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Los enfermeros se suman al colapso: la huelga histórica que lleva a UK a una parálisis invernal
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Los sanitarios dicen basta

Los enfermeros se suman al colapso: la huelga histórica que lleva a UK a una parálisis invernal

Los sanitarios se suman a los paros del sector público en plenas navidades. Este año, se ha producido la caída más pronunciada del nivel de vida desde que comenzaron los registros ante una inflación disparada

Foto: Un manifestante en una protesta contra la inflación en Reino Unido, en noviembre de 2022. Andy Rain / EFE
Un manifestante en una protesta contra la inflación en Reino Unido, en noviembre de 2022. Andy Rain / EFE

Los enfermeros del Sistema Nacional de Salud Público de Reino Unido (NHS, en inglés) se ponen este jueves en huelga por primera vez en la historia. Los paros continuarán el próximo martes. Más de 6.000 operaciones no urgentes en más de 40 hospitales tendrán que ser pospuestas, junto con más de 6.400 citas, entre ellas, chequeos de pacientes que habían tenido cáncer. Pero los sindicatos no han cedido a las presiones y se unen al ya bautizado como "Invierno del descontento".

A lo largo de diciembre, la gran parte de los servicios públicos saldrán a la calle: el cuerpo de funcionarios, los operarios del control de fronteras de los principales aeropuertos y puertos del país, así como trabajadores del sector ferroviario y del servicio postal. Por primera vez en treinta años, también lo harán los paramédicos y conductores de ambulancias. En Reino Unido es prácticamente imposible llevar a cabo una huelga general por la estricta normativa, pero no hay duda de que lo acontece estos días se le parece demasiado. En plenas vacaciones navideñas, el país queda prácticamente paralizado.

Las tensiones entre los trabajadores y empleadores no son difíciles de entender. Este 2022 se ha producido la caída más pronunciada del nivel de vida desde que comenzaron los registros. Y los empleados del sector público son los más afectados con un aumento promedio anual del salario básico del 2,2%, muy por detrás de una inflación disparada que en octubre se situó en el 11,1% —la más alta de los últimos 41 años—. En noviembre ha bajado al 10,7%.

Las economías más grandes del mundo están lidiando con las presiones de los precios de energía y alimentos provocadas por la guerra de Ucrania. Pero en Reino Unido, la situación se agrava aún más por la última década de recortes. El salario real de los enfermeros cayó 1.800 libras durante el último año mientras que el de los paramédicos cayó 2.400 libras. En términos reales, los enfermeros ganan 5.000 libras al año menos que en 2010. Y para las matronas y los paramédicos, la cifra asciende a más de 6.000 libras, según el análisis de las estadísticas oficiales realizado por la principal confederación sindical (TUC, por sus siglas en inglés).

Hay parejas en las que, con los dos trabajando, no alcanzan a pagar el alquiler. El conjunto de su salario es "demasiado alto" para poder recibir ayudas estatales, pero "demasiado bajo" para poder llegar a fin de mes.

"El fracaso de los tories para lograr un aumento salarial ha dejado a millones de hogares brutalmente expuestos a la emergencia del costo de vida. Es hora de recompensar el trabajo, no la riqueza. No podemos ser un país donde el NHS y el personal docente tengan que recurrir a los bancos de alimentos, mientras que los banqueros de la City reciben bonos ilimitados", denuncia Frances O'Grady, secretaria general de TUC. "Los presupuestos familiares han sido destrozados por facturas vertiginosas y más de una década de retención salarial. Los conservadores han presidido la reducción de salarios reales más prolongada en más de 200 años", añade.

Foto: El primer ministro, Rishi Sunak, en el Parlamento británico. (Jessica Taylor)

Un portavoz de Downing Street ha pedido a los sindicatos que "reconocieran que todavía tienen tiempo para dar un paso atrás", ya que no pueden tener a los "ciudadanos como rehenes" de los paros. Pero la opinión pública no respalda a los políticos. Según las encuestas, el electorado atribuye el caos en el que vive el país a un Partido Conservador desgastado tras 12 años en el poder y guerras internas que han puesto en cuestión de dos meses a tres primeros ministros distintos en el Número 10.

"Si se tratara de un Gobierno que en general estuviera en lo más alto de su popularidad, sería mucho más fácil para ellos echar la culpa a los sindicatos", aseguraba en la prensa local el director de la consultora More in Common, Luke Tryl, ex asesor del Ejecutivo. "Pero la percepción general es que este es un Gobierno cansado que realmente no está funcionando y está muy dividido. Y eso hace que sea mucho más difícil culpar a otros", añade.

NHS, el paciente que no sale de la UCI

El apoyo a los enfermeros es particularmente alto: un 54% del electorado respalda los paros reclamando un aumento salarial frente al 23% que se muestra en contra, según la última encuesta realizada por Redfield y Wilton Strategies. Aun así, los analistas advierten a los sindicatos que tampoco estiren la cuerda por un tiempo prolongado.

Los paros empeoran ahora aún más la ya delicada situación del NHS, un paciente que lleva tiempo en la UCI. Las listas de espera de los hospitales en Inglaterra ascienden actualmente a 7,2 millones y el propio ministro de Sanidad ya ha admitido que empeorarán aún más antes de que la situación se estabilice.

El número de los que esperan más de un año para recibir tratamiento también se está disparando. Ya son más de 410.000 pacientes, niveles que no se veían desde marzo pasado, durante el tercer confinamiento. Las campañas de crowdfunding para costear tratamientos médicos privados se han multiplicado por 20 en los últimos cinco años debido a la gran crisis de la sanidad pública. Por su parte, los tiempos de respuesta de las ambulancias para las llamadas de Categoría 2 (emergencias que incluyen ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares) han mejorado levemente a 48 minutos respecto a la más de una hora el mes anterior. Sin embargo, siguen estando muy lejos del objetivo de 18 minutos.

