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Cambié mi tele por esta 'smart TV' de última generación: esta 8K de Samsung es un lujo para el salón
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ESCOGER ES MÁS DIFÍCIL QUE NUNCA

Cambié mi tele por esta 'smart TV' de última generación: esta 8K de Samsung es un lujo para el salón

Un año después de su llegada al mercado, las NEO QLED son los mejores televisores que ha hecho Samsung, entre otras cosas, por la tecnología miniled

Foto: Foto: EC.
Foto: EC.

Los años en los que toca Mundial de fútbol o, en menor medida, Eurocopa son fechas marcadas en rojo para los fabricantes de teles. Lo son porque el deporte rey, según las cifras que manejan en el gremio, es un importante motor que anima a muchos a renovarlas. Habrá que ver qué ocurre con la anomalía de que la mencionada competición, en lugar de en verano, se celebre en otoño y coincida con el Black Friday y cómo afecta a las ventas. Pero sea como sea, si es por el fútbol o por cualquier otra razón, es probable que estés leyendo estas líneas porque tengas la mosca detrás de la oreja y estés convencido de que tu vieja TV tiene las horas contadas.

Si lo que buscas es encontrar un modelo más o menos asequible de 400, 500 o 600 euros, aquí no vas a encontrar las claves. El títular da pistas de por dónde van los tiros. Durante un mes he cambiado la 'smart TV' de casa por una LCD de última generación. Un auténtico monstruo, en mi caso de 65 pulgadas, que está pensado para aquellos para los que el presupuesto no es lo que se dice una preocupación. No significa que les guste tirar el dinero, pero significa que no les importa hacer un esfuerzo y darle caña a la cuenta corriente para hacerse con una buena tele. Una tele que no simplemente ofrezca lo mejor a día de hoy, sino que también esté preparada para lo que venga pronto y también más tarde. Ese es el caso de la Neo QLED QN900B de Samsung, la mejor televisión que la compañía coreana ha creado en su historia, una de las grandes referencias de este mercado junto a sus compatriotas de LG así como los japoneses de Sony o Panasonic.

Si no eres de los que siguen con regularidad las pruebas de producto o la información tecnológica, es probable que te estés preguntando qué narices es lo del Neo QLED y pienses que en realidad esto es una fórmula que lo único que hace es confudir más al lector. Hay qu saber que en el mundo de las teles, a día de hoy, se divide en dos grandes grupos: las LCD y las OLED. Estas últimas tienen diodos orgánicos que les permiten apargarse y encenderse individualmente, lo que les permite, entre otras cosas, ofrecer negros más puros, mejor relación de contraste... Eso sí, suelen ser más caras y corren, cada vez menos, el riesgo de sufrir ciertos quemados si se muestra una imagen fija todo el rato.

En el otro bando están las LCD. A diferencia de las OLED, sin entrar en demasiados vericuetos técnicos, no tienen esa capacidad de encender y apagar cada píxel por separado, sino que, 'grosso modo', lo hacen poniendo un filtro de una fuente de luz externa. Por esta razón, los negros no son tan puros, pero a cambio, entre otras cosas, se pueden manejar mayores niveles de brillo.

placeholder Los marcos de esta tele, inapreciables. (M. McLoughlin)
Los marcos de esta tele, inapreciables. (M. McLoughlin)

Dentro de esta categoría, las QLED marcaron una nueva cima en lo técnico utilizando puntos cuánticos (quantum dots) para mejorar la imagen. De ahí la Q del nombre QLED. Espero que hasta aquí haya quedado todo más o menos claro, porque tenemos que pasar al siguiente punto: qué hay de Neo en las Neo QLED y las QLED a secas. Pues básicamente, la gran diferencia, es la tecnología que utilizan como fuente de luz.

Cambian el led por el miniled, que son diodos de luz mucho más pequeños que les permiten un mayor control del contraste y, por tanto, reducir su desventaja con las teles OLED. ¿Es mejor o peor? La respuesta es que depende, depende de lo que busques. Sea como sea, la decisión no es fácil y si uno se deja un dineral que cuesta una televisión u otra puede estar seguro que va a tener una gran calidad de imagen en ambos casos. Lo que voy a tratar de desgajar en los siguientes párrafos es lo que puede decantar la decisión de un lado o de otro. O al menos intentarlo.

