Por qué los chips son el petróleo del s. XXI
Durante décadas el mundo pivotó en torno a la producción de petróleo. A lo largo de los años este recurso natural, el conocido como oro negro, fue el causante de algunas de las mayores crisis económicas, guerras y conflictos políticos que podamos recordar.
Sin embargo, y pese a todo el caos energético que estamos viviendo en los últimos meses, esa hegemonía podría haber llegado a su fin. Ahora cada vez más analistas y expertos señalan que será un nuevo elemento el que determine la geopolítica y la salud económica global: los chips.
Chips en coches, aviones… y hasta en tu ropa
Los chips son pequeños circuitos integrados que están por todas partes: en los aviones, en los coches, en nuestros ‘smartphones’ e incluso en muchas de las básculas que utilizamos para medir nuestro peso. Hay quien dice que pronto los encontraremos también en la propia ropa que utilizamos.
Y es que no importa si hablamos de robótica, conducción autónoma o nanotecnología, cada vez más el desarrollo y la evolución tecnológica dependen de conseguir chips cada vez más rápidos, más delgados y potentes. Sin ir más lejos, durante los dos últimos años hemos visto cómo la escasez de chips puede estrangular las cadenas de producción. Incluso muchos economistas señalan que uno de los orígenes de la crisis inflacionaria que vivimos tiene precisamente que ver con la escasez de chips que se registró tras la pandemia.
Durante los dos últimos años hemos visto cómo la escasez de chips puede estrangular las cadenas de producción
Sin embargo, en lo que respecta a la política internacional, la cuestión clave es que, pese a tener su origen en Estados Unidos, actualmente esta industria tiene el 80% de la producción mundial localizada en Asia. Particularmente en Corea del Sur y Taiwán. Estos dos países acaparan más del 70% de la producción avanzada de chips.
Esto es así, entre otros motivos, porque según Morris Chang, el fundador del grupo TSMC, el mayor productor de chips del mundo, la producción en la potencia norteamericana es un 50% más cara que en Taiwán.
Todos los países, preocupados por la escasez
Sin embargo, pese a la ventaja en costes, esto supone un importante reto en términos de seguridad. Buena parte de la industria occidental, incluida la industria militar, necesita un suministro regular de chips. Si se interrumpiera el suministro, por ejemplo, porque el gobierno de la República Popular China bloqueara Taiwán, el daño para la primera potencia del mundo sería más que considerable.
Precisamente por este motivo el Congreso de Estados Unidos acaba de aprobar la conocida como Ley CHIPS y Ciencia. Un paquete de 76.000 millones de dólares para impulsar la fabricación nacional. Es parte de una carrera global que está empujando no solo a Washington, sino también a Bruselas y a Pekín a invertir muchos recursos para ponerse al día.
Ahora bien, ¿en qué consiste realmente la ley aprobada en Estados Unidos? ¿Podrá cambiar la dinámica de los últimos años? ¿Qué está evolucionando este sector? En este nuevo vídeo de Si lo Hubiera Sabido, el canal de información financiera de Mutuactivos te contamos todos los detalles.