Ares, Idan Ofer y Simeone: las palancas para la venta del Atleti

A partir del próximo mes de septiembre, Idan Ofer será vecino de Madrid. El heredero del hombre más rico de Israel ha decidido instalarse con su familia en La Moraleja, donde se compró chalet hace un año para poner fin a su etapa en Londres. La decisión poco tiene que ver con la afluencia reciente a la capital de fortunas procedentes de Latinoamérica o con el programa desplegado por la presidenta regional Isabel Díaz Ayuso para atraer empresas arraigadas en la City tras la declaración del Brexit.

A sus 67 años, este 'billonario' con intereses en sectores como energía (petróleo), logística (transporte marítimo) y minería (potasa) a través de los 'holdings' Israel Corporation y Kenon Holdings, dos de los mayores grupos de la bolsa de Tel Aviv, quiere estar más cerca de su última joya de la corona. Hablamos del Atlético de Madrid, el club de fútbol del que es accionista desde el pasado 2017 y donde tras varias operaciones (compras y diluciones) controla ahora el 27,8% del capital.

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Carlos Hernanz

Hijo del magnate Samuel Herskovich, su irrupción en el circo del balón tuvo mucho de casual y tiene que ver con el superagente portugués Jorge Mendes, a quien conoció en un evento social veraniego. La agenda y la capacidad de persuasión del mayor intermediario de jugadores le sirvieron para subirse a bordo del barco colchonero, así como para comprar también el modesto club portugués Famalicao, al que ya ha convertido en equipo de Primera gracias a jugadores prestados por Gestifute.

Ofer aterrizó en el accionariado del Atlético de Madrid aprovechando una de las muchas ampliaciones de capital que Miguel Ángel Gil Marín ha llevado a cabo en la última década. Esa puerta se la abrió Mendes, agente de cabecera del club colchonero gracias a operaciones tan rentables como las del colombiano Radamel Falcao o la joven estrella lusa Joao Félix, pero sus gestiones muchas veces trascienden a las del mero mercadeo de jugadores: tiene la capacidad de ser el propio mercado.

Su futuro como posible dueño del Atleti se torció el verano pasado, cuando no puso 60 millones en la ampliación de capital para mantener su 32%. Sin embargo, su mudanza tiene mucho que ver con el desenlace de la inversión en los rojiblancos. Una vez que Gil Marín-Cerezo han logrado los hitos pendientes de su mandato (nueva ciudad deportiva gracias al Ayuntamiento y carpetazo judicial del Tribunal Supremo a la permuta Calderón-Metropolitano), el negocio está listo para cambiar de manos.

De momento, la entidad rojiblanca se ha revelado como una inversión muy rentable, pero para alcanzar un nuevo hito empresarial hacen falta bolsillos más fuertes. Gil Marín y Cerezo han completado ya una fase de éxito impensable, tanto por el origen ilícito de su condición de dueños, como por su devenir como gestores hasta la llegada del técnico Diego Pablo Simeone, que más allá de títulos ha permitido elevar al club como potencial negocio a la altura de las primeras marcas europeas.

Conscientes de esa coyuntura, los tres accionistas se preparan para dar ese paso de manera ordenada. El primer paso fue la entrada del fondo de capital riesgo Ares, cuyo porcentaje (un 24% indirecto) está atado a Gil Marín y Cerezo para que ambos sigan preservando el control del club. Sin embargo, de acuerdo con los planes previstos, ese rol reservado para Ofer está descartado por el consejero delegado, cuya sintonía con el nuevo accionista también se ha desgastado en solo un año.

El movimiento de Ofer puede despistar sobre sus planes para el Atlético de Madrid, aunque puede ser la llave para hacer nuevos negocios en España antes de que se venda. A rebufo de Real Madrid y Barça, los colchoneros son la mejor puerta para entrar en el negocio del fútbol español, además de ser uno de los doce equipos con plaza fija en la futura SuperLiga. No es exagerado pensar que los colchoneros coticen (deuda incluida) por encima de 1.000 millones. Magnitudes para 'billonarios'.