Foto: Vista de la LG G2 de 65 pulgadas sobre la peana. (M. McLoughlin)

La Neo QLED no es tan neo como se puede pensar si es la primera vez que leen el nombre. Ya hubo una primera hornada el pasado año. La NEO QLED QN900B toma el testigo de la QN900AA. Puede sonar de cajón, sí, pero es que las nomenclaturas que utilizan los fabricantes no ayudan a aclararse. Y eso significa que hay cambios, pero tampoco va a ser una vuelta completa de calcetín.

Un buen ejemplo de la ausencia de cambios es el del diseño. No es que mantenga el de hace un año, sino el de hace un par de generaciones. Probablemente lo hagan porque a día de hoy sigue siendo realmente diferencial. Está disponible en 65, 75 y 85 pulgadas. Los marcos en la parte frontal son directamente invisibles desde el salón, porque miden apenas dos milímetros. Se ve como si toda la frontal fuese imagen.

placeholder 1,5 centímetros de grosor. (M. McLoughlin)
1,5 centímetros de grosor. (M. McLoughlin)

Los laterales de un cuerpo que apenas mide 1,5 centímetros de grosor están rematados en el mismo aluminio agujereado que ya vimos otros años y que acogen en su interior un buen puñado de altavoces aunque cueste creerlo a simple vista. La parte trasera quizá sea la parte menos impresionante, la capa de policarbonato resulta poco 'premium'. También es cierto que en muchos casos dará igual, porque no estará a la vista o directamente colgada contra la pared. La peana central le da solidez y robustez al conjunto y se integra todo muy bien. En anteriores ocasiones me había parecido un diseño a la altura de su precio y me lo sigue pareciendo. Eso sí, búscate compañía para montarla, ya que todo el conjunto pesa más de 30 kilos (la peana acapara una gran parte).

La magia de la caja

¿Cómo consiguen que en un grosor tan reducido funcione todo? Sacando todo lo que se puede sacar del cuerpo principal. Samsung ha metido todos los puertos, los conectores HDMI así como la toma eléctrica en una caja externa que bautizó como One Connect y solo un único cable sale de la pantalla hasta ahí. Desde el año pasado, han cambiado el formato, haciéndolo más fino y discreto. Se coloca mucho mejor y no llama tanto la atención. Cuenta con la toma de antena, ranura CI, salida digital óptica, el puerto ethernet (si prefieres wifi, tienes que saber que trabaja con wifi 6, así como BT 5,2 así como soporte para Airplay 2), tres puertos USB tradicionales (hay un cuarto en la propia tele para conectar ciertos accesorios) así como con HDMI 2.1, uno de ellos eARC, que sirve para transmitir mejor la señal de audio, sin pérdidas, así que es el que debes conectar una barra de sonido para sacarle provecho. Todos estos puertos pueden manejar imágenes 8K hasta en 60 frames por segundo o 4K hasta en 120K y son compatibles con el modo automático de baja latencia.

Una de las ventajas, además de poder adelgazar el diseño, sería que cuando pasen unos años se puede actualizar esta 'smart TV' cambiando solo esta caja. Una buena idea, al menos sobre el papel. Habrá que ver cómo la desarrolla Samsung este concepto, que no sería la primera vez que estas ocurrencias acaban como un brindis al sol. Antes de entrar en la calidad de imagen, sonido y sistema operativo, un breve apunte sobre el mando. Un mando compacto (cosa que se agradece mucho), intuitivo y fácil de usar hecho con materiales reciclados. No hay pilas: se carga con USB tipo C, con energía solar o con las ondas de radiofrecuencia que emiten ciertos aparatos en casa. Desde que lo utilice el primer día no he tenido que preocuparme de enchufarlo. Y esa es una buena señal.

