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Gas y petróleo contraatacan: "El mundo se ha dado cuenta de que necesita hidrocarburos"
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Gas y petróleo contraatacan: "El mundo se ha dado cuenta de que necesita hidrocarburos"

La cuenca de Haynesville, situada en Luisiana y Texas, está repleta de perforadoras. Entre ellas se encuentra Chesapeake, pionera del 'fracking', que hace dos años estaba en quiebra

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Chesapeake Energy Corp. fue una de las grandes estrellas del auge del fracking, y durante años estuvo en la cresta de la ola gracias a su capacidad de explotar enormes reservas de gas natural estadounidense. En el verano de 2020, la pandemia y los confinamientos provocaron un agotamiento de los ingresos, y la empresa, tras una expansión que se demostró inoportuna, solicitó la protección por quiebra.

Sin embargo, el año pasado, Chesapeake acumuló 1.300 millones de dólares de beneficios en los nueve primeros meses y envió a sus accionistas 800 millones de dólares en dividendos durante ese mismo periodo. Sus acciones se han más que duplicado desde que la empresa volvió a cotizar en bolsa a principios de 2021.

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Gracias a que se han alineado una serie de eventos, desde la invasión rusa de Ucrania a la recuperación económica de Estados Unidos, los combustibles fósiles están mostrando una sorprendente resistencia, a pesar del impulso del presidente Biden a la transición a la energía limpia y la propia historia de la industria de inversiones, de auge y caída y una gran dependencia de la deuda.

La producción estadounidense de gas natural, labor en la que se centra Chesapeake, ha alcanzado niveles récord. La producción de crudo del país se mantiene por debajo del nivel de 2019, pero por lo demás se encuentra en su punto álgido. Las exportaciones tanto de gas como de crudo están alcanzando nuevos máximos, superando fácilmente las ventas al exterior de aviones, productos farmacéuticos, alimentos y automóviles. Las acciones de Exxon Mobil Corp. subieron un 80% el año pasado.

El Gobierno de Biden ha limitado las perforaciones en terrenos federales, pero las empresas petroleras y gasistas han explotado las enormes reservas privadas de esquisto del país para aumentar la producción.

Foto: Plataforma petrolífera. (EFE/Wu Hong)

A medida que la creciente demanda mundial de petróleo y gas estadounidense ha impulsado los altos márgenes de beneficio de los productores, Biden les ha acusado de aprovecharse de la crisis. Ellos sacan una conclusión diferente de su fortuna. "Lo que ha ocurrido realmente es que el mundo se ha dado cuenta de que los hidrocarburos son necesarios en la política energética", afirma Domenic Dell'Osso, consejero delegado de Chesapeake.

Recientemente, Chesapeake puso a trabajar un séptimo equipo de perforación en la cuenca de Haynesville, un gigantesco yacimiento de gas natural a caballo entre el este de Texas y el noroeste de Luisiana que también ha protagonizado auges en el pasado. En total, a principios de enero operaban allí 69 equipos de perforación, frente a los 32 del verano de 2020. La economía local está sacando provecho.

Este auge es diferente de los anteriores. En los repuntes de la producción de gas durante la década anterior a 2020, muchos perforadores se expandieron a un ritmo vertiginoso, endeudándose para ello. Se apresuraron a entrar en la región de Haynesville cuando subieron los precios del gas, pero con la misma rapidez se retiraron cuando los precios cayeron, llevándose los puestos de trabajo, los ingresos fiscales y las regalías de los terratenientes.

"Lo que ha ocurrido realmente es que el mundo se ha dado cuenta de que los hidrocarburos son necesarios en la política energética"

Esta vez, el contexto nacional e internacional hace que las empresas apuesten por una demanda estable de gas de Haynesville durante varios años como mínimo. Además, sus accionistas insisten en que devuelvan más beneficios a los inversores en lugar de utilizarlos para expandirse. Según ejecutivos y analistas, esta estrategia les ha permitido afrontar mejor las oscilaciones de los precios de las materias primas.

Otra diferencia es que las ganancias inesperadas de los productores proceden en gran medida de las exportaciones, lo que limita la medida en que el aumento de la producción se traduce en precios más bajos para los consumidores estadounidenses.

