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Wasaps de la Moncloa revelan el miedo a Rabat por la inmigración: "Otra ola será tremendo"
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Wasaps de la Moncloa revelan el miedo a Rabat por la inmigración: "Otra ola será tremendo"

Mensajes internos revelan que el Gobierno buscó "una estrategia política con Marruecos" tras la "invasión" de 12.000 personas en Ceuta. La crisis terminó con el cambio de postura sobre el Sáhara

Foto: Conversación entre Mabel Deu del Olmo y Bella Valdecabres.
Conversación entre Mabel Deu del Olmo y Bella Valdecabres.
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Wasaps internos del Gobierno revelan el temor en la Moncloa a los ataques de Marruecos con la política migratoria como el que sufrió Ceuta en mayo de 2021. El Confidencial ha tenido acceso a las comunicaciones que mantuvo el Ejecutivo con las autoridades de la ciudad autónoma durante aquella crisis que marcó el punto álgido de las tensiones diplomáticas entre Madrid y Rabat. La Administración ceutí pidió distribuir a los migrantes por la península, pero la Moncloa se negó porque no le podían mandar ese mensaje a Marruecos: “Tenéis que pensar que otra ola de llegadas a Ceuta o a otro territorio sería aún más tremendo”. En estas comunicaciones, además, el Gobierno de Pedro Sánchez admitió que la entrada masiva de personas le llevó a buscar “una estrategia política con Marruecos”. El conflicto se terminó casi un año después con el reconocimiento de la autonomía del país vecino sobre el Sáhara Occidental.

Estas conversaciones confidenciales estaban en el teléfono móvil de la vicepresidenta de Ceuta, Mabel Deu, procesada junto a la exdelegada del Gobierno Salvadora Mateos. Están acusadas de haber cometido un delito de prevaricación continuada al devolver ilegalmente a Marruecos a 55 menores que accedieron a España en aquella entrada masiva hace ahora dos años. Mabel Deu ha aportado al juzgado sus wasaps con la Moncloa, con el Ministerio de Asuntos Sociales, que dirige Ione Belarra, y con el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Son cientos de mensajes mantenidos al más alto nivel en torno a uno de los puntos más sensibles de la legislatura, la relación con Marruecos y la política migratoria. El contacto más fluido se produjo con la que fuera jefa de Gabinete de la vicepresidenta Carmen Calvo, Isabel Valldecabres.

Foto: Llegada de una embarcación a Tenerife. (EFE/Ramón de la Rocha)

La comunicación entre Deu y Valldecabres comenzó el 19 de mayo de 2021. “Estamos solicitando al Ejército”, le escribió la vicepresidenta de Ceuta al alto cargo de la Moncloa. “¡Y yo!”, respondió la mano derecha de Carmen Calvo. Dos días antes, la frontera con Ceuta fue el escenario de una entrada masiva de personas ante la pasividad de las fuerzas de seguridad de Marruecos, que no hicieron nada por impedirlo. Las autoridades describieron los hechos como una “invasión” y cifraron en 12.000 las personas que accedieron de manera irregular. Entre ellas había al menos un millar de menores de edad. Ceuta tiene una población de 84.000 habitantes y su Gobierno local se declaró desbordado. En los mensajes en poder de este periódico, se aprecia que fueron varias las peticiones de ayuda expresa realizadas al Ejecutivo central.

La última solicitud de auxilio de Mabel Deu tuvo lugar el 29 de junio de 2021, mes y medio después de que Marruecos abriese de par en par el grifo migratorio sobre la ciudad fronteriza: “Buenos días Bela (Isabel Valldecabres), ¿hay alguna novedad? La situación de verdad que es caótica, ya más llamadas de auxilio y socorro no podemos hacer y a esto no se le ve ningún cambio”. La número dos de Carmen Calvo no contestó hasta cuatro días después: “Mabel, seguimos presionando para que Marruecos acepte a los menores. Hay que mantener ese objetivo porque todo lo que sea que sus menores salgan de Ceuta nos restará fuerza… entendemos la situación, pero también tenéis que pensar que otra ola de llegadas a Ceuta o a otro territorio será aún más tremendo”.