La calidad de imagen de la QN900B, una televisión con resolución 8K, se deja notar incluso antes de encenderse gracias a la que capa antirreflectante con la que han recubierto el panel y que ha sido mejorada este año, evitando y minimizando el reflejo de esa luz encendida en el salón o el rayo de sol que se cuela por la ventana de forma bastante eficaz. Un breve apunte, de nuevo, sobre la tecnología miniled. A diferencia de las pantallas led tradicionales, aquí los diodos que emiten la luz tienen un tamaño cuarenta veces menor. ¿Eso qué permite? Pues que permite meter muchísimos puntos más de luz.

placeholder Vista frontal de la Neo QLED. (M. McLoughlin)
Vista frontal de la Neo QLED. (M. McLoughlin)

Diodos diminutos que se agrupan en zonas que funcionan de forma independiente unas de otras, lo que permite mejor control sobre la luminosidad, el contraste y la reproducción de los negros. Y también le permite reducir una de las tradicionales debilidades que las LCD tienen frente a las OLED: los destellos o los halos de luz que surgen cuando tienen que gestionar un objeto muy brillante que colinda con una zona oscura o negra. El mejor ejemplo que suele haber es el de un logotipo, por ejemplo el de Apple TV +, sobre un fondo completamente negro.

Lo han mejorado mucho y lo han reducido muchísimo. Si uno tiene el ojo clínico lo percibirá en determinadas ocasiones, pero han conseguido que sea mucho menor. Punto para Samsung aquí. ¿Pueden llegar a reducirlo por completo? Habrá que ver lo qué ocurre con microled (la siguiente generación) pero creo que a día de hoy siempre va a haber una brecha insalvable en lo que se refiere a los negros y al control del contraste entre el miniled y el OLED, aunque es cierto que cada año se reduce más y más y este modelo llega a un nivel inimaginable hace apenas dos años.

Argumentos más allá de los píxeles

Es probable que más de uno y de dos se pregunten para qué narices quieren una tele 8K si el contenido que merezca la pena es prácticamente inexistente a día de hoy. La respuesta rápida sería la de estar preparado para lo que vendrá en los próximos años, porque el 8K vendrá y se dejará notar y quien se compra una tele de estas características es para que le dure tiempo. Pero Samsung necesita otros argumentos más allá de subir el número de pixeles de sus televisiones para justificar una inversión así aquí y ahora. Y la calidad de imagen es superlativa. Probablemente es la mejor tele LCD que se puede encontrar junto a alguna Sony de pata negra.

Si hay algo en lo que las QLED que Samsung venía mejorando año a año es el brillo. Esta televisión alcanza picos de 3.000 nits en la versión de 65 pulgadas y de mil más en los modelos superiores. Para hacernos una idea, una OLED de primer rango se mueve en torno a los 1.000. Es impresionante cuando la reproduces en mitad de la noche, sin ninguna lámpara encendida, y ver cómo puede iluminar partes del salón.

Foto: Foto: M. McLoughlin.

Pero que tenga la capacidad de llegar a esas cotas no significa que esté todo el rato haciéndolo. Un buen ejemplo es el modo cineasta. Esta opción, pensada sobre todo para películas y series, se ajusta para intentar aproximarse al máximo a la idea que tenía el creador en la cabeza cuando editó la película y ajustó el color. En estos casos, los picos máximos se sitúan en torno a los 2.000 nits. Es más, cuando más explota estas posibilidades, con el modo dinámico, las zonas brillantes pueden resultar algo exageradas. El modo estándar, que es probablemente el que van a utilizar una gran mayoría para el consumo diario, baja un poco el nivel de luminosidad para lograr una imagen cómoda en el día a día

