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Lucas Cruz: "Le di un puñetazo en la pierna a Carlos Sainz: 'Joder, Carlos, te dije a la izquierda"
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ENTREVISTA CON EL COPILOTO GANADOR DEL DAKAR

Lucas Cruz: "Le di un puñetazo en la pierna a Carlos Sainz: 'Joder, Carlos, te dije a la izquierda"

El copiloto de Carlos Sainz, Lucas Cruz, atiende a El Confidencial para hablar sobre el triunfo en el Dakar. El fiel compañero de Sainz desvela los momentos de tensión vividos en Arabia Saudí y las claves de la victoria final

Foto: Lucas Cruz y Carlos Sainz celebran la victoria del Dakar. (DPPI/AFP7/Julien Delfosse)
Lucas Cruz y Carlos Sainz celebran la victoria del Dakar. (DPPI/AFP7/Julien Delfosse)

"Sin Lucas, no hubiera ganado este Dakar", repitió Carlos Sainz en las redes sociales y en su reunión con los medios el pasado sábado, recién llegado de Arabia Saudí. "Lo ha hecho tan bien, que ha sido el Dakar en que más me ha regañado, en plan cariñoso", afirmaba el español, para poner en valor la aportación de su copiloto.

El Confidencial charló con Lucas Cruz sobre su cuarta victoria con Sainz. Una profunda, pero también jugosa y divertida conversación, en la que Cruz alumbra claves desconocidas desde fuera del habitáculo de su Audi. La relacion con su piloto, su aportación personal al triunfo desde la derecha, los momentos clave del pasado Dakar, cómo gestiona su personalidad en la tensión de una etapa... Y explica también cómo ha regañado a Carlos Sainz durante una intensa y durísima carrera.

PREGUNTA. Desde el exterior, parece un Dakar casi perfecto, por ritmo, estrategia, gestión de las etapas. ¿Está Lucas Cruz de acuerdo?

RESPUESTA. Creo que tiene bastante de rozar la perfección, ¿no?, porque que en una carrera dura y larga no te pasen cosas… El que diga que no pasan, miente. El primer día, Carlos llevaba un buen cabreo en la prólogo por haber perdido demasiado tiempo, y salíamos muy atrás. Pero era el día para perder, porque no contaba para la clasificación, era el día perfecto para salir detrás, se lo decía. Y a la postre fue así. Y si no llegamos a pinchar tres veces, sacamos casi 40 minutos. El primer día fue crucial, y a partir de ahí fuimos aplicando la misma teoría y filosofía al resto de las etapas.

placeholder Cruz, explicando el Dakar ante los medios, el pasado sábado. (Europa Press)
Cruz, explicando el Dakar ante los medios, el pasado sábado. (Europa Press)

P. ¿Cuál era esa filosofía? Ir a machete, al 10% menos de ir a tope, conservando un ritmo medio…

R. No, al final el problema es que ir despacio te provoca más errores, porque vas más relajado. Al final tienes que ir deprisa, al ritmo que estás acostumbrado a ir, ni más ni menos. El ejemplo lo tienes el penúltimo día, cuando estaba casi todo bastante decidido y en todos los parciales hacíamos P1. Es el ritmo cómodo que tienes para que las cosas funcionen, no pierdas la concentración, y no cometer errores de pinchar.

Mira, a Loeb un día no le funcionaba el gato. Al km 40 ya estaba en un agujero. Entonces, al verle, levantamos un poco el pie, y, paff, pinchamos. Mattias nos dio las tres ruedas, salimos a toda leche, cortando por todos lados para recuperar el máximo tiempo. Al final, en esos 100 km, corriendo un gran riesgo, no nos pasa nada. Para mí, no perder el ritmo fue fundamental. En cuanto levantabas el pie, tenías el lío montado.

P. Sin embargo, en el Dakar, el ataque a tope te hace meter la rueda en el sitio equivocado, conduces a vista, no se va por una autopista… ¿No era un contrasentido?

R. Tienes que ir a ritmo, pero minimizando los riesgos. No puedes decir "por mis coj… esto es a fondo". Pasas una, pero a la tercera, la pagas. Saber que cuando es complicado y hay riesgo, has de saber levantar, que es lo que nos pasó esos días. En la zona rota es fácil romper el coche. Pues no arriesgues más, has de ir despacio, y cuando sales de esos sitios en los que no has pinchado, aún te creces. Ves al otro y dices, "este arriesgado donde no toca". Tienes que aplicar esa filosofía de no correr riesgos en exceso.