La jefa de Gabinete de Carmen Calvo fue más allá a la hora de justificar la situación de bloqueo y confesó que la solución con los migrantes estaba vinculada a un acuerdo de largo alcance con Rabat: “Entiendo que tú estés agobiada con la situación allí. La preocupación la compartimos, pero el Gobierno tiene que sentar una estrategia política con Marruecos”. En las semanas anteriores, la alto cargo de la Moncloa también evidenció que la entrada masiva de personas en Ceuta se enmarcaba en un contexto más complejo, y que las autoridades magrebíes estaban torpedeando las repatriaciones: “Vamos a hablar con el magistrado de enlace en Marruecos a ver si podemos organizar un retorno de los críos lo antes posible, pero ya sabes qué actitud mantiene ahora Marruecos”. Días después, insistió sobre esta idea: “Mabel, estamos agilizando lo posible los retornos pero ya sabes que no es salgo que con Marruecos se haga nunca rápido y ahora menos”.

Aquella entrada masiva se produjo apenas unas semanas después de que el Gobierno de España acogiera en un hospital de Logroño al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, enemigo número uno de Marruecos en su disputa por el control del Sáhara Occidental. Los hechos en la frontera de Ceuta tensaron aún más las relaciones a ambos lados del Estrecho. Se saldó precisamente con una carta publicada en medios marroquíes, según la cual, el Ejecutivo de Pedro Sánchez reconoce la autonomía de Rabat sobre el territorio, antigua colonia española. Desde el Ejecutivo anunciaron una nueva era en las relaciones de ambas naciones con especial atención al control de los flujos migratorios.

Foto: Migrantes llegados a Fuerteventura. (EFE/Carlos de Sáa)
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En ese periodo de tensión diplomática, se conoció que el presidente Sánchez fue espiado con el programa Pegasus. También los ministros de Defensa e Interior, Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska. Los ataques se produjeron entre los meses de mayo y junio de 2021, en plena escalada de tensión y con la ciudad de Ceuta desbordada. No hay pruebas de que Marruecos estuviera detrás de ese ataque al móvil del líder del Ejecutivo de España, pero existen informes e investigaciones que ubican a Rabat entre los clientes de la empresa israelí que distribuye el programa Pegasus. La Audiencia Nacional abrió unas diligencias para investigar el caso, pero las ha archivado recientemente por la falta de colaboración de Israel.

Carmen Calvo salió del Gobierno en julio de aquel año en el marco de una remodelación en la que también abandonó el Gabinete el ministro José Luis Ábalos. Con Calvo dejó el puesto su jefa de Gabinete, que ya no estaba en la Moncloa cuando, a mediados de agosto, comenzaron las repatriaciones de menores. La Justicia ya ha determinado en la vía contencioso-administrativa que aquella repatriación fue ilegal, y ahora se investiga por la vía penal como un presunto delito de prevaricación. En los mensajes que Mabel Deu ha aportado al juzgado no hay información relevante sobre aquellos días de agosto, pero la relación que mantuvo con la Moncloa semanas antes muestra, como adelantó este periódico, que Interior estuvo en todo momento detrás de la idea de entregar a los menores en la frontera.

“Ya podemos doblarle la mano a Fiscalía”

“Interior me insiste en que si hacéis petición desde vuestra entidad de que los menores sean retornados ellos se ponen a gestionarlo”, le dijo Valldecabres desde Madrid a la vicepresidenta de Ceuta el 22 de junio. Al ser menores de edad, eran necesarias unas garantías específicas que no se exigen a los adultos. “El fiscal está poniendo problemas”, advirtió la alto cargo de la Moncloa, por eso insistió: “Si tú le dices a Interior que autorizas a su entrega a Marruecos ellos pueden pedirlo (...). Bastará una carta a Delegación de Gobierno”. “Marruecos ha dicho que tienen que volver y hemos de inventarnos el procedimiento. Si solicitáis la devolución ya podemos doblarle la mano a Fiscalía”, añadieron desde la Moncloa.

Los hechos sucedieron finalmente tal y como hablaron ambas dirigentes. El 10 de agosto, el Ministerio del Interior activó definitivamente la devolución de los menores mediante un escrito remitido a la Delegación del Gobierno. Desde el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska alegan que no fue una orden, sino un ruego sin carácter oficial y que se hizo a petición de la ciudad de Ceuta. En lugar de regirse por la Ley de Extranjería, España y Marruecos buscaron agilizar los trámites recurriendo a un acuerdo bilateral suscrito en 2007 sobre inmigración que nunca antes se había usado. Las procesadas, Mabel Deu y la delegada del Gobierno, afirmaron en el juzgado que todo se decidió desde Madrid.

