El dilema existencial del nuevo CEO de Shell: seguir o no siendo una petrolera

Wael Sawan sabe que está a punto de hacer muy infelices a algunas personas. El nuevo director ejecutivo de Shell PLC está elaborando su plan de negocio para el gigante energético londinense, que incluye un aumento de la producción de petróleo. Hacerlo complacería a muchos inversores que buscan aprovechar la bonanza del petróleo y el gas del año pasado, que produjo unos beneficios anuales récord para Shell.

Pero es casi seguro que generaría fuertes protestas por parte de los ecologistas y otros críticos, incluidos los inversores que quieren que Shell aborde los objetivos relacionados con el clima de forma más agresiva. Esos inversores sostienen que seguir centrándose en los combustibles fósiles pone en peligro las perspectivas a largo plazo de Shell en un mundo cambiante.

Sawan ha subrayado su compromiso con la reducción de las emisiones de la empresa y a ayudar a desarrollar una nueva generación de fuentes de energía limpia. Pero no es ahí donde está el grueso de los beneficios ahora mismo.

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"Creo firmemente que el papel del petróleo y el gas se mantendrá durante mucho, mucho tiempo", declaró en una entrevista reciente con The Wall Street Journal. Es más, no cree que los proyectos de energías renovables y de bajas emisiones de carbono deban subvencionarse con los beneficios de Shell en combustibles fósiles, sino que deben ofrecer rendimientos que merezcan una inversión continuada por sí mismos. "No cabe duda de que estamos analizando a fondo la cartera", afirmó Sawan.

Aseguró que todas las opciones están sobre la mesa, incluida la revisión de la previsión que publicó la empresa en 2021, que pronosticaba una disminución media del 1% al 2% en su producción de crudo cada año hasta 2030. Sawan también ha dicho estar sopesando una mayor exploración de nuevas fuentes de petróleo y gas en zonas donde Shell no opera actualmente.

Advirtió que los objetivos de producción de Shell y otras decisiones clave aún están siendo debatidas por sus ejecutivos y el consejo de administración. Decida lo que decida, Sawan espera ser impopular entre algunos grupos, y quizá entre facciones de todos ellos. "Creo que la presión llegará, haga lo que haga", afirmó.

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Shell ha programado una actualización para los inversores el 14 de junio en Nueva York. Encontrar el equilibrio entre los combustibles fósiles y las alternativas con menos carbono es un gran reto para los directores ejecutivos de las mayores empresas energéticas.

La tarea es especialmente ardua para Sawan y para Shell, la mayor empresa energética de Europa, que se trasladó al Reino Unido después de que un tribunal holandés dictaminara en 2021 que era parcialmente responsable del cambio climático y debía reducir sus emisiones de carbono. Shell ha recurrido la sentencia, alegando que se le está señalando de forma injustificada.

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En el Reino Unido y en el continente europeo, los gobiernos están recuperando parte de los beneficios récord obtenidos el año pasado por las empresas petroleras y de gas, ya que los costes de la energía se dispararon a raíz de la invasión rusa de Ucrania.

Hace menos de un año, la junta anual de accionistas de Shell en Londres se retrasó casi tres horas por los activistas climáticos que asistían como accionistas, que se pegaron a las sillas y entonaron consignas contra el gasto continuado de la empresa en combustibles fósiles.

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Sawan, que se incorporó a Shell en 1997, a los 22 años, se ha convertido en su rostro de cara al público. Nacido en el Líbano, Sawan se crio en Dubái y estudió ingeniería química en Montreal. Con doble nacionalidad libanesa y canadiense, Sawan es el primer director general no europeo en la historia de Shell.

Sus colegas de dentro y fuera de la empresa consideran que Sawan es un gestor de gran habilidad técnica, incluso en su trabajo más reciente de supervisión del enorme negocio de gas natural licuado de Shell, que suele ser su mayor fuente de ingresos. Antes de asumir la dirección, Sawan también gestionó la sección de energías renovables de la empresa.

Además de Europa y Oriente Medio, ha trabajado en la costa estadounidense del gGolfo de México y ha dirigido negocios como las operaciones mundiales en aguas profundas y la exploración y producción de petróleo y gas en toda la empresa, conocidas como upstream. Según personas de su entorno, un momento crucial de su carrera fue en 1999, cuando, después de trabajar los dos primeros años en Omán, sacó una nota alta en el examen de acceso a la escuela de empresariales y se planteó dejar Shell para hacer un postgrado en negocios en la Universidad de Harvard.

