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Lecciones del 'crash puntocom' para la crisis 'big tech': "2001 fue el peor año de mi vida"
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Se avecina una criba

Lecciones del 'crash puntocom' para la crisis 'big tech': "2001 fue el peor año de mi vida"

La recesión tecnológica actual podría ser mucho peor de lo que parece ahora, según afirman los que vivieron las caídas de 2001 y 2008, pero los que sobrevivan tendrán la oportunidad de alimentar la próxima burbuja

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Las personas que llevan en el sector tecnológico el tiempo suficiente para recordar las grandes crisis previas tienen un mensaje para quienes se enfrentan a la actual: las decisiones que se tomen ahora determinarán quién sobrevive y sentarán las bases del próximo boom tecnológico.

Sobrevivir a este invierno tecnológico y prepararse para el próximo boom requiere estrategias que a menudo son opuestas a las que eran populares hace tan solo un año. También requiere un cambio de mentalidad. A los líderes tecnológicos se les suele aconsejar que mantengan la vista fija en el horizonte. Pero para navegar la recesión económica actual, será esencial echar la vista atrás y ver lo que funcionó y lo que no.

Se avecina una criba. Para muchos, ya está aquí: las startups fracasarán. Muchas grandes empresas se transformarán, algunas incluso se verán perturbadas.

Foto: Esta adquisición refuerza la tecnología central de Stellantis. (Stellantis)

Las implicaciones del repentino cambio de opinión de los inversores y los directivos sobre el futuro de la tecnología son profundas. Ha provocado lo que algunos llaman una "recesión de cuello blanco", con al menos 140.000 despidos en empresas tecnológicas en los últimos meses. El índice tecnológico Nasdaq ha visto cómo se esfumaban más de siete billones de dólares. Algunas de las mayores empresas tecnológicas alcanzaron valoraciones récord en 2021 y ahora han caído un 50% o más. Tras una inversión récord en startups en 2021, algunas de ellas se están endeudando para evitar tener que reajustar sus valoraciones con una nueva ronda de capital riesgo. Con los tipos de interés por las nubes y la rentabilidad aún sin asegurar, eso podría ser contraproducente.

"Jack Welch me enseñó que no has tenido una gran empresa hasta que no has estado a punto de perderla", afirma John Chambers, que fue consejero delegado de Cisco Systems desde 1995 hasta 2015, refiriéndose al legendario ex director ejecutivo de General Electric. Ve muchos paralelismos entre la recesión actual y las pasadas en el sector tecnológico: "Mucha gente no lo superará".

Todas las apuestas alocadas que parecían inversiones razonables tienen que ser archivadas

La tecnología, al igual que otras industrias de alto riesgo y rendimiento, crece rápidamente con la promesa de futuros beneficios extraordinarios. Pero cuando el optimismo da paso al pesimismo, el río aparentemente inagotable de inversión y gasto en tecnología puede convertirse en un goteo. Los envíos de PC tanto a consumidores como a empresas cayeron casi un 20% en el último trimestre, en comparación con hace un año. Las empresas de computación en la nube se quejan de que sus clientes tardan en firmar nuevos contratos, los chips han pasado de la escasez al exceso de oferta y los mercados de criptomonedas están en caída libre.

Todas las apuestas alocadas que parecían inversiones razonables, en un mundo en que la disrupción estaba a solo una buena idea y unos pocos ingenieros de distancia, ahora tienen que ser archivadas a medida que las empresas se centran en lo que realmente contribuye a su cuenta de resultados. El proyecto de drones de una empresa de redes sociales, por ejemplo, ha perdido parte de su atractivo.

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"Ahora las empresas que básicamente han podido gastar de forma imprudente, sin preocuparse de dónde vendrá su próximo sueldo, van a tener problemas", afirma Leslie Feinzaig, fundador del fondo de capital riesgo Graham & Walker.

