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Elon Musk ama a Milei, pero odia a otro país entero por culpa de este juez estrella
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LA CRUZADA DEL MAGNATE EN LATINOAMÉRICA

Elon Musk ama a Milei, pero odia a otro país entero por culpa de este juez estrella

El magistrado del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Alexandre de Moraes, mantiene una dura disputa con el empresario por negarse a cerrar algunas cuentas polémicas en la plataforma X

Foto: Milei y Musk reunidos en Austin, Texas, el pasado 12 de abril. (EFE)
Milei y Musk reunidos en Austin, Texas, el pasado 12 de abril. (EFE)
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Elon Musk ha orientado su radar político hacia Latinoamérica. El multimillonario, dueño de Tesla, SpaceX, Starlink, y la red social X se ha reunido recientemente con el presidente argentino Javier Milei en su base en Texas y ha apoyado al líder salvadoreño Nayib Bukele mientras mantiene una dura disputa con la Justicia brasileña, especialmente contra su magistrado estrella, el controvertido Alexandre de Moraes, azote del bolsonarismo radical y a quien ha llegado a calificar como "dictador".

Hace ya tiempo que el magnate lanza feroces críticas al progresismo y ocupa posiciones ultraconservadoras. "Musk participa más en política que otros líderes de empresas tecnológicas porque él no solo es un empresario, sino también es un activista digital que tiene una lectura maximalista de la libertad de expresión y la primera enmienda de Estados Unidos, que hace poco dijo que hay que reformar", señala a El Confidencial el analista político Pablo Uribe Ruan.

Su cruzada ha traspasado ahora la frontera al sur del Río Grande y Musk ha ido a chocar con un coloso en la esfera política de Brasil: De Moraes, el juez del Supremo Tribunal Federal (STF) que impulsa las investigaciones del asalto a las sedes de los tres poderes en Brasilia en enero de 2023 y la posible existencia de un plan golpista para evitar la toma de posesión de Lula de Silva tras su victoria electoral dos meses antes, procesos que le han costado el odio del bolsonarismo radical. El magistrado es probablemente la persona más rechazada para un sector importante de los brasileños.

El choque se produjo a principios de abril, cuando Musk amenazó con desobedecer la orden del Supremo de bloquear decenas de cuentas de usuarios en X, muchos de ellos aliados de Bolsonaro, incluido un congresista que llamó a apedrear a los jueces de esa corte. El magnate acusó a de Moraes de censura dictatorial y de violar las leyes del país. "Este juez ha traicionado descarada y repetidamente la Constitución y al pueblo de Brasil. Debe dimitir o ser destituido. Vergüenza", tuiteó Musk. "Probablemente, perderemos todos nuestros ingresos en Brasil y tendremos que cerrar nuestras oficinas allí, pero los principios son más importantes que las ganancias", añadió, asegurando que la censura en Brasil es "peor que en cualquier lugar del mundo" donde opera X.

placeholder El magistrado Alexandre de Moraes durante un juicio en el Tribunal Supremo. (Reuters)
El magistrado Alexandre de Moraes durante un juicio en el Tribunal Supremo. (Reuters)

"Musk se posiciona a favor de los gobiernos y políticos que defienden la poca o nula regulación en su red social. Ese tipo de decisiones no las han tomado ni las apoyan gobiernos como los de Milei o Bukele, con los que tiene mayor cercanía ideológica. Él es seguidor de Jack Dorsey, un ingeniero de software que es el ideólogo de los empresarios de Silicon Valley. Entre muchos temas, defiende una especie de tecno-utopismo o libertarismo digital que es ajeno a la regulación estatal o regional", reflexiona el analista Uribe.

De Moraes no es una persona conocida por ignorar ese tipo de referencias directas a su persona. Menos aún viniendo de uno de los personajes más conocidos del planeta. La respuesta fue clara: el magistrado ordenó multas de unos 20.000 dólares por cada cuenta bloqueada que se reactivase, inició una pesquisa contra Musk por ataques a la Justicia brasileña e incluyó tanto al magnate como a su empresa en una investigación por "instrumentalización criminal" de las redes sociales.

Foto: Tesla ha cometido un error de bulto al calcular las indemnizaciones (Reuters/Mario Anzuoni)

Ese último proceso lo inició después de que Bolsonaro y su círculo íntimo fuesen señalados de usar ilegalmente recursos públicos para orquestar campañas de desinformación y fake news en internet durante su presidencia. "La libertad de expresión no es libertad de agresión, para la proliferación del odio, el racismo, la misoginia y la homofobia. La libertad de expresión no es libertad de defensa de la tiranía", expresó de Moraes defendiendo sus acciones contra Musk.

