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Todo pasa por Bajmut: 3 escenas y una hipótesis de la batalla más larga de Ucrania
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Wagner asegura que tiene el control

Todo pasa por Bajmut: 3 escenas y una hipótesis de la batalla más larga de Ucrania

El domingo, Moscú anunció que las tropas del grupo paramilitar Wagner se habían hecho con el control de Bajmut. ¿Es el fin de la ciudad o una fase más de la batalla del relato?

Foto: El grupo mercenario Wagner alza la bandera rusa sobre las ruinas de un edificio sin identificar de Bajmut. (Telegram)
El grupo mercenario Wagner alza la bandera rusa sobre las ruinas de un edificio sin identificar de Bajmut. (Telegram)

La batalla de Bajmut ha sido una de las más largas y sangrientas en Ucrania desde el inicio de la invasión rusa. Nueve meses de carnicería en que la ciudad, "la fortaleza" y "picadora de carne", se ha convertido en un símbolo militar y político. La de Bajmut ha sido una batalla de armas y de relato, de sangre y propaganda. Ahora, con el anuncio ruso de que habrían logrado conquistar la ciudad, entra en una nueva fase.

El domingo, Moscú anunció que las tropas del grupo paramilitar Wagner se habían hecho con el control de Bajmut. La información fue rápidamente negada por Ucrania. El presidente Volodímir Zelenski afirmó, de visita en Japón para un encuentro del G7, que "a día de hoy, Bajmut no ha sido ocupada por la Federación Rusa", aunque admitió que la situación era crítica. Por su parte, el comandante del Ejército de Tierra ucraniano, el general Olexander Sirski, reconoció que Ucrania había perdido el control efectivo del grueso de la ciudad y que solo mantienen posiciones en una parte de las afueras.

Foto: Zelenski en la cumbre del G7. (EFE)

Como ha sucedido en otras batallas, como la caída de la vecina Soledar, probablemente no tendremos la imagen completa del estado del frente hasta dentro de algunos días. No es la primera vez que el líder del grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, anuncia la conquista de Bajmut, localidad que se ha luchado casa a casa y que, según demuestran las imágenes de satélite, es apenas un montón de escombros. Así, declarar la conquista de Bajmut cuando se supera una línea de edificios más es ahora también parte del relato, en un momento especialmente crítico: con la tensión entre Wagner y el estamento militar ruso en máximos tras meses de mortal sangría y a la espera del inicio de una contraofensiva ucraniana que ya está tanteando el frente en otros puntos de la línea.

De ser la llave que abriría la puerta al control del resto del Donbás a convertirse en una apuesta ucraniana, pasando por el despropósito estratégico ruso, así ha cambiado el relato y el rostro de una batalla que aparecerá en los libros de historia.

1. La llave para el corazón del Donbás

El 24 de marzo, la guerra en Ucrania daba un volantazo. Cuando se cumplía un mes del inicio de la invasión a gran escala y quedaba claro que Rusia no iba a hacerse con Kiev, el jefe de la Dirección Principal de Operaciones del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia, el general Sergei Rudskoy, anunciaba que, cumplidos los objetivos de la "operación militar especial", las tropas dispersas por varios frentes en el país se concentrarían en una única meta: el Donbás.

A diferencia de los rápidos avances rusos de miles de kilómetros de los primeros días en los frentes del norte y el sur, el avance en el frente del este, mucho más militarizado, había sido mínimo. Con este cambio estratégico, Rusia replegó sus tropas de la zona de Kiev y reforzó el Donbás, empezando a ganar kilómetros.

En los siguientes meses, Rusia logró hacerse con la totalidad de la provincia ucraniana de Lugansk, en el extremo este del país. El último bastión de Lugansk fueron las ciudades gemelas de Lysychansk y Severodonetsk, y tras la retirada de las tropas ucranianas a finales de junio, Bajmut se convirtió en una ciudad clave y la llave para abrir el corazón del óblast de Donetsk todavía controlado por Ucrania.