El clima cálido del invierno empujó recientemente los precios del gas natural por debajo de los 4 dólares por millón de unidades térmicas británicas, pero los analistas y ejecutivos esperan que las exportaciones mantengan los precios elevados en los próximos años.

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Entre las razones se incluye la falta de capacidad de gasoductos para enviar más gas desde los yacimientos de los Apalaches a zonas pobladas como el noreste. En cambio, no es difícil trasladar grandes cantidades de gas desde un lugar como la cuenca de Haynesville hasta terminales de la costa del sudeste estadounidense para enviarlo licuado a una Europa aislada por Rusia.

En DeSoto y Caddo, en el noroeste de Luisiana, las carreteras están repletas de camiones y los trabajadores han llenado los parques de autocaravanas. "Ahora mismo hay mucho trabajo para todos", afirma Marcos Arellano, trabajador de una plataforma operada para Chesapeake por Independence Contract Drilling.

Mansfield, también en Luisiana, tuvo un aumento aproximado del 25% en los ingresos por impuestos sobre las ventas en 2022, según el alcalde, Thomas Jones. Cuenta que, con ello, la ciudad de 4.700 habitantes ha podido pagar 2.000 dólares a cada uno de los 62 empleados municipales y gastar unos 250.000 dólares en un camión de bomberos. En el hotel Comfort Inn & Suites, la afluencia de trabajadores ha supuesto entre 2.500 y 3.000 dólares más de ingresos mensuales que hace un año, según Ba'Sha Adger, director general.

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Así mismo, Jim May, un terrateniente de 74 años, ha empezado a recibir pagos por regalías. En la propiedad que arrienda a Southwestern Energy Co. y Aethon Energy Management, las empresas perforaron 11 pozos nuevos en 2022 y volvieron a perforar tres pozos antiguos. May cuenta que obtuvo 2,5 millones de dólares de regalías de aproximadamente cinco meses de nueva producción de gas.

Chesapeake produjo 1.600 millones de pies cúbicos de gas al día en Haynesville durante el tercer trimestre de 2022 y afirma tener intención de aumentar modestamente la producción en 2023. Su competidor Comstock Resources Inc., propiedad mayoritaria del propietario de los Dallas Cowboys, Jerry Jones, también ha anunciado que aumentará sus perforaciones en la zona.

Chesapeake, cofundada en 1989 por el carismático buscador de petróleo Aubrey McClendon, fue uno de los primeros operadores en reconocer que la perforación horizontal y la fracturación hidráulica podían desbloquear tesoros de gas natural.

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A medida que la empresa extraía gas de formaciones de esquisto compactas en Luisiana, Texas y los Apalaches, también asumía miles de millones de dólares de deuda para construir una posición de millones de acres sobre los que arrendaba derechos minerales. Otros productores le siguieron, de modo que a principios de 2011 más de 160 plataformas de perforación salpicaban Haynesville, trayendo prosperidad a una zona históricamente pobre.

Entonces se produjeron una serie de desastres. El exceso de producción hizo caer los precios del gas, lo que llevó a Chesapeake a diversificar aún más su producción para incluir el petróleo crudo en Texas y Oklahoma, deshacerse de una parte significativa de sus activos de petróleo y gas y reducir drásticamente la perforación de gas. Otros productores también cerraron sus explotaciones de gas en la región, lo que supuso un latigazo económico para las pequeñas empresas que abastecían a los perforadores.

Los inversores activistas, entre ellos Carl Icahn, no estaban de acuerdo con la asunción de riesgos y el derroche de McClendon, y lo destituyeron como consejero delegado en 2013. Tres años después, McClendon murió en un accidente de coche, un día después de ser acusado de cargos federales de fijación de precios, que él negó. No se encontró ninguna relación entre la muerte y la acusación.

Los precios del gas repuntaron ligeramente en 2017 y 2018, pero volvieron a desplomarse con la llegada de la pandemia

Los precios del gas repuntaron ligeramente en 2017 y 2018, pero volvieron a desplomarse con la llegada de la pandemia, enviando a Chesapeake y a docenas de otras empresas al tribunal de quiebras.

Detrás del actual empuje de la compañía por volver a Haynesville está la apuesta de que Estados Unidos y el resto del mundo no podrán deshacerse rápidamente de su dependencia de los combustibles fósiles, y especialmente del gas natural, que muchos en la industria consideran un posible puente hacia un futuro en el que dominen las energías renovables. "Si vamos a alejarnos de los combustibles fósiles, tenemos que identificar la estrategia de salida, no podemos simplemente desviarnos del camino", expresó Timothy Fitzgerald, un profesor de economía de Texas Tech que fue asesor de energía del expresidente Donald Trump.

