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Sainz da el golpe de gracia en el Dakar tras la avería de Loeb y ya acaricia su cuarto Touareg
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EL ESPAÑOL TIENE EL TÍTULO EN SUS MANOS

Sainz da el golpe de gracia en el Dakar tras la avería de Loeb y ya acaricia su cuarto Touareg

El piloto español realizó una brillante penúltima etapa del Dakar, una prueba marcada en rojo en el calendario por la dificultad que entrañaba. Pero Sainz no solo dominó, sino que aprovechó el problema de Loeb para sentenciar la prueba

Foto: Carlos Sainz en la undécima etapa del Dakar. (Antonin Vincent/DPPI/AFP7)
Carlos Sainz en la undécima etapa del Dakar. (Antonin Vincent/DPPI/AFP7)

Carlos Sainz ha asestado un golpe definitivo al Rally Dakar. El español, a sus 61 años, voló en la undécima etapa de la competición para herir de muerte a su principal perseguidor, Sébastien Loeb, que, tras sufrir una grave avería mecánica, perdió todas las opciones de pelear por la clasificación general. A falta de solo una etapa para acabar la competición más dura del mundo, el piloto de Audi acaricia con sus manos el cuarto Dakar de su historia.

El piloto español dio una lección de madurez en la penúltima etapa del Dakar, aquella en la que se jugaba la victoria. Partía con algo más de 13 minutos de ventaja, pero era consciente de la dificultad de la etapa: un pinchazo, una rotura o una avería mecánica le podían complicar la misión. Bien escoltado por sus dos compañeros de Audi, Mattias Ekström y Stéphane Peterhansel, el español decidió hacer lo que mejor saber: pie a tabla y volar por el desierto.

Foto: Etapa 11 del Rally Dakar 2024: cómo va Carlos Sainz y clasificación general, en directo (EFE/Aaron Wishart)

Control a control, Sainz volaba y marcaba el mejor tiempo de la prueba, lo que obligaba a Loeb a un esfuerzo extra. El francés necesitaba exprimir al máximo su Hunter en busca de recortar distancias y de tratar de hacerse con su primer Touareg, por lo que comenzó a tomar muchos más riesgos. Y lo pagó caro. En el kilómetro 132 de la etapa, tras un fallo de medición, golpeaba más fuerte de lo normal contra el suelo y su coche sufría las consecuencias.

El francés acababa de romper la horquilla delantera derecha de la suspensión de su vehículo, algo que no podía reparar por sí mismo, lo que le obligó a pedir asistencia mecánica. Tras muchísimo tiempo perdido completamente parado, e incluso valorar la opción de retirarse de la carrera, el chino YunXiang, también con otro Hunter, se detuvo para ayudar a Loeb a reparar la avería. Después de más de una hora y media perdida, el francés se volvía a poner en marcha.

Pero, para entonces, Sainz ya viajaba de manera triunfal hacia la meta. Consciente de que su ventaja era tremenda y de que, a partir de ese momento, su principal rival en la clasificación era Lucas Moraes, a más de una hora en la general, decidió bajar el ritmo. Pese a ello, seguía comandando los tiempos de la etapa, pero asumiendo menos riesgos y, en todo momento, bien acompañado de cerca por Ekström y Peterhansel para cualquier incidente que pudiera darse.

Fue ya en los últimos kilómetros de etapa cuando Sainz decidió ser algo más conservador, lo que permitió que Guillaume de Mevius y Guerlain Chicherit recortaran algunos minutos en la etapa. Tanto que el francés terminaría ganando. El Matador, a lo grande, conseguía dar el golpe de gracia al Dakar como solo lo hacen los campeones: volando en la etapa y demostrando que, a sus 61 años, sigue siendo uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos.

Virtualmente, Carlos Sainz es el ganador de la presente edición del Dakar, pero cuidado con tirar las campanas al vuelo. La última etapa, que se disputa en Yanbu, consta de un enlace de 153 kilómetros, además de una especial de otros 175. Ya ha pasado alguna vez que, en una etapa triunfal, algo piloto sufre un susto, por lo que el español deberá estar muy atento a esos inconvenientes. Tiene el Dakar en sus manos, un lazo brillante al último año de Audi entre dunas.

Carlos Sainz ha asestado un golpe definitivo al Rally Dakar. El español, a sus 61 años, voló en la undécima etapa de la competición para herir de muerte a su principal perseguidor, Sébastien Loeb, que, tras sufrir una grave avería mecánica, perdió todas las opciones de pelear por la clasificación general. A falta de solo una etapa para acabar la competición más dura del mundo, el piloto de Audi acaricia con sus manos el cuarto Dakar de su historia.

Rally Dakar Carlos Sainz