¿Adiós a un asalto anfibio ucraniano en el sur? El nuevo escenario que deja la voladura de la presa

La explosión de la presa de Nova Kajovka puede marcar un antes y un después para la contraofensiva ucraniana. La instalación ya obsesionaba a los expertos de la guerra antes de este martes, y Rusia y Ucrania se culpaban mutuamente de querer volarla por el valor estratégico y táctico del embalse más importante en el río Dniéper. Sin embargo, la instalación se mantuvo prácticamente intacta durante el avance ucraniano en la reconquista de la provincia de Jersón en la orilla norte del río. Ha sido cerca de ocho meses después, justo a las puertas de la esperada contraofensiva ucraniana, cuando la represa se ha derrumbado.

Según las primeras versiones del Gobierno de Ucrania, una detonación dentro de la instalación ha provocado la caída del dique de contención. Como consecuencia, todo el territorio ha sido víctima de inundaciones y los habitantes de las regiones ubicadas en las inmediaciones han tenido que ser evacuados. Al igual que en octubre pasado, las autoridades de Kiev y Moscú se acusan mutuamente de estar detrás del ataque. Por un lado, el Gobierno de Volodímir Zelenski apunta a que la explosión de Nova Kajovka ha sido provocada para boicotear la contraofensiva ucraniana. El Kremlin, por el contrario, acusa al otro bando de atacar con fuego de artillería la infraestructura en varias ocasiones.

La navaja de Ockham apunta a Rusia como autor del sabotaje. La presa se encuentra en la zona controlada por las tropas de Moscú, y el momento en el que se produce la explosión (justo cuando Kiev mueve ficha en su contraofensiva) también sustenta la teoría de la autoría rusa. Según la cadena estadounidense NBC, al menos dos funcionarios de Inteligencia estadounidenses y un tercero de un país occidental aseguran que existen evidencias que indican que Rusia estaría detrás de la explosión.

Un tercer escenario es que las tropas de Moscú —que controlan la instalación— no destruyeran Nova Kajovka a propósito, sino que estuviera mal administrada, permitiendo que se acumulara demasiada agua en el embalse, lo que provocó el colapso.

Sabotear la contraofensiva

Los analistas militares han apuntado desde hace meses que un hipotético asalto anfibio en el río Dniéper puede ser una de las ofensivas sorpresa por parte de Ucrania, que tiene que encontrar el hueco entre el muro de contención y trincheras que han levantado las tropas rusas a lo largo de los miles de kilómetros de frente desde Lugansk (noreste) a Crimea. Después de que las tropas rusas se retiraran de la ciudad de Jersón a la otra orilla del río, el frente del sur quedó delimitado por el río, y Rusia movilizó la mayoría de sus tropas a Bajmut y en general la línea de la provincia de Donetsk. Con un golpe sorpresa a través del río (de gran dificultad), Ucrania podría romper el corredor terrestre actualmente bajo ocupación rusa entre la provincia rusa del Rostov y Crimea.

Este propósito era, antes incluso de la voladura de la presa, complicado: las tropas de Kiev necesitarían cruzar el río con unidades mecanizadas y acorazadas, es decir, blindados y carros de combate, un gran esfuerzo militar que es posible que Ucrania no sea capaz de asumir. Gracias al apoyo occidental, Kiev ha acumulado tropas anfibias, necesarias para un posible desembarco. En esta línea pueden entenderse las declaraciones de la agencia de Inteligencia militar ucraniana, que poco después de la explosión de este martes sostuvo que los soldados de Moscú habían volado la presa al entrar en “pánico”. Así, la explosión sería "un signo de desesperación", apunta Hennadiy Maksak, director ejecutivo de Ukrainian Prism Foreign Policy Council, a El Confidencial. "Estamos viendo cómo crece la inquietud en las filas rusas, porque se huelen lo que vienen. Hay signos de que la contraofensiva es inminente, como los ataques constantes contra los depósitos de combustible y armas, que son incapaces de mantener a salvo", afirma.

¿Podría ser la voladura de la presa una estrategia de Rusia para evitar ese hipotético ataque anfibio a través del río Dniéper? “No lo creo, porque nunca se planeó un asalto de este tipo. No tenemos suficiente equipo, ni superioridad aérea, ni de fuego para planificar o realizar una ofensiva como esta”, apunta por su parte Mykola Bielieskov, experto militar ucraniano, a este periódico. “Tal vez se planearon algunas acciones menores para cruzar el río y complementar las acciones exitosas en otros lugares, pero poco más. Por eso, esas acciones de Rusia no afectarán a los planes ucranianos”, sostiene.

