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El aparato más desconocido de Apple ha arreglado la tele barata que tengo en casa
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¿MERECE LA PENA?

El aparato más desconocido de Apple ha arreglado la tele barata que tengo en casa

Comprar un Apple TV 4K puede parecer absurdo en 2022. Y en muchos casos, así es. Sin embargo, puede tener sentido

Foto: EC Diseño.
EC Diseño.

En casa tengo dos televisores. En el salón, una QLED de 65 pulgadas, un capricho de última generación al que pocas o ninguna pega puedo sacar. En la habitación, una televisión de 43 pulgadas, pero que poco tiene que ver con la anterior. Se trata de un modelo low cost de una marca china, que ya se puede encontrar en internet por apenas 200 euros, pero que no viene a cuenta concretar cuál es porque el objeto del artículo es otro. Lo que sí conviene mencionar son sus limitaciones. Tiempos de arranque lentos, apps desactualizadas, saltos lentísimos entre una y otra app, tirones... Es una smart TV con evidentes limitaciones, acordes a su precio, que utilizo para ver series de vez en cuando, ponerme una película antes de ir a dormir o echar la siesta o echar una partida a la consola, una de esas mañanas remolonas que se está mejor en la cama o fuera de ella.

La cuestión es que esta tele me ha servido para poner a prueba el aparato más desconocido de Apple. El Apple TV 4K, que ha sido renovado este 2022. Un producto que los seguidores de la marca tienen bien ubicado, pero que el común de los mortales no lo suele tener tan ubicado como un iPhone, un Apple Watch, un iPad, un MacBook o en su día el iPod. Y eso que es tan antiguo como el teléfono más popular del planeta, que su primera versión se estrenó en 2007. Es lo que se conoce como TV Box, algo que conectado al HDMI de una televisión, de un monitor o de un proyector permite insuflar una dosis extra de inteligencia. Es como un Chromecast, por así decirlo, pero algo más capaz gracias a sus capacidades técnicas.

placeholder TV Box de Apple. (Michael Mcloughlin)
TV Box de Apple. (Michael Mcloughlin)

Pero al igual que el archiconocido gadget de Google, es cada vez más difícil entender exactamente cómo puede ayudarnos esta compra, entre otras cosas, por cómo han evolucionado los televisores inteligentes. La propia Apple lo sabe bien y la mejor muestra de ello es que el único de sus productos que con su última generación ha bajado su precio, cuando en España ha subido el coste de absolutamente todos sus productos. De 199 euros ha pasado a 169 euros, por la versión base.

Ese es su primer gran cambio, pero hay más. El diseño ha sido refinado. No era excesivamente grande, pero ahora es todavía más pequeño, entre otras cosas porque ha prescindido del sistema de ventilación. Sigue siendo una caja metálica, muy minimalista.

Se puede tener a la vista, pero es tremendamente fácil de esconder. Además del logo en la parte superior, cuenta con un led en la parte frontal, la toma de corriente en la parte trasera o el puerto HDMI.

placeholder Vista del menú principal. (M. Mcloughlin.)
Vista del menú principal. (M. Mcloughlin.)

Hay una versión superior, que cuesta 20 euros más. Por 189 euros, tenemos el doble de memoria y también conectividad ethernet gigabit. Particularmente me parece interesante por la primera razón, la del almacenamiento, ya que el ethernet no lo he visto necesario en ningún momento. La versión superior, por cierto, también puede actuar como punto Threat, el estándar universal que también apoyan Amazon, Samsung o Google para el hogar inteligente. En el interior, en ambos casos, el corazón es un A15 Bionic.

El mando, el Siri Remote, también es objeto de cambios. Uno muy simbólico. Por fin, tiene conector USB tipo C. Ha llegado antes a este accesorio que al iPhone, que ya se puede dar por descontado que dejará atrás el Lightning, por fin, en 2023 con la llegada del iPhone 13. Particularmente me parece un control muy logrado y cómodo. Además de los botones que se pueden ver en la imagen, hay uno más en el lateral, que sirve para activar Siri.

placeholder El Siri Remote. (M. M.)
El Siri Remote. (M. M.)

A pesar de que el mando está bastante bien hecho, hay dos cosas que me chirrían. Por una parte, se agradecería un localizador para saber dónde lo hemos dejado, como tienen los AirPods Pro. El otro es que la zona táctil, en el interior del círculo gomoso, se puede tocar accidentalmente varias veces hasta que te acostumbras a hacerlo.

Mi experiencia con el Apple TV 4K se ha dejado notar desde el primer momento. Configurarlo con un iPhone en mano no lleva más de 5 minutos. Basta con enchufarlo, seleccionar la wifi, poner las claves, restaurar apps y listo. La experiencia y la claridad de los menús es tremendamente mucho más cómoda que la de mi smart TV china. A eso hay que sumarle que todo va mucho más fluido, más rápido y sin ningún tipo de tirón.

