El Dakar más duro de Nani Roma: "¿Tengo que aguantar el dolor? Pues te voy a joder, tumor"

Nani Roma es una figura consustancial al Dakar. Ganador de la prueba en motos (2004) y en coches (2014). Junto a Stéphane Peterhansel y Hubert Auriol es el único capaz de triunfar en dos y cuatro ruedas. Durante 28 ediciones ha estado presente en la prueba, pero en 2023 se lo ha impedido un cáncer de vejiga que le fue detectado en marzo del pasado año.

En la presente entrevista con El Confidencial habla de cómo se ha enfrentado a la enfermedad, más dura de lo que hubiera imaginado quien está dotado con unas singulares condiciones físicas y mentales. También pasa revista a la presente edición, que sigue de cerca, pero desde la distancia. Sin desperdicio.

PREGUNTA. Ante todo, primera pregunta. ¿Cómo está Nani Roma en estos momentos?

RESPUESTA. Bien, bien, estoy bien, recuperado, para estar al cien por cien me falta forma física. Después de los meses que hemos pasado realmente duros y difíciles, estamos bien.

P. Es famoso por su físico de Mazinger Z. Su fortaleza física y mental para afrontar los Dakares en moto y coche es bien conocida. Su mente se ha formado en la dureza del Dakar. ¿Qué ha supuesto para usted luchar contra el cáncer, tanto en el aspecto físico y mental?

R. Es una experiencia muy dura y difícil. Para mí, lo peor de todo, es ir a lo desconocido. Cuando uno tiene situaciones difíciles, pero tiene un background, una experiencia o es algo de lo que entiende, es mucho más fácil superar situaciones difíciles, tienes herramientas para combatirlo. Pero, en el momento en el que un señor de bata blanca te dice que tienes un cáncer, lo primero, preguntas si te va a llevar por delante, para mí era muy importante saber eso, ¿vale? Es una palabra chunga, el cáncer, la muerte, buah...

Luego, la segunda es, vale, lo asumes durante unos segundos, y la siguiente pregunta es: "¿Tiene solución esto o no?". Cuando te dicen que tienes solución dices: "Vamos a por ello, sí, pero a por ello, ¿qué?". Cuando yo ataco una especial, la analizo, no conozco todo, pero tienes herramientas para combatir las dunas, las pistas… Pero aquí no. Luego te tienes que decir: "Vamos a fondo, y aprender de lo que tengo". Y preguntar, asesorarte. He preguntado mucho. Y, luego, a darle fuerte. Pero, para mí, lo peor es no saber nada de lo que te pasa.

Me informé, pregunté mucho de la quimio y los efectos secundarios para entender las reacciones de mi cuerpo, y para saber por qué me pasa, lo que me preocupó más era saber cómo iba a reaccionar mi cuerpo.

P. Con esa capacidad de sufrimiento y resistencia física y mental, la quimio fue más allá de lo que esperaba…

R. Mucho más allá. Es lo más desagradable que he sentido en mi cuerpo, en mi vida. Pensaba que sería un poco más simple. Lo hablaba con Rosa [su mujer], mis amigos… El hecho de estar en forma era una fuente limpia para los médicos. Estar sano me ha ayudado más, pero también ha hecho que las sensaciones fueran muy desagradables. Aquellos productos en tu cuerpo... Buah. Una pasada. Es muy duro. Y esto me hace respetar tanto tanto a la gente que tiene estas enfermedades, gente que durante años está con esto. No os imagináis, cuando tú estás en el hospital en las zonas de quimio y de analíticas y ves la cara de sufrimiento de la gente, es que es una barbaridad. De largo es lo peor que me ha pasado. Pero es lo que hay, lo que toca. Lo que no puedes hacer en estos casos es llorar o quejarte. Es lo que hay, y se tiene que darle fuerte.

Yo estaba muy enfadado con lo que me pasaba, con el tumor. Te preguntas mil veces por qué te ha tocado a ti. Estaba muy cabreado contra el tumor. Lo comparo con el deporte. A tus rivales quieres ganarlos a toda costa. Y esto lo hice con el tumor: "¿Que tengo que aguantar el dolor? Pues te voy a joder, tumor". Te lo juro. Era mi día a día, "vale, tú me has jodido, pero tú espérate". Esto es lo que he hecho, he intentado darle fuerte fuerte, y que no me pudiera esto. Al final, el efecto de la quimio fue muy bueno, el sufrimiento valió la pena.

