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Lecciones de un mutilado de guerra para el inicio de la contraofensiva ucraniana
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regresar al frente con una pierna

Lecciones de un mutilado de guerra para el inicio de la contraofensiva ucraniana

Los 15 meses de guerra dejan cicatrices físicas y psicológicas mientras el país tiene que jugar con las cartas marcadas en su lucha contra Rusia y por elegir su propio futuro

Foto: Andriy, colocándose su pierna nueva en un centro de rehabilitación en Leópolis. (Fermín Torrano)
Andriy, colocándose su pierna nueva en un centro de rehabilitación en Leópolis. (Fermín Torrano)
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En Ucrania hay quien agarra mapas fantaseando con la próxima contraofensiva y quien se agarra la espinilla de una pierna sin hueso porque la suya, la de verdad, explotó en la última gran reconquista militar.

Es el caso de Andriy, que perdió la izquierda en Jersón. Porque en el bombo de la suerte que supone atravesar campos minados, la posición del asiento en el vehículo escupe en muchas ocasiones la bolita con el número ganador. Eran ocho en el interior del automóvil y la carga explosiva detonó justo debajo de la rueda sobre la que él iba sentado. Sus compañeros salieron ilesos, pero a él le tocó el premio que todos ansiaban esquivar: el artefacto despedazó su pierna izquierda.

Ocho meses después, su objetivo es regresar a primera línea.

Foto: Unos soldados sobre un blindado en Bakhmut. En el texto se lee "Por Nikopol" (Fermín Torrano)
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Fermín Torrano. Donbás

“Yo solo sé hacer dos cosas: pelear y tener hijos”, bromea, provocando la risa de las enfermeras. Lo dice mientras rompe el plástico de una bolsa que ha recibido con su uniforme nuevo. Será este verano cuando los facultativos diagnostiquen si puede volver a luchar, como ya hacen, con sus nuevos brazos o piernas prostéticas ocultos bajo el estampado militar, algunos de los miles de compatriotas amputados (se estima que alrededor de 10.000) desde el inicio de la invasión.

Guerra de expectativas

Igual que sucede con la batalla de Bajmut, la hipotética recuperación de Crimea o el posible envío de F-16, la anunciada contraofensiva es también parte de la guerra de expectativas. De esperanzas, también, en el plano personal.

Por eso el trabajo de Nazar Bahniuk, jefe del equipo de prótesis del Centro Nacional de Rehabilitación en Leópolis, va de la mano del de Oleksiy Smirnov, psicólogo en el mismo centro. En sus ocho meses de vida, el proyecto Unbroken (Inquebrantables, en castellano) ha fabricado alrededor de 100 prótesis para miembros de las Fuerzas Armadas, aunque también tratan a miles de civiles que llegan a través de los trenes de evacuación de primera línea.

placeholder Un trabajador del centro prepara una pierna prostética que sustituirá al miembro real de un soldado o un civil. (Fermín Torrano)
Un trabajador del centro prepara una pierna prostética que sustituirá al miembro real de un soldado o un civil. (Fermín Torrano)

"El problema está en que todo el que quiere alistarse puede hacerlo, pero el que quiere abandonar no tiene alternativa. Ahora nos enfrentamos a la punta del iceberg, daños físicos, pero dentro de cinco o seis años veremos la verdadera magnitud del problema", sostiene Smirnov, encargado de la terapia con soldados.

La obstinación ucraniana es un factor que sorprendió al mundo en la madrugada del 24 de febrero de 2022, y que 15 meses después continúa inalterable. En el frente y en la retaguardia.

Aunque a veces eso tenga un coste.

¿Todos los que regresan al frente están recuperados?

—No tenemos tantos soldados en Ucrania y necesitan descansar —resopla el psicólogo—, pero no pueden ir al comandante y decirle “oye, que no quiero pelear”, porque les preguntaría a ver si son tontos y les ordenaría coger el fusil para mandarles al frente.

Foto: La autopista M06, el límite hasta donde llegaron las tropas rusas en su intento de rodear Kiev. (Fermín Torrano)

Es un problema de dos velocidades en el que no hay tiempo para frenar. Porque la guerra no espera y toca gestionar la contraofensiva, con los ojos de occidente puestos en el próximo movimiento de Kiev. Para tener éxito, "debemos pensar tres cosas claves. La primera, las armas que será necesario usar, la segunda, cuánta gente tenemos entrenada, nuestros defensores. Y la tercera es dotar a esta ofensiva de todo lo necesario", declaró el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Réznikov. El factor humano es clave: aunque las cifras de caídos y heridos en batalla son secreto de estado, muchos hombres que protagonizaron las contraofensivas de Jersón o Járkov han tenido que ser reemplazados.

placeholder Traslado de un herido en el frente del Donbás a un hospital en la zona. (Fermín Torrano)
Traslado de un herido en el frente del Donbás a un hospital en la zona. (Fermín Torrano)

No es lo mismo tratar a un soldado que va a regresar al combate, que el que se enfrenta al temido retorno de la vida civil. El difícil equilibrio entre ayudar a la persona y mantenerla útil para el país.

