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La leyenda del motor que aún no ha ganado el Dakar y que puede evitar el sueño de Carlos Sainz
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UN DUELO PARA LA HISTORIA

La leyenda del motor que aún no ha ganado el Dakar y que puede evitar el sueño de Carlos Sainz

Sébastien Loeb es un animal competitivo al volante que tiene en el Dakar la oportunidad de cerrar una gran herida. El mayor rival de Carlos Sainz va con todo en esta edición

Foto: Sébastien Loeb no va a ceder un apice hasta lograr su ansiado Dakar. (EFE/Carlos Rosique)
Sébastien Loeb no va a ceder un apice hasta lograr su ansiado Dakar. (EFE/Carlos Rosique)

Si alguien pensó alguna vez que el Dakar es una prueba menor respecto a otros retos en el mundo del automovilismo, basta echar un vistazo a la presente edición de la prueba cumbre del todoterreno para darse cuenta del error. Ni una de las marcas más laureadas de la historia, como es Audi, ha podido alzarse con el triunfo, ni uno de los mejores pilotos de la historia, como Sebastian Loeb, ha podido incluirla en su palmarés.

Audi lleva tres participaciones y está sufriendo de lo lindo para llegar primero a la meta, pero Sebastian Loeb lleva nada menos que ocho intentos. Se está enfrentando en esta ocasión no solamente al poderío de la marca alemana, sino también a uno de los pilotos más completos e inteligentes de la historia como es Carlos Sainz. Es la única opción que le queda al equipo Baréin-Prodrive con el añadido de no poder contar con la ayuda de sus compañeros de equipo.

La victoria es importante para Loeb, pero también lo es para Sainz y para Audi. El duelo pasará a la historia por la exhibición de pilotaje de ambos, pero también por la deportividad y respeto que ambos se profesan entre sí. La presente edición también será recordada por su dureza y exigencia. Por tanto, no es aventurado decir que estamos ante uno de esos Dakares que pasarán a la historia.

Es difícil no querer a Loeb. No solamente es un goce para los sentidos verle pilotar, sino también valorar su espíritu luchador de no rendirse jamás. Sebastian Loeb además de un piloto sublime, es además lo que se dice un buen tipo. Es un animal competitivo como corresponde a cualquier piloto ganador, pero es mucho más que eso.

placeholder Loeb, durante esta edición. (Reuters/Hamad I Mohammed)
Loeb, durante esta edición. (Reuters/Hamad I Mohammed)

Es alguien que tiene tiempo para hacer una llamada y ayudar, por ejemplo, a Cristina Gutiérrez. De destacar los méritos de un rival y lo que le engrandece como deportista: atreverse con los retos fuera de su territorio. Y no es tan fácil como se ve desde fuera.

La grandeza de Loeb como piloto, por supuesto, que será medida como el piloto con mejor palmarés de la historia de los rallys, pero también por su valentía para medirse con los mejores de especialidades ajenas a la suya. El alsaciano ha participado en las 24 horas de Le Mans, en la carrera en cuesta a Pikes Peak, en el mundial de Turismos, incluso ha probado oficialmente un Fórmula 1. En todas sus aventuras fuera de los rallys siempre mostró al nivel de los mejores del campeonato y siempre también siendo capaz de subir al podio.

Rápido en lo que se proponga

Una buena medida de lo fuera de serie que es Loeb la dio en su primera participación en las 24 horas de Le Mans. Seb estaba en Turquía recién bajado de su coche después de ganar el rally, allí, se subió a un helicóptero y se dirigió directamente al aeródromo de Le Mans. A la hora que llegó al circuito apenas quedaba media para lograr un crono mínimo en las diez vueltas reglamentarias.

Para poner más picante al asunto empezó a llover y se añadía la responsabilidad de accidentar un coche que comprometiera la participación del equipo. Pero reseteado su pilotaje del rally al circuito, logró el objetivo.