P.¿Ha cambiado su forma de ver la vida? ¿Se ha acentuado la mentalidad competitiva o ve la vida con otra perspectiva? ¿Ha bajado el pistón o tiene aún más revoluciones?

R. No, el pistón sigue dándole igual. Son situaciones de la vida. Para mí, lo más importante era poder subirme a un coche, a competir, a sentirme en lo que aún me gusta, que es correr, competir, sentir esta adrenalina. Esto sigue intacto, aunque con este bache, este peligro 3 duro, como decimos en las carreras. Pero no he cambiado mucho, sigo siendo un tío activo, que me gusta hacer cosas, liarme en proyectos. Mi perspectiva es disfrutar, tengo la suerte de que tengo un trabajo que lo disfruto y me gusta mucho. Por tanto, es lo que sigo queriendo hacer, disfrutar de lo que sé hacer desde hace 28 años.

P. Este año no ha corrido al final. ¿Cuál fue la respuesta de su equipo, Prodrive, cuando supo de su enfermedad? ¿Se ha sentido apoyado? Porque, en las carreras, la gente también va a por el resultado, también económico.

R. En todo momento me he sentido muy apoyado. Luego sí que es verdad que podíamos haber hecho las cosas un poco de una forma distinta. La preocupación era ver si estaba bien, y aquí ha faltado algo de comunicación. Pero, dicho esto, por el resto me he sentido apoyado. Mis patrocinadores me siguen pagando igual, no han utilizado la excusa de la enfermedad y de no estar en el Dakar, porque a veces pasa. Hay patrocinios, en el covid, por ejemplo, muchos dijeron "pagamos menos, o no pagamos". En mi caso, siempre me he sentido apoyado. En la decisión de no correr, se podría haber hecho de otra forma, pero al final nos pusimos de acuerdo. Siempre me he sentido apoyado en todo caso por la gente que ha estado conmigo hace años, y Prodrive también me han apoyado desde el inicio.

P. ¿Cómo se siente ahora, viendo el Dakar desde casa después de 28 participaciones?

R. Con una inquietante tranquilidad (ríe). Yo es que creo en la inteligencia del cuerpo humano, lo que transmite el cuerpo. Y es muy bueno escucharlo, porque te transmite cosas. Esa tranquilidad que tengo al verlo desde lejos, es el cuerpo que me dice "tío, has hecho bien en no correr. Estamos bien aquí". La preparación de un Dakar, esta edición que está siendo muy dura, cómo hubiera reaccionado… Lo veo con una forma tranquila. Tú sabes que me molan estos Dakares difíciles, en los que pasan cosas, porque los manejamos muy bien. Son los que pedía hace tiempo, porque los gestiono muy bien. Desde que me levanto hasta que me duermo lo estoy siguiendo todo, hablando con uno, con otro, estoy muy metido, viendo a Rosa… Pero con tranquilidad, no me digo "tenía que estar allí". Estoy donde tengo que estar.

P. Ya entrando en este Dakar, ¿está siendo tan duro como parece para alguien que tiene tantas referencias de todos los continentes y escenarios en los que se ha disputado la prueba?

R. Para mí, está siendo más duro de lo que me imaginaba. Pensaba que habría más navegación y menos dureza. Pero no hemos visto tíos perdidos como el año pasado, hay mucha dureza, más que dureza, es la realidad de lo que era un Dakar antes. Pasaban cosas, etapas complejas, no como el año pasado, que ibas a fondo 300 km planos. El año pasado hablábamos con los ingenieros para intentar pasar de 150 km/h a 170, porque a veces íbamos 15 km a fondo y teníamos que mejorar esto. Hubo un día que estuvimos 32 km a fondo, y solo levantamos dos veces.

P. Los pilotos muestran un cansancio que no es normal a estas alturas de un Dakar. Parecen más castigados.

R. Sí, sí, en las motos también, los veo cansados. Hace unos años que los Dakares eran más fáciles, desde que llegamos a Arabia no eran muy complejos. Y, ahora, el segundo día fue una masacre. Carlos [Sainz] me dijo: "Hemos ido a medias de 60 km/h, piedras y baches, piedras y bache". Además, estos coches son muy físicos. El Audi, por ejemplo, es una locura. Han hecho un habitáculo es como un el de Fórmula 1, con una rigidez enorme. Los asientos están hechos para que no se deformen, pero se han olvidado de algunas cosas. No tienes ninguna movilidad y movimiento. Además, el ruido, piensa que tienes que estar sentado en un asiento de carbono, como la carrocería, con algunos mousses (espumas) en la espalda, pero aquello no flexa nada. El motor eléctrico y el de combustión atrás que va a 6.000 vueltas... Buah, tiene que ser una tortura. Y día tras día a fondo, pim pam, y no levanta ni Dios…

P. ¿Y qué ha pasado en su equipo, el Bahrein BRX de Prodrive? Sebastian Loeb se quedó fuera el segundo día, con todos los coches pinchados aún rodando casi parados. ¿Cómo pueden ocurrir estas cosas después de un año de preparación, tres de experiencia y la participación en el Campeonato del Mundo en 2022?

