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La crisis energética deja la industria alemana al borde del abismo
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Los precios del gas dejan tocada la industria

La crisis energética deja la industria alemana al borde del abismo

El aumento de los costes está llevando al límite a los fabricantes y las pequeñas empresas del país con mayor demanda de energía

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Las empresas alemanas están cada vez más preocupadas por la posibilidad de que, sin una limitación de los precios de la energía, una ola de insolvencias pueda arrasar el país en las próximas semanas, interrumpiendo las cadenas de suministro que abastecen a los mayores sectores industriales de Alemania.

Sin la abundante energía rusa que, durante muchos años, ha impulsado el motor industrial de la nación, las empresas alemanas ya han reducido la producción y detenido las inversiones. La confianza de las empresas y los consumidores está cayendo, acercándose a los mínimos alcanzados durante la crisis financiera mundial de 2008. El gobierno alemán está elaborando planes para limitar el precio de la electricidad y el gas, según han informado las autoridades esta semana, preparándose por si la Unión europea no promulga pronto una propuesta similar.

Foto: Parqué de la Bolsa de Madrid. (EFE/Altea Tejido)

La economía alemana, que durante mucho tiempo fue el motor de crecimiento de Europa y su centro neurálgico de fabricación, se ha convertido en una de las más vulnerables del continente. Es probable que crezca solo un 1,2% este año y se contraiga un 0,7% el próximo, lo que supone el peor resultado con creces entre las principales economías industriales, según una previsión publicada esta semana por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, un 'think tank' con sede en París. Los economistas del Deutsche Bank prevén una contracción del 3,5% para el año que viene, impulsada por la disminución del consumo privado, la inversión y las exportaciones netas.

Cuatro importantes grupos de expertos alemanes recortaron el jueves sus previsiones de crecimiento para la economía alemana, achacándolas a la crisis energética. Ahora prevén una contracción económica del 0,4% para el año que viene, frente al crecimiento del 3,1% que pronosticaban la pasada primavera, según un informe semestral elaborado para el gobierno federal. Aunque la escasez de gas debería aliviarse un poco con el tiempo, es probable que los precios se mantengan muy por encima del nivel anterior a la crisis, advierte el informe. "Eso implica una pérdida permanente de prosperidad para Alemania".

Ahora, a más de la mitad de las pequeñas y medianas empresas alemanas les preocupa que la crisis energética pueda llevarlas a la quiebra, frente al 42% del mes pasado, según una encuesta publicada el jueves por la Asociación Federal de Empresas Medianas, un grupo comercial. "La amenaza es cada vez mayor", advierte Markus Jerger, presidente del grupo.

Foto: Girasoles secos en un campo en Ezerets (Bulgaria). (EFE/Vassil Donev)

Tras resistirse inicialmente a tomar una decisión al respecto, el Gobierno alemán está elaborando planes para limitar el precio de la electricidad y el gas, según han declarado esta semana las autoridades. Los grupos de presión empresariales han advertido de que una ola de insolvencia podría estar a pocas semanas de distancia y que podría iniciar una reacción en cadena de quiebras empresariales. Volkswagen AG, el principal fabricante de automóviles de Alemania, declaró la semana pasada que estaba preocupado por su cadena de suministro debido a la posible escasez de gas este invierno.

"Estoy muy preocupado... La energía asequible es la base de toda la industria alemana", afirma Max Jankowsky, director general de GL Giesserei Loessnitz GmbH, una fundición con 173 años de antigüedad ubicada en el estado de Sajonia, al este de Alemania.

La empresa se ubica en pleno corazón de la gran industria automovilística alemana, que emplea a unas 800.000 personas y exporta unas tres cuartas partes de lo que produce. Entre sus clientes se encuentran BMW AG, Daimler AG y Volkswagen.

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Jankowsky solía pagar 100 euros, equivalentes a 96 dólares, cada vez que encendía su horno industrial de gas en el que funde el metal para producir las máquinas que moldean las carrocerías de los coches. Hoy en día, le cuesta unos 3.000 euros cada vez, un aumento del 3.000%. Para ahorrar dinero, ahora enciende el horno dos veces por semana en lugar de tres.

Jankowsky espera que su factura anual de electricidad aumente dos millones de euros el año que viene, una carga enorme para una empresa familiar con 20 millones de euros de ventas anuales. Cuando se le acabó el contrato anterior, empezó a comprar gas en el mercado al contado, pagando precios mucho más altos.

"El año que viene será decisivo. Las cadenas de suministro podrían reorientarse hacia países con energía más barata", opina Jankowsky. Sus clientes han aceptado grandes subidas de precios, pero espera que la demanda disminuya el año que viene.

"El año que viene será decisivo. Las cadenas de suministro podrían reorientarse hacia países con energía más barata"

Aun así, se muestra escéptico ante los planes del gobierno alemán de subvencionar el uso de la energía, le preocupa que estas medidas mantengan los precios altos y supongan una carga para las generaciones futuras.

"La economía tiene que funcionar sin subvenciones, siempre nos hemos quejado de las que tienen en China", afirma. Quiere que el gobierno elabore una hoja de ruta para garantizar el suministro de energía asequible. "No veo un concepto en el gobierno federal", se lamenta.

