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España afronta el mayor coste de la historia de luz y gas para 2023 pese a las medidas del Gobierno
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Precios 10 veces más altos de lo normal

España afronta el mayor coste de la historia de luz y gas para 2023 pese a las medidas del Gobierno

A pesar de que la crisis energética ya se extiende por más de un año, la situación no ha sido tan crítica en ningún momento como ahora. Las medidas del Gobierno como el tope al gas no logran detener la escalada de precios

Foto: Torres de alta tensión en Asturias. (Reuters/Eloy Alonso)
Torres de alta tensión en Asturias. (Reuters/Eloy Alonso)
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La crisis energética ha escalado a niveles inimaginables hace pocas fechas. Los precios en los mercados mayoristas tanto para el gas como para la electricidad han escalado a su máximo histórico, pulverizando todas las marcas previas. La situación es tan crítica que ni las medidas llevadas a cabo por el Gobierno, como el tope al gas establecido por la excepción ibérica, son capaces de detener la escalada. La sensación de que Rusia pueda dejar sin gas a Europa este invierno está pasando factura de forma muy acusada ya en agosto a mercados tan alejados como el español. Las advertencias cada vez son más sonoras: el operador de Finlandia advertía este martes de que "los finlandeses deben estar preparados para posibles cortes de energía causados por la escasez de electricidad este próximo invierno".

Este mismo martes, la referencia para los contratos de electricidad que se negocian en España de cara a todo 2023 se disparaba hasta los 325 euros por MWh de media en el año completo, lo que supone el peor registro nunca antes visto, según los datos del Operador del Mercado Ibérico (OMIP). Esta referencia de cara al año que viene ha escalado casi un 40% en una semana, desde el pasado lunes 15 de agosto, cuando se negociaba el contrato de 2023 a unos 238 euros por MWh.

Además, este no es el precio final que paga el consumidor por la energía dentro de la factura, ya que a esa cantidad hay que sumar la subvención que se da a las plantas de ciclo combinado para que produzcan electricidad con gas, tal y como establecía el mecanismo regulatorio activado por el Gobierno en junio. No existe un precio futuro para dicho ajuste. Este martes, con el precio de Mibgas en 216 euros por MWh, el ajuste ha sido de 249 euros por MWh.

placeholder La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. (EFE/Chema Moya)
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. (EFE/Chema Moya)

Teniendo en cuenta que el contrato de futuro de gas para 2023 está actualmente en más de 250 euros (récord histórico y un 50% más caro que hace dos semanas), el mercado prevé que el precio final que paguen los consumidores españoles por la luz en el mercado mayorista, OMIE, supere con creces los 500 euros por MWh. Es decir, alrededor de 10 veces más de lo que se pagaba antes de que se iniciara la crisis energética en 2021 (los precios de la pasada década rondaban los 50 euros por MWh).

De mantenerse el escenario actual, ni las rebajas fiscales y de cargos de la factura aplicadas por el Gobierno ni el mecanismo del tope al gas serían capaces de detener la escalada de precios, un escenario especialmente grave cuando la inflación está ya por encima del 10%, su mayor tasa desde los años ochenta. No obstante, las medidas regulatorias aplicadas por el Ejecutivo sí logran atenuar en parte la subida, que podría ser aún peor sin aplicarse la excepción ibérica. De hecho, la referencia del precio de la luz para 2023 en Francia es de 1.255 euros por MWh y en Alemania, de 734 euros MWh.

Ni las rebajas fiscales y de cargos de la factura ni el mecanismo del tope al gas son capaces de detener el alza de precios

Si bien es cierto que ambos países europeos tiene problemas propios específicos, como los parones nucleares galos o la dependencia germana del gas ruso, el tope al gas está logrando contener las subidas mejor que el resto de grandes países de la UE. En cualquier caso, la CNMC ya apuntaba a menores precios en España que en el resto de países vecinos, dada la contribución de las renovables antes de que se cambiara la formación de precios en el mercado mayorista.