“Si va al frente no utilizo la emoción. Ese tipo de terapia sería contraproducente. Tratarles como civiles les convierte en civiles y ellos no pueden ni quieren dejar su trabajo”, explica Smirnov.

Quizás por eso Andriy sonríe con su nuevo uniforme mientras el compañero de habitación —tocayo, herido de forma similar en Járkov— resopla mirando por la ventana. Todavía no sabe cuántos meses de espera le quedan. No podrá reincorporarse tan rápido a su unidad ni a una lucha en la que, en realidad, están en juego cosas más importantes que el último enclave conquistado o dejado de conquistar.

¿Merece la pena el coste personal?

— El arrepentimiento nunca ocurre al principio, pero no se trata de ganar la guerra a Rusia —reflexiona Andriy—. Estamos protegiendo a nuestras familias, nuestras vidas, nuestras casas… Eso es nuestro país.

placeholder Un pie prostético, en el centro Unbroken. (Fermín Torrano)
Un pie prostético, en el centro Unbroken. (Fermín Torrano)

Unas palabras muy parecidas a las del mensaje que Volodímir Zelenski ha repetido hasta la extenuación a los países occidentales. "Rusia no solo ha atacado nuestra tierra y nuestras ciudades. Rusia ha atacado brutalmente los valores humanos más básicos. Lanzó sus tanques y aviones contra nuestra libertad, nuestro derecho a vivir libremente en nuestro propio país y a elegir nuestro propio futuro; atacó nuestro deseo de buscar la felicidad, nuestros sueños como nación", dijo el presidente ucraniano en su primer discurso ante el Congreso de Estados Unidos en marzo de 2022.

Y, en cierto modo, el Kremlin se ha apuntado ya esa victoria.

“La gente no sabe qué va a pasar con sus vidas. Pero lo más importante es la falta de objetivos. No sabemos cuánto va a durar y eso lo vuelve todo más difícil”, explica Oleg, un programador de Leópolis.

Con casi 460 días en el contador desde el inicio de la invasión, Ucrania vive tiempos extraños. Días de noticias como la caída de Bajmut o la incursión en Belgorod, y noches de parques llenos de jóvenes bebiendo y riendo. La desinhibición es palpable, aunque se oculta. El toque de queda sigue vigente en todo el país —aunque con diferentes horarios— y mientras grupos de turistas internos hacen pequeños tours por las ciudades grandes, otras procesiones más sentidas acompañan los ataúdes camino del cementerio.

placeholder Un funeral militar en Leópolis. Los familiares y allegados despiden el cuerpo de rodillas, como a los héroes. (Fermín Torrano)
Un funeral militar en Leópolis. Los familiares y allegados despiden el cuerpo de rodillas, como a los héroes. (Fermín Torrano)

Mientras unos intentan seguir con sus vidas, otros se quedan atrapados en un limbo, incluso en el oeste del país. Ucranianos que se alistaron el febrero pasado a las fuerzas de Defensa Territorial (una suerte de reserva vinculada a cada región) en poblaciones alejadas del frente se encuentran ahora atrapados en un empleo que no pueden dejar, cavando líneas de defensa a 1.000 kilómetros del Donbás. En muchos casos, beber y fumar es su único pasatiempo.

El mismo problema que contempla Smirnov para los soldados que bregan en primera línea, una vez se firme la paz. “La adicción a la adrenalina potencia otros traumas de la guerra. No sabrán qué hacer cuando todo acabe. Nuestro trabajo será ayudarles a reconectar”, insiste.

Su compañero Bahniuk, que lo mismo habla de prótesis que de la naturaleza humana, arroja otra clave: el tiempo. “Es como una autoescuela. Hay personas que en poco tiempo son habilidosas y otras que necesitan una vida entera”.

En el piso superior, una hora más tarde, a Andriy se le atraganta una pregunta que no llega a contestar.

¿Echas más en falta a tu familia o al ejército?

El soldado suelta su pierna y suspira antes de responder.

—La guerra es un mal difícil de superar.

En Ucrania hay quien agarra mapas fantaseando con la próxima contraofensiva y quien se agarra la espinilla de una pierna sin hueso porque la suya, la de verdad, explotó en la última gran reconquista militar.

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