Cuando Chesapeake salió de la quiebra a principios de 2021, la dirección evitó el crecimiento y dio prioridad a la generación de efectivo y los pagos a los inversores, según explica Dell'Osso, una estrategia que la gran carga de la deuda había hecho imposible en años anteriores. Chesapeake redujo su deuda pendiente en 7.800 millones de dólares a través del proceso de quiebra.

Foto: Planta de energía solar y eólica.

En 2021, la empresa adquirió Vine Energy Inc., haciéndose con activos de gas adicionales en Haynesville. En agosto de 2022, Chesapeake hizo público un acuerdo de 36 meses para suministrar 300 millones de pies cúbicos diarios de gas a Golden Pass LNG, una terminal de exportación en la costa sudeste de EEUU que entrará en funcionamiento en 2024.

Según S&P Global Commodity Insights, Estados Unidos está en vías de duplicar las exportaciones de GNL hasta casi 24.000 millones de pies cúbicos diarios en 2030. Los yacimientos de gas del noreste de EEUU, como los de Pensilvania, no cuentan con grandes puertos de GNL cercanos ni con extensos gasoductos hacia la costa sudeste. El resultado es que gran parte del crecimiento de la oferta necesario para exportar más gas tendrá que proceder de Haynesville, según afirman analistas y ejecutivos del sector de gas natural.

El aumento de la producción, si bien es bueno para controlar el déficit comercial de EEUU, en su mayor parte no ha logrado reducir los costes energéticos nacionales hasta que las recientes temperaturas cálidas han suprimido la demanda de combustible para calefacción. Los perforadores podrían producir más gas natural para el consumo nacional, pero no hay suficientes gasoductos para los nuevos volúmenes, y el sistema de suministro de gas está fragmentado, aislando a algunas de las regiones más pobladas del país de los suministros adicionales de gas de esquisto. La oposición local a la construcción de nuevos gasoductos en el noreste ha acabado con los proyectos de transporte de gas desde los Apalaches a los mercados del este, lo que contribuye a que los precios de la electricidad en Nueva Inglaterra sean normalmente más altos que en la costa del Golfo.

Foto: Un buque transporta Gas Natural Licuado. Foto de archivo

La creciente interconexión entre la producción estadounidense de gas natural y los mercados mundiales de gas hace que la oferta alcance precios internacionales más elevados. Según los analistas, es poco probable que los precios internos vuelvan a los mínimos prepandémicos de menos de 3 dólares por millón de BTU a largo plazo. Los precios del gas natural alcanzaron los 9 dólares en 2022. La semana pasada cayeron por debajo de los 4 dólares. Actualmente rondan los 3,90 dólares.

Chesapeake ha vuelto a sus raíces con ambiciones contenidas. Sus gastos de capital para los nueve primeros meses de 2022 ascendieron a 1.300 millones de dólares, muy lejos de los más de 14.000 millones que gastó en 2011. El número de equipos de perforación en los yacimientos de gas de Luisiana, aunque se encuentra en su punto más alto en una década, sigue estando muy por debajo de los niveles del apogeo de McClendon.

Los inversores han estado exigiendo rendimientos como dividendos y recompras por encima del crecimiento de una industria con perspectivas inciertas a largo plazo. "Eso no significa que no les dejen perforar, sino que darán prioridad al retorno del capital", afirma Robert Kaplan, expresidente del Banco de la Reserva Federal de Dallas. Los analistas prevén que el comercio de GNL seguirá creciendo, y que se construyan varias terminales de exportación nuevas. "Somos muy optimistas sobre la demanda de gas natural a largo plazo", afirma Dell'Osso.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.

Chesapeake Energy Corp. fue una de las grandes estrellas del auge del fracking, y durante años estuvo en la cresta de la ola gracias a su capacidad de explotar enormes reservas de gas natural estadounidense. En el verano de 2020, la pandemia y los confinamientos provocaron un agotamiento de los ingresos, y la empresa, tras una expansión que se demostró inoportuna, solicitó la protección por quiebra.

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