Aun así, durante una recesión tecnológica hay enormes oportunidades para crear el próximo gran avance. Esto es cierto en cualquier momento del ciclo económico, pero las recesiones generan la concentración, eficiencia y urgencia necesarias para crear una empresa rentable.

Del crecimiento a la rentabilidad

Feinzaig empezó su carrera en Innosight, la empresa fundada por la leyenda del asesoramiento empresarial Clayton Christensen. "Recuerdo que Clay solía predicar que, durante los primeros días de una empresa, hay que tener hambre de beneficios, mientras que las empresas más avanzadas deberían tener hambre de crecimiento", cuenta Feinzaig. "Lo curioso es que el espacio del capital inicial se ha comportado exactamente al revés durante la última década".

Lo que en el mundo de los negocios, y en particular en el de la tecnología, se conoce como blitzscaling ya no está de moda. Esta fue la estrategia de crecimiento a toda costa empleada con resultados dispares por Uber y DoorDash, antes de que la abandonaran, pero también WeWork y FTX. (Las enormes pérdidas sufridas por fondos como Tiger Global y SoftBank, que defendían este enfoque, se produjeron justo antes de una caída masiva en la cantidad de financiación de startups en 2022 frente a 2021. En el tercer trimestre de 2022, la inversión mundial en startups se redujo un 53% en comparación con el año anterior, y un 33% en comparación con el trimestre anterior.

Foto: Stéphane Boujnah, CEO de Euronext. (Cedida)

En un mundo en el que los tipos de interés están subiendo y las gigantescas empresas tecnológicas ya no pueden contar con los accionistas para complacer su gasto en proyectos moonshot, el consejo más importante que ofrece el ex capitalista de riesgo y actual emprendedor en serie Adam Dell a empresas de todos los tamaños, y las startups en particular, es "no te quedes sin dinero".

"Una de las lecciones clave a la hora de crear una empresa es que los fundamentos siempre están ahí: fabricas algo, te cuesta x, lo vendes por y, y ese margen es suficiente para cubrir el coste de los bienes vendidos y tus gastos generales", expone Dell, hermano de Michael, que puso patas arriba el negocio de los ordenadores personales a finales de los noventa. Citando su reciente experiencia con el lanzamiento de una aplicación de planificación financiera, su quinta empresa, añade que hace menos de un año consiguió recaudar 33 millones de dólares en una ronda inicial que valoró la empresa en 77 millones de dólares, solo con "un PowerPoint y yo, ahí, haciendo aspavientos". Hoy, si intentara recaudar dinero, calcula que tendría que ceder una parte mayor de la empresa para conseguir menos de un tercio de esa cantidad de capital.

Lo que está ocurriendo ahora es un reflejo del auge y caída de las puntocom entre 1999 y 2001, afirma Dell, que ejercía de inversor de capital riesgo en aquella época. Desde su máximo en marzo de 2000, el Nasdaq cayó un 75% en septiembre de 2002. Innumerables empresas cerraron y sus mascotas se convirtieron en avatares del caos de aquel periodo. Chambers, que despidió a más de 7.500 empleados de Cisco cerca del comienzo de la quiebra de las puntocom, califica 2001 como "el peor año de mi vida".

Foto: Mónica Sala, directora general de Red de Orange. (Cedida)

Aaron Levie, director ejecutivo de la empresa de software empresarial Box, puede presumir de saber un par de cosas sobre cómo adaptar una empresa madura a condiciones adversas. En septiembre de 2021, rechazó un intento del inversor activista Starboard Capital de hacerse con el control del consejo de Box.

Para ganarse a los inversores, Levie recurrió a los esfuerzos que había emprendido anteriormente para recortar costes y aumentar los beneficios. Afirma que esas medidas pueden aplicarse a casi cualquier otra empresa durante la recesión actual: "Cuando analizamos el negocio y dijimos que queríamos encontrar un equilibrio entre el crecimiento y la rentabilidad, queríamos asegurarnos de que cada dólar que gastamos se destina a gastos críticos para nuestra misión".

