"Hay un desgaste total". El Atleti de Simeone, entre el 'sálvese quien pueda' y la insurrección

El Atlético de Madrid puso fin a un año aciago con el cóctel perfecto de la insatisfacción. El momento más delicado de la era de Diego Pablo Simeone coincide con las informaciones sobre una inminente venta del club —fechada en el verano de este 2023— y el temor a que se desmantele el equipo en pleno mercado de invierno con la marcha de Cunha, la más que probable salida de Joao Félix, y nombres como Yannick Carrasco como candidatos a ser vendidos. Un sálvese quien pueda de manual. El regreso del Mundial, sin embargo, ha permitido a los rojiblancos cosechar una racha de cuatro victorias consecutivas —tres de ellas en rondas iniciales de Copa—, a lo que hay que sumar el partidazo de Antoine Griezmann ante el Oviedo, después de ser una de las grandes figuras de Qatar. Simeone, más peligroso para sus rivales cuando le dan por muerto, parece no haber dicho la última palabra... con el Barça a punto de visitar el Metropolitano.

¿Espejismo o cambio de tendencia? Lo cierto es que la temporada del Atlético de Madrid dejó a Simeone sin mucho ánimo de fiesta. Los rojiblancos atravesaron la peor racha de resultados desde que el argentino se hizo cargo de la primera plantilla. Estuvieron cinco partidos sin ganar, fueron eliminados de la Champions en grupos como último del mismo y se fueron al Mundial a 14 puntos del líder (actualmente, son 11). Casi nada. Las bofetadas han recorrido las mejillas de casi todos los actores de este serial, desde el entrenador, pasando por el vestuario, hasta llegar a la cúpula de la entidad, esa que está más acorazada que El Pentágono.

Entre tanto, la plantilla no da el nivel que se le ha presupuesto desde que terminó la pasada temporada y transcurrió el mercado estival. Se ha estado repitiendo la misma matraca en tertulias radiofónicas, debates televisivos y hasta en columnas de opinión sobre si esta es la mejor plantilla de la historia del Atlético de Madrid. Nada más lejos de la realidad, los resultados han desmembrado esta idea del pensamiento de muchos de un solo plumazo. "La plantilla está por debajo de las expectativas que muchos creyeron. Es una muy buena plantilla y mejor que muchas otras en la liga, sin ninguna duda. Ahora, la mejor plantilla de toda la historia, como se viene diciendo en los medios, no. Está lejísimo de esa situación", comenta a El Confidencial Pepe Pasqués, exjefe de prensa y mano derecha de Simeone durante muchos años.

Los jugadores

"Es un plantel descompensado. No soy de mirar estadísticas, pero te pones a ver uno por uno los delanteros del Atleti y ninguno tiene gol. A Correa lo valoro mucho, pero no tiene gol. Morata es el nueve de España y no tiene gol. Joao Félix todavía no se sabe, pero no se espera de él que sea Falcao. Y Cunha no tenía gol. Brasil convocó a nueve delanteros para el Mundial y, ¿no estás entre los nueve mejores? ¡Nueve! No se le puede echar la culpa al entrenador de eso", prosigue Pasqués. El promedio goleador de Morata es un gol cada dos partidos, el mismo que el de Correa y Joao Félix.

"El entrenador trabaja y hace todo lo posible para que el jugador pueda recibir la pelota lo mejor posible de cara a gol, pero el que tiene que patear es el delantero. Cuando Simeone ha tenido un delantero con gol, como Diego Costa, Falcao, Villa o Luis Suárez, ha salido campeón, o por lo menos lo ha peleado hasta el final”.