El clima de tensión descendió a mediados de abril, cuando la filial de X en Brasil envió una carta al Supremo asegurando que cumplirá las órdenes de ese tribunal, aunque en una comunicación anterior la empresa había asegurado que no contaba con las prerrogativas para responder a esas medidas judiciales. Dejó, eso sí un recado: X Brasil ha entregado al comité de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes de EEUU todos los documentos relativos a las órdenes de la justicia brasileña.

De Moraes, de 55 años y uno de los 11 miembros del STF, consiguió de nuevo lo que buscaba. El juez estrella de Brasil es un abogado constitucionalista del entorno conservador y profesor de derecho de la Universidad de São Paulo (USP) que entró en la política en 2002 de la mano del influyente centro-derecha paulista. Ocupó varios cargos en los gobiernos municipal y estatal de São Paulo en el que destaca su paso por la secretaría de Seguridad en 2014. Fue criticado entonces por el progresismo por "represión a los movimientos sociales".

placeholder Elon Musk, CEO de Tesla y Space X. (Reuters)
Elon Musk, CEO de Tesla y Space X. (Reuters)

Se puede decir que el expresidente centroderechista Michel Temer le cambió la vida al nombrarlo, primero, ministro de Justicia, y postularlo después al STF. De Moraes se convirtió también en el líder del Tribunal Superior Electoral (TSE) y desde allí lanzó una guerra frontal contra la desinformación en internet en la que acabó implicada la familia Bolsonaro. El juez ya era, en 2022, el principal enemigo del bolsonarismo, incluso por encima de Lula.

A mediados del año pasado, el TSE inhabilitó por ocho meses al expresidente por difundir noticias falsas sobre el sistema electrónico de votos, aumentando la animadversión. Después llegó la investigación por el asalto a las sedes de los tres poderes y el presunto Golpe de Estado, implicando a altos mandos del ejército y también a Bolsonaro. La policía encontró hace unas semanas un documento que relataba los pasos a seguir para el supuesto Golpe y que el expresidente conocía. Según los investigadores, ese plan incluía la detención del juez estrella, quien incluso fue supuestamente seguido por seguidores de Bolsonaro con el objetivo de conocer su paradero en caso de accionar el plan.

Los bolsonaristas los repudian mientras otros lo ven como un héroe que salvó la democracia, aunque parte de la izquierda todavía recela por su pasado en la élite conservadora paulista. "De Moraes, aunque a veces exagere, fue fundamental desde el STF para impedir ataques autoritarios de Bolsonaro y ahora sabemos que hubo una concertación para dar un Golpe de Estado en Brasil", destaca Mario Sergio Lima, analista de la consultora Medley Global Advisors.

Ahora, tras su enfrentamiento con Musk, su figura también ha traspasado fronteras y ya es bien conocido en el ámbito internacional. Él defiende el actuar de la Justicia brasileña: "Las críticas de Musk son erróneas y están repletas de noticias falsas. Parte de la democracia y la libertad de expresión, pero si hay una promesa de incumplir las órdenes judiciales brasileñas, la situación es grave. Por ahora parece más una amenaza vacía que un hecho, pero, si se diese, X sería castigado con multas o incluso su suspensión en el país”.

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El magistrado Alexandre de Moraes durante un evento académico en São Paulo. (Reuters)

Las reacciones en Brasil no se han hecho esperar y el choque ha desatado un nuevo episodio de enfrentamiento político entre bloques. "Los bolsonaristas se agarraron rápidamente a la oportunidad de utilizar las declaraciones de Musk como un contenido más en su batalla cotidiana por la opinión pública. Musk es un icono de los nuevos tiempos, héroe del emprendimiento para unos y monstruo deshumano para otros", considera João Feres Junior, politólogo de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ). "Con todo, de Moraes está razonablemente protegido. Para realmente afectar al magistrado, Musk tendría que financiar una campaña que fuese capaz de trascender la bola bolsonarista, pero eso dejaría rastro y pondría a todo el STF contra él y sus empresas", añade el analista.

El bolsonarismo en el Congreso ha aprovechado, eso sí, para hacer suya la reivindicación de Musk y pedir una vez más la destitución del magistrado por abuso de poder judicial. "Musk ha comenzado una serie de ataques a la Justicia brasileña de un modo extremadamente concertado con personalidades de la extrema derecha brasileña alegando una defensa intransigente de la libertad de expresión, pero es necesario recordar que él mantiene negocios con China y la cada vez más autocrática India, y allí no tiene problemas en obedecer órdenes de censura mucho más drástiacs de las que él denuncia en Brasil", expone Clayton Cunha, politólogo de la Universidad Federal de Ceará (UFC).