P. ¿Qué momentos ha habido críticos en este Dakar que desde fuera no se han visto?

R. El tema de las ruedas y los pinchazos. El primer día pinchamos tres veces, y tuvimos la suerte de encontrar una rueda de pinchazo lento fuimos hinchando. Pero no hubo momentos decir "aquí nos la hemos podido atizar gordo".

En las dunas había muchas cortadas y no cogías riesgo, pero en el resto no eran pistas de mundial de rallies con árboles a los lados. Cuando llegaba un sitio que decías "parece que es a fondo". Pues sí parece que es a fondo, frena [risas]. Aquí está la clave, ante la duda de ir a fondo, el castañazo que me doy.

P. ¿Y estratégicamente?

R. Acabar el 40, perdiendo cero minutos y cero segundos como en el prólogo, no pasa nunca en otros años. Este, la prólogo no contaba para la clasificación general. Lo que perdieses no te iba a perjudicar, y saliendo atrás te beneficiaba muchísimo.

La gente no pensó en esa estrategia, sino en no salir atrás desde el principio. Quizás se nos fue un poco de las manos porque salíamos en torno al cuarenta o 44, pero salió bien, adelantamos 28 coches ese día. Tienes la pista más planchada, la hierba de camello más aplastada. Por aquello la diferencia que sacamos. Pero era el día para hacerlo.

Igual que la etapa de 48 horas. Al penalizar teníamos dudas, paramos antes de entrar. “¡"A ver si vamos a pasarnos", decía Carlos. Yo le decía que eran mejor penalizar tres minutos, porque si se nos colaban más coches delante, mejor para nosotros para recuperar al día siguiente.

Pues se nos colaron cinco, con lo que salíamos a día siguiente diez minutos más atrás, que en las dunas ayudaba mucho. Están chafadas, el carril se ve mejor de todos los que han pasado, si están muy cortada y se ve la marca de tocar la panza de otros coches, tienes pistas para ir más rápido… Fueron los días clave para elegir esas estrategias.

P. La etapa de 48 horas en las dunas nunca se había visto en el Dakar. Fue una parte clave para ganar. Aquel día, usted dibujó todas las posibles opciones estratégicas antes, y se hicieron realidad después.

R. Sí, porque al final está claro que en las dunas siempre hay un problema… El que abre pista siempre palma, y no había motos ¿Por qué Al Attiyah y Al Razeed quisieron salir delante y abrir pista? Porque son dos chulos, nos dicen "nosotros vamos a salir delante porque las dunas son muy fáciles, y nosotros sabemos mucho del desierto". Pero no puedes ir tan deprisa cuando sales detrás.

Y la estrategia nos salió perfecta cuando al día siguiente penalizamos 27 segundos para salir del vivac anterior al suyo. Aquello ya le dejó trastornado, y mira lo que pasó aquel día [una avería].

P. ¿Qué le pareció lo que hizo Al Attiyah, que se quiso ir solo en cabeza en aquella etapa, o cuando dejó solo a Loeb en la parte final, después de prometer ayuda?

R. Para mí, las cosas que decía, "estos van a durar tres días". Pues a mí se me han hecho tres días super largos [risas]. No, fue una falta de respeto a todo el equipo técnico y los mecánicos de Audi. Cómo puedes tener tan poca vergüenza de que el trabajo de tres años es una mierda.

Y luego, una falta de respeto total por Sebastian [Loeb] tienes un coche de tu equipo, que se queda solo, que lucha por la victoria, y tú, por tu egocentrismo y porque no vas a ganar… Como no gano al Monopoly, lo recojo. Me parece una falta de respeto total, cuando encima es el equipo con el que has firmado tres años. No tienes vergüenza.

P. A pesar de ser tan complejo tecnológicamente, ¿era el Audi el mejor o el más completo de los coches con los que Lucas Cruz ha corrido en el Dakar?

R. Pues mira, teníamos una limitación con este coche, el peso/potencia estaba medido entre 90 y 140. Pero en las partes más lentas éramos más lentos que los otros coches. Por ejemplo, al Toyota de Al Rajeed nos costaba mucho cazarle. El año anterior estaba por detrás, y este año tenía diez minutos de ventaja sobre nosotros. El Toyota iba muy bien, nuestro coche no era el mejor de la parrilla. Pero es que la gestión de la carrera ha sido mejor que la del resto, puede que esté equivocado, pero creo que ha sido así.

