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Los combustibles fósiles salen vivos de la COP27, que solo acuerda empezar a pagar los daños
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Cumbre del clima en Egipto

Los combustibles fósiles salen vivos de la COP27, que solo acuerda empezar a pagar los daños

Ha finalizado con un acuerdo 'in extremis' para empezar a pagar los daños del cambio climático a los países más vulnerables, pero consiente quemar petróleo y ampliar los daños

Foto: Una activista denuncia el fracaso de la COP27. (EFE/S. Suna)
Una activista denuncia el fracaso de la COP27. (EFE/S. Suna)

La Cumbre de Egipto estuvo tan cerca de acabar en un rotundo y escandaloso fracaso que el acuerdo de mínimos alcanzado esta madrugada puede llevar a la falsa idea de que el mundo ha dado un paso adelante para atajar las causas del cambio climático, cuando lo cierto es todo lo contrario.

La cumbre más tensa y enrarecida de los últimos veinte años se ha cerrado con un acuerdo de última hora que admite, por fin, la creación y puesta en marcha del tan esperado fondo de compensación por pérdidas y daños para ayudar a "los países en desarrollo que son particularmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático". El acuerdo, bautizado como plan de implementación de Sharm El-Sheij, mejorará la capacidad de adaptación de las personas que viven en las comunidades que se están viendo más afectadas por la crisis climática con el horizonte en el 2030.

Foto: Frans Timmermans. (Reuters/Emilie Madi)

El documento, consensuado por las delegaciones de los casi doscientos países participantes, atiende así la demanda de financiación para la adaptación, pérdidas y daños, que ya aparece recogida y valorada en el Acuerdo de París y que fue refrendada en la anterior Cumbre de Glasgow (COP26). Pero no establece cantidades concretas ni plazos de pago, tampoco especifica quién deberá asumir los costes (alude a "fuentes de financiación innovadoras") ni a quien beneficiarán. Todo eso queda relegado para su discusión durante "el próximo período".

En sus declaraciones tras el cierre de la cumbre, el Secretario General de la ONU, António Guterres, reconocía el "importante paso dado en justicia climática", pero lamentaba, con un claro gesto de desengaño, que "claramente esto no será suficiente para reconstruir la confianza rota", ya que "el mundo necesita un salto de gigante en ambición climática" y esta cumbre ha supuesto tan solo un pequeño paso.

placeholder Jóvenes activistas defendiendo el objetivo de los 1,5 grados en la COP27. (EFE/S.Suna)
Jóvenes activistas defendiendo el objetivo de los 1,5 grados en la COP27. (EFE/S.Suna)

La industria de los combustibles fósiles y los estados que la apoyan acudieron a Sharm El-Sheij con el firme propósito de debilitar el discurso sobre la necesidad de atajar el consumo de combustibles fósiles y reducir las emisiones gases con efecto invernadero (GEI). Y lo han conseguido.

Tal y como exigían los países de la OPEP, con la intransigente delegación saudí al frente, el acuerdo final de la COP27 incluye el concepto mágico de una supuesta "energía de bajas emisiones" para justificar el desarrollo de nuevos combustibles fósiles en lugar de hablar de su reducción gradual, en contra del criterio científico y de lo que defiende la propia Agencia Internacional de la Energía.

Muchos observadores coinciden en señalar que una de las causas que ha propiciado el fracaso de esta cumbre en el ámbito de la mitigación ha sido la sorprendente actitud del ministro egipcio de Exteriores y presidente de la COP27, Sameh Shoukry, quien durante las rondas de negociación parecía estar más interesado en entorpecer cualquier avance en mitigación que en propiciarlo y dirigiendo el grueso de la agenda hacia el debate sobre la adaptación.

placeholder Sameh Shoukry, el polémico presidente de la COP27. (Reuters/ Mohamed El Ghany)
Sameh Shoukry, el polémico presidente de la COP27. (Reuters/ Mohamed El Ghany)

El acuerdo final no obliga a aumentar los compromisos de los planes nacionales para reducir las emisiones de GEI, lo deja en un ambiguo llamamiento a "revisar y fortalecer" esos compromisos antes de la próxima cumbre. Tampoco alude a la necesidad de reducir el consumo de combustibles fósiles para contener dichas emisiones.

Y es cierto que permanece el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5 grados centígrados, tal y como se acordó en la Cumbre de Glasgow (COP26), pero no lo sitúa en el centro de la agenda climática, quizá porque lograrlo exigiría atender la petición de la ONU de reducir las emisiones de GEI del 45% de aquí a 2030. De hecho, como reconoce la propia UE, en este importante aspecto la COP27 ha supuesto un paso atrás.

Ante esta realidad, son muchos los observadores que están hablando de fracaso, denunciando algo incuestionable, y es que ya podemos movilizar todos los fondos que queramos, que si no avanzamos hacia una eliminación gradual de los combustibles fósiles para reducir las emisiones de GEI estaremos yendo de cabeza hacia los peores escenarios de calentamiento global, tal y como predice la ciencia.

Un paso atrás en el peor momento

Como reconocía la delegación europea al final de la cumbre, lo cierto es que, pese al avance (no definitivo) para crear el fondo de compensación por pérdidas y daños, en esta COP "hemos perdido velocidad respecto a Glasgow". En el peor momento, cuando más velocidad necesitamos.

Ahora toca seguir trabajando para promover los pocos avances acordados y recuperar esa velocidad perdida, pues, como también declaraba en el cierre de la cumbre el secretario ejecutivo Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Simon Stiell, "no podemos sumirnos en un período de amnesia colectiva hasta el año siguiente. Solo nos quedan siete COP hasta 2030, y ese debe ser nuestro horizonte de trabajo". Como no deja de alertar la ONU, el mundo se encuentra en una década crítica para la acción climática, ya que, con los compromisos actuales, avanzamos hacia un calentamiento de 2,5 °C para finales de siglo.

placeholder El secretario de la CMNUCC, Simon Stiell. (Reuters/M. El Ghany)
El secretario de la CMNUCC, Simon Stiell. (Reuters/M. El Ghany)

Como señalaba la activista climática Catherine Abreu, fundadora y directora de Destino Cero: "La industria de los combustibles fósiles y los países que la sustentan se han unido para hacerse cargo de la COP27 y frenar la acción climática. Este ha sido el último y desesperado acto de representación de quienes primero negaron la ciencia climática, luego retrasaron la política climática y ahora nos han usurpado un acuerdo que debería haber aportado soluciones reales para abordar la causa raíz del calentamiento global: las emisiones del carbón, el petróleo y el gas. Pero sus acciones no van a servir para detener el progreso inevitable hacia un nuevo modelo energético más limpio, eficiente y renovable".

Tan solo un último apunte: la próxima cumbre (COP28) se celebrará en Emiratos Árabes, será interesante ver a quien se escoge para ejercer el brillante papel desempeñado en esta por Sameh Shoukry.

La Cumbre de Egipto estuvo tan cerca de acabar en un rotundo y escandaloso fracaso que el acuerdo de mínimos alcanzado esta madrugada puede llevar a la falsa idea de que el mundo ha dado un paso adelante para atajar las causas del cambio climático, cuando lo cierto es todo lo contrario.

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