El caso Borja Iglesias: cuando las 'amenazas' de Rubiales al indultado DUX las carga el diablo

"La mejor de las suertes a nuestra Selección en el Mundial de Qatar. Desde ya apoyando a tope. #VamosEspaña". Así, con este elegante mensaje en Twitter, reaccionó Borja Iglesias tras quedarse fuera de la lista de Luis Enrique. Casi al mismo tiempo, el Betis colgó en esa red social una foto del Panda junto a Sergio Canales y Álex Moreno, los otros dos verdiblancos que habían hecho méritos para estar en la cita mundialista. Solo en la Real Sociedad, donde vieron cómo el seleccionador español se olvidaba de Zubimendi, Mikel Merino y Brais Méndez, los futbolistas que, además de David Silva, forman el centro del campo del tercer clasificado de LaLiga podían sentirse tan agraviados por la "macanuda lista", como la definió Luis Enrique.

El autoproclamado irónicamente "mejor seleccionador en la historia del fútbol mundial" ha decidido, seguro que por motivos estrictamente deportivos, dejar en tierra a Borja Iglesias, en favor de un Ansu Fati que todavía está pendiente de recuperar su mejor nivel. Sin embargo, el caso del delantero verdiblanco esconde una intrahistoria que tiene su importancia, al menos después de comprobar el compadreo del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) con algunos jugadores, no solo para hablar de la Supercopa de Arabia, el VAR o el Balón de Oro, sino también sobre las convocatorias de la Selección.

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Resulta que Borja Iglesias es, junto al guardameta del Real Madrid, Thibaut Courtois, y el youtuber DjMaRiiO, uno de los copropietarios de DUX Gaming, club de e-sports o videojuegos deportivos que quería ser el primer club virtual copropietario de uno real, de ahí que en 2020 alcanzara un acuerdo con el Internacional de Madrid para fusionarse. Así nació el DUX Internacional de Madrid, con el escudo y los colores de su nuevo accionista, aunque el presidente, Stephen Newman, mantuvo la capacidad de decisión. DUX amplió posteriormente su apuesta por pasar de lo virtual a lo real con la entrada en el EDF Logroño, de la Primera femenina.

Cuando DUX llegó al Internacional de Madrid, este ya jugaba en Segunda B, donde llevaba desde 2018. En la temporada 2020-21, la de transición hacia el actual escalafón de competiciones por debajo de LaLiga, logró una plaza en 1ª RFEF. Fue entonces cuando Newman empezó a chocar y al mismo tiempo plantar cara a Rubiales. Al igual que otros, su club entendía que los requisitos económicos que planteaba la RFEF para los participantes en esta nueva categoría son desproporcionados y que los ingresos que reciben no bastan para cubrir los gastos fijos y construir plantillas competitivas, a las que, además, no se les podía garantizar que fueran a cobrar.

La querella por "amenazas y coacciones"

En estas circunstancias, el DUX Internacional de Madrid impulsó el pasado mes de marzo la creación de la Asociación de Clubes de Fútbol de Tercera Categoría Nacional. Lo hizo junto al San Sebastián de los Reyes, la Balompédica Linense, el Rayo Majadahonda y el Linares, además de contar con el apoyo del histórico Real Unión. El objetivo era conseguir conjuntamente ingresos adicionales, mediante acuerdos globales. Sin embargo, cuando la RFEF se enteró de la creación de esta asociación, Rubiales montó en cólera y se produjo la famosa reunión en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas en la que, según la denuncia de los clubes que forman la citada asociación, tanto el propio Rubi como su secretario general, Andreu Camps, y su asesor jurídico, Tomás González Cueto, les amenazaron y coaccionaron.

"Nos dijo: 'Si sigues adelante con la asociación, os podríamos echar de la competición'. Fue una amenaza y un abuso de poder. Muchos clubes tienen miedo de asociarse. Además, nos amenaza con no poder competir la próxima temporada si no cumplimos algunos requisitos, como contar con hierba natural y gradas para 4.000 personas", denunció Newman en Telemadrid. El DUX se negó a asumir las condiciones impuestas por la RFEF, entre ellas, tramitar 18 fichas profesionales con un salario mínimo de 20.000 euros brutos anuales, es decir, 360.000 euros de gasto fijo para una parte de la plantilla, una cantidad con la que muchos equipos pequeños se costeaban la temporada completa.

Sin darle tiempo a protagonizar alguna irregularidad que le hubiera llevado a ser descalificado de la 1ª RFEF, pero manteniendo la opción de reengancharse la temporada 2023-2024 en la 2ª RFEF, eso sí, con la única limitación de no poder ascender durante su primera temporada, el juez único de competiciones no profesionales de la RFEF decidió expulsar al DUX Internacional de Madrid de la tercera categoría del fútbol español y rechazó la posibilidad de que pudiera competir en la división inmediatamente inferior, es decir, la 2ª RFEF, algo que el pasado viernes el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) dictaminó que no podía haber hecho.

Toque a Courtois, a través de Florentino

Volviendo a Borja Iglesias, tal y como informamos en este diario, Rubiales recurrió a su padrino, Florentino Pérez, para que le echara una mano a través del agente de Courtois, algo que llegó a oídos de Newman. Lo mismo que más tarde sucedió con el entorno del delantero del Betis. ¿Habrá influido el hecho de que el Panda sea copropietario del DUX Internacional de Madrid para quedarse sin Mundial? Parece evidente que el seleccionador no es un hombre al que se puedan cuestionar sus decisiones deportivas por motivos de palacio, pero sí ejemplifica los métodos de actuación de su jefe.

Este tipo de asuntos suelen ser inflamables y los carga el diablo, sobre todo porque casi al mismo tiempo que el seleccionador español daba su "macanuda" lista para el Mundial, el TAD anulaba la desinscripción del Internacional de Madrid, ya sin DUX, pues se ha desvinculado del club madrileño, precisamente por culpa de los problemas que la RFEF le ha generado, en el que participaba como accionista Borja Iglesias.

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Cabe recordar que Newman también puso una denuncia contra Rubiales por el alquiler de una vivienda de lujo en la plaza España de Madrid pagado por la propia RFEF. Lo hizo ante el Consejo Superior de Deportes (CSD), igual que posteriormente otra en referencia a "la convivencia" de Salobreña. En la primera, solicitaba la "suspensión cautelar y provisional" de Rubiales como presidente de la RFEF, además de la apertura de una investigación para esclarecer si podría haber incurrido en un perjuicio en el patrimonio de las administraciones públicas tipificado en la Ley del Deporte. Y en la segunda, que José Manuel Franco, presidente del CSD, elevara al TAD que la junta directiva se encontraba disuelta y sus funciones habían sido asumidas por una comisión gestora, lo que supone que a los directivos les estaba absolutamente vedado realizar cualquier acto que no fuera ordinario de mera administración y gestión de la RFEF.

Tras conocer y celebrar la resolución del TAD sobre el caso del DUX, desde el Internacional de Madrid se emitió un comunicado en el que anunciaron que "considerando que el inventado procedimiento de desinscripción culminaba las amenazas del Sr. presidente de la RFEF de expulsar de las competiciones a los clubes que libremente ejerciesen su derecho de asociación, iniciará contra dicho Sr., el secretario general de la RFEF y demás personas que intervinieron en el ilegal proceso de desinscripción, la correspondiente querella criminal por la presunta comisión de delitos de prevaricación y organización criminal". Además, y como es lógico, de reclamar una indemnización por daños y perjuicios. Lo dicho, las amenazas de Rubiales las carga el diablo...