Eso sí, este año nos han pasado las balas por todos los lados [desde el punto de vista técnico, dando detalles que no pueden trascender]. No sé si es porque llevábamos un cura en el equipo, que nos bendijo el coche y nos salvó la papeleta

P. ¿Un cura en el equipo? ¿Va en serio o es broma…? [Risas]

R. No, no, va en serio [risas]. Dani Gratacos es el ingeniero de Ekstrom, pues sus hijos van a un colegio religioso. Allí hay un padre que se ha ordenado hace poco, un checo. Cuando este se enteró de que Dani estaba en las carreras, le dijo que su ilusión era haberse meterse en el automovilismo deportivo, "pero me dio un aire, y me hice cura".

Dani le dijo: "¿Te quieres venir al Dakar?". El hombre, como loco. Y le metió como chófer de una autocaravana del equipo Audi. El tío, encantador, muy majo. Entonces Carlos le pidió que bendijera el coche, lo hizo y, ya te digo, nos fuimos salvando de todos los colores en este Dakar. Todos los demás coches sufrieron problemas [risas].

P. En 2010, se hizo viral el vídeo en el que Sainz le decía que confiara en sí mismo. Era su primer Dakar con él, la responsabilidad era enorme. Hoy, desde fuera, se percibe a un Lucas Cruz muy seguro de sí mismo, con el Dakar bien metido en la cabeza. Carlos dice que le ha transmitido esa misma seguridad, la sensación de que en cada momento sabía qué hacer. Igual que Sainz lleva el coche, ¿le ha llevado la cabeza a él como nunca?

R. Él la tiene muy bien amueblada, lo que pasa es que necesita ratificarle lo que uno piensa, y encima decirlo con decisión y convicción, creo que ayuda más a la otra persona, a tener confianza en las decisiones. Creo que esto es lo que ha sucedido.

Cuando Carlos te dice "joer, es que hemos acabado 40 el primer día, esto es una mierda, nunca he salido tan atrás…". Yo le decía: "Carlos, que esto es coj…". "¿Seguro?". "Que sí, no te calientes la cabeza, ya verás mañana". Pues aquel día llegamos al final y a pesar de los pinchazos éramos segundos, a tres minutos del primero.

P. Carlos decía que ha sido el Dakar en que más le ha regañado. Que alguien como él hable con tanto respeto... Porque no son personalidades fáciles, por su naturaleza competitiva…

R. Al final, ¿sabes qué pasa? Yo soy quien soy, y él es quien es. Hay una diferencia de edad, y el entrar en este rollo de mandarle a un tío como él que, en pocas palabras, hace lo que le sale de los coj... [carcajadas]… Si le preguntas a Reyes, su mujer, te dirá igual [más carcajadas aún]. Pero no se trata de que sea lo que él quiera por que sí, es que él también tiene muy claro en su cabeza cuál es la dirección, al margen de lo que le digan los demás…

Entonces, Carlos te genera dudas en el coche. Yo, lo que me digo es que mi ventaja es que tengo los papeles, y contrasto la información de lo que tengo y lo que me intenta vender, y se lo compro, o no se lo compro [risas].

P. ¿Cuál es entonces la parte de Carlos Sainz que más le cuesta gestionar?

R. Sí, la parte de reñirlo [risas]. Al final, tienes que plantearte las dudas que él mismo te genera, si lo estás haciendo bien o no. "¿Estás seguro de que es por aquí?", "Joder, ya estamos" [risas]. Si lo yo lo tenía claro, entonces, ¿por qué me dices que si lo tengo claro, ¡si estamos yendo bien todo el rato!". Y esto te genera una inseguridad que tienes que gestionar. Pero es porque él espera una confirmación a lo que piensa. Pero si a mí me cuadran las cosas, pues continúa adelante.

P. El éxito de un copiloto significa también trabajarse mucho psicológicamente. Por la presión de cada decisión durante dos semanas, gestionar la personalidad y la adrenalina del piloto, y en momentos de gran tensión…

R. Mira, en el primer Dakar [2010], un amigo me mandó un guiñol, un dibujo con un camino, una Y griega y dos señales. Se ve el coche, el Touareg, frenando. Y pone un cartel, a la izquierda, "por aquí, es para ganar, y si tiras por la derecha es para quedar primero". Carlos venía de perder el Dakar el año anterior por un accidente con media hora de ventaja. Aquel año yo no era nadie, no había ganado nada en los raids. Me llama Carlos para correr y te dices: "¿Cómo me lo planteo? ¿Estaré al nivel?".