Una delicia: tvOS 16

Las apps de streaming, los juegos... Todo se abre más rápido. Probablemente, Apple tenga con tvOS 16 el sistema operativo para televisores más cómodo e intuitivo sin fabricar una sola tele. Hay una pantalla general donde accedemos a todas las apps y otra donde encontraremos acceso a los contenidos de Apple TV+, de HBO Max y otros servicios de streaming compatibles. Hay que hacer un apunte importante: no es un aparato pensado para el que consume mucha televisión en vivo, sino más para el usuario que tira de servicios de video bajo demanda y otras apps. Si quieres solo ver la TDT, obviamente, no tiene sentido ninguno.

placeholder Se agradecería un localizador para saber dónde lo hemos dejado, como tienen los AirPods Pro. (M. M.)
Se agradecería un localizador para saber dónde lo hemos dejado, como tienen los AirPods Pro. (M. M.)

También cabe comentar, antes de entrar en otros detalles, que particularmente este aparato tiene sentido, si tienes un iPhone entre manos. Está pensado para ser un eslabón más del ecosistema. El iPhone o el iPad se puede utilizar como mando y puedes instalar las apps fácilmente desde ahí, así como compartir la pantalla o el contenido. Los AirPods se pueden sincronizar fácilmente si quieres hacer una reproducción sin molestar a otros.

Entre las mejores que se encuentran es que ahora, además de poder procesar vídeo en Dolby Vision, también puede servir contenidos en HDR10 +. Algo que agradecerán los dueños de una televisión Samsung, por ejemplo, que solo apuesta por esta tecnología (ayuda a mejorar la representación del color y las zonas subexpuestas y sobreexpuestas) y no por la primera. Estos estándares están en todas las plataformas.

Una consola casual y agradecida

Además de ganar en fluidez y comodidad y una interfaz más cómoda, hay otras cosas que pueden servir para inclinar la balanza. Una de ellas es Apple Arcade, la tarifa plana de juegos por 4,99 euros al mes o 49,99 euros al año para iPhone, iPad y Apple TV. Es cierto que no es el catálogo más extenso del mundo, pero tenemos auténticas joyas que se disfrutan mucho. Casi todos son juegos casuales, no hay ninguno de categoría AAA, pero soy un firme defensor de este tipo de juegos, que nos permiten echar partidas cortas, más rápidas y ligeras. No todos tenemos una hora o dos diarias para jugar grandes aventuras y grandes juegos en la PS5 o la Xbox. Más allá de Apple Arcade, hay otros títulos que se disfrutan y mucho en pantalla grande. Lo mejor, si tienes un mando de Sony o de Microsoft, es que lo sincronices. Si no es el caso, puedes utilizar otros modelos inalámbricos.

placeholder Foto: M. M.
Foto: M. M.

Además de los videojuegos, también está el asunto de Apple Fitness Plus. Si eres de los que entrenas en casa, tienes un reloj de Apple para controlar los entrenamientos y una suscripción a este servicio o a Apple One tienes una app nativa para este dispositivo que te permitirá ver y seguir las sesiones en pantalla grande.

Hasta aquí la prueba de este Apple TV 4K. Sus mayores problemas son que es más cara que otras opciones, como el Google TV o los Fire Stick, y que es un aparato que se aprovecha mucho más cuando eres usuario del ecosistema de la marca. Lo bueno, es que te puede dar una segunda vida a una tele con algunos años y que ya no tenga actualizaciones de software o te puede convertir un monitor o un proyector con HDMI en una muy buena smart TV.

Apple TV 4K (desde 169€) Google TV 4K (desde 49€) Fire Stick 4K (59€)

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En casa tengo dos televisores. En el salón, una QLED de 65 pulgadas, un capricho de última generación al que pocas o ninguna pega puedo sacar. En la habitación, una televisión de 43 pulgadas, pero que poco tiene que ver con la anterior. Se trata de un modelo low cost de una marca china, que ya se puede encontrar en internet por apenas 200 euros, pero que no viene a cuenta concretar cuál es porque el objeto del artículo es otro. Lo que sí conviene mencionar son sus limitaciones. Tiempos de arranque lentos, apps desactualizadas, saltos lentísimos entre una y otra app, tirones... Es una smart TV con evidentes limitaciones, acordes a su precio, que utilizo para ver series de vez en cuando, ponerme una película antes de ir a dormir o echar la siesta o echar una partida a la consola, una de esas mañanas remolonas que se está mejor en la cama o fuera de ella.

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