Estas capacidades de brillo impactan directamente en las capacidades de representación del color. Un sí rotundo a Samsung en este aspecto. La intensidad y la viveza de los diferentes tonos es simplemente única. No hay efecto de pantalla sucia, no hay rastro de aberración alguna. Me atrevo a decir que no hay panel que a día de hoy consiga este nivel de naturalidad y detallismo a la hora de reproducir los colores. Su luminosidad también impacta en lo bien que gestiona el HDR (siglas que responde a alto rango dinámico), una función que rescata información de las zonas subexpuestas y sobreexpuestas para una mejor reproducción. Lo malo, que Samsung sigue apostando solo por HDR10+, HDR10 o HLG y sigue repudiando el estándar Dolby Vision, en mi opinión, el que más lejos lleva las posibilidades de esta tecnología.

placeholder El One Connect Slim. (M. McLoughlin)
El One Connect Slim. (M. McLoughlin)

Hay una función que es un arma de doble filo y que está pensada para suavizar el movimiento. Particularmente, la recomiendo para ver un partido de fútbol, de básquet u otros deportes en vivo. En otros casos, como series o videojuegos, si la tenemos activada, sufriremos esa sensación de que lo que tenemos enfrente ocurre de manera artificial, que todo va demasiado deprisa.

En lo que se refiere a la tasa de refresco, tenemos la posibilidad de llegar a alcanzar 144Hz a 4K de resolución en algunos casos (PS5 y Xbox Series X se manejan ahora mismo a un máximo de 120Hz). No es la única buena noticia para los usuarios de consolas, ya que cuentas con el sistema Freesync Premium Pro o tecnología VRR que acompasa la frames por segundo de la consola con la frecuencia de actualización. Esto consigue reducir cortes y parpadeos que, especialmente para los jugadores más implicados puede ser súper molesto. Si estás preocupado por la latencia, en modo juego consigue estar ligeramente por encima de los 9 milisegundos, algo que realmente es una marca excelente.

El último argumento que presenta es el reescalado de imágenes. Detrás de este concepto se encuentra una tecnología que lo que hace es coger fuentes de menor resolución y mejorarlas (pintando píxeles básicamente) para aprovechar las virtudes de tener un panel 8K. Samsung siempre me ha parecido especialmente ducho en estas tareas y creo que este año mantienen el nivel con su nuevo procesador y sus algoritmos. Quizás donde más se note este trabajo y más logrado es el resultado es cuando trabaja sobre una fuente Full HD, básicamente, porque tiene más información que en una fuente SD y tiene más margen de mejora que con el 4K. No es que consiga emular un contenido 8K pero si enriquece la definición y los detalles. En el caso de las imágenes SD el resultado queda un tanto exagerado.

placeholder Mando a control de Samsung. (M. McLoughlin)
Mando a control de Samsung. (M. McLoughlin)

Particularmente, especialmente cuando uno se compra un televisor de tantos quilates, siempre recomiendo que también se reserve una pequeña partida para una barra de sonido. Sin embargo hay que decir que el sonido nativo de este modelo es, probablemente, el mejor que te puedes encontrar en una tele a día de hoy. Tiene un buen puñado de altavoces repartidos por los marcos (recuerden los agujeros de los bordes de aluminio) que hacen que tengamos un audio bastante claro, abierto y equilibrado. Samsung asegura que el televisor analiza el espacio a su alrededor para dejar el audio en el punto justo.

Está claro que si se quieren unos graves de categoría no solo se necesita una barra de sonido, sino también es probable que tengas que recurrir a un subwoofer externo. Sin embargo, la QN900B consigue un buen resultado, dentro de sus limitaciones, incluso en las frecuencias más bajas gracias a seis subwoofers incrustados en la parte trasera. Insisto, particularmente complementaría la televisión, si el presupuesto se lo permite, con un buen equipo de audio para aprovechar tecnologías de audio espacial como Dolby Atmos como la función OTS Pro desarrollada por Samsung (de seguimiento de objetos), que pretenden hacer que el sonido envuelva al espectador. Pero si tampoco se es muy sibarita en lo que se refiere al sonido encontrarás algo muy agradable sin necesidad de ningún añadido.