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Andy Brown, por entonces su jefe y más tarde responsable de toda la producción upstream de Shell, cuenta que convenció a Sawan de que no se marchara y optase por obtener su MBA con el apoyo de Shell y después volver a la empresa. Más tarde siguió los pasos de Brown en Oriente Medio, supervisando las operaciones de Shell en Qatar.

"Estaba claro que Wael tenía un gran talento", afirma Brown. "Cuando tienes 24 años, se trata de saber si eres un tipo inteligente y puedes resolver problemas". Cuenta que Sawan era especialmente hábil en el desarrollo de relaciones con socios comerciales y funcionarios del gobierno.

"Estaba claro que Wael tenía un gran talento"

Sawan viajó por todo el mundo, según sus conocidos. Era capaz de calmar tensiones conectando con líderes gubernamentales y ejecutivos en torno a una afición compartida por el fútbol o la gastronomía regional.

En Qatar, Sawan ayudó a que un enorme proyecto de desarrollo de una refinería de gas natural superase obstáculos ligados a costes y retrasos, ganándose el reconocimiento interno por su diplomacia con los funcionarios del Gobierno y otros socios, según cuentan personas involucradas en el proyecto.

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Personas cercanas a Sawan han expresado que esperan que se le ponga a prueba en el timón, no solo por los retos empresariales de Shell, sino también por lo que describen como su reticencia natural a confiar en otros ejecutivos, así como por el tiempo que estará separado de su mujer y sus hijos. Desde que obtuvo el puesto el año pasado, Sawan ha pasado tiempo consultando con jefes de negocios, pero también pasa períodos casi aislado trabajando en los detalles de los negocios en preparación para una revisión completa, según personas familiarizadas con su agenda.

"Se trata de un trabajo muy intenso, para el que hay que prepararse", declaró Sawan. "Intento no perder mi rutina habitual de gimnasio y alimentación para asegurarme de que al final me mantengo cuerdo y puedo seguir disfrutando de la vida después".

Según Sawan, entre las opciones que se barajan está la posibilidad de que Shell intensifique la exploración de nuevas fuentes de petróleo y gas. Esto incluye la posibilidad de buscar nuevas fuentes de petróleo y gas sin explotar en zonas del mundo conocidas en el sector como "fronteras" porque carecen de infraestructuras de producción que requieren años, y a veces incluso décadas, en alcanzar la plena producción.

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Hace dos años, Shell anunció su intención de poner fin a la exploración de nuevas fronteras a finales de 2025, con lo que dispondrá de un plazo limitado para buscar yacimientos vírgenes de petróleo y gas donde aún no esté operando.

Según un informe publicado la semana pasada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, la disminución de las opciones para limitar el calentamiento global exige un abandono masivo y rápido de los combustibles fósiles.

Al mismo tiempo, la demanda de petróleo sigue aumentando, y quienes invierten en los gigantes mundiales del petróleo han recompensado a las empresas —incluidos los gigantes estadounidenses Exxon Mobil Corp. y Chevron Corp.— por seguir con la producción tradicional de combustibles fósiles. Shell afirma que se ha adelantado al calendario previsto de recortes anuales de la producción de crudo de entre el 1% y el 2%, gracias a la desinversión o la liquidación de activos más rápida de lo previsto.

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"Estamos casi en el punto en el que esperábamos estar en 2030", ha afirmado Sawan. "Eso permite elegir cómo queremos seguir a partir de aquí. Son esas opciones las que estamos evaluando".

Para ilustrar lo que considera un planteamiento inteligente de los proyectos de nuevas energías, cita la decisión de Shell, supervisada por él, de construir en Róterdam lo que la empresa espera que sea la mayor planta de hidrógeno renovable de Europa, una vez que esté en funcionamiento en 2025.

"Es una gran oportunidad de obtener un rendimiento de dos dígitos", afirma Sawan. "Vamos a demostrar el concepto. Si podemos probar el concepto, entonces quizá se construya la segunda y la tercera, pero hay que hacerlo poco a poco".

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.