Foto: Protesta de trabajadores del NHS en Londres. (EFE/Neil Hall)

Asimismo, los problemas por la falta de personal son cada vez más acuciantes. A la estampida de los sanitarios europeos provocada por el Brexit, se suman el goteo de dimisiones por parte de aquellos que no pueden aguantar más carga de trabajo. Solo en Inglaterra, las vacantes han alcanzado un nuevo récord con más de 133.000 puestos a tiempo completo. Un hospital del NHS de Manchester ha llegado a pagar más de 5.200 libras por un médico suplente para cubrir un solo turno. Y no es un caso aislado.

En una reciente entrevista con LCB, el ministro de Economía, Jeremy Hunt, se negaba a descartar la prohibición para enfermeros. El premier Rishi Sunak se ha reunido con su gabinete de crisis para estudiar los planes de contingencia. Entre otros, se desplegará al Ejército para que los soldados puedan conducir ambulancias o realizar control de pasaportes en puertos y aeropuertos. Pero tan s0lo será un parche.

Algunos parlamentarios conservadores cuestionan las tácticas del Ejecutivo y consideran que sería "más inteligente" ofrecer un aumento salarial del 8% este año y nada el próximo, cuando esperan que la inflación caiga. Pero en Downing Street no solo no ceden, sino que están dispuestos a endurecer aún más la ley, y analizan seriamente un plan de 16 puntos propuesto por el ministro de Negocios, Grant Shapps, que, entre otros, plantea prohibir huelgas para los servicios públicos claves.

Iniciar una huelga no es fácil en UK

Los sindicatos dicen que ya están operando bajo uno de los regímenes más restrictivos del mundo desarrollado, después de que la legislación de 2016 estableciera umbrales altos para que se aprobaran las votaciones sobre acciones de protesta y reglas estrictas sobre la celebración de votaciones. Cualquier empresa o servicio público necesita una participación del 50% de sus trabajadores, y un respaldo de más del 80% entre los que acuden a votar para que salga adelante una huelga. Es decir, si hay 100 trabajadores, deben votar 50 y respaldar el paro al menos 40.

En su momento, Boris Johnson ya quiso endurecer aún más la normativa. Pero entre la pandemia y escándalos del Partygate no tuvo tiempo. Y su sucesora, la fuga Liz Truss, tampoco tuvo margen de maniobra en los 42 días que estuvo en el Número 10. Por lo tanto, el moderado Rishi Sunak es ahora quien debe lidiar con un caos que pone más presión sobre el Partido Conservador, al que la oposición laborista saca hasta 25 puntos de ventaja en las encuestas.

Foto: El primer ministro británico, Boris Johnson. (EFE/Andy Rain)

En los últimos meses del mandato de Margaret Thatcher, sucesivas huelgas simultáneas y solapadas provocaron la pérdida de casi dos millones y medio de horas de trabajo. Ahora se perderán un millón de horas laborales en tan solo un mes. Justo en un momento en el que la economía está sumamente debilitada con los problemas de productividad como clave de fondo.

El Ejecutivo defiende dos argumentos por los que no puede otorgar aumentos salariales acordes con la inflación. Por una parte, considera que es completamente inasequible. La deuda pública es ya del 97.5% del Producto Interior Bruto, cerca de su nivel más alto desde la década de 1960, y se espera que aumente en los próximos dos años, porque el Gobierno va a gastar más de lo que recibirá en impuestos.

El ministro de Sanidad, Steve Barclay, asegura que el costo de ofrecer a todos los trabajadores del sector público un aumento salarial equivalente a la inflación sería de 28.000 millones de libras, aproximadamente la mitad del presupuesto total de defensa. Sin embargo, el análisis del reputado Think Tank Institute Fiscal Studies sugiere que la cifra estaría más cerca de los 18.000 millones de libras.

Foto: Estanterías en un supermercado de Reino Unido. (C. M.)

Aunque sigue siendo una cantidad significativa de gastos, el Gobierno esperaría recuperar alrededor del 30% en pagos de impuestos. Todavía impulsaría el endeudamiento, pero Reino Unido tiene una de las cargas de deuda más bajas en el G7 (el segundo por detrás de Alemania) según datos del Fondo Monetario Internacional, por lo que podría decirse que tiene espacio para acomodar un poco más de gasto.

Por otra parte, Downing Street considera que poner más dinero en los bolsillos de los ciudadanos podría mantener alta la inflación por más tiempo. Esto empeoraría la situación de todos y aumentaría la presión sobre el Banco de Inglaterra para amortiguar los aumentos de precios elevando las tasas de interés, lo que afectaría a los costos de endeudamiento para los consumidores, propietarios de viviendas y empresas.

En definitiva, un escenario nada fácil para un país donde los pobres son cada vez más pobres. Casi 1 millón de hogares en Reino Unido esperan ser desalojados de sus casas este invierno por no poder hacer frente a las facturas. Según la encuesta realizada por la ONG Crisis, 4 de cada 10 familias de bajos ingresos tendrán que saltarse las comidas para pagar los costos de la vivienda, mientras que una proporción similar espera no poder calentar su casa.

Los enfermeros del Sistema Nacional de Salud Público de Reino Unido (NHS, en inglés) se ponen este jueves en huelga por primera vez en la historia. Los paros continuarán el próximo martes. Más de 6.000 operaciones no urgentes en más de 40 hospitales tendrán que ser pospuestas, junto con más de 6.400 citas, entre ellas, chequeos de pacientes que habían tenido cáncer. Pero los sindicatos no han cedido a las presiones y se unen al ya bautizado como "Invierno del descontento".

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