Una de cada 10 empresas automovilísticas alemanas ha reducido la producción como consecuencia de los altos costes energéticos, y otro tercio está considerando hacerlo, según una encuesta realizada este mes por la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil, un grupo comercial. Indican también que más de la mitad de las empresas han cancelado o aplazado las inversiones previstas y casi una cuarta parte quiere trasladar sus inversiones al extranjero.

Foto: Un barco metanero. (Reuters/Issei Kato)

Es probable que la producción de la industria manufacturera alemana disminuya un 2,5% este año y aproximadamente un 5% el próximo, según los analistas del Deutsche Bank. Las exportaciones, un pilar fundamental de la reciente prosperidad del país, languidecen por debajo de los niveles prepandémicos una vez ajustada la inflación.

Según los analistas, dado que los precios de la energía se mantendrán estructuralmente altos, es probable que solo vuelvan a funcionar algunas de las instalaciones de producción alemanas a las que los precios han echado del mercado. Esto puede reducir el potencial de crecimiento a largo plazo del país, que ya está bajo presión por el envejecimiento de la mano de obra.

"La crisis actual del precio de la energía y, por tanto, de la inflación, no es solo un fenómeno cíclico, sino que tiene también un importante componente estructural, que requiere una intervención gubernamental importante para evitar daños graves a medio y largo plazo en las perspectivas económicas de Alemania", afirma Timo Klein, economista de S&P Global Market Intelligence.

Foto: Olaf Scholz participa por videoconferencia. (EFE/Filip Singer)

Además de desencadenar una crisis energética, la guerra de Rusia en Ucrania ha hecho que se tambalee la confianza en un modelo de exportación alemán que ha prosperado a base de forjar profundos vínculos con regímenes autocráticos con economías en rápido crecimiento, especialmente China.

Al gobierno le preocupa ahora que la dependencia económica de Alemania con respecto a China, que es el mayor socio comercial del país y el mayor mercado individual para muchas empresas alemanas, se traduzca en un ‘shock’ aún mayor para la economía alemana si Pekín decidiera posicionarse más claramente con Moscú y en contra de Occidente.

"Viendo las interrupciones de la economía mundial que ha causado la guerra de dos enanos económicos, Rusia y Ucrania, miedo me da las consecuencias que tendría para la economía mundial una [pelea] entre China y Taiwán y Estados Unidos...", advierte Oliver Betz, director general de Systec Automotive GmbH, un proveedor de automóviles con sede cerca de Múnich.

Foto: Un buque militar danés en el puerto de Ronne, en la isla de Bornholm. La agencia danesa de la energía confirmó las fugas en los gasoductos Nord Stream 1 y 2. (EFE/EPA/Hannibal Hanschke)

Betz tiene unos 160 empleados en China y realiza allí la mitad de sus ventas globales anuales, unos 250 millones de yuanes, equivalentes a 35 millones de dólares. Afirma que no invertiría en otra empresa en China debido a los crecientes riesgos geopolíticos. En su lugar, está intentando expandirse en nuevos mercados, como India y Estados Unidos.

"Tardaremos mucho tiempo en sustituir nuestro negocio en China de forma sustancial", afirma Betz.

Por ahora, el desempleo alemán sigue siendo bajo, pero eso podría cambiar a medida que la inflación elevada erosione el gasto de los hogares, según advierten los economistas. La tasa de desempleo del país subió al 5,5% en agosto, en gran parte debido a la afluencia de refugiados ucranianos, según la agencia federal de trabajo. Según el Deutsche Bank, es probable que las empresas alemanas despidan a unos dos millones de empleados en los próximos meses debido a la contracción de la economía.

Foto: Fábrica del Volkswagen.

Los costes de los préstamos aumentan a medida que el Banco Central Europeo sube agresivamente los tipos de interés para combatir la alta inflación.

Aun así, es probable que la tasa de inflación alemana descienda solo ligeramente el próximo año, hasta el 7,6%, lo que sigue siendo más del doble de la tasa prevista en Estados Unidos, según la OCDE.

Thilmann Brot GmbH, que cuenta con 20 panaderías en el oeste de Alemania, se declaró en quiebra a mediados de septiembre. Según Jens Lieser, administrador concursal provisional de la empresa familiar, esta no fue capaz de repercutir a sus clientes el aumento de los costes de la energía y las materias primas, ya que estos se decantaron por alternativas más baratas.

Foto: Monedas de euro. (Pixabay)

"Con el aumento del coste de la vida y el incremento de la inflación, muchos consumidores son cada vez más conscientes de sus gastos", afirma Lieser.

Antes de la guerra de Ucrania, Jankowsky, el propietario de Loessnitz, tenía planes para aumentar su uso de gas, abandonando el carbón como parte de los planes de transición hacia fuentes de energía más ecológicas. "Contábamos con la apertura del Nord Stream 2 este año", dice.

Ahora, ha suspendido sus planes de inversión. "No sabemos dónde invertir", apunta.

*Contenido con licencia de 'The Wall Street Journal'.

Las empresas alemanas están cada vez más preocupadas por la posibilidad de que, sin una limitación de los precios de la energía, una ola de insolvencias pueda arrasar el país en las próximas semanas, interrumpiendo las cadenas de suministro que abastecen a los mayores sectores industriales de Alemania.

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