Eric Hélary y Soheil Ayari sus compañeros de equipo en su primera participación en 2005, no daban crédito. Ellos se veían, (de hecho, lo eran) lo más brillante de la nueva generación de pilotos franceses y de repente, veían como un piloto ajeno a su mundo se ponía a su nivel sin desentonar lo más mínimo. En su segundo intento, repitiendo con Hélary y con Franck Montagny sustituyendo a Ayari, logró la segunda posición en su categoría (LMP2).

placeholder Un piloto excelso. (Reuters/Hamad I Mohammed)
Un piloto excelso. (Reuters/Hamad I Mohammed)

Después de su exhibición, las ofertas se agolparon para aspirar al triunfo absoluto, pero Loeb declinó las propuestas porque su foco estaba en lograr el mejor palmarés de la historia en el mundo del rally y a fe que lo logró. Su aventura en los turismos fue diferente. Citroën dejaba los rallies y se pasaba a los circuitos y quiso como es lógico que su principal activo les acompañara en la aventura.

El campeón nacido en Haguenau podía haber dicho que no y haber aceptado cualquier lucrativa oferta de las marcas presentes en el mundial de rally. Pero a Loeb le va la marcha. Quería demostrar que también era un piloto ganador en un circuito igual que en los rallies. Seis victorias y nueve podios en dos temporadas. Poca broma.

Las victorias en un campeonato del mundo siempre tienen mérito, pero la medida también te la da en la competición quien tienes a tu lado con el mismo coche. Tratar de tú a tú a Yvan Muller, posiblemente el mejor piloto de turismos de la historia, y a Jose María Pechito López que sobre coches carrozados siempre fue un conductor descomunal, solamente está al alcance de superhombres. Imaginen la película al revés. Recuerden a Kimi Raikkonen o a Robert Kubica sus dificultades cuando dejaron los circuitos y pasaron a los Rallyes.

El puro placer de pilotar

En 2008 le llegó la oportunidad de probar un Red Bull de Fórmula 1 y de nuevo sorprendió a propios y extraños. Su ingeniero de pista en aquella prueba, Daniele Casanova admitió estar sumamente impresionado con Loeb, porque no solamente no cometió errores, sino que estimaba que sus cronos cruzando los datos que tenía estarían a algo menos de un segundo del mejor tiempo de la jornada. Tan impresionante fue la prueba que la propia Red Bull le hizo saber que tendría un futuro con ellos en la categoría si ese era su deseo. "Me pilla viejo", bromeó Loeb.

Pero ya ven el ‘viejo’ como se las gasta 16 años después en el Dakar, donde quizá en lo que a velocidad pura concierne ha demostrado estar un punto por encima de sus rivales. Pero no hay que equivocarse. El Dakar, por mucho que se llame Rally Dakar, no tiene tanto que ver como parece con los rallies tradicionales. Conducir sobre dunas y navegar por el desierto sin cometer errores es territorio donde pilotos como Nasser Al-Attiyah o Jazeed Al Rahji tienen una ventaja. De nuevo el reto de batir a los especialistas en un terreno que no es el suyo.

placeholder El francés, en el Dakar. (Reuters/Hamad I Mohammed)
El francés, en el Dakar. (Reuters/Hamad I Mohammed)

Lo bueno de Loeb, es que a pesar de que se toma la competición con una profesionalidad absoluta, se le nota que es alguien que disfruta con lo que hace. El dinero y los títulos son importantes, pero a él se le nota de forma natural un amor por las carreras que le convierte en alguien especial. ¿Quién puede volver de su retiro de años en el Mundial de rallies y ganar sin despeinarse un Montecarlo? Ojo y recién llegado de su participación del Dakar.

De repente, tras aquella victoria los cielos se abrían a Malcolm Wilson, el patrón de Ford. Era su opción para ganar el título. Pero el piloto francés declinó. Él compite para divertirse, para ponerse retos y en los rallies no tenía nada que demostrar. Es siempre muy subjetivo decir eso de quién es el mejor piloto de coches de la historia, pero desde luego cualquier ranking encabezado por Sebastian Loeb hay que tomarlo en serio. Con o sin victoria en el Dakar.

Si alguien pensó alguna vez que el Dakar es una prueba menor respecto a otros retos en el mundo del automovilismo, basta echar un vistazo a la presente edición de la prueba cumbre del todoterreno para darse cuenta del error. Ni una de las marcas más laureadas de la historia, como es Audi, ha podido alzarse con el triunfo, ni uno de los mejores pilotos de la historia, como Sebastian Loeb, ha podido incluirla en su palmarés.

Rally Dakar Carlos Sainz
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