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El insólito Matador Sainz, que aún debe salvar el rabotazo del toro para ganar el Dakar
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LAS TRAMPAS POR DELANTE PARA GANAR

El insólito Matador Sainz, que aún debe salvar el rabotazo del toro para ganar el Dakar

Que el español siga manteniendo semejante nivel de rendimiento con 61 años sigue asombrando. Pero el Dakar le espera con sus múltiples trampas antes de hacer historia

Foto: A sus 61 años, Sainz sigue a un nivel deportivo extraordinario. (Europa Press/Eric Vargiolu)
A sus 61 años, Sainz sigue a un nivel deportivo extraordinario. (Europa Press/Eric Vargiolu)

Que Carlos Sainz y Lucas Cruz encabecen la jornada de descanso en el Dakar ya es, de por sí, un extraordinario éxito del piloto español. No tanto por las opciones de victoria, tan lejanas todavía como el horizonte del Empty Quarter saudí, como por la reflexión que impone de nuevo la trayectoria deportiva del piloto español.

A riesgo de caer en el tópico con la imagen, no por ello conviene olvidarlo. Un adolescente Carlos Sainz comenzó a competir unos espartanos R5 TS y Seat Panda en 1980. En 2024, con 61 años, lidera el Dakar tras ser el piloto más rápido hasta el momento. Casi 44 años después de aquellos botijitos, se presenta la posibilidad de ganar con el primer coche propulsado por energía eléctrica en la prueba más dura del mundo.

El propio Sainz, Peterhansel o Loeb, sin embargo, son conscientes como nadie que el Dakar muerde en cualquier momento. Queda demasiado recorrido para caer todavía en las múltiples trampas del Dakar. También avisó de ello en su día el director de la carrera, David Castera. Algunas las ha puesto él mismo.

Peterhansel lideraba el Dakar 2023 con su Mitsubishi Lancer casi 26 minutos de diferencia antes de comenzar la etapa hacia Sharm El Sheikh. Le faltaban 151 kilómetros para la meta. Era la penúltima etapa. No tenía que correr riesgos. Pero empezó con una fuga de agua, sobrecalentamiento y parada. Al volver, se encontró por delante varios coches, uno de ellos la montura de Jutta Kleinschmitd. Intentó adelantarla. Arrancó la suspensión delantera. Adiós, Dakar, con la meta a la vista.

Con la meta a la vista

Sainz lideraba el Dakar con 27 minutos a falta de tres etapas en 2009. Un ligero desvío de una decena de metros de la ruta lanzó su Tuareg a una caída de cuatro metros, un barranco no marcado en el road book. Nani Roma no cayó a continuación ante los gritos del español desde abajo. Su copiloto Michel Perrin se dislocó el hombro.

¿Más ejemplos? Marc Coma lideraba ampliamente el Dakar de 2007 en la penúltima etapa cuando se golpeó con una rama en Senegal. En la penúltima etapa de la edición 2012, con una hora de ventaja, el cambio le dejó tirado. Podría haber igualado o superado las seis victorias de Peterhansel. Todos son ganadores del Dakar. Todos han sufrido su crueldad.

Sainz y Cruz aún tienen por delante un campo minado del que salir indemnes. Antes del Rallie de Marruecos, una charla con Carlos Sainz sobre el rendimiento del Audi Q Rs e-tron dejó traslucir la confianza del español en su máquina tras un largo año de puesta a punto y dos dakares de pruebas. Te hacía saber que tenía una máquina ganadora. Los inesperados problemas de fiabilidad en la prueba marroquí volvieron a llenarle de nubes el horizonte del Dakar. Sainz no las tenía todas consigo.

placeholder Sainz tenía media hora de ventaja en 2009 a falta de tres etapas para terminar, pero acabó en un barranco. (EFE)
Sainz tenía media hora de ventaja en 2009 a falta de tres etapas para terminar, pero acabó en un barranco. (EFE)

Sainz no las tiene todas consigo

El Audi de Sainz y Cruz, así como el de Ericksson, ha funcionado impecablemente de momento. Con algunos momentos afortunados al pinchar, y aquel del pasado martes, cuando tras un vuelo al golpear una piedra y pinchar tuvo que resetear todos los sistemas. De momento, los dioses de una mecánica tan compleja como el coche eléctrico de Audi (tres motores eléctricos, uno de combustión que hace de generador y un software de la Guerra de las Galaxias) han respetado a dos de los tres coches.

