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"Era nuestro sueño". El hijo de Fabrizio Meoni revive la leyenda de su mítico padre en el Dakar
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Gioele, en el nombre del padre

"Era nuestro sueño". El hijo de Fabrizio Meoni revive la leyenda de su mítico padre en el Dakar

19 años después del fallecimiento en el Dakar de una de sus grandes leyendas, Fabrizio Meoni, su hijo recoge el testigo del proyecto de ambos para hacer algún día la prueba juntos

Foto: Goiele con su padre, Fabrizio Meoni, en el podio de su primera victoria en el Dakar (Dakar)
Goiele con su padre, Fabrizio Meoni, en el podio de su primera victoria en el Dakar (Dakar)

Tantos años después, aún emociona ver las imágenes de Marc Coma y Cyril Despres abrazándose con sus cascos aún puestos al final de la undécima etapa del Dakar 2005. Sentados en el suelo, lloraban luego desconsoladamente. Les acaban de comunicar el fallecimiento en accidente del italiano Fabrizio Meoni. Otros pilotos se derrumbaban literalmente cuando conocían la noticia por boca del director, Patrick Zaniroli.

Dos veces ganador del Dakar, uno de los grandes del momento, Meoni era universalmente querido. Apasionado, jovial, cariñoso, vivía la aventura dakariana con una singular bonhomía. Fue un doloroso bombazo para la caravana del Dakar y, por supuesto, en Italia.

Cuando Meoni subió al podio del Lago Rosa tras su victoria de 2001, su hijo Gioele estaba debajo, junto a su madre. Ella fue quien le animó a subir para compartir con su padre tan singular momento. A pesar de los años transcurridos, a Gioele se le saltan las lágrimas cuando recuerda aquellos días, como le ocurrió también a padre en el podio de su primera victoria.

placeholder Meoni, con David Casterá, director del Dakar, y Nani Roma, ambos rivales de su padre Fabrizio (Julien Delfosse / DPPIAFP7)
Meoni, con David Casterá, director del Dakar, y Nani Roma, ambos rivales de su padre Fabrizio (Julien Delfosse / DPPIAFP7)

"Él me dijo que hiciera lo que realmente quisiera. No debería hacer nada para intentar imitarlo. Él decía: 'Cuando tengas 18 años, estaré jubilado. Ya no competiré y quizás podamos correr el Dakar juntos. Padre e hijo. Entonces él me dio ese deseo, el sueño que él también tenía'", explica Gioele.

19 años después, el hijo de Fabrizio Meoni ha debutado en el Dakar. Cada día que monta el campamento, Gioele coloca una pancarta con la foto de ambos en aquel podio.

Un sueño siempre latente

Meoni era una de las estrellas de los raids de la primera década de los 2000. Tenía 44 años cuando ganó su primer Dakar. Su segundo, a los 47 tras un gran duelo con Nani Roma. Había anunciado su retirada en varias ocasiones, pero su increíble pasión y portentoso físico se lo impedían. Prometió a su mujer que la edición de 2005 sería la última. Le faltaban tres etapas para cerrar su carrera deportiva. Falleció a resultas de un paro cardíaco tras la caída. "Desde el punto de vista deportivo era increíble, era una verdadera furia", recuerda emocionado Gioele de su padre. El hijo también se le parece en un físico inmenso.

A los tres años, Gioele ya tenía un moto y empezó a competir en motocross y enduro hasta que inició sus estudios de ingeniero informático. Llegó a clasificarse entre los diez primeros en el campeonato italiano de motocross. En 2014 sufría un accidente y dejó de competir hasta 2020. Sin embargo, a pesar de dedicarse a su profesión, siempre mantuvo vivo ese sueño de acudir al Dakar. Padre e hijo hablaron de hacerlo cuando Goiele tuviera dieciocho años, Fabrizio como acompañante o mecánico. Pero el hijo tuvo que esperar algunos años más.

placeholder Marc Coma, y Cyril Despres, al recibir la noticia del fallecimiento de Meoni en el Dakar 2005
Marc Coma, y Cyril Despres, al recibir la noticia del fallecimiento de Meoni en el Dakar 2005

Goiele reconocía que ver juntos en el Dakar a Aldo y Andrea Winkler, padre e hijo, dos pilotos italianos de motocross, le había removido por dentro más todavía para afrontar la aventura. "Eso que he llevado dentro durante tantos años. No lo hago, como hubiera querido, con mi padre, pero al menos puedo hacerlo de esta manera".