En Box, eso significaba, por ejemplo, hacer "docenas y docenas" de cambios para recortar gastos y aumentar la productividad con menos personal. "Entramos en el software y reescribimos ciertas partes para utilizar menos recursos informáticos, y esas cosas suman millones de dólares", añade.

Según Chambers, que ahora dirige la empresa de capital riesgo JC2 Ventures, "varias empresas que conozco se están planteando la posibilidad de una segunda ronda de despidos, o una tercera".

Foto: Cambiar de aires, ideas y hasta de hábitos con Iqos Iluma Oasis. Tu cuerpo te lo agradecerá. (Cortesía)

Hora de construir

Más allá de sobrevivir a la recesión actual, una pregunta que más gente del sector tecnológico debería hacerse es cómo capitalizarla. Margaret O'Mara, catedrática de Historia de la Universidad de Washington cuyo libro The Code narra la historia de Silicon Valley, afirma que hay una lección que a menudo se pasa por alto durante las recesiones tecnológicas: la importancia del gasto público a la hora de determinar qué empresas crecerán o nacerán durante las recesiones.

Un periodo útil para extraer estas lecciones es uno que no recuerda casi nadie que trabaja en el sector tecnológico: el final de los años ochenta. En aquella época, el gasto en defensa que había impulsado y sostenido Silicon Valley se desplomó con el final de la Guerra Fría, y también se produjo un parón en las ventas de ordenadores personales, recuerda O'Mara.

Lo que reactivó la industria fue la convergencia de una tecnología en proceso de maduración —las redes de ordenadores— y la Ley de Computación de Alto Rendimiento de 1991. Esta ley aportó 600 millones de dólares, por valor de unos 1.300 millones en dólares actuales, a diversas instituciones, entre ellas el Centro Nacional de Aplicaciones de Supercomputación de la Universidad de Illinois. Allí, un equipo de programadores creó el navegador web Mosaic, que fue clave para popularizar la World Wide Web. Lo que siguió fue, por supuesto, el largo auge de internet que se ha prolongado, con interrupciones ocasionales, hasta hoy en día. Sin todo el cable coaxial y de fibra óptica que hizo posible el acceso a internet de alta velocidad, no habría habido World Wide Web, ni Amazon, ni Google.

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Según O'Mara, la recién aprobada Ley de Chips y Ciencia de 2022, que prevé inversiones en semiconductores por valor de 52.700 millones de dólares en EEUU, podría dar pie al próximo boom de la tecnología.

Lo importante que hay que recordar sobre estas transiciones, añade, es que es muy difícil predecir cuál será la próxima gran innovación basada en hardware nuevo.

Levie, de Box, cree que será la inteligencia artificial, que dará pie a la creación de "cientos de startups".

Lo que venga después se construirá a partir de las cenizas

Feinzaig apuesta por la realidad aumentada, sobre todo si Apple presenta al fin el casco de realidad mixta del que tanto se habla. Y Dell cree que lo que venga después se construirá a partir de las cenizas del último boom tecnológico, que aún no se han llegado a enfriar del todo.

El exceso de construcción de infraestructuras de internet durante el boom de las puntocom sentó las bases para el crecimiento de la computación móvil y en la nube. Y muchas de las personas que abandonaron startups fracasadas aprendieron duras lecciones y fundaron la siguiente generación de empresas.

"Nuestra economía está estructurada para permitir estos momentos de euforia", afirma Dell. "Construimos en exceso, hay una caída y luego se vuelve a construir lentamente: ese ciclo de auge y caída es esencial para que el sistema funcione bien".

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.

Las personas que llevan en el sector tecnológico el tiempo suficiente para recordar las grandes crisis previas tienen un mensaje para quienes se enfrentan a la actual: las decisiones que se tomen ahora determinarán quién sobrevive y sentarán las bases del próximo boom tecnológico.

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