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El ciclo electoral multiplica la obra pública (34%) y la construcción vuelve a tirar del PIB
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LAS LICITACIONES OFICIALES SE DISPARAN

El ciclo electoral multiplica la obra pública (34%) y la construcción vuelve a tirar del PIB

El sector de la construcción vuelve a ser el más dinámico de la economía. En particular, la obra civil, que registra un fuerte incremento del número de licitaciones públicas

Foto: Obras en una autopista en Navarra. (EFE)
Obras en una autopista en Navarra. (EFE)

La doble cita electoral de abril y mayo —que afecta a todas las administraciones territoriales— no está pasando inadvertida para el gasto público. Al contrario. La obra pública se recupera con fuerza, el empleo en la construcción crece a ritmos de dos dígitos y, en definitiva, el ladrillo vuelve a ser el componente del PIB que más crece. Es decir, un panorama clásico de la economía española que suele producirse cuando coinciden varias citas electorales, y que tradicionalmente han animado a ayuntamientos, comunidades autónomas y a la propia Administración general del Estado a gastar por encima de la media histórica.

Al menos media docena de indicadores lo reflejan negro sobre blanco. En particular, el índice de producción de la industria de la construcción (IPIC), publicado por Eurostat con series corregidas de calendario y deflactadas, que en diciembre pasado registró un avance interanual (respecto del mismo mes del año anterior) del 10,9%.

El avance tuvo que ver tanto con el aumento del componente de edificación (9,8%, frente al 0,4% de noviembre) como del de obra civil, que se aceleró en diciembre en torno a 12 puntos, hasta el 17,9%. Por lo tanto, siete veces más de lo que está creciendo la economía en términos reales. En el conjunto de 2018, el IPIC registró un crecimiento medio anual del 2,5%, tras la caída del 1,4% en 2017. Un segundo indicador refleja con nitidez el avance de la obra civil. Según Seopan, la patronal de la construcción, la licitación pública está creciendo a un ritmo anual de nada menos que el 34,4%, pero con algunas diferencias entre las distintas administraciones.

Obra pública

Mientras que el avance en la Administración general es de un significativo 47,9%, fundamentalmente porque las sociedades dependientes del Ministerio de Fomento han disparado el gasto un 62%, en el caso de las comunidades autónomas es del 20%. Por su parte, el crecimiento de las licitaciones de los ayuntamientos se estima en un 35%. En total, algo más de 18.000 millones de euros en los últimos 12 meses, lo que da idea de la recuperación de la obra pública. Como sostiene el informe de Seopan, el incremento en el caso estricto de la obra civil (sin edificación) se sitúa en un increíble 102%.

Este fuerte incremento de las licitaciones, lógicamente, se refleja con nitidez en el crecimiento de la actividad económica. Y, de hecho, los últimos datos de la contabilidad nacional muestran que mientras el PIB aumenta en términos interanuales un 2,4%, la inversión en construcción crece justamente el doble (4,8%), pero es que en el caso de la formación bruta de capital en construcción no residencial, el avance es del 7%, prácticamente el doble que la subida del PIB nominal (con inflación).

Como han recordado los analistas de Funcas, se trata del “mayor ritmo desde 2006”, si bien no hay que olvidar que el peso de la construcción respecto del PIB se ha reducido de forma notable. El valor añadido de la construcción (VAB), de hecho, está creciendo a un ritmo del 6,3%.

La 'Encuesta de coyuntura del sector de la construcción', que también elabora Eurostat, incide en la misma dirección. Y, de hecho, el indicador de clima de la construcción (elaborada con información que suministran las propias empresas al tratarse de un indicador cualitativo, y no meramente cuantitativo) muestra una caída de 18,4 puntos para la construcción de edificios, lo que contrasta, sostiene el propio Gobierno en su análisis, con la mejoría de 12,7 puntos observada en la obra civil.

En 2015, BBVA Research llegó a estimar que el ciclo electoral significó un gasto adicional de alrededor de medio punto del PIB


Sectores productivos

Otro indicador que muestra el renacer del sector de la construcción tiene que ver con el empleo. Y lo que sostienen los datos de afiliación a la Seguridad Social es que el número de cotizantes está creciendo un 6,7% anual. Es decir, más del doble de lo que se está incrementando la ocupación en el resto de los sectores productivos.

Si el análisis se hace sobre los resultados que ofrece la encuesta de población activa, el resultado es todavía más elocuente. La última EPA, en concreto, muestra que en estos momentos la construcción da empleo a 1,27 millones de trabajadores, lo que supone un increíble aumento del 11,92% respecto de hace un año. Por lo tanto, cuatro veces más de lo que está aumentando el empleo en el conjunto de la economía. El 6,5% de los ocupados se encuadra, de hecho, en el sector de la construcción.

La relación entre ciclos electorales y expansión del gasto público —independientemente del partido que gobierne— está muy acreditada en la literatura económica. En 2015, con ocasión de las últimas elecciones municipales y autonómicas, BBVA Research llegó a estimar que el ciclo electoral significó un gasto adicional de alrededor de medio punto del PIB. Entonces, unos 5.000 millones de euros.

El hecho de que el gasto público en construcción tire de la economía con más fuerza que el resto de los sectores productivos no es irrelevante. Entre otras cosas, porque influye en el resultado electoral, pero también en la posición cíclica de la economía.

Si en 2018 y la primera mitad de 2019 aumenta de forma relevante la licitación de las distintas administraciones, como está sucediendo, eso significa que el avance del PIB tiene un sesgo al alza que se corregirá en la segunda mitad del año, cuando los nuevos gestores no tengan el incentivo de gastar. Por un lado, porque los presupuestos se han agotado y, por otro, porque no hay elecciones en el horizonte.

Esto, de hecho, es lo que ha sucedido históricamente en la economía española, que tiende a desacoplarse con más fuerza del resto de Europa cuando las elecciones están a la vista. Y el consumo público, que representa alrededor de la quinta parte del PIB, es una prueba evidente de ello.

La doble cita electoral de abril y mayo —que afecta a todas las administraciones territoriales— no está pasando inadvertida para el gasto público. Al contrario. La obra pública se recupera con fuerza, el empleo en la construcción crece a ritmos de dos dígitos y, en definitiva, el ladrillo vuelve a ser el componente del PIB que más crece. Es decir, un panorama clásico de la economía española que suele producirse cuando coinciden varias citas electorales, y que tradicionalmente han animado a ayuntamientos, comunidades autónomas y a la propia Administración general del Estado a gastar por encima de la media histórica.

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