Convencer a mucha gente

Aunque tuvo que convencer a demasiada gente. La primera, a su madre, que ya había perdido a su marido a bordo de una moto. "Me dejó clara algunas cosas. Entrenarme a tope, trabajar menos y entrenar más, 'no puedes hacer las dos cosas a la vez y trabajar como lo hacías antes, entrenar cuando puedas, y hacer el Dakar como una diversión. Porque si llegas todos los días destrozado tampoco te divertirás y será peligroso'". Este fue el mensaje de su madre.

La segunda a convencer, su esposa. "La primera y la última", le dijo ella para dar su aprobación. "No te lo puedo prometer, ¿y si rompo la moto en la primera jornada, y quiero volver", le contestaba el propio Goiole. Comprendió la dureza del desafío que había asumido. "No se trata de ganar, sino de rodar con seguridad", explica. Estaba claro que los suyos le pedían cuidado si quería apoyo para hacer el Dakar. "Por encima de todo se trata de preservar mi cuerpo, y la moto".

Siguió convenciendo a gente: muchos de los patrocinadores que habían acompañado a su padre en las carreras, empezando por KTM Italia, que le ponía la moto y le avisaba del presupuesto necesario. 70.000 euros, que era necesario encontrar, tarea que requería un trabajo administrativo adicional por parte de Gioele. "Me quedé sorprendido por la lealtad de tantos hacia Fabrizio". El hijo se refiere a su padre casi siempre por su nombre. Una parte de su moto irá reproducida con los colores de la moto de Fabrizio en el Dakar 2000.

El proyecto de Fabrizio

Gioele quería participar en la categoría Original by Motul, particularmente dura porque el propio piloto compite y mantiene personalmente su moto al final de la jornada. Puso en pie para ello un proyecto denominado Dakar 4 Dakar, que recogerá fondos para la fundación creada por su padre destinada a construir escuelas en Senegal.

Empezó a entrenar entre 4 y 6 horas diarias. Ciryl Despres, uno de aquellos pilotos que lloraron la pérdida de su padre, estuvo presente en la boda de Gioele. El francés le ofreció su ayuda en el debut dakariano para transmitirle toda la metodología de entrenamiento que había recibido de los especialistas de Red Bull, incluyendo los programas de los pilotos de Fórmula 1. Giovanni Sala, otro de los pilotos que competían con su padre, también se ha volcado con Gioele. Le llevo a Túnez para aprender a moverse en las dunas.

Casi se fue todo al traste

Pero Gioele no solo tenía que convencer a su entorno íntimo y a los patrocinadores. También a la organización del Dakar, que en primera instancia rechazó su participación ante su falta de experiencia. El apellido no era suficiente. De modo que Goiele acudió al Rallie de Marruecos el pasado octubre. Era su primer raid en el desierto, en una prueba del campeonato del mundo. Nunca había hecho antes navegación, otro desafío más a afrontar.

placeholder Gioele, con el desplegable que lleva consigo en el Dakar (Dakar)
Gioele, con el desplegable que lleva consigo en el Dakar (Dakar)

Sin embargo, en la cuarta y penúltima etapa sufrió una caída y se dislocó el hombro. El propio Gioele vio que todo su proyecto y su sueño se evaporaban. "Meses de despertarme a las cinco de la mañana, de entrenamiento intenso en detrimento de la familia y el trabajo, meses de viajes y reuniones con el miedo a no encontrar el presupuesto". Pese a ello, se pudo recuperar de la lesión. El ritmo mostrado durante esas etapas convenció a David Casterá, el director del Dakar, y Gioele fue admitido a la presente edición.

Gioele Meoni ha cumplido el sueño de padre e hijo. Cuando termine la prueba, subastará su moto y los fondos irán destinados a la escuela que se está construyendo en Senegal, y que lleva el nombre de su hermana, Ciara. Conociendo al padre y llevando su misma sangre, nadie puede asegurar que para Gioele Meoni este sea su primer y último Dakar.

Tantos años después, aún emociona ver las imágenes de Marc Coma y Cyril Despres abrazándose con sus cascos aún puestos al final de la undécima etapa del Dakar 2005. Sentados en el suelo, lloraban luego desconsoladamente. Les acaban de comunicar el fallecimiento en accidente del italiano Fabrizio Meoni. Otros pilotos se derrumbaban literalmente cuando conocían la noticia por boca del director, Patrick Zaniroli.

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