El plano mental

Pero más allá de lo puramente deportivo, parece evidente que algo se ha quebrado en ese vestuario. Ese que antes no tenía miedo de salir a defender a ultranza a un técnico que lo había llevado al estrellato —cada uno que piense en el nombre que quiera—. "El Cholo está en un momento crítico y, en el deporte de alto rendimiento, desde el plano emocional, cuando los resultados no llegan se genera decepción. Y la decepción es directamente proporcional al pasado que arrastras; en esto caso, plagado de éxitos. Cuando la gente está decepcionada, sumado a un alto nivel de decepción general, carga contra todo: entrenador, jugadores, cuerpo técnico, club, directiva, etc. ¿Cómo se soluciona la decepción? Generando pequeñas ilusiones, pero es que en el Atleti no se está generando ninguna. Caen en Champions, miras la Liga y te sigues decepcionando… Así es complicado", declara Andrés París, pedagogo deportivo y conocedor del mundo del fútbol desde dentro. Lo curioso de este derrumbamiento mental es que el propio Simeone lo vio venir a finales de la pasada temporada y reforzó su cuerpo técnico con Norma Becerra (coaching profesional) y Gustavo López (amigo íntimo y excompañero suyo).

¿Por qué se genera dicha decepción en la grada? ¿Qué hay de la memoria del seguidor colchonero? No es la primera vez que en la grada del Metropolitano se escucha la palabra desgaste para definir lo que ocurre con Simeone. Al fin y al cabo, se trata de una relación sentimental. "Hay un desgaste generalizado. Estamos ante una etapa de casi 11 años, que solo se explica mediante los éxitos deportivos. Pero consecuentemente, o paralelamente a todo este tiempo, hay un desgaste natural que se produce en tantos años de convivencia. La plantilla ha ido cambiando, sí, pero los dirigentes no, el entrenador no, y la gente del club tampoco", según Pasqués, quien ha vivido muchos años a la vera de Simeone.

Simeone, solo ante el peligro

Lo cierto es que esta película la han repuesto varias veces en los mejores cines. Frases como "la etapa del Cholo tiene que terminar", "no le da para más" o "ya no convence", son los tópicos utilizados por detractores y aficionados cuando las cosas no iban bien. Esta vez el rio suena más fuerte. La relación con Joao Félix es tan fría como si de un matrimonio roto se tratase. El club le ha abierto la puerta de salida, Simeone estaría encantado de no tener que verle más y el futbolista piensa que su etapa como rojiblanco ha terminado. Pero, ¿entendería el aficionado que su máxima estrella, al menos por lo que se pagó por él, se marcharse en pleno mercado de invierno? ¿Llegará un refuerzo de altura a la delantera? De momento, Cunha ya no está y solo el nombre de Borja Iglesias ha sonado como opción.

"Es posible que el mensaje del Cholo Simeone esté un poquito oxidado. En estos tiempos es más difícil convencer al futbolista", afirma el reputado experto en materia emocional deportiva. "Se perciben inputs de que algo está fallando en la gestión comunicativa. Ya no le veo convencer, hay fisuras en ese vestuario, con las caras de Joao, los enfados de futbolistas, y demás situaciones extrañas. Antes, el jugador del Atlético de Madrid, era un tío contento, que sabía a lo que jugaba, sabía lo que tenía que hacer y ganaba. Ahora, se percibe un poco de histeria, menos felicidad y más preocupación", prosigue.

¿Dónde quedó el cholismo?

Otra melodía que también resuena en el mundo atlético durante las últimas semanas —mayoritariamente entre los que defienden al Cholo— es la de "a Simeone le pediría que vuelva a ser Simeone". Ante esto, te encontrarás, justo al otro lado de la valla, los que dicen que el Cholo sigue jugando a lo mismo y no aprovecha la calidad de los jugadores que tiene ahora. Nunca llueve a gusto de todos.

"Da toda la sensación que la forma y el estilo que tuvo el equipo se ha ido desvalorizando, alejándose de la base del cholismo. Parece que se ha ido modificando la plantilla bajo la premisa de 'ahora ganamos mucho y vamos a tratar de jugar de una manera más vistosa", relata Pepe Pasqués, convencido de que algo ha cambiado y no está funcionando. Por no hablar del trillado "partido a partido", que no se escucha en rueda de prensa desde hace varios meses.

¿Quién debe pagar la cuenta?

Si algo ha quedado claro con la confección de la plantilla de esta temporada es que la directiva y Simeone, definitivamente, no están alineados al 100%; incluso ni al 70%. Es un hecho, el Cholo nunca quiso a Joao Félix y si hubiese dispuesto de aquellos 128 millones de euros se los habría gastado en otras cosas. Pero, curiosamente, es el entrenador el único que habla al respecto.

