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Globos de Oro 2024: 'Oppenheimer' y 'Succession' se consagran en una gala desganada e inane
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81.ª EDICIÓN

Globos de Oro 2024: 'Oppenheimer' y 'Succession' se consagran en una gala desganada e inane

Juan Antonio Bayona no consigue traerse a España el premio a mejor película de habla no inglesa por 'La sociedad de la nieve', su proyecto más ambicioso

Foto: Actores de 'Oppenheimer' posando con el premio. (Reuters/Mario Anzuoni)
Actores de 'Oppenheimer' posando con el premio. (Reuters/Mario Anzuoni)

La industria del cine es experta reivindicadora de las segundas oportunidades, historias de caída en desgracia, renacimiento y pelillos a la mar, como mucho un epígrafe controvertido en la biografía de la Wikipedia. Comebacks, lo llaman. Volvió Mickey Rourke pasado de bótox en El luchador (2008), aunque ahora se dedique a encadenar secundarios en películas Z rodadas en Europa del Este; volvió Robert Downey Jr. después de las drogas, volvió Brendan Fraser tras años arrastrándose por la tercera división y Nicolas Cage no se cansa de volver todos los días —aprovecho para pedirles que no se pierdan Dream Scenario, que llegará a la cartelera en marzo—. Volvieron también el año pasado los Globos de Oro después de un 2022 sin desfilar por la alfombra roja ni celebrar su ceremonia anual debido a los escándalos de corrupción y falta de diversidad dentro de la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood (HFPA), que otorga los premios. Lo hicieron con los peores datos de audiencia de su historia y la necesidad de un lavado de cara que ayudase a expiar los pecados. Pero han empezado con mal pie: esta madrugada del domingo al lunes han coincidido, además, con la primera remesa de los Emmy en un solapamiento incomprensible.

La ceremonia ha sido sosa, insulsa y deslavada, sin la energía y el espectáculo que se le presupone a la primera potencia del cine. Resulta paradójico que la industria del entretenimiento protagonice galas con una realización ya no aburrida, sino desganada, gris como el hormigón, con una escenografía como de congreso de ortodoncistas. La 81.ª edición de los Globos de Oro ha cambiado de organizadores y de cadena —se ha retransmitido en la CBS por primera vez desde 1982—, esta vez con el cómico estadounidense Jo Koy como presentador desde el Hotel Beverly Hilton de Los Ángeles, que ha abierto la gala con un monólogo paupérrimo e inane, tan incómodo que el propio Koy ha bromeado en varias ocasiones sobre la autoría de los chistes y lo poco que estaban funcionando entre el público. Ha sido hasta doloroso. Un monólogo sin mordida, evitando cualquier charco —no existe ni la guerra ni nada fuera del salón del Beverly Hilton— y, sobre todo, sin gracia. Y resulta más llamativo aún cuando se entrega por primera vez el Globo de Oro a mejor monólogo de stand up, que no ha ido a recoger Ricky Gervais por Ricky Gervais: Armageddon. Su no discurso de aceptación ha sido más entretenido que cualquiera de los agradecimientos.

Foto: Ganadores de los Globos de oro 2024, en directo: mejores momentos de la gala (Chris Che/UPI)

2023 ha sido el año de la huelga de guionistas y actores —que ha retrasado grandes estrenos—; el año de Barbenheimer; el año del Globo de Oro al mejor taquillazo; el año en el que la película española más ambiciosa y cara de todos los tiempos, La sociedad de la nieve, de Juan Antonio Bayona, ha formado parte de las seis nominadas a mejor película de habla no inglesa. Al final, la estatuilla globular más internacional ha tenido acento alemán: al final se la ha llevado Anatomía de una caída, de Justine Triet, la Palma de Oro del último Cannes. También viajará a Francia el premio a mejor guion de cine —escrito por Triet junto a su pareja, Arthur Harari—, por este procesal en el que se disecciona la relación de una pareja y la intimidad de Sandra (Sandra Hüller), una escritora de novela de crímenes, cuando su marido se precipita por la ventana y muere sin que haya testigos.