Esta tele vuelve a funcionar con Tizen, el sistema operativo propio de Samsung, que ahora sufre un importante rediseño, bastante acertado. La plataforma se siente fluida y cuando le coges el tranquillo, es fácil moverse por las diferentes opciones. Se ha jubilado la barra inferior y se ha cambiado por una pantalla en la que el contenido se presenta mejor y es más accesible de un vistazo. Eso sí, hay un pequeño 'pero': si se quiere cambiar algún ajuste sobre la marcha no es posible. Hay que salir del contenido por completo al menú. Estaría bien una solución de tener una ventana flotante en un lateral o similar. También es verdad que si este es el mayor problema, es que es un sistema bastante redondo.

Hay posibilidad de utilizar cualquiera de los grandes asistentes de voz y Bixby, así como utilizar la 'app' SmartThings y tener en esta tele como punto neurálgico de los aparatos conectados del hogar. No hay mucho misterio en este punto. Todos los servicios de 'streaming' tienen app oficial así como Spotify y otras tantas. Hasta El Confidencial tiene app en estos modelos para poder ver los contenidos que elaboran los compañeros de la sección de multimedia.

placeholder Vista de la peana. (M. McLoughlin)
Vista de la peana. (M. McLoughlin)

Me ha gustado mucho la integración de servicios de transmisión de videojuegos en la nube. Ahora que Stadia va camino del tanatorio (echará la persiana el próximo mes de enero), esto se limita con Nvidia GForce Now y Xbox Game Pass. Soy usuario de esta segunda plataforma porque tengo la Series X, pero basta con una suscripción, un mando y una buena conexión a internet para poder disfrutar de decenas de títulos sin tener la consola física. Y en un futuro, no extremadamente lejano, creo que estas soluciones van a tener una gran implementación.

Hasta aquí la prueba de producto de la mejor LCD que puedes comprar a día de hoy. Esta QN900B ofrece una calidad de imagen de primer nivel, con negros y contraste mejorado gracias a una tecnología miniled más refinada que en la primera hornada. El único gran pero en lo que a imagen se refiere es la ausencia de Dolby Vision. Ese es el único lunar en lo que se refiere a la imagen.

Como decía, las diferencias entre las OLED y las mejores QLED se han reducido muchísimo. Y por eso es más importante que nunca otros motivos como el diseño, el sonido, el 'software' o, incluso, el control remoto. El problema, su precio. Aunque se puede encontrar ya en Amazon por menos de 3900 euros. Si no buscas tantas prestaciones (un brillo menor, un sonido menos solvente...) y quieres una televisión de la misma familia tienes también la serie QN700B o las QN800B, también lanzadas en mayo de este año. Si el 8K no son más que fuegos de artificio y quieres recortar, también tienes modelos QLED 4K de esta misma marca desde 799 euros, pero la cuestión ahí es la competencia es mucho mayor.

Si quieres comprar algún modelo:

Neo QLED QN900B

*desde 3.900 euros

Neo QLED QN700B

*desde 2.209 euros

Gama QLED 2022 4K

* desde 779 euros

Si estás interesado en una OLED, consulta esta 'review'.

Foto: Vista de la LG G2 de 65 pulgadas sobre la peana. (M. McLoughlin)

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El Confidencial ha seleccionado los productos para esta 'review' siguiendo un criterio estrictamente editorial. El texto incluye una selección de botones/enlaces para comprar el producto al menor precio posible. El Confidencial puede generar ingresos por las ventas de estos productos, pero la inclusión de los enlaces cumple una mera función de servicio al lector dentro de un contenido periodístico.

Los años en los que toca Mundial de fútbol o, en menor medida, Eurocopa son fechas marcadas en rojo para los fabricantes de teles. Lo son porque el deporte rey, según las cifras que manejan en el gremio, es un importante motor que anima a muchos a renovarlas. Habrá que ver qué ocurre con la anomalía de que la mencionada competición, en lugar de en verano, se celebre en otoño y coincida con el Black Friday y cómo afecta a las ventas. Pero sea como sea, si es por el fútbol o por cualquier otra razón, es probable que estés leyendo estas líneas porque tengas la mosca detrás de la oreja y estés convencido de que tu vieja TV tiene las horas contadas.

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