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El éxodo a Silicon Valley se revierte: los empleados de las 'big tech' echan CV fuera
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El éxodo a Silicon Valley se revierte: los empleados de las 'big tech' echan CV fuera

Los trabajadores tecnológicos no solo están dejando el área de la bahía de San Francisco, sino que se están replanteando las oportunidades que quieren perseguir

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Las empresas tecnológicas de pequeñas ciudades están empezando a ver un aumento de solicitudes de candidatos que viven en San Francisco y Nueva York —zonas que llevan mucho tiempo controlando el talento tecnológico—.

Deepinder Singh, fundador de una ‘startup’ con sede en Bloomington, Minnesota, nunca se había molestado en intentar contratar a trabajadores de Silicon Valley. Eran demasiado caros y no querían mudarse. En siete años, nunca había tenido un candidato de una gran tecnológica. Pero desde mayo, más de 12 personas de ambas costas han solicitado trabajo en su compañía, 75F, que fabrica sistemas de control de ventilación y aire acondicionado central de bajo consumo e inteligentes. Un currículo procedía de Facebook. Otro, de Twitter. La firma de 130 empleados acaba de contratar a un ingeniero de Sonos. Ha visto lo contrario —empleados que se marchan a Google o Tesla—, pero, afirma, “nunca hemos visto esto”.

Durante años, los grandes talentos tecnológicos han sido atraídos a Silicon Valley, aceptando soportar precios de vivienda exorbitantes y largos viajes diarios para beneficiarse de las capacidades y la experiencia de sus compañeros, y de la generosidad de empleados e inversores. El resultado, una cultura de espíritu empresarial e inspiración, ha sido difícil de conseguir en cualquier otra parte.

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Pero la era del teletrabajo inducido por la pandemia del coronavirus está trastocando no solo dónde quieren vivir los trabajadores y cuánto dinero pueden ganar, sino también en qué tipo de oportunidades están interesados.

Los directivos de empresas tecnológicas emergentes como Janeen Lehi (Utah), World View Enterprises, en Tucson (Arizona), Starkey Hearing Technologies, en Eden Prairie (Minnesota), y Zebra, en Austin (Texas), dicen que están viendo un aumento de candidatos de San Francisco y, en algunos casos, de Nueva York. Desde mayo, la organización sin ánimo de lucro One America Works ha celebrado cuatro ferias virtuales para empleadores asentados en Indianápolis, Pittsburgh y Columbus, Ohio. De los más de 3.800 solicitantes de empleo, el 25% procedía de California y el 9%, de Nueva York.

Es algo bidireccional: los gigantes tecnológicos están contratando empleados de pequeñas empresas tecnológicas en áreas como Boise, Idaho. Sin embargo, según los economistas, aunque solo un pequeño porcentaje de trabajadores de las ‘big tech’ deje su trabajo actual y se expanda por todo EEUU, la dispersión de talento podría afectar seriamente los negocios, sus ciudades de origen e incluso el flujo de financiación de capital riesgo.

La era del teletrabajo trastoca no solo dónde quieren vivir los trabajadores y cuánto quieren ganar, también las oportunidades

“Estas empresas se encuentran en una ola de contratación”, declara Guy Berger, economista jefe en LinkedIn. "El covid-19 realmente ha dado un tirón de orejas al espíritu empresarial y a estas pequeñas empresas para que se pongan las pilas", afirma, citando el repentino cambio en los tipos de bienes y servicios que ahora demandan los consumidores.

Singh, fundador de 75F, cree que los empleados de empresas emergentes de Silicon Valley suelen tener un amplio conjunto de habilidades. Explica que, normalmente, no necesitan mucha dirección y pueden trabajar día y noche para lanzar un producto. Dice que algunos en el área interior no están tan expuestos a esa clase de cultura en el lugar de trabajo, y que una mezcla podría ser buena. Pero hay algo que le preocupa cuando entrevista a candidatos de Facebook y Twitter: “No tengo ni idea del tipo de sueldos que van a cobrar o que esperan”.

