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"Se acabaron las preparaciones. El Ejército está listo": Ucrania cambia de fase y prueba el 'enjambre'
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Atacar en varios sitios a la vez

"Se acabaron las preparaciones. El Ejército está listo": Ucrania cambia de fase y prueba el 'enjambre'

El Gobierno de Kiev ha afirmado, a través del ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Réznikov, que todo está listo para la nueva fase de la guerra: "Estamos listos"

Foto: Soldados ucranianos. (Reuters/Gleb Garanich)
Soldados ucranianos. (Reuters/Gleb Garanich)

En los últimos días, los rusos han dado un nuevo empujón en el control de Bajmut, en el Donbás, y controlan ya el 90% de la ciudad, obligando a los ucranianos a replegarse hasta los últimos barrios del oeste de la ciudad. Para Ucrania, Bajmut ha sido el escenario más simbólico y estratégico de la última fase de la guerra estos meses: un lugar donde, al mismo tiempo, desgastar a los rusos, concentrar sus fuerzas y mantener vivo el espíritu de resistencia. Unos objetivos tanto militares como políticos. Bajmut ha aguantado y, al menos según la narrativa de Kiev, cumplido su misión, pese a las terribles bajas también entre las líneas ucranianas. Pero ahora viene un nuevo capítulo. La preparación del Ejército ucraniano "están llegando a su fin", "estamos listos", ha declarado el ministro de Defensa, Oleksii Réznikov.

Ahora, los pronósticos de los analistas ya no se centran en cuándo caerá Bajmut, algo que parece inminente, sino en dónde se concentrarán los ataques de la contraofensiva ucraniana. Los detalles del inicio de la nueva fase de la guerra es el secreto mejor guardado de Kiev, y una de las mayores preocupaciones de Moscú. Los informes más recientes del Institute for the Study of War apuntaban a la ansiedad de funcionarios rusos sobre los próximos ataques de las fuerzas de Kiev. Han vaticinado hasta que el 9 de mayo, Día de la Victoria rusa, podría ser el día en el que Ucrania iniciara su contraofensiva para boicotear la conmemoración de la victoria soviética sobre la Alemania nazi. Dónde se concentrarán los ataques ucranianos sigue siendo la mayor de las incógnitas.

Los analistas militares llevan meses apuntando que la región de Zaporiyia es el objetivo más obvio para las fuerzas de Kiev, para llegar después a Melitópol, el principal enclave ocupado por los rusos al inicio de la invasión, y que se interpone entre Kiev y la península de Crimea, al sur; y la ciudad de Mariúpol —uno de los símbolos del horror de esta guerra—, al este. Los últimos informes afirman que las fuerzas ucranianas se están preparando para atacar las ciudades de Oríjiv, Rabotyne y Ocheretuvate. Por otro lado, ISW informó que Ucrania había ganado posiciones en la orilla este del río Dniéper, cerca de Jersón y otro de los posibles frentes en los que podría desarrollarse la contraofensiva.

Foto: Personal de aviación comprueba el funcionamiento del avión de combate Mig-29 de la Fuerza Aérea de Ucrania. (EFE/Roman Pilipey)

Es posible que Zaporiyía y Jersón sean los puntos más calientes en este punto de la guerra. O que sean solo dos actores más de la táctica de enjambre de las fuerzas ucranianas. Hanna Maliar, viceministra de Defensa de Ucrania, afirmó recientemente que el foco no estaría puesto en un solo avance ni en un solo objetivo de la contraofensiva, sino "en un enorme complejo de acciones y medidas llevadas a cabo por las Fuerzas Armadas". "No están preparando una sola ofensiva en un momento específico y en un sitio específico. Todos los días preparan una serie de medidas defensivas y contraofensivas diferentes".

La táctica de enjambre, swarm en inglés, se utiliza en el campo de batalla para abrumar y desbordar al enemigo al diversificar los objetivos. "Las pequeñas ofensivas son la mejor estrategia en el momento actual de la guerra, después de los esfuerzos de Ucrania por tener recursos adicionales que permitan mini-ofensivas en diferentes lugares del frente", explica Ruslan Trad, investigador de seguridad de Atlantic Council, a El Confidencial.

El foco ha estado puesto en Bajmut durante meses y Ucrania ha mandado muchos refuerzos al frente descrito como "una trituradora de carne" para los dos bandos. Sin embargo, las fuerzas ucranianas también han ido reforzando otros territorios a lo largo de los cientos de kilómetros de línea de frente que atraviesa el sur y este del país. "No creo que la contraofensiva tenga un objetivo claro. Creo que veremos ataques en la zona de Jersón-Crimea y Zaporiyia-Melitópol. También es probable que la dirección norte se active para contrarrestar posibles ataques rusos a medida que Moscú se intensifique en la dirección de Járkov", apunta Trad.

