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Los beneficios "obscenos" de las energéticas arrojan gasolina al fuego del descontento en UK
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Los beneficios "obscenos" de las energéticas arrojan gasolina al fuego del descontento en UK

La petrolera británica registra ganancias récord de 42.000 millones de dólares en 2022. La invasión le permitió distribuir a los accionistas los mejores rendimientos en sus 115 años

Foto: Shell registra beneficios anuales récord. (EFE/Neil Hall)
Shell registra beneficios anuales récord. (EFE/Neil Hall)

El Ejecutivo de Rishi Sunak está bajo gran presión para que aumente los impuestos sobre los beneficios extraordinarios de los gigantes de petróleo y gas, después de que la empresa británica Shell haya registrado ganancias récord de 42.000 millones de dólares en 2022, coronando un año tumultuoso en el que la invasión rusa de Ucrania le permitió distribuir a los accionistas los mejores rendimientos en sus 115 años de historia.

El impuesto temporal sobre los beneficios extraordinarios al sector energético es actualmente del 35%. Pero las compañías pueden reducir considerablemente los pagos, ya que se les permite compensar las ganancias con los costos de desmantelamiento de las plataformas petroleras del mar del Norte y las inversiones en tecnologías renovables, por lo que en los últimos años, gigantes como BP o el propio Shell han pagado poco o ninguna tasa en el Reino Unido.

Foto: Gasoducto que alimenta una central térmica. (iStock)

Tanto los partidos de la oposición como los sindicatos describen la bonanza como "escandalosa" y acusan a Downing Street de dejar "libres de culpa" a las empresas de combustibles fósiles, mientras que los ciudadanos se enfrentan a importantes desafíos económicos. En este sentido, piden que se anulen los planes para subir, a partir de abril, el límite de las facturas que llegan a los hogares.

El comunicado remitido este jueves por Shell a la Bolsa de Valores de Londres —donde anuncia que los beneficios anuales, récord de 42.309 millones de dólares, suponen un 110% más que el año anterior— protagonizó los titulares tan solo un día después de que se celebrara la mayor protesta laboral en el Reino Unido en la última década. Más de 500.000 trabajadores salieron el miércoles a la calle pidiendo mejoras salariales ante una inflación disparada.

Foto: Manifestantes protestan contra el Gobierno británico. (EFE/Andy Rain)

Frente al 11,1% de noviembre, el índice bajó en diciembre al 10,5%. Pero sigue siendo una de las cuotas más altas de los últimos 40 años, por lo que muchas familias tienen que decidir entre calentarse o poner un plato en la mesa. Uno de cada tres niños en el norte de Inglaterra vive ya en los umbrales de la pobreza.

Como parte de su estrategia para combatir la inflación, el Banco de Inglaterra ha elevado de nuevo este jueves del 3,5% al 4% los tipos de interés. Los precios de la energía habían comenzado a subir después del final de los confinamientos por la pandemia, pero aumentaron considerablemente en marzo del año pasado, después de que la invasión de Ucrania generara preocupaciones sobre el suministro, debido a la alta dependencia europea del gas ruso.

Cuando empezó la guerra, Europa compraba a Moscú aproximadamente el 25% de su petróleo, el 50% de su carbón y el 40% de su gas. Aunque el Reino Unido apenas obtenía un 8% de su petróleo y un 4% de su gas del gigante euroasiático.

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El precio del crudo Brent llegó a casi 128 dólares por barril al comienzo de la invasión, pero desde entonces ha vuelto a caer a alrededor de 83 dólares. Por su parte, los precios de la gasolina también se dispararon, pero han bajado desde sus máximos.