Por el contrario, otros analistas creen que este escenario sigue siendo probable y que sería una parte de las estrategias sorpresa que podrían cambiar el rumbo de la guerra. Las inundaciones en la zona pueden haber cambiado el plan de Ucrania en el río Dniéper, pero “si el nivel del río baja debido a la rotura de la presa, será más difícil cruzarlo en bote con un asalto anfibio”, apuntaba Uri, experto en Inteligencia de código abierto (Osint). “También es posible que la presa haya sido destruida porque es un puente entre las áreas [ocupadas] de las orillas de Jersón. No hay forma de saber en este momento quién lo hizo, pero sabemos que los rusos han volado otras represas para detener los avances ucranianos y la destrucción de la represa Nova Kajovka solo beneficia a Rusia”.

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El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha defendido que han sido los "terroristas rusos" quienes tienen culpa de la tragedia. “Es físicamente imposible hacerlo estallar de alguna manera desde el exterior, con bombardeos. Fue minado. Fue minado por los ocupantes rusos y volado por ellos”, ha declarado este martes. “El propósito es obvio: crear obstáculos insuperables en el camino del avance de las fuerzas armadas ucranianas”, señaló Mykhailo Podolyak, uno de los principales asesores de Zelenski.

Esta es otra hipótesis, no necesariamente ligada al asalto anfibio. Con la explosión de la presa, es de nuevo el Kremlin quien marca el ritmo, en lugar de Ucrania y su contraofensiva, rompiendo también el momentum de Kiev.

Otros analistas y expertos comparten esta posición y están convencidos de que el Kremlin está detrás de la explosión de Nova Kajovka. "Hemos visto que la prensa española y de otros países habla de la voladura de la presa sin atribuir directamente la responsabilidad a nadie, pero para nosotros está absolutamente claro que es obra de los rusos. En octubre de 2022, ya se denunció que habían plantado explosivos en la presa, acompañado de una campaña de desinformación. Además, en los vídeos no se ve ningún objeto volando hacia la presa, como sí se apreciaría si hubiese sido un ataque con misiles", apunta Julia Kazdobina, analista del Programa de Estudios de Seguridad de Ukrainian Prism.

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Por otro lado, la voladura de la presa formaría parte de la estrategia de Rusia para provocar tanto daño a Ucrania como sea posible. "Hay múltiples implicaciones. En primer lugar, las humanas, el que vayan a dejar que mucha gente se ahogue, viviendas inundadas y gente desplazada a la que habrá que dar techo... Además, muchas personas se van a quedar sin agua potable", continúa Kazdobina.

A pesar de que por ahora no se han reportado incidentes en Zaporiyia y el organismo de control nuclear de la ONU afirmó que no existe un riesgo inmediato, la destrucción de Nova Kajovka también puede tener implicaciones en la central nuclear, porque puede afectar a las unidades de enfriamiento. "Por no hablar de la destrucción medioambiental, el ecocidio. Es una continuación de la estrategia rusa de atacar las infraestructuras críticas y causar sufrimiento", concluye la experta.

También afecta a los rusos

Sin embargo, la inundación también afecta a las fuerzas rusas, porque afecta la primera línea de defensa rusa en el Dniéper. A pesar de que las posibilidades de la ofensiva en ese frente son bajas, el Kremlin perdería una oportunidad de repeler el ataque. “Es nuestro lado del río el que sufre más las inundaciones. No tiene sentido hacer esto”, escribió Alexander Kots, un reportero de guerra ruso, para el tabloide pro-Kremlin Komsomolskaya Pravda.

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Asimismo, la destrucción de la represa afectará al suministro de agua en Crimea. Este es uno de los factores que convierten Nova Kajovka en un embalse estratégico. Desde la anexión de la península en 2014, Ucrania bloqueó el suministro de agua en varias ocasiones, pero Rusia volvió a reabastecer a Crimea después de la invasión. Tras la explosión, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que los niveles de agua en el embalse estaban cayendo como consecuencia de la explosión, lo que puede provocar carencias de agua en la región y para las actividades agrícolas.

Por ahora, no hay evidencias definitivas que puedan señalar a un culpable de la tragedia en Nova Kajovka. Lo que parece cada vez más claro, no obstante, es que el daño causado es irreparable. "Por lo que nos está llegando, lo más probable es que la presa sea imposible de reparar. Son las tácticas de tierra quemada que ya hemos visto utilizar a Rusia en otros lugares. Se nos dice que Ucrania tiene que negociar con Rusia, pero ¿qué podemos hablar con alguien que está dispuesto a recurrir a esto?", subraya Julia Kazdobina.