Foto: El CEO de Twitter, Jack Dorsey, en su testimonio reciente por videoconferencia ante miembros del Senado de EEUU. (Reuters) Opinión

Podium, una ‘startup’ de 800 empleados de Utah, también presente en Lehi, ha contratado a seis candidatos de nivel sénior de empresas con sede en San Francisco, incluidas Lyft y GitHub, perteneciente a Microsoft, en los últimos seis meses, y evaluó al menos a 600 candidatos del área de la bahía en ese periodo. Eso supone dos o tres veces más que el volumen de un año normal. No todos los nuevos empleados de Podium planean mudarse a Utah.

Philip Luedtke era vicepresidente de GitHub cuando él y su mujer decidieron que querían marcharse de la región de la bahía y mudarse a Utah o a Washington —seguros de mantener su trabajo—. Luego recibieron una llamada de Podium. “Apareció esta oportunidad”, declara, “para crear y hacer realmente algo nuevo y estar en una cultura y entorno diferentes”. “Nos llevó al límite en cuanto a dónde queríamos trasladarnos”, añade. La oferta de Luedtke incluía lo que describe como un paquete salarial sustancial. Si bien es común que las ‘startups’ atraigan a trabajadores de grandes compañías por el potencial de crecimiento y riqueza, normalmente esas empresas no están a cientos de kilómetros de distancia.

"Si una ‘startup’ acude a una empresa de capital riesgo y dice que ha contratado a varios ingenieros de una empresa de primera categoría de Silicon Valley, tiene más probabilidades de conseguir financiación", explica el economista Ross DeVol, que dirige Heartland Forward, una ONG que se centra en la renovación económica. Estos empleados no solo aportan mejores habilidades técnicas, también entienden las redes de contactos y puede que finalmente creen sus propios negocios, lo que generará más trabajo en sus nuevas ciudades. “Aunque los números no sean enormes —y creo que lo serán—, solo un pequeño porcentaje de este talento empresarial puede marcar una gran diferencia”, declara.

Hay un creciente interés de los empleados por compañías impulsadas por una creencia de que pueden mejorar la región donde están

En cuanto al motivo por el que están dispuestos a darse una oportunidad en empresas menos consolidadas, DeVol señala el creciente interés de los empleados por compañías dirigidas por su misión y la creencia de que pueden tener un mayor impacto en regiones con menos densidad de población.

AppHarvest, ‘startup’ con sede en Lexington, Kentucky, que construye granjas cerradas de bajo consumo, ha contratado recientemente a dos empleados de alto nivel de la región de San Francisco y a otro de la ciudad de Nueva York.

Marcella Butler, su nueva directora de personal, era directiva en Google y fue directora de personal en Impossible Foods hasta septiembre del año pasado. Antes de aceptar el trabajo en AppHarvest, se encontraba en la fase final de contratación con dos empresas tecnológicas del área de la bahía. Cuando barajaba sus opciones, se acordó de la descripción de un amigo de la ‘cultura de la escasez’ de Silicon Valley. A pesar de ser una de las zonas más ricas del mundo, “nunca hay tiempo suficiente, capital suficiente, nunca es suficiente”, le recordó decir.

En julio, se deshizo de su coche eléctrico, puso en venta su casa en Menlo Park, California, y se mudó al este. Aunque el salario de Butler incluye más capital que el resto de trabajos que estaba barajando, su sueldo base es 100.000 dólares inferior.

“Puede parecer que mi salario neto es menor, pero mi poder adquisitivo y mi calidad de vida son inigualables. No es ni cuestionable”, dice. “Hay una intensidad de vida que allí no encontré”.

Las empresas tecnológicas de pequeñas ciudades están empezando a ver un aumento de solicitudes de candidatos que viven en San Francisco y Nueva York —zonas que llevan mucho tiempo controlando el talento tecnológico—.

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