La ONU alerta de que la subida del nivel del mar provocará la desaparición de países enteros

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, aprovechó su intervención ante el Consejo de Seguridad reunido el pasado martes para advertir sobre las graves amenazas para la paz de la subida del nivel del mar como consecuencia del cambio climático.

Guterres informó a los responsables del máximo órgano de la ONU de que, según los últimos informes científicos de que dispone, aunque se lograse contener el aumento de la temperatura media global en 1,5 grados para finales de siglo, el aumento del nivel del mar tendría graves consecuencias para buena parte de los países costeros y los Estados insulares. Unas consecuencias que serían catastróficas si el aumento alcanzase los dos grados.

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Según se recoge en el último informe de situación del Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés), para evitar un aumento de 2 °C, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) vinculadas a la actividad humana deberían reducirse un 45% para 2030 con respecto a los niveles de 2010, y seguir disminuyendo hasta alcanzar las emisiones cero en 2050. Sin embargo, muy lejos de ese escenario, las emisiones globales de GEI aumentaron el año pasado un 1% respecto al anterior y el aumento de la temperatura media del planeta se sitúa ya en torno a los 1,2 grados.

De Londres a Buenos Aires, de Bombay a Los Ángeles

Ante esta realidad, el máximo responsable de la ONU advirtió de que el aumento del nivel del mar “es especialmente grave para los casi 900 millones de habitantes de las zonas costeras de baja altitud, donde actualmente viven una de cada 10 personas”. Como consecuencia de esos casi 1,2 grados de aumento y ante la inercia que muestra la subida del nivel del mar, además de la práctica totalidad de los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID), otros países como Bangladés, China, la India o Países Bajos, entre otros, se encuentran bajo situación de amenaza, así como algunas de las mayores metrópolis del mundo, como El Cairo, Lagos, Maputo, Bangkok, Daca, Yakarta, Bombay, Shanghái, Copenhague, Londres, Los Ángeles, Nueva York, Buenos Aires o Santiago de Chile.

Para poner un ejemplo de las graves consecuencias a las que se enfrentan los territorios afectados, Guterres informó de lo que está pasando en algunos puntos del Caribe, donde el aumento del nivel del mar está provocando la salinización de los acuíferos, la pérdida de cultivos y la devastación de los equipamientos turísticos.

En su opinión, esta situación está provocando ya “una competencia cada vez más feroz por el acceso al agua dulce, el suelo y los recursos naturales básicos”, una situación que no hará más que agravarse en los próximos años, dando paso a un “éxodo masivo de poblaciones enteras a escala bíblica”.

Uno de los retos más urgentes es mejorar los sistemas de prevención de riesgos y alerta temprana para preparar y proteger a las comunidades más vulnerables ante la crecida del nivel del mar. Pero también va a ser necesario habilitar un nuevo marco jurídico que contemple la figura del refugiado climático ante el desplazamiento forzado de poblaciones enteras, pues, como señaló Guterres: “Los derechos humanos de las personas no desaparecen cuando desaparecen sus hogares”.

"¿Qué pasa con la soberanía de un país que desaparece bajo el mar? ¿Quién se hace cargo de sus habitantes?"

Respecto a la desaparición bajo las aguas del espacio terrestre de determinados Estados, la ONU debe afrontar los litigios que se van a abrir de manera inminente en relación con la integridad territorial y la titularidad de los espacios marítimos, un tema que atañe directamente al Consejo de Seguridad, pues, como preguntó el secretario general a sus representantes: “¿Qué pasa con la soberanía de un país si se hunde bajo el mar?”.

El presidente de la Asamblea General, Csaba Kőrösi, también participante en el debate, apoyó las palabras del líder de la ONU, subrayando la importancia de atender de manera urgente estas cuestiones legales. “¿Qué sucederá con la pertenencia a la ONU de una nación si desaparece del mapa? Por ejemplo, ¿mantendrán sus representantes el derecho a voto en la Asamblea?”, preguntó.

La actual normativa internacional establece reglas muy concretas sobre la creación de nuevos Estados, pero no hay ninguna que contemple y regule el modo de actuar tras su desaparición física. “¿Quién se debe hacer cargo de las poblaciones desplazadas? ¿Cómo influirán las alteraciones de los límites costeros en las aguas internacionales? ¿Y cómo afectaría eso a las zonas económicas exclusivas?”, preguntó el diplomático húngaro.

Nuevo informe científico

Coincidiendo con la reunión del Consejo de Seguridad para debatir sobre este asunto, un nuevo estudio publicado este martes en la revista científica Nature Communications señala que el deshielo de las regiones polares y el consecuente aumento del nivel del mar solo se lograrán ralentizar cuando logremos alcanzar la neutralidad de emisiones de GEI.

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Según los autores de este nuevo estudio, aunque el ritmo de deshielo es difícil de predecir porque la física que rige su comportamiento es muy compleja, las nuevas simulaciones por superordenador, capaces de evaluar conjuntamente el acoplamiento entre las capas de hielo, los icebergs, el océano y la atmósfera, permiten prever el ritmo al que se desintegrarán y fundirán en los próximos años.

Como apunta Axel Timmermann, director del Centro de Física del Clima IBS y coautor del informe: “Si no tomamos ninguna medida, el retroceso de las capas de hielo seguirá provocando el aumento del nivel del mar en al menos 100 centímetros en los próximos 130 años, y esto se sumaría a otras contribuciones a dicha elevación, como la expansión térmica del agua oceánica”. Para evitar ese aumento catastrófico, el estudio señala que el calentamiento global debería estabilizarse por debajo de los 1,8 grados en relación con los niveles preindustriales.