Tras haber recibido su gran bautismo de fuego en la batalla de Popasna, el grupo Wagner se convirtió en el protagonista del asalto a la ciudad

Unido por una carretera directa desde la recién conquistada Lysychansk, el valor estratégico de la ciudad residía en varios puntos: permitía atacar las líneas de suministro de Ucrania, era un centro de transporte ferroviario y por carretera, despejaba a las tropas rusas la vía hacia Kramatorsk (capital oficiosa de Donetsk) y Sloviansk, los dos grandes bastiones ucranianos en la región donde Rusia ponía todos sus objetivos. La conquista de Bajmut permitía a Rusia colocar estas ciudades todavía bajo control ucraniano dentro del alcance de su artillería, facilitando su eventual captura.

Tras haber recibido su gran bautismo de fuego en la batalla de Popasna (Lugansk), el grupo Wagner se convirtió en el protagonista del asalto a la ciudad. Su perfil de mercenarios y cierta experiencia en lucha urbana venía en teoría, como anillo al dedo para atrapar la ciudad, mientras que los ucranianos partían con desventaja. No pueden bombardear sus propias casas. Rusia, mientras tanto, ya se había quitado las caretas en cuanto a la destrucción en Bucha y Borodyanka, en la menos conocida Volnovaja y en Mariúpol.

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Escena 1. Es junio de 2022. Apenas has oído hablar de Bakhmut. Tanto es así, que todavía el corrector de El Confidencial ni ha decidido que la 'kh' del nombre se tiene que cambiar por una 'j'. En unas semanas te distraerás mirando hacia el sur, donde Ucrania enfoca sus esfuerzos para recuperar Jersón. Bakhmut lleva sufriendo bombardeos desde mayo, pero no es hasta ahora, cuando caen las ciudades de Lysychansk y Severodonetsk unos kilómetros más al noreste, que se convierte en la primera línea de batalla. En aquel entonces, Bakhmut es, de hecho, la 'base' desde la que El Confidencial reporta en el resto de la zona. Esta es la primera vez que mencionamos la importancia de la ciudad.

Foto: Soldados ucranianos en la carretera de Bakhmut. (EFE)
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"Bakhmut, que con la caída de Lysychansk y Severodonetsk se convierte en la primera zona de contención del Ejército ucraniano antes de llegar a la capital de Donetsk, es una ciudad muy militarizada. Antes de llegar, en la carretera vemos varios autobuses cargados de reclutas, vestidos de militares, con sus mochilas y sus macutos. Son nuevos soldados que Ucrania manda al frente del este, donde pierde un rango de unos 200 soldados al día —según ha admitido el propio presidente Volodímir Zelenski— bajo la artillería rusa. "Rusia está echando aquí en el [frente del] Donbás todo lo que tiene, todo su poder militar", me asegura Sergei, un soldado ucraniano desplegado en el área de Bakhmut.

(...) Repetimos el camino de vuelta a Bakhmut. Esta "carretera de la muerte" es la primera punta de lanza que puede utilizar Rusia para hacer "pinza" y encapsular a las tropas ucranianas en el Donbás. Una pinza que Ucrania tiene que evitar a toda costa, con ayuda —espera Kiev— del armamento occidental que ya sí empieza a llegar."

2. La agónica pregunta para Rusia

Pero lo que podía haber sido un paseíllo sobre el Donbás pronto se convirtió en una ratonera. Una "picadora de carne", como se la ha denominado, con sangrientas bajas tanto para uno como otro bando.

Las ventajas estratégicas de Bajmut desaparecieron de golpe y plumazo en septiembre, cuando Ucrania recuperó por sorpresa más de 8.500 kilómetros cuadrados en el frente norte. El mundo se centró en las victorias en torno a Járkov, la capital del noreste, pero las dos ciudades que con su reconquista arrebataron a Rusia su gran oportunidad de hacerse con el Donbás fueron Izum y Limán. Hasta entonces, si Rusia lograba hacerse con Bajmut y mantenía ambas ciudades, podía organizar una pinza desde el norte y el sur que embolsaría a las tropas ucranianas del Donbás. Sin el extremo norte de la pinza y con las líneas de combate replegadas centenares de kilómetros, Bajmut ya no podía cumplir ese papel. Mientras tanto, la batalla se prolongaba agónicos meses y Rusia acumulaba miles de bajas, problemas de moral y equipamiento.