Siendo titular del Tesoro, Rishi Sunak introdujo un impuesto temporal sobre los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas del 25%. Cuando el pasado mes de octubre se convirtió en primer ministro, su Gobierno lo aumentó al 35% a partir de este mes de enero. En un principio, se había programado hasta finales de 2025. Pero ahora se mantendrá vigente hasta marzo de 2028, con el objetivo de recaudar 40.000 millones de libras.

placeholder Profesores en huelga y miembros del Sindicato Nacional de Educación, en una marcha hacia Westminster contra el proyecto de Ley de Huelgas. (EFE/Neil Hall)
Profesores en huelga y miembros del Sindicato Nacional de Educación, en una marcha hacia Westminster contra el proyecto de Ley de Huelgas. (EFE/Neil Hall)

Debido a que a las empresas se les permite compensar los costos de desmantelamiento y las inversiones en proyectos con las ganancias, Shell había dicho en un primer momento que no esperaba tener que pagar ningún impuesto en el Reino Unido este año. Sin embargo, este jueves ha señalado que debe pagar 134 millones de dólares para 2022 por beneficios extraordinarios y esperaba tener que pagar más de 500 millones de dólares en 2023.

Shell solo obtiene alrededor del 5% de sus ingresos del Reino Unido. El resto proviene de otras jurisdicciones, donde paga su parte impositiva correspondiente. Sin embargo, los críticos señalan que siendo una empresa con sede en suelo británico, está pagando más a sus accionistas de lo que gasta en inversiones renovables en el país.

La directora financiera de la petrolera, Sinead Gorman, explicó que Shell había pagado 13.000 millones de dólares en impuestos a nivel mundial en 2022 y que la compañía había contribuido al 11% de los envíos de gas natural licuado a la UE, aliviando la presión sobre los suministros causada por las sanciones a Rusia.

Foto: Un manifestante en una protesta contra la inflación en Reino Unido, en noviembre de 2022. Andy Rain / EFE

En cualquier caso, la noticia ha aumentado la presión sobre el premier, Rishi Sunak, y su titular del Tesoro, Jeremy Hunt, para subir la carga impositiva a los gigantes energéticos. Un portavoz de Downing Street dijo entender "absolutamente" el malestar, pero recalcó que no hay planes para aumentar el impuesto sobre las ganancias extraordinarias.

Por otra parte, tampoco hay intención de cambiar las ayudas a los ciudadanos. Desde octubre, el precio máximo que los hogares pagan por el gas y la electricidad tiene un límite de 2.500 libras anuales (menos de lo calculado por la autoridad reguladora del país, OFGEM, pero más del doble de lo que se pagaba antes de la invasión de Ucrania).

Foto: Unos soldados británicos pasan al lado de unos tanques polacos durante un ejercicio de defensa. (EFE/Olivier Hoslet)

Fue una medida que anunció la fugaz Liz Truss el pasado septiembre. La entonces líder tory (que apenas estuvo un mes en el cargo) tenía la intención de congelar las facturas dos años. Pero Sunak tiene otra estrategia para hacer frente a una deuda pública que roza ya el 100% y, a partir de abril, el umbral aumentará a las 3.000 libras anuales.

El portavoz de cambio climático de la oposición laborista, Ed Miliband, denuncia que "mientras el pueblo británico se enfrenta a un aumento del precio de la energía del 40% en abril, el Gobierno está permitiendo que las compañías de combustibles fósiles obtengan ganancias extraordinarias con su negativa a implementar un impuesto adecuado".

Por su parte, el líder liberal demócrata, Ed Davey, señaló que "ninguna empresa debería obtener este tipo de ganancias escandalosas con la invasión ilegal de Ucrania por parte de Putin". "Deben gravar adecuadamente a las compañías de petróleo y gas y, al menos, asegurarse de que las facturas de energía no vuelvan a subir en abril".

El secretario general de la central nacional de los sindicatos de Reino Unido TUC, Paul Nowak, también pidió a los ministros que impongan un impuesto mayor a las petroleras. "En lugar de mantener bajos los salarios de los paramédicos, maestros, bomberos y millones de otros servidores públicos en apuros, los ministros deberían hacer que las grandes empresas de petróleo y gas paguen su parte justa", recalcó. "Se acabó el tiempo de las excusas", añadió.

El Ejecutivo de Rishi Sunak está bajo gran presión para que aumente los impuestos sobre los beneficios extraordinarios de los gigantes de petróleo y gas, después de que la empresa británica Shell haya registrado ganancias récord de 42.000 millones de dólares en 2022, coronando un año tumultuoso en el que la invasión rusa de Ucrania le permitió distribuir a los accionistas los mejores rendimientos en sus 115 años de historia.

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