El enjambre

Las miniofensivas en diferentes frentes pueden abrumar a las tropas rusas y, posteriormente, Ucrania aprovecharía esta ventaja para aumentar los ataques en un frente concreto que permita liberar el territorio ocupado. La incógnita es si Ucrania podrá gestionar la utilización del armamento en diferentes frentes al mismo tiempo y si podrá hacer frente a la falta de munición, uno de los mayores retos de las fuerzas ucranianas después de más de un año de guerra.

Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, afirmó este jueves que el 98% de los vehículos de combate prometidos a Ucrania ya habían sido entregados. "Más de 1.550 vehículos blindados, 230 tanques y otro equipamiento, incluidas vastas cantidades de munición", detalló.

El envío de armas y carros de combate como el Leopard 2 pueden poner a Ucrania en una posición fuerte con respecto a Rusia, aunque los analistas apuntan a las largas líneas defensivas que han construido las tropas del Kremlin en las últimas semanas. Los cálculos más aproximados hablan de cerca de 800 kilómetros de trincheras, de fosos antitanques y de búnkeres para proteger los territorios ocupados.

Foto: Un soldado ucraniano, en una trinchera frente a la ciudad de Bajmut. (Reuters/Lisi Niesner)
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Con la táctica de enjambre, los ucranianos diversificarán sus ataques para confundir a los rusos, pero también para distraerlos. La contraofensiva del verano pasado fue el mayor éxito de Ucrania desde el principio de la guerra y estuvo marcada por el factor sorpresa. Las fuerzas de Kiev lograron hacer creer a los enemigos que la prioridad en el frente era Jersón, lo que permitió que Járkov quedara expuesta y que recuperaran el territorio. "Creo que la sorpresa táctica aumenta las posibilidades de que los ucranianos puedan romper las defensas aéreas rusas, avanzar más profundamente en sus posiciones rusas y amenazar el control de comando ruso", afirmó Franz-Stefan Gady, investigador del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IIS), en una reciente entrevista con El Confidencial.

Sorpresa y silencio

Para mantener el factor sorpresa, el silencio es indispensable. Ucrania está haciendo muchos esfuerzos por intentar ocultar cómo será el principio de la contraofensiva y hasta reconoció haber cambiado una parte de la estrategia después de que salieran a la luz los documentos clasificados del Pentágono. "Las condiciones de la operación militar requieren silencio informativo hasta que sea lo suficientemente seguro para nuestro ejército", dijo Natalia Humeniuk, portavoz del Comando Sur del ejército ucraniano. Es posible, por lo tanto, que, al igual que pasó en las ofensivas de Izium y Járkov, solamente se hagan públicas las victorias en el frente una vez que se hayan logrado.

Estas victorias tan significativas para Ucrania son ahora la razón de las altas expectativas que los gobiernos occidentales y los analistas tienen sobre el resultado de la contraofensiva que está a punto de empezar. El Gobierno de Kiev admitió que este fenómeno podría ser perjudicial para las tropas y que incluso podría poner en peligro el apoyo político a Zelenski en el caso de que no logren una victoria significativa.

Foto: Tropas ucranianas disparan un obús cerca de Bajmut. (Reuters/Marko Djurica)

Este temor fue confirmado en los documentos clasificados de la inteligencia estadounidense, en los que el Pentágono apuntó a que las ganancias territoriales "moderadas" podrían acabar con la paciencia de algunos países occidentales. Además de las ayudas militares, los archivos hicieron referencia a las posibles presiones que podría recibir el Gobierno de Zelenski para negociar con Vladímir Putin en el caso de que sus fuerzas no logren un buen resultado en la contraofensiva.

Rusia ha intensificado este viernes sus ataques con misiles, justo después de que Xi Jinping mantuviera una conversación telefónica con Volodímir Zelenski. Las ofensivas, especialmente cruentas en la ciudad de Umán, son una demostración por parte del Kremlin de que todavía tiene armamento suficiente para atacar a la población ucraniana.

A pesar de los problemas de escasez de municiones y de misiles que se han reportado en las últimas semanas, Moscú ha querido enseñar músculo a las puertas de la contraofensiva. Por su parte, el Gobierno de Kiev ha afirmado, a través del ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Réznikov, que todo está listo para la nueva fase de la guerra: "Estamos listos".

En los últimos días, los rusos han dado un nuevo empujón en el control de Bajmut, en el Donbás, y controlan ya el 90% de la ciudad, obligando a los ucranianos a replegarse hasta los últimos barrios del oeste de la ciudad. Para Ucrania, Bajmut ha sido el escenario más simbólico y estratégico de la última fase de la guerra estos meses: un lugar donde, al mismo tiempo, desgastar a los rusos, concentrar sus fuerzas y mantener vivo el espíritu de resistencia. Unos objetivos tanto militares como políticos. Bajmut ha aguantado y, al menos según la narrativa de Kiev, cumplido su misión, pese a las terribles bajas también entre las líneas ucranianas. Pero ahora viene un nuevo capítulo. La preparación del Ejército ucraniano "están llegando a su fin", "estamos listos", ha declarado el ministro de Defensa, Oleksii Réznikov.

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