Pero Moscú había apostado demasiado, y Bajmut ya no era una batalla puramente militar, sino la encarnación de un objetivo político. Otorgar a Putin una victoria, así sea pírrica, tras meses de reveses y derrotas, que permitiera vender al público interno que se estaban consiguiendo los objetivos estratégicos rusos. Que la guerra de resistencia y desgaste acabará dando sus frutos. Pero desnuda, también, lo limitado de los objetivos de la ofensiva de invierno de Moscú: los medios rusos que en febrero y marzo informaban del avance relámpago del Ejército hacia Kiev se han pasado semanas retransmitiendo actualizaciones diarias de cada manzana conquistada en una ciudad de 40 kilómetros cuadrados.

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Escena 2. Es diciembre. Han pasado ya meses desde que Ucrania recuperó la zona noreste del país. Pero Rusia sigue atacando, y la pregunta haciéndose cada vez más pesada. ¿Cómo es que ha tardado tanto? ¿Por qué seguir? ¿Dónde está el Ejército ruso?

Foto: Artillería rusa en Donetsk. (EFE)
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"En realidad, no puedo entender la lógica del asalto de Bakhmut. Los rusos dicen que es necesario para tomar Slovyansk y Kramatorsk, pero eso ya no va a suceder", comenta Def Mon, otro reconocido analista Osint, a El Confidencial. "Creo que si los rusos atacan aquí es porque tienen una posición favorable. El punto tiene cierto valor propagandístico, donde van haciendo progresos, aunque muy despacio", agrega.

3. La apuesta ucraniana

Pero la pérdida de vidas era también era un problema para Ucrania, cuya estrategia pasaba por infligir tantas pérdidas a Rusia como fuera posible, pese al coste que también estaba recibiendo. La batalla se convirtió en una guerra de números. De cuentas sobre si merecía la pena o no perder tantos hombres y agostar sus fuerzas antes de la contraofensiva. Se hablaba de tasa de desgaste, de munición. A finales de enero, las críticas de funcionarios de defensa occidentales a la resistencia a ultranza de la ciudad empezaron a proliferar en los medios estadounidenses, apuntando la pertinencia de dejar caer la ciudad, en una sutil presión pública a Ucrania. Kiev insistió. Se pronosticó la caída de Bajmut cada semana.

Pero, con la llegada del grueso del armamento occidental prometido, incluidos los Leopard y los Patriot, así como el refuerzo de los miles de soldados ucranianos que estaban siendo entrenados en el extranjero, Ucrania cerró una fase y empezó la siguiente. Su estrategia en Bajmut había tenido éxito (— y así lo han admitido algunos de las voces más escépticas entre los analistas internacionales—), diezmando las agostadas tropas rusas antes de la contraofensiva, arrebatándole una victoria política a Putin durante meses y, casi de regalo, abrir la gran guerra civil entre el estamento militar ruso y las tropas del mercenario Prighozin, que llegó incluso a amenazar con abandonar la ciudad si no era relevado. En Bajmut, Ucrania cierra una fase y pasa a la siguiente, la de la contraofensiva.

"Las mejores tropas de ataque de Rusia están exhaustas tras muchos meses de batalla. Las reservas de munición son mínimas"

El cambio de espíritu sobre Bajmut y el éxito de la estrategia ucraniana de desgaste no lo reflejan solo las voces de Kiev, sino incluso entre las propias líneas rusas. La victoria de Wagner sobre la ciudad ha sido catalogada de "innecesaria" y "pírrica" por Igor Girkin, famoso por su papel en la anexión de Crimea y la secesión del Donbás y ahora uno de los analistas milbloggers rusos a los que más críticas se les permite.

"Mientras la captura de Bajmut se presenta como la 'corona del liderazgo militar [ruso] y una batalla que marcará una época de significancia histórica mundial', en conjunto la operación ha acabado con un fracaso estratégico de nuestras tropas", ha lamentado en un mensaje de Telegram, afirmando que Wagner se ha hecho con la ciudad "al costo de la casi total pérdida de su propia infantería" y que, de hecho, tras llegar a la última casa detuvieron su avance "porque no hay fuerzas para llegar más allá".

