nosotros usábamos una app, Nextdoor, para comunicarnos con los vecinos del barrio, porque era la única forma. En España, bajas a la farmacia, a la panadería o al bar de la esquina a tomar una caña y hablas con la gente. Hay comunidad. Eso no existe en EEUU".

Ese primer choque cultural de estilo de vida acabó convirtiéndose en una obsesión. Vidal empezó a recopilar y publicar los episodios incomprensibles de su día a día en Silicon Valley. "Trabajando desde casa. En la zona de la bahía de San Francisco [foto de una enorme autopista de 10 carriles]. En España [foto del puerto de San José, en Almería, donde veranea]". "Europa [foto de un bote de almendras naturales] vs. EEUU [foto de un bote lleno de pececitos de galleta, con más de 20 ingredientes]". "Nos cuenta un amigo que pidió desayuno a casa y le trajeron el pedido de otro. Después de tres años en EEUU, aún me sorprende la cantidad de gente que pide a domicilio, la de CO2 que se emite solo para comer. ¿Mover 2.000 kg durante 20 min para traerte 0,5 kg de comida? No problem. Gastarse $100 en desayunar también tiene tela", publicaba a finales de 2022.

"En gastos, nos dejábamos 9.000 $ al mes, para una pareja y un niño. Imagina si tienes 2 o 3 hijos"

"En Europa, hay un movimiento claro con políticas para impulsar el reciclaje, las ciudades más peatonales, la bici... Aquí, no se plantean nada de eso. Te bajas en la parada de autobús más cercana a casa y tienes que caminar dos horas. En los suburbios de cualquier ciudad, el transporte público no funciona, tienes que planificar toda tu vida. Mucha gente cree que eso de las bicis y el modelo de ciudad de los 15 minutos es cosa de comunistas, de la izquierda radical, de los woke. Yo cogí la bici durante mis primeras semanas aquí y nunca más. Era demasiado peligroso", explica.

Además de aburrido e inhóspito, vivir en Silicon Valley es absurdamente caro. "Dos albariños + tapa = $66. Lo de PALO ALTO le viene estupendo". Vidal se gastaba 3.300 euros al mes solo en el alquiler de la casa. "80 metros y dos dormitorios, y estaba fatal, muy antigua, sin aislamiento y con techo de amianto. Añade otros 3.300 al mes por la guardería. Solo en gastos, cada mes nos dejábamos 9.000 dólares, para una pareja y un niño. Imagina si tienes dos o tres hijos. Y eso que no teníamos que pagar por seguro de salud y otras cosas que me venían por Meta. Algunos amigos por aquí se dejaban 6.000 dólares al mes en el alquiler, más otros 700 del renting del SUV, más todo lo demás. Es demencial".

Semejante coste de vida ha disparado la desigualdad en San Francisco a niveles históricos. Dos estampas. "Acabo de echar gasolina en Menlo Park mientras un señor se afeitaba usando el cubo de agua de limpiar los cristales. No paro de darle vueltas". "En San Francisco, duerme más gente en la calle en un día que en todo Reino Unido. Por eso se quedan tan pocos europeos a vivir en Silicon Valley. No podemos ser felices viviendo en una sociedad tan desigual. No va con nuestros valores". El aumento de la gente sin hogar en la ciudad se explica en buena parte por la crisis de los opiáceos. Las autoridades han reconocido que en el primer trimestre de 2023 hubo un aumento del 40% en los fallecimientos por consumo de fentanilo, lo que ha causado una cifra dramática: un muerto cada 10 horas.

Añada a la ecuación la inseguridad y otra estampa. "Mis compañeros chinos me comentan que la celebración del año nuevo será el 4 de febrero en San Francisco, pero que no irán porque tienen miedo a que les disparen", publicó Vidal a comienzos de año. "Se vanaglorian de la libertad individual para defender las armas, pero en este país aún está prohibido hacer topless en sus playas. Yo he sido afortunado, en Menlo Park vives en una burbuja, las rentas son elevadísimas, no hay conflicto. Pero a 20 minutos está San José y hay tiroteos casi todos los días y muertos todas las semanas. Te hace replantearte muchas cosas".

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Vidal se replanteó de hecho tantas cosas que tomó la decisión de huir para siempre de Silicon Valley. Su mujer tampoco podía obtener el visado necesario tras los tres años de proyecto, así que el cambio era inevitable. Cobrar 400.000 dólares al año y pertenecer a la élite laboral de EEUU, argumenta, no endulza el trago de vivir allí. "¿De qué te vale cobrar 20.000 dólares netos al mes si luego te dejas un tercio solo en el alquiler del piso? Al final, es casi como trabajar en España. Muchos me dirán, ya, claro, eso es porque no cobras 1.000 euros al mes aquí. Mi respuesta siempre es la misma: si crees que vives mal en España con 1.000 euros, con el equivalente en EEUU vivirías mucho peor. No se puede tener teta y sopa, no se puede tener calidad de vida y pleno empleo".

El caso de este ingeniero español no es, ni mucho menos, aislado. El teletrabajo vino y se fue, pero no por completo. Cada vez más empleados en tecnológicas en EEUU buscan el hueco para intentar irse fuera de su país a algún puesto 100% en remoto. Y España siempre figura entre la lista de destinos más deseados. "En los chats internos de Meta, circulan todo el rato las mismas preguntas, gente que quiere irse a España y no sabe qué papeles necesita o cuál es la mejor ubicación. Silicon Valley es como un enorme agujero negro de talento, gente de todo tipo que sueña con irse a vivir allí. Pero los que se suelen quedar son sobre todo asiáticos y latinoamericanos. Se traen a su familia, para ellos quedarse es un éxito. En comparación con sus países de origen, están mucho mejor. ¿Los europeos? Casi todos los que he conocido se han quejado de lo mismo que yo".

Vidal mira hacia atrás y no se arrepiente. "Volvería a hacerlo. Se lo recomiendo a todo el mundo, pero solo para una temporada. Vete a Silicon Valley si es lo tuyo y ahorra como un loco. Mientras tus amigos en España estarán pagando la hipoteca, el coche o pensando en la pensión, tú estarás ahorrando. Ese será tu billete a la libertad cuando regreses".