"Es el mejor Audi para el Dakar". El último gran reto personal y deportivo de Carlos Sainz

No resulta frecuente ver a Carlos Sainz a punto de emocionarse. El piloto madrileño hizo un amago cuando le leyeron los mensajes de su familia que van escritos a bordo del Audi RS Q e-tron con el que competirá en el Dakar por tercera vez. Primero, el de su hijo Carlos. "Con todo, un año más", le escribía el piloto de Ferrari.

"Siempre hemos pensado que eres la persona con más suerte del mundo, pero la suerte la tenemos nosotros, tu familia, te tenemos como ejemplo, te queremos, machin". Por el apodo, Sainz sabía que se trataba de una de sus hijas. Pudo contener la emoción que afloraba.

"La verdad es que hace mucha ilusión el apoyo que siempre me dan. El año pasado creo que pudieron vivir de cerca el Dakar y darse cuenta del esfuerzo no solo de Lucas, de la gente que corre, sino también del equipo, todo el vivac. Vivir el Dakar es emocionante", explicó.

Carlos Sainz y Lucas Cruz afrontan su tercer Dakar a bordo de la máquina más sofisticada que nunca haya corrido en esta prueba. Quizá, la última oportunidad para lograr una victoria histórica, ya que será el último año del proyecto, salvo sorpresa. De momento, Audi creó una campaña de recogida de mensajes de apoyo para su equipo. Llegaron más de 10.000, la mayoría grabados en el e-tron. Entre ellos, los de su familia.

Las opciones de éxito con el Audi RS Q e-tron y su gran complejidad técnica, el desafío que supone para el fabricante alemán, su continuidad o no en activo, el Gran Premio de Madrid... Carlos Sainz se extendió en la despedida ante los medios antes de partir para Arabia Saudí.

Quién sabe si también si se trata de la última prueba en su ya dilatadísima carrera deportiva. De lograr el triunfo, con 61 años, batiría por segunda vez el récord de veteranía en la prueba.

El físico y la motivación

"Todo fue bien a la vuelta del Dakar, me pude recuperar bien. Estoy perfecto, he podido trabajar bien y no he tenido ninguna secuela", explicaba Sainz para recordar su recuperación plena tras el accidente que le costó una rotura de vértebras en la pasada edición. El madrileño se muestra físicamente a tope con sus 61 años.

"¿Mi motivación? Disfruto haciendo lo que hago, sigue compensando. Cada año cuesta más, todos cumplimos años, y a partir de ciertas edades, la motivación y el cuerpo para estar como el año anterior requieren más esfuerzo y trabajo, y si lo haces, quiere decir que tienes la motivación", comentó al respecto.

"Hoy en día se puede medir como estás físicamente, yo me hago pruebas de esfuerzo en septiembre y antes del Dakar, y como siempre lo hago igual y con el mismo método". La de septiembre fue a tope.

"Está claro que algún día llegará y te dirás que no compensa, que no eres rápido, si me mido con los rivales y no llego, qué estoy haciendo aquí… El día que tenga otra respuesta me quedaré en casa y os lo diré sin ningún tipo de decepción. Yo siempre me hago estas preguntas, después del Dakar. Mientras tenga la motivación y no me falten las ganas", aclaró.

"Es un poco locura"

Sainz y Cruz viven una auténtica aventura tecnológica con el primer coche eléctrico que podría ganar en el Dakar, el Audi RS Q e-tron. "Un proyecto de ciencia ficción", como lo tilda el propio Sainz. "Este es un proyecto cuando lo piensas fríamente y lo entendí el primer año, es un poco locura", admitió.

"Hay que ser muy valiente, como Audi, para generar este concepto de coche e ir a ganar el Dakar. De hecho, ninguna marca ha seguido sus pasos. Primero, por el coste y, luego, el desafío tecnológico. Tampoco ha habido ayudas por parte del Dakar, como dijeron al principio, al ser un coche más sostenible. Esto tampoco ha ayudado a otras marcas, porque si Audi no puede, los demás se lo han pensado".