"Los ataques de Musk parecen ideológicamente motivados, pero probablemente existan también fuertes intereses comerciales, como el debate sobre la reglamentación de las redes sociales en Brasil. Es necesario recordar que eso ya está en vigor en la Unión Europea y con mucho más rigor, pero sigue sin ser del interés de Musk porque limita potencialmente su capacidad de lucro", añade el analista.

Brasil es el país del mundo donde más se accede a redes sociales. Los brasileños pasan una media de tres horas y 49 minutos al día navegando por aplicaciones como Instagram, Facebook, X o Tik Tok, según la consultora británica GWI. Son, además, los que más mensajes envían por WhatsApp. Utilizan las redes sociales para informarse y, por ende, se convierte en un país extremadamente vulnerable a la desinformación.

Foto: Elon Musk está bastante convencido de sus predicciones (Reuters/Gonzalo Fuentes)

Por eso el Senado ha vuelto a impulsar, después de la disputa entre Musk y la Justicia, un nuevo proyecto de Ley para regularlas, parecido a la Ley de Servicios Digitales de la UE, que reclame a las aplicaciones y también a los motores de búsqueda publicar documentos informando acerca de sus medidas para moderar los contenidos. Esta legislación la apoya el líder del Senado y el Congreso, el conservador Rodrigo Pacheco, quien considera que las acciones del magistrado no son un tipo de censura, como denuncia Musk.

"Creo que esto es fundamental. No es limitar la libertad de expresión. Son reglas de uso de estas plataformas digitales para no manipulen indiscriminadamente, no se difunda odio, violencia o ataques a instituciones. Hay un papel cívico que deben desempeñar las plataformas digitales para no permitir que esto se convierta en un entorno en el que todo vale", defendió el líder de los parlamentarios.

El brasileño no es el único frente político que tiene abierto el líder de Tesla en Latinoamérica. Musk recibió a Milei en su oficina de Texas mientras se calentaba la disputa con la Justicia brasileña. La reunión tuvo lugar el 12 de abril y el presidente argentino habría apoyado al magnate en el conflicto jurídico, según testimonios recogidos por la prensa del país austral. Los abrazos fueron efusivos y las fotos de la reunión muy difundidas en redes sociales. Conversaron sobre "fomentar la tasa de natalidad en el mundo, haciendo énfasis en que el retroceso demográfico puede ser terminal para nuestra civilización", según hizo público el portavoz del Gobierno argentino, Manuel Adorni. Y el magnate se comprometió "con las ideas de la libertad y los gobiernos pro-mercado que luchen en este sentido".

placeholder Javier Milei junto al empresario Elon Musk durante reunidos en Texas, Estados Unidos.
Javier Milei junto al empresario Elon Musk durante reunidos en Texas, Estados Unidos.

Musk ya había apoyado a Milei en las elecciones del año pasado. "La prosperidad está a punto de llegar a Argentina", escribió cuando el ahora mandatario ganó los comicios. El magnate también ha apoyado en varias ocasiones las políticas del líder salvadoreño Nayib Bukele, como su decisión de retirar la perspectiva de género del currículo educativo del país centroamericano. No es algo nuevo. Musk lleva tiempo defendiendo ideas ultraconservadoras, aunque no necesariamente beneficie a sus empresas.

“No consigo ver beneficios económicos para él con ese papel, incluso veo más bien lo contrario. Es una vinculación ideológica con la ultraderecha. Está, por supuesto, en su derecho, pero muchas veces se presta a atravesar límites, y lo que está haciendo con relación a Brasil se encuadra ahí. Musk potencia la polarización política en el país de forma irresponsable y hasta cobarde, dado que, por no vivir en Brasil ni tener ciudadanía, no puede sufrir las consecuencias personalmente”, considera el analista Lima.

Muchos apuntan a que sí hay intereses empresariales. No es ningún secreto que Musk quiere conquistar el mercado sudamericano con Starlink, su compañía proveedora de internet satelital, que está obteniendo buenos resultados en Chile y Brasil. Otros especulan con el posible interés del magnate en el litio sudamericano. Argentina, Bolivia y Chile cuentan con la mitad de las reservas mundiales del mineral básico para producir baterías eléctricas, básicas para sus productos, y sobre el que existen ya disputas geoestratégicas. Pero la mayoría cree por ahora que el apoyo a unos y las críticas a otros tienen que ver más con motivos ideológicos en un año electoral clave para la política mundial.

Elon Musk ha orientado su radar político hacia Latinoamérica. El multimillonario, dueño de Tesla, SpaceX, Starlink, y la red social X se ha reunido recientemente con el presidente argentino Javier Milei en su base en Texas y ha apoyado al líder salvadoreño Nayib Bukele mientras mantiene una dura disputa con la Justicia brasileña, especialmente contra su magistrado estrella, el controvertido Alexandre de Moraes, azote del bolsonarismo radical y a quien ha llegado a calificar como "dictador".

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