Foto: Cillian Murphy, ganador por su actuación en 'Oppenheimer'. REUTERS

2023 sido también el año de despedida de Succession y The Crown, otra nueva pugna entre HBO y Netflix, y de la llegada de The last of us, que se va de vacío. Los premios, tanto en las categorías de cine como de televisión, han acabado repartiéndose entre varios títulos: hoy parece difícil que se repitan los siete galardones de La La Land (2016) o los seis de El expreso de medianoche (1978). Al final se ha acabado imponiendo Oppenheimer —con cinco galardones— en la gran pantalla y Succession —otros cuatro— en la pequeña.

placeholder Lily Gladstone llega a la alfombra roja de los Globos de Oro. (EFE)
Lily Gladstone llega a la alfombra roja de los Globos de Oro. (EFE)

En la batalla entre Barbie contra Oppenheimer ha ganado la testosterona de Christopher Nolan frente a la ligereza plástica de la comedia de Gerwig. No solo el premio a la mejor película dramática, sino que el londinense se ha llevado en su sexta nominación su primer Globo de Oro como director. Si la película de la muñeca de Mattel puede presumir del reconocimiento del público y de la taquilla con unos espectaculares 1.400 millones de dólares de recaudación, Nolan allana el camino hacia el Oscar. Su protagonista, Cillian Murphy, se ha hecho además con el premio a mejor actor en una película dramática. "La primera vez que entré en el plató de Chris Nolan que estaba en un sitio distinto por el nivel de precisión y rigor y porque no había sillas para los actores; Christopher Nolan es un visionario", ha agradecido. Y, como estaba previsto, el Globo de Oro a la mejor actriz en una película dramática ha sido para Lily Gladstone, por Los asesinos de la luna. Su discurso ha comenzado en la lengua de los pies negros. Y ha sido la única intervención mínimamente reivindicativa. Se lo ha dedicado "a los niños racializados que quieren verse representados en las historias".

Foto: Lily Gladstone recogiendo su Globo de Oro en la gala celebrada en Beverly Hills. (Reuters/Mario Anzuoni)

En las categorías de película de comedia Pobres criaturas se ha impuesto a Barbie, que partía como favorita con nueve nominaciones. Se lleva el premio a mejor actriz de cine en una comedia o musical Emma Stone, que se consagra como una de las actrices más interesantes, versátiles y arriesgadas del Hollywood de primera línea. Lo hace con su papel de Bella Baxter en Pobres criaturas, del griego Yorgos Lanthimos. ¿Quién le hubiese dicho al Lanthimos de 2005, cuando estrenó su ópera prima, la abstrusa e irregular Kinetta —un arranque atarugado de los modos lanthimianos—, que casi 20 años después el establishment hollywoodiense lo encumbraría como uno de los directores más —laboralmente— deseados? Basada en la novela Pobres criaturas (1992), del británico Alasdair Gray, la última película de Lanthimos —la más accesible de su carrera— es una comedia fantástica —en todas las acepciones de la palabra—, una especie de fábula irreverente a caballo entre Frankenstein y Pinocho que habla de la emancipación femenina desde una perspectiva poco complaciente, como el reverso oscuro y díscolo de la Barbie de Greta Gerwig.

placeholder Emma Stone en los Globos de Oro. (EFE)
Emma Stone en los Globos de Oro. (EFE)

La entrega ha arrancado con el Globo de Oro a mejor actriz de reparto en cine para Da'Vine Joy Randolph, la estupenda Mary de Los que se quedan, el último trabajo de Alexander Payne, una película clásica, cálida y navideña sobre un estricto profesor universitario (Paul Giamatti) que en los años 70 imparte clases en un colegio elitista con alumnos a los que desprecia. Randolph interpreta a la encargada de la cocina, una mujer asediada por los recuerdos de un hijo muerto en Vietnam, en una interpretación llena de dolor soterrado.

Giamatti también se ha alzado con el Globo de Oro a mejor actor protagonista de comedia. "Es la primera vez que le dais un premio a un hombre que huele a pescado", ha bromeado, en referencia a su personaje. En la categoría masculina de drama, la Asociación ha recompensado a Robert Downey Jr. por haber "salido de la zona de confort" en que se habían convertido las películas de Marvel y por haber encarnado a Lewis Strauss, el antagonista sibilino de Oppenheimer.

Foto: Paul Giamatti, ganador del Globo de Oro al mejor actor por 'Los que se quedan'. (Reuters)

Los periodistas también han reconocido la banda sonora del sueco Ludwig Göransson, que también trabajó con Nolan en Tenet y que es el responsable de la música de Black Panther, por la que ganó el Oscar de 2019. Sin embargo, han sido Billie Eilish y su hermano Phineas O'Connell quienes se han impuesto en la categoría de mejor canción por What was I made for, que suena en Barbie. "Vi la película en un momento de mi vida en el que estaba muy triste y deprimida y me subió el ánimo", ha reconocido la cantante estadounidense, que ya ganó el Oscar y el Globo por el tema de Sin tiempo para morir, la última entrega de la saga James Bond.