La clave radica en si, después de tres años de intenso trabajo, Audi logrará su objetivo. La marca alemana siempre ha terminado con la victoria en aquellos proyectos emprendidos en la competición, como el Mundial de Rallies, 24 Horas de Le Mans, o la Formula E. Sin embargo, ninguno con la complejidad del actual.

"Este el mejor Audi de los tres años, como no podía ser de otra forma", narró el madrileño respecto a la evolución de las dos versiones anteriores. "El año pasado las suspensiones nos dieron algún quebradero de cabeza, e inmediatamente después del rally vimos que teníamos que tomar otro camino, y se tomó. Todo esto pasa por seguir trabajando en la fiabilidad del coche. El problema es que es un coche tan complejo que a pesar de ser el tercer año siguen saliendo cosas nuevas".

El madrileño ofrecía más detalles sobre la complejidad técnica de su montura eléctrica. "Hemos tratado de experimentar todo lo posible con la transmisión, con ese diferencial central que no tiene conexión en la parte trasera y delantera, gestionado por sensores, el diferencial central virtual, con esos frenos con motores eléctricos muy efectivos para mejorar la gestión… Todo se intenta mejorar, lo que haces en cada test o sesión, dando prioridad a lo que los pilotos después del Dakar ponemos como más importante", desveló.

La coctelera y el límite físico

Otro problema en la pasada edición fue la dureza física dentro del habitáculo. Pilotos como Peterhansel se quejaban por estar alcanzando el límite físico humano, lo que parecía compartir el propio Sainz. "El coche es como un fórmula, con el mononocasco de fibra de carbono, y nosotros vamos sentados aquí, con el asiento encastrado en el chasis. Se han hecho estudios para ver como podíamos ir más cómodos", contó.

"Al final es una coctelera, vas cuatro o cinco horas dentro y el límite más el de la parte humana. Como dato curioso, estás cuatro o cinco horas entre ciento cuarenta y ciento sesenta pulsaciones, bastante altas, que tienes que estar concentrado, y siempre atacando", añadió.

"Por eso es importante el trabajo físico, es muy importante llegar bien en forma y preparado, porque luego en la carrera te van apareciendo goteras", volviendo al hilo de su motivación para soportar la necesaria preparación física que exige el Dakar.

"Y Lucas igual tienen otro tipo de problemas. A veces, no pueden leer el road book, tienen compresiones en los saltos. El Dakar no es un paseo, ni mucho menos, una carrera al sprint con un ritmo alto, no como antes, que era una carrera de resistencia".

Las preguntas y el espejo

En cuanto a la prueba en sí y los rivales (varios han cambiado de marca respecto a 2023) Sainz se muestra prudente. "Este no será un raid de transición (por los cambios) La buena noticia es que el año pasado se volvió al road book de siempre, no como el de hace dos años, que provocaba situaciones de lotería, con trampas donde podía pasar cualquier cosa", explicó.

"Ahora está la llegada de Ford, con Nani Roma, a quien mando un abrazo enorme, todos sabemos por lo que ha pasado [un cáncer superado]. Toyota sigue con pilotos con experiencia, y se refuerza con dos pilotos jóvenes. Va a ser más difícil conseguir los puestos de arriba. Siempre creo que Ekstrom, Loeb, Peterhansel, Nasser... De ahí tienen que salir los pilotos del rally".

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Javier Rubio

Y, por supuesto, ya es recurrente la eterna cuestión de una posible retirada. "El futuro mío no lo sé. Ahora toda mi energía está en este Dakar. Cuando acabe el rally, ya habrá tiempo de analizar como ha ido la carrera, como me he encontrado físicamente, lo que competitivo que he sido, si me he divertido…. "

"Son las preguntas que uno tiene que hacerse a estas alturas de mi carrera deportiva. Luego, dejaré pasar unos días y me las haré. Y si caen de lado de seguir, porque tengo todo para seguir, me miraré al espejo y me lo diré. Pero creo que también me he ganado el derecho a que se respete la dirección que sea, si existe otro proyecto y decido seguir, igual que si decido parar, o lo que sea". Hagan sus apuestas.