"Las mejores tropas de ataque de Rusia están exhaustas tras muchos meses de batalla. Las reservas de munición son mínimas", continúa, afirmando que Ucrania tiene ahora la ventana de oportunidad para una contraofensiva.

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Escena 3. Marzo de 2023. La pertinencia o no de sostener Bajmut era una batalla de cifras, y los números, los muertos que ponía cada bando por cada metro que se avanzaba o retrocedía. Mientras tanto, a la prensa se le vetaba el acceso a la ciudad. La última pieza escrita por El Confidencial desde dentro de Bajmut, una ciudad destruida, es de diciembre. La nueva línea desde la que se podía apenas observar, saludar o despedir el intercambio de soldados ucranianos para el frente era Chasiv Yar, una pequeña localidad a 17 kilómetros de Bajmut.

Foto: Soldados ucranianos llegan a Chasiv Yar después de luchar en Bajmut. (Amador Guallar)

"Bajmut es la fortaleza de la madre patria", explica Constantin, uno de los soldados descansando en Chasiv Yar, mientras hace cola para comprar comida en una de las pocas tiendas abiertas que quedan. "Es un paseo agradable antes de que me toque volver allí dentro", dice, mientras varias explosiones retumban cerca. A su lado, un soldado con cara de niño observa a sus compañeros mientras sujeta la ametralladora que parece gigantesca en sus manos pequeñas y endebles. "Mientras Europa y Estados Unidos nos sigan ayudando, nosotros seguiremos poniendo nuestra carne en la batalla", añade Constantin, convencido y con una sonrisa sincera y sin un ápice de remordimiento. "Todos hemos perdido a muchos compañeros, pero si ahora nos retiramos sería una victoria demasiado grande para el enemigo. No podemos dejar que eso suceda", concluye.

Encuentros en la nueva fase

La conquista del núcleo urbano de Bajmut abre una nueva fase para la batalla más larga de la guerra. A diferencia de otras derrotas ucranianas, donde cada ciudad perdida significaba retroceder la línea de defensa varios kilómetros para atrás, en Bajmut no ha sido así.

En la última semana, Ucrania ha recuperado 29 kilómetros cuadrados en los flancos de la ciudad, tanto al noroeste como el suroeste, empezando a rodear la ciudad. Además de las posibilidades de embolsamiento, los flancos ofrecen la ventaja de la altura que antes tenían las fuerzas rusas que bombardeaban las bajas posiciones defensivas ucranianas en la ciudad y que ahora han intercambiado.

En diciembre pasado, Andrii, un soldado paramédico, esperaba a las afueras de Bajmut el transporte para sus compañeros muertos

La viceministra de defensa de Ucrania, Hanna Maliar, ha asegurado que, en esta posición, las exhaustas tropas rusas están en una posición vulnerable. “Hace que sea muy difícil para el enemigo permanecer en Bajmut. [Estamos] en semi-cerco, lo que nos da la oportunidad de destruir al enemigo”, declaró el domingo. En la misma línea se pronunció el general Olexander Sirski. "A pesar de que ahora controlamos las afueras de la ciudad, la importancia de su defensa no pierde sentido. Esto nos dará en el futuro la oportunidad de entrar en la ciudad, cuando cambie la situación operativa en el frente".

En diciembre pasado, Andrii, un soldado paramédico, esperaba a las afueras de Bajmut el transporte para sus compañeros muertos. En aquel entonces, en muchos despachos ya se daba por perdida la ciudad. "Incluso si la perdemos, los rusos no la tendrán durante mucho tiempo", aseguraba resuelto. La batalla de Bajmut todavía tiene nuevos capítulos que escribir.

La batalla de Bajmut ha sido una de las más largas y sangrientas en Ucrania desde el inicio de la invasión rusa. Nueve meses de carnicería en que la ciudad, "la fortaleza" y "picadora de carne", se ha convertido en un símbolo militar y político. La de Bajmut ha sido una batalla de armas y de relato, de sangre y propaganda. Ahora, con el anuncio ruso de que habrían logrado conquistar la ciudad, entra en una nueva fase.

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