En los mensajes que obran en la causa, se aprecia que al inicio llegaron a barajar la posibilidad de alojar a los migrantes más vulnerables en cuarteles militares, pero lo descartaron desde Madrid: “Lo de los cuarteles, impensable, hay 3.300 militares, armas, etc. Sé que han podido acoger a los guardias civiles que han ido allá, pero son guardias civiles, no menores en esas condiciones”. Finalmente, optaron por naves y pabellones deportivos, pero los mensajes muestran el caos que rodeó la gestión: “Anoche se fugaron 13 más de nave aislamiento, que pudieron ser devueltos pero hubo una fuga con terrible caída en el interior de una nave cercana con intervención de bomberos y traslado al Hospital, se encuentra con politraumatismo importante, crítico en UCI, esto es terrible y desolador”.

Foto: Marta, con sus dos hijas en su pueblo de Tarragona. (Alejandro Requeijo)

En los documentos que Mabel Deu ha enviado al juzgado, se aprecia que hay mensajes borrados y otras derivadas de aquella crisis como la escasa sintonía entre las dos almas del Ejecutivo de coalición. El ministerio que dirige la líder de Podemos, Ione Belarra, se opuso formalmente a la entrega de los menores en esas condiciones y lo plasmó hasta dos veces por escrito. Aunque en el sumario hay mensajes directos entre Mabel Deu y Belarra, su interlocutor era el secretario de Estado de Derechos Sociales, Ignacio Álvarez. Desde la Moncloa transmitieron a Ceuta que el papel de este hombre de confianza de Podemos no era relevante: “Uy, Mabel, en confianza, Nacho está en fuera de juego en esto y mejor que sea así”. A pesar de ello, la mano derecha de Carmen Calvo quiso saber cuáles eran los movimientos de su socio de Gobierno en esta crisis. “¿Qué es lo que te transmite?”, le preguntó a Valldecabres a Mabel Deu. Ambas quedaron en hablar más adelante, y la respuesta no figura en la transcripción de los mensajes.

Públicamente, el Gobierno no cuestiona la actuación de Marruecos en materia migratoria, pero internamente el Ejecutivo sí asume el poder desestabilizador del país vecino con la inmigración. Al menos esa es la tesis que sostuvo en la causa la Abogacía del Estado para defender a la delegada del Gobierno de Ceuta en el proceso judicial. Según los servicios jurídicos del Gobierno, la diferencia con otras entradas irregulares de migrantes en la ciudad autónoma fue “la participación y facilitación del Reino de Marruecos en el acceso ilegal” y “la más que conocida situación de engaño que motivó la entrada de muchos de los menores, así como el perfil de los migrantes”.

Foto: Basir, junto a su abogado, ante la embajada de España en Rabat. (Demos)

El siguiente conflicto en materia migratoria tuvo lugar en junio del año pasado, meses después de que España y Marruecos iniciasen su nueva era diplomática. El escenario en este caso fue la valla fronteriza de separación con Melilla. Decenas de subsaharianos, en su mayoría sudaneses, perdieron la vida cuando trataban de acceder a territorio europeo. Las fuerzas de seguridad marroquíes les lanzaron botes de gas, y la multitud se agolpó sobre una valla del paso de Barrio Chino que cedió por el peso y provocó una avalancha mortal. Cuando todavía no se conocía el alcance total de la tragedia, Pedro Sánchez —de vacaciones estos días en Marruecos— calificó los hechos como bien resueltos. Días después, matizó que, cuando pronunció esas palabras, no había visto las imágenes de lo sucedido, pero pidió ponerse en la piel de todos los implicados, también de los gendarmes marroquíes. El Ejecutivo nunca ha pedido responsabilidades al país vecino por lo sucedido en la frontera compartida.

Wasaps internos del Gobierno revelan el temor en la Moncloa a los ataques de Marruecos con la política migratoria como el que sufrió Ceuta en mayo de 2021. El Confidencial ha tenido acceso a las comunicaciones que mantuvo el Ejecutivo con las autoridades de la ciudad autónoma durante aquella crisis que marcó el punto álgido de las tensiones diplomáticas entre Madrid y Rabat. La Administración ceutí pidió distribuir a los migrantes por la península, pero la Moncloa se negó porque no le podían mandar ese mensaje a Marruecos: “Tenéis que pensar que otra ola de llegadas a Ceuta o a otro territorio sería aún más tremendo”. En estas comunicaciones, además, el Gobierno de Pedro Sánchez admitió que la entrada masiva de personas le llevó a buscar “una estrategia política con Marruecos”. El conflicto se terminó casi un año después con el reconocimiento de la autonomía del país vecino sobre el Sáhara Occidental.

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