"Un club como el Atlético de Madrid, que juega en Europa todas las temporadas, expone mediáticamente a su entrenador seis veces por semana ante la prensa y, de esta forma, el técnico acaba respondiendo a todas las cuestiones que rodean al club, como el fichaje de Reguilón, el contrato de Griezmann, Joao Félix, lo que pasa en la grada, etc. Mientras tanto, el director deportivo (Andrea Berta) no habla nunca, el presidente habla con chascarrillos a través de la prensa y el CEO solo manda cartas a través de la web oficial del club. Así, lo único que consigues es un desgaste brutal en la figura del entrenador y queda claro que se buscan los mecanismos para que él responda. Muchos dirán que va en su sueldo por ser el técnico mejor pagado del mundo. Bueno, puede ser, pero supongo que el club aprovecha para que él se haga cargo", declara Pasqués para este periódico, con supina ironía.

"Andrea Berta no habla nunca, el presidente solo chascarrillos y el CEO manda cartas"

Pese a todo y con las fuentes consultadas por este periódico, parece imposible que los jugadores le estén haciendo la cama a Simeone, tal y como se suele decir en la jerga futbolera. Según ha podido saber El Confidencial, "ese vestuario no tiene la autoridad suficiente para moverle la silla a Diego Pablo Simeone". De hecho, en los años que Pepe Pasqués fue su director de comunicación, la única cláusula que podía rescindir al técnico argentino era la no clasificación para la Champions League cada año, que sigue siendo la actual, tal y como han informado otros medios.

¿Existe una solución?

En el documental de Amazon Prime, que tiene de protagonista a Simeone, se muestra, en la vida familiar del entrenador, una situación que ha venido repitiendo una y otra vez con su vestuario: la famosa mesa chica. En ella, el Cholo habla con sus hijos y se dicen todas las verdades a la cara, sin tapujos, con el firme objetivo de avanzar, mejorar y desencallar las adversidades que puedan darse. A priori, esta práctica no parece haber cambiado en los tiempos más recientes.

"Cuando hay una fisura, lo primero que hay que ver es cómo de grande es. A partir de ahí tienes que ver cómo solucionarle y hacerte cargo de ello, no dejar que siga abriendo hueco. Porque de lo contrario no se podrá recuperar jamás esa confianza. Los equipos extraordinarios son aquellos que salen antes del conflicto. Hay que ver si el Atleti consigue serlo", concluye París.

El paradigma de Simeone y su Atleti actual demuestra otro de los famosos dichos populares de este deporte: "el fútbol no tiene memoria". Un ejemplo estrafalario, puesto que todos podemos llegar a empatizar con los argumentos de unos y de otros. No es un caso aislado. Wenger y Fergusson también tuvieron sus más y sus menos con los aficionados, pero el tiempo les dio la razón y los fue realzando al lugar que un día ocuparon por un simple y llano argumento que va más allá de símbolos y heroicidades, algo que explican las matemáticas: en más de 20 años ganaron más de lo que perdieron.

El Atleti ya no gana lo que se supone que debería ganar. Cuando te acostumbras a comer caviar, no quieres volver a comer arroz. Simeone puso el listón muy alto y muy rápido. A los seis meses de haber llegado se proclamó campeón de la UEFA, con un equipo que, cinco meses atrás, estaba a tres puntos del descenso y había caído eliminado en Copa contra un Segunda B. Una Copa que ya veremos si consigue paliar todas las desavenencias de este curso.

Los que conocen a Simeone no dudan en decirte que no se irá perdiendo ni loco, que no permitirá que su etapa termine así. Pero lo cierto es que choca ver cómo después de caer eliminado en la Copa de Europa en Oporto admitió que al equipo "no le daba para competir", ocho días después de asegurar que tenían nivel para estar en octavos. Algo ha cambiado, no hay duda. Se han movido piezas para intentar arreglarlo, pero la orquesta perfecta que siempre fue el Atlético de Madrid parece haberse transformado en un verso libre. El tiempo dirá quién cae antes: el equipo, Simeone o ninguno de los dos. De momento, 2023 ha empezado mejor de lo que se acabó 2022. Hay tiempo para la insurrección.