Se va de vacío Vidas pasadas, la ópera prima de Celine Song que ha sido la sorpresa indie de la temporada desde que el título empezó a sonar en el Festival de Sundance a principios de 2023. Una película pequeña sin demasiadas ambiciones formales y una historia romántica bastante convencional —más allá de la cuestión identitaria de su protagonista, una inmigrante surcoreana que se muda a Estados Unidos—, pero que ha llegado al corazón de un público más amplio que el habitual del cine de autor

Series

Succession se despide con el pabellón en alto. Cuatro temporadas que se han cerrado este domingo con cuatro nuevos globos de oro, los de mejor serie dramática y los de tres de sus actores. Aunque el patriarca, Brian Cox, se va de vacío. El premio a mejor actor de serie dramática ha sido para Kieran Culkin por su papel de Roman Roy, el hijo más deslenguado y sexualmente problemático de la familia de Succession. Nominado en las cuatro temporadas, Culkin gana más de 20 años después de su primera nominación a los premios de la HFPA por la película El viaje de Igby, en la que compartió pantalla con Susan Sarandon.

También ha subido al escenario Sarah Snook, hermana de Culkin en la ficción, que recoge su segundo Globo de Oro por el personaje de Shiv, la heredera testaruda y rígida del imperio Roy. También se ha despedido de su personaje por todo lo alto Matthew Macfadye, de "la mancha humana que es Tom Wambsgans", en sus propias palabras, el yerno imperfecto y reptiliano de Succession, el trepa acomplejado que acaba demostrándose como el más ladino de todos los aspirantes al trono de Waystar Royco. Si Ciudadano Kane vampirizaba la vida del magnate de la prensa William Rudolph Hearst, Succession se inspira en las luchas intestinas de la familia Murdoch, dueña cabeceras de periódicos y cadenas de televisión en Australia, Reino Unido y Estados Unidos.

placeholder El reparto de 'Succession' se impone en las categorías de televisión. (Reuters)
El reparto de 'Succession' se impone en las categorías de televisión. (Reuters)

También han arrasado las series Bronca, con los premios para sus dos protagonistas, Ali Wong y Steven Yeun y el premio absoluto como mejor serie limitada, y The Bear, como mejor serie musical o comedia, además de a su reparto principal. Bronca reafirma la tendencia que desde hace unos años viven los principales premios de cine, con una presencia cada vez mayor del cine y los actores asiáticos, desde la victoria de la surcoreana Parásitos (2019) y la estadounidense Todo a la vez en todas partes, protagonizada por Michelle Yeoh, de origen chino, y Ke Huy Quan, vietnamita.

En Bronca, un accidente de tráfico detona una escalada de violencia entre dos desconocidos de caracteres opuestos en una serie —disponible en Netflix— cargada de mala leche y humor negro. A esta lista se ha sumado El chico y la garza, del genio japonés Hayao Miyazaki, que se ha llevado el Globo de Oro a mejor película de animación.

placeholder Jeremy Allen White besa el Globo de Oro. (Reuters)
Jeremy Allen White besa el Globo de Oro. (Reuters)

"No me puedo creer que esté en esta sala con tanta gente a la que admiro", ha agradecido Jeremy Allen White, ganador del protagonista masculino por su papel de Carmy en The Bear, la serie de —de momento— dos temporadas que sigue los avatares dentro de la cocina de un restaurante familiar. También ha hecho doblete con su coprotagonista, Ayo Edebiri, que ha agradecido poder dedicarse a la interpretación, ya que siempre se ha sentido artista. También se ha llevado la estatuilla Elizabeth Debicki, la última Diana de Gales de The Crown, un premio como mejor actriz de reparto que se le resistió en la temporada anterior, pero que hoy consigue por delante de Meryl Streep y Cristina Ricci, entre otros.

Quedan dos meses para la entrega de los Oscar el 11 de marzo, tiempo para pensar cómo organizar un programa de televisión que no funcione como un lexatin y que vaya más allá de cubrir el expediente.

La industria del cine es experta reivindicadora de las segundas oportunidades, historias de caída en desgracia, renacimiento y pelillos a la mar, como mucho un epígrafe controvertido en la biografía de la Wikipedia. Comebacks, lo llaman. Volvió Mickey Rourke pasado de bótox en El luchador (2008), aunque ahora se dedique a encadenar secundarios en películas Z rodadas en Europa del Este; volvió Robert Downey Jr. después de las drogas, volvió Brendan Fraser tras años arrastrándose por la tercera división y Nicolas Cage no se cansa de volver todos los días —aprovecho para pedirles que no se pierdan Dream Scenario, que llegará a la cartelera en marzo—. Volvieron también el año pasado los Globos de Oro después de un 2022 sin desfilar por la alfombra roja ni celebrar su ceremonia anual debido a los escándalos de corrupción y falta de diversidad dentro de la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood (HFPA), que otorga los premios. Lo hicieron con los peores datos de audiencia de su historia y la necesidad de un lavado de cara que ayudase a expiar los pecados. Pero han empezado con mal pie: esta madrugada del domingo al lunes han coincidido, además, con la primera remesa de los Emmy en un solapamiento incomprensible.

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