No ha sido el caso de Peterhansel, que ha vivido una Crono 48 horas de infierno. Una rueda que se desllanta, un gato hidráulico que explota y que hay que sacar de debajo del coche desmontando la carrocería. El sistema hidráulico también afecta a la dirección. El viernes, en la segunda fase de la etapa, una alarma saltaba en el repostaje. Por el alto voltaje del Audi, fue necesaria la intervención de los ingenieros. Otros 40 minutos perdidos. Adiós, Dakar. También era un Audi.

Aún queda una segunda semana de Dakar. En la prueba siempre se recuerda ese lema de que "los coches tienen memoria". A medida que avanzan en la prueba, las máquinas acumulan el desgaste de todo tipo. Ciertamente, los grandes equipos someten a sus monturas a revisiones permanentes, no es el caso de los más modestos, para los que más aplica la sentencia. Para una máquina de semejante complejidad —Sainz no para de repetirlo, todavía asombrado por el nivel de tecnología— aún queda la mitad del Dakar.

La misma emboscada de 2023, el penúltimo día

Por no hablar de la segunda semana pendiente. "Este año, creo que va a ser duro por una sola razón: porque David Castera [el director] se cabreó mucho cuando la gente empezó a decir que no era duro. Este año creo que nos vamos a pasar por el otro lado", comentaba Nani Roma a este medio antes de iniciarse el Dakar. Efectivamente, en la edición 2023 la prueba perdió dificultad en intensidad desde la jornada de descanso. Castera ya ha avisado que no será el caso en esta ocasión.

Sebastian Loeb queda como el principal rival de Carlos Sainz fuera de Audi, prácticamente a media hora. El pasado año ganó seis etapas seguidas en la segunda semana. Nunca ha ganado la prueba en sus siete participaciones. Por lo que no cabe descartar un ataque furibundo del francés, ahora ya con la ayuda de Nasser Al Attiyah, como ha reconocido el qatarí después de su descarte tras la 48 Crono. Sainz podrá dosificar, pero en cualquier momento se puede perder el margen.

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Valga recordar a Loeb, porque el pasado año perdió el Dakar ya en la segunda etapa tras un impresionante recital de pinchazos y perdió casi hora y media a pesar de su pilotaje a cámara lenta. Pues bien, al margen del resto de etapas. David Castera ha preparado la misma emboscada este año. "La etapa 11 se disputará en el mismo terreno que la etapa segunda del año pasado, en la cual los coches sufrieron muchos pinchazos. Es algo totalmente deliberado", explicaba Castera antes de la prueba.

"El año pasado esa segunda etapa fue demasiado selectiva y rompió la dinámica de la prueba, pero en esta ocasión puede dar pie a algunos cambios de guion, lo que tiene sentido al final del raid, lo que me permitirá un final más intenso. Me apetecía que pasaran cosas antes de la meta final", explicó.

El toro, como el Dakar, aún puede pegar un enorme latigazo con el rabo al pasar junto al torero. El Matador tiene aún una larga faena por delante.

Que Carlos Sainz y Lucas Cruz encabecen la jornada de descanso en el Dakar ya es, de por sí, un extraordinario éxito del piloto español. No tanto por las opciones de victoria, tan lejanas todavía como el horizonte del Empty Quarter saudí, como por la reflexión que impone de nuevo la trayectoria deportiva del piloto español.

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