R. Lo de Seb está claro. Cuando pierdes hora y media, luego vas a saco, es lo que me dijo que iba a hacer después del segundo día. "Vamos a ir a fondo pase lo que pase, me da igual". Y, mira, se ha dado una voltereta el jueves. Pero nunca he visto un equipo sin estrategia, que no está montado para no ir a ganar. Este año son tres clientes aparte de Loeb, y cada uno hace la carrera de forma distinta. Y, luego, los pinchazos, todo el mundo ha pinchado mucho. Nasser está muy respaldado por otros muchos coches de Toyota si pasa algo. Audi hace dos días tenía una buena estrategia cuando Carlos tuvo el problema con Peterhansel que siguió, y con Ekstrom que se paró. En Prodrive se ha tomado otra estrategia. Todo viene del Dakar fácil del año pasado. Nosotros, el año pasado, había una estrategia, Seb (Loeb) sabía que me tenía a mí detrás, y esto te da una gran confianza. Pero, cuando vas solo… Me repito, todo viene del año pasado, y del tipo de neumático, todos los equipos hemos palmado. Nos gastamos fortunas en hacer coches y te olvidas de lo que toca el suelo, los neumáticos.

P. Vayamos con otro de los protagonistas españoles, Joan Barreda. ¿Cómo valora su Dakar? Está cerca del récord absoluto de victorias, tiene 30 y aquel está en 33, y, sin embargo, solo tiene un quinto puesto hasta hoy… ¿Puede ser este su Dakar, por fin?

R. Es una lástima en todos estos años, porque seguramente es el tío con más talento que he visto en mi vida, pero sin ningún Dakar ganado. Esta es la gran pregunta que se tiene que hacer él. Siempre le pasan cosas, siempre igual, ahora el dedo gordo, la clavícula, las lesiones… Y es una lástima, porque tampoco le quedan muchas más oportunidades. Sería una pena que se tuviera que decir: "Si yo soy el mejor, y no he ganado nada".

En la vida, no hay excusas, eso de la mala suerte no existe. Es uno el que hace que las cosas vayan bien o mal. Y él es un talento… Imagínate cambiar marchas con el dedo roto, ¿tú sabes el dolor que es eso? Porque la adrenalina ayuda, te lo digo por experiencia. A veces, te rompes cosas que aguantas en las carreras y que en casa no se pueden soportar. ¿Tú sabes lo que sufre Joan? Y está allí, dándole… Este año no ha corrido nada, fíjate la fatiga ahora en el Dakar, y está allí, imagínate si hubiera corrido carreras. Es un caso de deportista especial, y el día que mire para atrás… Hemos visto muchos casos de gente con talento, y este tiene mucho, de verdad, pero quizá no tenga el Dakar.

P. De aquí en adelante: el Nani Roma persona, y el piloto y el deportista… ¿cómo mira el futuro y sus planes?

R. En general, yo no he cambiado ningún plan. En este caso, cuando termine el Dakar veré los proyectos que tenemos, qué quiere hacer Prodrive… Mi plan como profesional es seguir compitiendo, pero al máximo nivel. O sea, si me doy cuenta, que espero que no… Gané en Granada en el Campeonato de España de Tierra, y para mí lo más importante fue ver que todo este proceso no me ha dejado mella en los reflejos, en la vista, en entender a Alex [Haro, su copiloto]… Con la quimio estaba muy preocupado por cómo me podía dejar. Pero en todo esto estoy bien, así que a nivel profesional quiero competir al máximo nivel. Si, por lo que fuera, no puedo salir a ganar, haría otra cosa. Me gusta competir, pero para poder ganar. Mi futuro ahora es ver esto.

Y, como personal normal, pues disfrutar de la suerte que tenemos, disfrutar de la vida que he tenido, ver los niños que crecen como locos cada día, disfrutar en casa, de la familia, de dónde vivimos, de lo que tenemos y, sinceramente, poco más.