Por qué Carlos Sainz confía en ganar el Dakar para hacer historia en el automovilismo

En pocos días, Carlos Sainz y Lucas Cruz cogerán las maletas para afrontar el decimosexto Dakar del madrileño. Antes de cada edición, Sainz no suele ocultar sus sensaciones sobre las opciones de éxito según el coche que tenga entre manos y su preparación. Para lo bueno, y lo malo. A tenor de las mostradas antes de partir, esta próxima edición ofrece motivos para la sonrisa de alguien exigente y siempre insatisfecho con el comportamiento de cualquier máquina de carreras.

Porque no sería una victoria más en comparación a sus tres anteriores. "Es un reto tecnológico brutal, y participar en ello desde el punto de vista de un veterano como yo… Quién me iba a decir que algún día iba a estar trabajando con esta tecnología". En su segundo año, Audi ha refinado el Q e-tron E2 con el que marcó un hito la pasada edición. Sainz y Cruz aspiran a hacer historia en el Dakar y el automovilismo deportivo al lograr la primera victoria de una montura con tecnología motriz eléctrica en la prueba más dura del mundo. En 2022 fueron los primeros en lograr una victoria de etapa con esta tecnología.

Si al preguntarle en algunas ediciones anteriores, Sainz torcía el gesto o no mostraba su media sonrisa antes de partir, no había Dakar. ¿Este año? "Lo veo con un poco más de optimismo y tranquilidad que el año pasado", explicaba Sainz en la rueda de prensa antes de partir. "Obviamente, a la pasada edición se llegó muy muy justo, con muchas preguntas, muchas dudas, dudas que no se podían confesar antes del Dakar". Esta temporada, por el contrario, no oculta las esperanzas ante el trabajo llevado a cabo desde el debut del Q e-tron E2.

"Una complejidad difícil de entender"

Tras retirarse de la Fórmula E, Audi aprovechó parte de esa experiencia para desarrollar una tecnología "totalmente de vanguardia, es difícil de entender la complejidad de un coche de este tipo, que es muy muy complejo, con cuatro motores, infinidad de sensores, con una parte de alto voltaje que si pasa algo no puedes ni acercarte", explica Sainz. El esquema básico consiste en un motor para el tren delantero, otro para el tren trasero, y un tercero de combustión unido a otro motor eléctrico que hace de generador. Con la sustitución de elementos físicos, como los diferenciales, por otros virtuales. Con cientos de sensores y una ingeniería de software extremadamente compleja para gestionar todos los sistemas. Sin embargo, Sainz piensa que Audi ha hecho los deberes como para aspirar a la victoria.

“Vamos más animados, más contentos, más tranquilos, más confiados, con menos dudas, así afrontamos este Dakar. Al final se hace largo un año entero para analizar, hacer tests. Este año sí se ha hecho un rally de Marruecos, así que hay ganas de ver dónde podemos estar". Hay otros factores que invitan al optimismo. "El coche es copia pega, en el buen sentido, del año pasado. La gran diferencia son los 90 kilos menos que pesa”. Según Lucas Cruz, el copiloto, "se siente a gusto en la arena, el comportamiento es bueno, y al bajarle de peso se comporta mucho más ágil que la versión anterior, por ejemplo, hace falta menos esfuerzo de frenada". Además de las virtudes ya mostradas el pasado año para sortear las dunas a gran velocidad que permiten sus características técnicas.

La polémica del nuevo Dakar

Aunque no todo son buenas noticias. "Por reglamentación seguimos llevando 100 kilos más que los demás, ya que somos el único coche con tecnología híbrida. El año pasado el reglamento igualaba a todos los coches, pero este año, curiosamente, a los coches híbridos nos han subido a 2.100 kilos. No animar vía reglamento a las marcas a ir hacia ese camino de la sostenibilidad con ciertas ayudas me sorprende. Pero, por la complejidad tecnológica, Audi ha sido muy valiente, creo que no se valora esa valentía de poner este coche en una carrera tan complicada. Si ya es complicado para una mecánica normal, para este coche es ciencia ficción". Con todo, las esperanzas de Sainz se basa en el fruto del trabajo durante 2022. "Los test han ido bien, las pruebas han ido bien, el coche se comporta bien, está más a mi gusto. ¿Qué pasaría si lleváramos con 100 kilos menos como el resto y la misma potencia? Queremos pensar que tenemos un coche para luchar por la carrera".

Sainz y Cruz también se refirieron a la polémica del pasado año, que les dejó descartados el segundo día por la nueva filosofía adoptada para la ruta que este año, aparentemente, se intentará corregir. "El problema es el tema de los way point escondidos, son de estos últimos dos años. Como en el Dakar no pasaba mucho, querían que pasaran cosas". Sainz explicaba que se habían tomado varias medidas, algunas acertadas: la entrega de road book por la mañana, o las cámaras dentro del coche para controlar el uso de los móviles. "Pero el problema es que, al estar escondido, esto se convierte en una gymkhana", en una "lotería" según Lucas Cruz. "Estos puntos escondidos en zonas de desierto abierto, donde las pistas son poco visibles, es un poco ilógico, porque al final conlleva los errores al crear pistas nuevas, y se hace imposible encontrar el way point. Si vuelve a ocurrir este año que el noventa por ciento de la gente comienza a dar vueltas, la organización tomará cartas en el asunto, esperemos que así sea, por el bien de la carrera".

"Sin disciplina, no juegues a este juego"

Lucas Cruz explicaba las características generales del recorrido de la próxima edición, que presenta cambios respecto a la última. "Esta carrera a ser un poco diferente a lo que estamos acostumbrados", reflexionaba el catalán. "La primera semana será de ocho días y de especiales largas, con una media de 420 a 425 km, con la particularidad de no tendremos descanso, la neutralización de unos veinte minutos a mitad de la etapa. Eso nos permitía controlar los coches que teníamos delante y detrás para tener una referencia para ver cómo ibas durante el día. Este año no tendremos esa posibilidad, el ritmo que lleves no sabrás si es bueno o malo hasta el final".

En la segunda parte del recorrido se recupera otra parte de Arabia Saudí que se evitó el pasado año. "Después de la etapa de descanso tendremos la parte maratón, tres días de arena en dunas complicadas en el Empty Quarter, donde las especiales no serán largas, pero sí lentas y van a reducir la media de la carrera. Habrá que plantear una estrategia en estas etapas (de arena) porque salir delante penaliza, ralentiza la velocidad y te cogen formándose trenes en las dunas, si sales primero, el cuarto te puede recuperar casi doce minutos sobre la salida. Será importante ser estables y plantear estas especiales de otra manera a la del pasado".

En estos días, Carlos Sainz publicaba mensajes en las redes sociales mostrando algunos momentos de su preparación física, como el que realiza en la sauna. Con sesenta años, ¿hasta qué punto cuesta para afrontar dos semanas de intensa y continuada competición? "A lo mejor hace años no había redes sociales, pero siempre lo he hecho así. En el Dakar se sufre, así que prefiero sufrir aquí, intento hacer los deberes en casa. Según vas cumpliendo años, la preparación cuenta más, tienes que tener la disciplina, porque si no, no juegas a este juego. Esto no es un mérito, es mi obligación si quiero asumir este reto. Si quieres pelear con gente más joven y jugar en primera división en una marca como Audi, si confían en que podemos hacer las cosas bien, implica una preparación. Y la tecnología (con los tests físicos) te permite ver si has hecho bien los deberes".