Pese a lo anterior, un consultor especializado en la firma de contratos de electricidad para grandes empresas advierte de que el mercado eléctrico español está roto. Asegura que toda la energía está vendida y que ni los productores tienen ahora mismo incentivos para firmar contratos a largo plazo, ni ahora mismo los consumidores quieren firmar nada, dada la coyuntura de precios. "Solo los que tienen sus contratos a punto de vencer tratan de negociar algo, pero lo normal es ir al mercado 'spot' diario y esperar a que amaine el temporal", explica este experto. Además, añade que los productores también prefieren vender su producción en el mercado mayorista, dado que los precios actuales les son más favorables de lo que pueden lograr con contratos bilaterales a más largo plazo.

Foto: Lámpara con bombilla led. (EFE/Raquel Manzanares)

Este martes, el mercado diario, al que están indexados más de 10 millones de contratos de la tarifa regulada (PVPC), ha cerrado en más de 435 euros por MWh, lo que representa el nivel más alto desde los picos históricos de marzo, tras el estallido de la guerra. También es, con diferencia, el precio más alto desde que entró en vigor la excepción ibérica. En pocos días, el precio en el mercado diario se ha duplicado. Desde la OCU, advierten de que estos avances pronto se notarán con subidas en la factura.

Las renovables están produciendo muy poco. La sequía no permite producir con hidráulica, el bajo viento no genera luz con eólica y el fuerte calor y el polvo en suspensión hacen menos eficientes las plantas fotovoltaicas. Eso obliga a sustituir esa generación con plantas de gas, cuyo coste está disparado. Además, la ola de calor aumenta la demanda. Los expertos creen que el ahorro energético es fundamental para detener la escalada de precios, ya que la menor demanda obliga a quemar menos gas, en coste récord. De ahí que las medidas que tome el Gobierno serán claves no solo para cumplir con Bruselas, con quien se ha comprometido a consumir un 7% menos de gas, sino también para que los elevados precios provoquen que la bola de nieve en que se ha convertido la inflación siga creciendo.

Foto: La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. (EFE/Chema Moya)

El principal problema viene de los precios del gas a nivel internacional. El corte del envío de gas a Alemania por parte de la compañía rusa estatal Gazprom, anunciado el pasado viernes, ha sido una bomba en los mercados energéticos. El precio del gas en el mercado de referencia TTF, ya muy alto desde principios de verano, por encima de los 200 euros por MWh, ha escalado en las últimas horas hasta casi 300 euros por MWh.

El precio habitual del gas natural en los mercados internacionales antes de la crisis era de 20 euros por MWh, lo que da prueba de la gravedad de la situación. Aunque Rusia alega problemas técnicos para cortar el principal tubo que bombea gas entre ambos países, el Nord Stream I, todos los analistas dan por hecho que se trata de una medida de represalia por parte de Vladímir Putin contra las sanciones impuestas por Occidente y su apoyo a Ucrania.

Por si todo esto fuera poco, la situación podría agravarse en los próximos meses. "Prácticamente, todos nuestros indicadores fundamentales y técnicos continúan mostrando luces verdes hacia niveles de precios más altos", señalan los analistas de la firma de consultoría especializada en energía Ritterbusch & Associates a 'The Wall Street Journal'. El principal diario económico del mundo cree que la incesante demanda de barcos de gas natural licuado (GNL) de EEUU a Europa mantendrá los precios gasistas en niveles récord.

La crisis energética ha escalado a niveles inimaginables hace pocas fechas. Los precios en los mercados mayoristas tanto para el gas como para la electricidad han escalado a su máximo histórico, pulverizando todas las marcas previas. La situación es tan crítica que ni las medidas llevadas a cabo por el Gobierno, como el tope al gas establecido por la excepción ibérica, son capaces de detener la escalada. La sensación de que Rusia pueda dejar sin gas a Europa este invierno está pasando factura de forma muy acusada ya en agosto a mercados tan alejados como el español. Las advertencias cada vez son más sonoras: el operador de Finlandia advertía este martes de que "los finlandeses deben estar preparados para posibles cortes de energía causados por la escasez de electricidad este próximo invierno".

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