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Las empresas aumentan los márgenes de beneficio en plena crisis inflacionista
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A niveles récord en una década

Las empresas aumentan los márgenes de beneficio en plena crisis inflacionista

La actual subida de precios no solo responde a la traslación de los costes de producción, sino que las empresas están aprovechando para recuperar parte de las ganancias perdidas en la pandemia

Foto: Unas navidades más caras. (EFE/Manuel Burque)
Unas navidades más caras. (EFE/Manuel Burque)
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Durante una larga década, los precios estuvieron estancados. La empresa que elevaba sus tarifas rápidamente perdía clientela y corría el riesgo de ser expulsada del mercado por la competencia. Sencillamente, los consumidores no aceptaban pagar precios más altos. Este marco económico se mantuvo incluso durante los primeros compases de la actual crisis energética. Hace un año, cuando los precios energéticos registraban una escalada del 35%, el resto de bienes y servicios subía un 2%.

No fue hasta el estallido de la guerra en Ucrania cuando las empresas empezaron a trasladar los costes energéticos a sus precios. Una vez se resquebrajó este dique de contención de la inflación, las empresas vieron la posibilidad de reconstruir sus márgenes. Empezaron a subir sus precios para trasladar los costes de producción a sus clientes y se encontraron con que la demanda no solo no menguaba, sino que siguió creciendo durante todo el verano. Lo que hicieron fue seguir subiendo sus precios por encima de los costes de producción para recuperar parte de los beneficios perdidos durante la pandemia.

Foto: Fachada de la Agencia Tributaria. (EFE)

Así se extrae de la estadística de ventas, empleo y salarios que publica trimestralmente la Agencia Tributaria a partir de las declaraciones del IVA y las retenciones del IRPF. Esta es la mejor estadística disponible para analizar los márgenes, ya que se elabora a partir de los microdatos de declaraciones de casi todo el tejido productivo. En el último año (con datos hasta el pasado verano), las empresas que operan en España consiguieron unos márgenes de beneficio del 10,4% sobre su facturación antes del resultado financiero y operaciones extraordinarias (restando a la facturación los gastos intermedios y el salario de sus trabajadores). Aunque no se trata de una medida exacta de las ganancias finales de las empresas, sí muestra la evolución de su resultado ordinario, la base del beneficio final.

Se trata del dato de márgenes más elevado de toda la serie que publica la AEAT, que comienza en el año 2009. En el tercer trimestre, se registró el nivel máximo con unas ganancias equivalentes al 11,3% de sus ventas. Se trata de una cifra que supera en un punto la de un año atrás y en dos los niveles habituales previos a la pandemia.

En total, las empresas están consiguiendo unos márgenes sobre ventas que son un 20% superiores a los que tenían antes de la pandemia. Al subir sus precios por encima de los costes de producción, no solo ganan más, también aceleran la inflación. De hecho, la inflación general está a punto de superar la inflación de la energía, lo que significa que los bienes y servicios que compran los hogares se están encareciendo ya más intensamente que la electricidad y los combustibles en comparación con un año atrás.

De esta forma, las empresas están recuperando una parte de las ganancias que no consiguieron durante los meses del covid. En los nueve primeros meses del año, han logrado unos beneficios ordinarios un 53% superiores a los del mismo periodo de 2021.

En parte, el crecimiento de los beneficios se ha producido gracias a la moderación de los salarios. Una vez que fracasó el pacto de rentas, los trabajadores han tenido que aceptar una intensa pérdida de poder adquisitivo. Según los registros de la Agencia Tributaria, el salario medio en las empresas está creciendo un 4%, esto es, menos de la mitad de la inflación.

La moderación salarial está evitando que surjan efectos de segunda ronda, pero no está contribuyendo en la misma forma el beneficio empresarial, que está creciendo rápidamente, según sus propias declaraciones a Hacienda. La subida de los precios afecta también a otras empresas cuando adquieren bienes intermedios, lo que acelera la espiral inflacionista. De hecho, la inflación sigue escalando a pesar de la moderación de los costes energéticos desde el pasado verano.

Foto: Un camarero lleva una bandeja con cervezas en Madrid. (Reuters)

No todos los sectores están elevando de la misma forma los márgenes de beneficio. El motivo es que la demanda no se está comportando igual en todos los productos. Las compras se han centrado en el sector servicios una vez finalizadas las restricciones de la pandemia. La hostelería ha aprovechado la gran llegada de viajeros para disparar sus precios, elevando sus márgenes por encima del 9%, esto es, un punto por encima de los niveles previos a la pandemia. De esta forma, hoteles y restaurantes están cubriendo una parte de las pérdidas que sufrieron durante el confinamiento.

El comercio también está sacando tajada de los precios altos. Sus márgenes han escalado al 9,5% en el último año, dos puntos por encima de los niveles previos a la pandemia. Y en la industria manufacturera, los márgenes han crecido rápidamente hasta superar el 9%.

El sector transportes es uno de los que sigue retrasado en la recuperación del beneficio. Es lógico que así sea, ya que, sus costes sí que han crecido exponencialmente (su principal gasto es el combustible) y la demanda se ha mantenido limitada porque durante buena parte del año se mantuvo el temor a contagiarse en el transporte público. Así, sus márgenes de beneficio siguen cuatro puntos por debajo de los niveles previos a la pandemia.

Esta evolución de los márgenes explica una parte de la inflación vivida en los últimos meses, esto es, han generado efectos de segunda ronda sobre el IPC, ya que al subir los precios, las empresas que utilizan estos bienes como consumos intermedios también tienen que subir sus tarifas para compensar el mayor coste. El fracaso en la negociación de un pacto de rentas explica esta distribución desigual de los costes de la crisis energética entre beneficios y salarios. Está por ver qué ocurre si, finalmente, las permanentes subidas de precios terminan lastrando el consumo y las empresas necesitan volver a competir entre ellas por atraer clientela. ¿Volverá la competencia a moderar los precios o los márgenes se estabilizarán por encima de los niveles históricos?

Durante una larga década, los precios estuvieron estancados. La empresa que elevaba sus tarifas rápidamente perdía clientela y corría el riesgo de ser expulsada del mercado por la competencia. Sencillamente, los consumidores no aceptaban pagar precios más altos. Este marco económico se mantuvo incluso durante los primeros compases de la actual crisis energética. Hace un año, cuando los precios energéticos registraban una escalada del 35%, el resto de bienes y servicios subía un 2%.

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