Al final, me dije, "te han llamado para hacer lo que sabes". Así que hago lo que sé y no me caliento la cabeza. Hice abstracción del entorno y me dediqué a lo mío. Y cuando ganas un Dakar por dos minutos doce como el de 2010…Es lo que hice, pensar que era una carrera más, aunque en otras condiciones. Ganamos por dos minutos doce, sigamos haciendo las cosas así.

Además, nunca hay que quitarle ningún protagonismo a Carlos, se trata de limitarte a reducir la tensión inevitable que se genera en el coche. Si te habla gritando por la tensión y los nervios, no entras al trapo de gritar ni a contestarle gritándole, al contrario.

P. Pero hay que tener un ego muy sólido para ello.

R. El penúltimo día no me hacía caso. "Carlos, por favor, a la izquierda…" "¡No, es por aquí, está el polvo por allí…!, ¡por aquí no hay ninguna traza…!". Tenías que ir llevándole por donde él pensaba que no era. Pero si yo le empiezo a gritar y montar el pollo, las cosas no funcionan. Al final, es lo que tú le retornes a esa persona.

Si tú eres un chulo, y encima vas con aires de chulería y prepotencia, es más fácil que te caiga el pollo que si eres una persona tranquila, pausada, metida en el ajo, que estas en lo tuyo.

Le decía "Carlos ¿Por qué no te crees lo que te estoy diciendo? Si ves que voy clavado en los metros, y en todos lados, ¡por qué sigues de frente cuando te digo que hagas el giro!”. El otro día me cabree, y le di un puñetazo en la pierna: "¡Joder, te he dicho a la izquierda, por qué coño sigues recto!" [risas]. "Porque las trazas van por ahí…" "No, la pista está a la izquierda, Carlos…".

P. Cuando llegan los éxitos, siempre adopta un papel discreto, en las ruedas de prensa, en las apariciones públicas, sin buscar protagonismo, el protagonismo que merece...

R. Yo soy así, de pasar más desapercibido, no destacar. Me siento a gusto así, quedarme en segundo plano más que el protagonismo. No tienes que perder el norte, estoy con él porque confía en mí y no porque sea el más guapo de la clase. Carlos decide con quien quiere correr, el protagonismo es el suyo, no el mío. Yo me siento a gusto donde estoy, no me va a aportar tener más o menos notoriedad.

Voy más en la línea de que gracias a él estoy donde estoy y soy quien soy. Puede tener formación y conocimientos en lo mío, pero siendo el mismo, con otro piloto seguiría estando en el anonimato. Estoy donde estoy gracias a él, hay mucha gente que su ego le puede. Hay gente que es buena, y no tiene la oportunidad de ganar cuatro dakares. Esto hay que tenerlo super claro.

P. Una vez terminado el Dakar, al reflexionar sobre lo que ha hecho, cuando estos días pone la cabeza en la almohada...

R. [Interrumpe] ¡Me quedo frito! [risas]. Ayer me pegué una siesta de tres horas seguidas, te lo digo todo.

P. Vale, normal [risas]. Pero, desde su perspectiva profesional y profesional, más íntima, ¿qué piensa sobre lo que ha hecho y logrado en este Dakar?

R. [Lo considera unos instantes]. Al final, creo que es la culminación de creer en el proyecto, aportar tu granito de arena, y darte cuenta de que las cosas pueden pasar. Y cuando partes en inferioridad, porque nosotros partíamos así, que consigas la victoria te dices "¡Buah, esto es la bomba!". Pocos pensaban que ganaríamos.

Si es que, al final, hago lo que me gusta, lo intento hacer lo mejor posible, y me siento contento porque lo he hecho lo mejor que he sabido. A la postre, lo que yo he visto de mí, es lo que Carlos ha visto de mí. En este aspecto, me siento contento, porque he conseguido lo que el otro esperaba de mí. Y contento por mí porque han salido las cosas como se esperaba que salieran por mi parte.

Me es difícil pensarlo, he hecho mi trabajo, lo que funcionaba. Y cuando a alguien le transmites contundencia, lo que le das es confianza. Cuando te viene y te dice: "¡Qué desastre! ¡En mi p… vida he hecho el 48", y le dices: "Carlos, déjalo estar, hombre, que está de p... madre, no te calientes la cabeza". Y ganamos el Dakar.

"Sin Lucas, no hubiera ganado este Dakar", repitió Carlos Sainz en las redes sociales y en su reunión con los medios el pasado sábado, recién llegado de Arabia Saudí. "Lo ha hecho tan bien, que ha sido el Dakar en que más me ha regañado, en plan cariñoso", afirmaba el español, para poner en valor la aportación de su copiloto.

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